El comportamiento de Maki es raro. Y no solo por la manera en la que incomoda a la profesora hasta que ordena a la clase empezar, sino que creo que es la primera vez que la escucho con tanta energía y ánimo. Hasta su cara luce diferente. Algo que podría ser lo más normal del mundo en cualquier otra persona, me hace sentir extraña.
Mientras golpeteo el lápiz contra el libro abierto, busco a mi alrededor la mirada de Nao. Aunque sea por compartir alguna mirada cómplice, o simplemente ver que está ahí.
Sota había llegado de los últimos en clase, tomándose como cada mañana la calma de llegar al aula y dejar las cosas, sin pararse demasiado a saludar al resto aunque oteara el lugar buscando las caras, como si quisiera comprobar que estaban todos. Bueno, todos y las faltas habituales que sabía dónde encontrar.
La llegada de la nueva profesora no le sorprendía, al fin y al cabo alguien tendría que cubrir su baja para no dejarlos sin clase, aunque se preguntaba qué tardaría en marcharse ella también para dar a luz, imaginándose que a estas alturas debería estar ya en su casa en reposo. No añadió nada a las preguntas, en realidad no tenía nada que decir, aunque no aguantó una carcajada al ver la distópica Maki preguntar como si de una cría ilusionada se tratase sobre preguntas personales.
Al menos la mañana pintaba divertida.
Mientras Mieko soltaba ese discurso, Nao la miraba sin estar muy convencida.
—No… Yo me habría quedado parada sin hacer nada… Él siempre fue mucho mejor que yo. Yo siempre he sido una inútil. No sería nada si no fuera por los padres que tengo. Además, solo estábamos allí por mi culpa. De no ser por mí, no le habría pasado nada a nadie —susurró. Por mucho que Mieko lo hubiera intentado, no lograba hacerla cambiar de opinión.
La mención sobre sus padres hizo que Nao sintiera un desagradable escalofrío. Ella desvió la mirada, evitando a toda costa mirar a Mieko. Aquel era un tema especialmente sensible.
—Te equivocas —se limitó a decir Nao.
Ya en la escuela, cuando Rin se acercó a ellas, Nao se limitó a asentir. Saludó a la nueva profesora cuando entró. Durante la grosera retahíla de preguntas de Maki, se quedó mirando atónita. El comportamiento de la chica era diferente de lo habitual. Y estaba siendo muy impertinente. ¿Habría pasado algo?
Durante la clase, Nao permaneció con la mirada perdida, triste. Aunque correspondió la mirada de Mieko por unos momentos, viéndose obligada a forzar una sonrisa.
Las clases fueron pasando y finalmente llego la hora del almuerzo, de nuevo tuvieron con la tutora sustituta, la cual les dijo:
Bueno, como sabéis pasado mañana habrá una excursión de tres días al campo, no tenéis que preocuparos que me ha dicho el director que no se ha suspendido, que iremos de todas formas, que es bueno para despejaros un poco. Seguramente yo no pueda ir con vosotros, pero si que ira el director, así que los que aun no hayáis traído las autorizaciones de vuestros padres tenéis hasta pasado mañana.
Tras aquel anuncio la mujer se marcha dejando a todos los alumnos allí.
Justo tras salir la profesora Maki se pone en pie moviendo ruidosamente la silla hacia atrás, de la misma forma actuá Yuki, la chica que había permanecido bastante callada toda la clase, ambas sale en dirección a la azotea.
Rin observa como Maki deja el aula, tratando de disimular el odio y el terror que esta le provoca, luego se levanta de su asiento y se acerca a sus compañeras -Debo comprar algo para el almuerzo, ayer no tuve tiempo para preparar algo, ¿me acompañan?-
Si te caigo mal, al menos disimula un poco.- Sentenció hacia Murasaki Rin teniendo en cuenta que cada vez que lo veía salía corriendo o sólo se dirigía al género femenino, empezando a preguntarse si realmente le habría hecho algo como para que le dejara tanto de lado… bah, tampoco le importaba demasiado.
Se giró hacia sus compañeras una vez la profesora, Maki y Yuki dejaron la clase, mientras se incorporaba del asiento y cerraba el libro de texto.
Creo que tenemos una conversación pendiente y, casualmente, tampoco traje comida.- En realidad nunca traía. Si algo tenía su familia era dinero, así que aprovechaba para darse pequeños caprichos como comer todos los días de una cafetería, ahorrándose el tiempo de preparación.- Hoy me siento generoso, os invito a una soda.- A diferencia de otros días el muchacho realmente se encontraba más animado, demostrándolo en una amplia sonrisa que, en esta ocasión, era sincera.
-No, tú te equivocas.-respondo casi sin pensar. Aunque intento aferrarme a esa pequeña ola de pasión que durante un momento me ha invadido, me he desinflado y quedado sin palabras. Pensaba que mi discurso tendría cualquier efecto, cualquiera menos el de chocarse contra el rompeolas en el que se ha convertido Nao. Supongo que había esperado demasiado de mí.
Me levanto, frustrada por el nuevo ambiente, y busco mi uniforme. Todavía estoy dándole vueltas a sus palabras, buscando una respuesta a la altura de su inseguridad. Me giro hacía ella, la boca abierta a punto de encontrarla. Falsa alarma, no lo consigo.
-¿Vamos a desayunar? Me estoy muriendo de hambre.-digo, exagerando un poco mi entusiasmo. Si el plan anterior no ha funcionado, quizás cambiar de tema sea lo mejor.
El buen ánimo de Soto resulta refrescante. Yo todavía le estoy dando vueltas a la conversación con Nao de por la mañana, y por su forma de comportarse, quizás ella también. Y luego Rin... Pero también hay otra cosa que me empieza a preocupar.
-¿Pensaba que Yuki y Seto-san no se llevaban?-les pregunto, dándome cuenta de que igual ellos no tienen la información para responderme. Pero es que no se me ha escapado que Seto-san y Yuki se han ido juntas y a la vez. ¿Estaba Seto-san haciendo nuevas amigas de repente o qué estaba pasando? Todo el asunto me estaba dando mala espina.
Aprovecho a levantarme y recoger mis cosas. No tardo demasiado.
-¿Nos vemos ahora en la cafetería? Podéis empezar sin mí si queréis, quiero comprobar una cosa.-no lo específico, pero por mis prisas en recoger y en no perder de vista a las dos chicas, no es difícil darse cuenta de que mi plan es seguirlas. No sé todavía lo que está pasando entre ellas, pero prefiero enterarme sin que me vean.
El comentario de Sota no cayó muy bien a Rin, aun así lo dejo pasar, quería hablar con Nao y Mieko, pero estando Sota presente, no sabía si debía hablar de lo que quería, ya de por si era difícil hablar con ellas, pero a él lo conocía aún menos, con ellas había pasado ya algo de tiempo últimamente y eso le permitía abrirse un poco, a la final solo se limitó a asentir a Mieko, luego bajo su cabeza y camino rumbo a la cafetería, sin fijarse siquiera si sus compañeros le seguían.
La profesora les recordó que durante los días siguientes les tocaría estar de viaje en el campo. Nao había tenido la esperanza de que se cancelara debido a los acontecimientos recientes, pero parecía que no iba a tener suerte. Su expresión se ensombreció al oír aquello.
En un principio no prestó atención al hecho de que Yuki y Maki se marchasen juntas, pero, cuando Mieko lo mencionó, se dio cuenta de que tenía razón: En ningún momento se habían llevado bien, y ahora parecían incluso extrañamente coordinadas.
—Sí. Ahora que lo dices, es bastante extraño —murmuró Nao en respuesta.
Rin propuso que lo acompañaran, probablemente para hablar con ellas, ante lo que Nao asintió. Además, Sota insistió en ir con ellos, momento en que Nao miró a unos y a otros para ver cómo reaccionaban. No estaba segura de si era buena idea compartir lo que sabían de Mieko con todo el mundo.
Cuando Mieko dijo que iba a irse, la miró con preocupación, pero no se opuso.
—Ten cuidado, Mieko-chan —susurró antes de que se fuera.
Después, siguió a Rin en dirección a la cafetería. Si Sota los acompañaba, no haría ningún comentario.
Viendo que Mieko se marchaba por su lado y que Nao no parecía tampoco conforme con la incorporación del muchacho, Sota se encogió de hombros mientras miraba la puerta.
Suerte.- Guiñó un ojo a la muchacha tras desearle una buena fortuna, sabiendo él a qué se refería mientras salía por la puerta, yendo tras Maki. No tenía intención de perder el tiempo con gente que no le quería al lado.
Los pasillos del instituto estaban como siempre, con actividad, chicos y chicas yendo de un lado para otro, algunos corriendo hacia la tienda para llegar antes que se terminen los mejores bocadillos, otros por su parte iban al exterior a tomar un poco de aire y en algunas clases también había gente, otras por el contrario estaban vacias.
Marcaos vosotros dos solos
No fue difícil dar con Maki y Yuki ya que las dos fueron a la azotea, allí había algunas personas mas que comían con tranquilidad y hablaban animadamente. Las dos chicas se habían sentado en una mesa y comían con tranquilidad en silencio, no parecía que hablaran entre ellas.
Sota se dirigió hacia la azotea, allí pronto encontró donde estaban Maki y Yuki, había mas personas en la azotea que estaban comiendo, charlando y haciendo lo normal a esa hora en ese lugar. Sin embargo, Sota pudo ver como delante suyo estaba Mieko que parecía seguir disimuladamente a Maki y a Yuki.
En la azotea tanto Maki como Yuki se habían sentado en la misma mesa pero comían las dos en silencio.
Si quieres interactuar con Mieko marcala, sino, de momento no te ha visto
Me asomo con discreción. Las he seguido con cuidado, pero justo ahora dudo con como seguir. Las dos están muy quietas, sin hablar. Doy media vuelta y bajo varios escalones, alejándome de la puerta a la azotea.
Si puedo observarlas desde dentro del edificio sin que me vean, me quedaré ahí escondida.
Si lo más probable es que me vean... Fingiré que estoy con el móvil pero en realidad esperaré a que pasen un par de minutos antes de volverme a asomar. Quizás cuando acaben con el almuerzo empiecen a hablar, espero que no planeen pasarse el descanso en completo silencio.
Llegando a la azotea, Sota caminó tranquilamente hacia la posición de Mieko, quedándose a su lado aunque sin importarle demasiado que el resto le vieran. Tampoco entendía por qué debería esconderse.
Por curiosidad, ¿también me estás evitando o es sólo cosa de nuestros compañeros? Empiezo a sospechar que debo cambiar de perfume.- Sonrió, aunque era realmente una cuestión que no entendía. Sin embargo terminó por encogerse de hombros, mirando a la mesa compuesta por Maki y Yuki.- ¿Quieres acercarte o preguntarle algo? Prometo que no muerde.
Doy un pequeño respingo al ver a Sota acercarse. No sabía que iba a seguirme, así que me aparto de la entrada a la azotea y voy a su encuentro. Mejor eso a que nos descubran por error cotilleando desde la puerta.
Apenas le he alcanzado cuando sus palabras me toman por sorpresa. Solo me destenso cuando sonríe y entiendo que está de coña, y ni siquiera del todo. No soy capaz de responderle en el mismo humor. Demasiadas cosas en la cabeza.
-Perdona, solo quería asegurarme de sí...-dudo de si continuar, pero decido que por muy paranoica que puedo sonar, de nada me sirve fingir que estoy haciendo otra cosa.-De si estaba ocurriendo algo. Pero solo se han sentado y empezado a comer. Así que todavía estaba decidiendo qué hacer.
Se me escapa una pequeña carcajada incómoda ante su broma.
-¿Cuál de las dos dices que no muerde?
Paso el peso de un pie a otro y compruebo rápidamente los alrededores ¿Es este el mejor lugar para contarle lo que pasó anoche?
¿Qué querías que pasara? – Preguntó curioso, mirando a ambas chicas mientras comían tranquilamente. Seguía haciéndole gracia que pensaran que Maki era alguna especie de ente misterioso al que analizar, como si fuera una rata de laboratorio. De Yuki poco podía añadir ya que, más allá de ser una cara bonita, no tenía interés sobre Sota.- Reconozco que sería emocionante que a alguna de las dos le salieran alas y comenzara a volar y escupir fuego, pero creo que el día va a ser más monótono que eso.- Bromeó, ampliando de nuevo su sonrisa para mirar a Mieko.
Veo más posibilidades a que te muerda Yuki que Maki.- Y, en realidad, era algo que pensaba.- Sé que tenéis muchas preguntas con respecto a ella y en más de una ocasión os aconsejé hablarlo directamente.- Se refería tanto a la conversación de la cafetería como del hospital, aunque al menos en el segundo logró que se acercaran.- No hace falta ser un lince para saber que algo te preocupa, ¿quieres que me acerque yo? – Se ofreció al más puro estilo caballero medieval, aunque todos sabían que su relación con Maki no era especialmente mala, al contrario, la chica le caía bien.