Partida Rol por web

Tabahätta se encontraba en la atalaya de Ruth-adum, con los ojos puestos en El Mundo. Desde ahí percibía las emociones de sus retoños, y supo que sus hijos estaban sorprendidos por lo que acababan de descubrir. No hizo el menor movimiento cuando Serune apareció, y finalmente, cuando decidió descansar, se giró hacia ella.

- ¿Has sido tú quien ha otorgado el Don de la Piromancia a mis hijos? - preguntó, aunque sabía perfectamente la respuesta - ¿Por qué?

No parecía suspicaz, ni siquiera molesto. El Señor del Fuego estaba confundido, simplemente.

-Hay varios motivos.-

Se sienta en la baranda, sin dejar de mover los pies.

-En primer lugar, ¿Por qué? Bueno ¿Por qué no? Tan sencillo como eso. Si quieres motivos más consistentes, pues, los orkos. Los creasteis Raiza y tú. Pero el error fue mio, no vuestro. Reclamais su...¿proteccion?¿custodia? Lo que sea...pero yo me siento mal. No dejais a nadie que haga nada contra los orkos, que digas lo que digas, son una raza violenta, destuctiva. Tus hijos y los de Raiza estan en peligro por los orkos. Solo les he dado a tus hijos, y a los de Raiza, un...empujoncito. Una ayuda. No para que maten orkos sino para que...los orkos no los maten. Es lo menos que puedo hacer.-

-Pero hay más...yo...bueno, no he creado mas que a los elfos, pero estoy en todas partes. Todos son hijos mios en cierto modo. Todo aquel que ame, me venera, lo sepa o no. Por ello yo daría regalos a todas las razas...pero no puedo hacerlo. Me cansaria demasiado, y los elfos me necesitan. Por eso, no para compensar sino por que lo necesitareis mas, os he dado regalos a vosotros dos. A vuestros hijos.-

-Y me da igual si te molesta o no ^^-

El Padre del Caos escuchó a Serune con atención, meditando cada palabra que salía de su boca. Sacó conclusiones que guardaría para él, pero se mostró relajado con lo que la Diosa del Amor tenía que decirle. Cuando su hermana terminó su explicación, Tabahätta se mantuvo algunos segundos pensativo, con los brazos cruzados.

- No me molesta, Serune. Me sorprende, eso es todo. Últimamente observo en todos vosotros un comportamiento extraño, y no entraba dentro de mis cálculos que uno de los Dioses Primigenios hiciera un regalo a otro sin esperar nada a cambio. Simplemente eso.

Luego sonrió, y apareció junto a ella, de frente. Medía apenas unos centímetros más que la diosa, lo que hacía que ella tuviera que alza la mirada para verle. Acarició sus rizos carmesíes, que se retorcían rebeldes y caprichosos.

- Te lo agradezco, querida Serune.

Y diciendo esto, descendió su rostro, enfundado en un impenetrable yelmo de metal, y besó la frente de la diosa con ternura.

-"Observo en todos vosotros" ¿Sabes? tú no te libras de eso. Mírate a ti mismo antes de hacer comentarios asi. Hay quien se podria ofender. Aunque sabes que yo no. Pero por ejemplo Medusa esta muy sensible...Bueno...Tabahätta, el padre del caos, no se libra de haberse comportado raro...aunque el el eso pueda parecer normal.-.

-Aunque creo que lo raro, seria actuar normal, porque es normal actuar raro, ya que para nosotros, todo es nuevo, y por tanto raro, nada normla. ¿No? ¡Vaya lio!- rie Serune subiendose a la espalda de su hermano, a caballito.

-¿Vamos a ver a Raiza?- sonríe sincera, su forma de actuar es, en ocasiones, infantil. Pero solo cuando está relajada, sin nada importante entre manos.

El dios movió la mano, distraído.

- Perdona, hermana. Quería decir "nosotros", no vosotros. Sí, tienes razón, supongo que será por todo esto que nos sucede al bajar a El Mundo. Es demasiado extraño, y me enerva no saber por qué sucede.

Caminó por la sala, con Serune en sus hombros, juguetona.

- Y respecto a Medusa, lamento su reacción, pero su comportamiento es infantil... - dijo, absteniéndose de añadir "como tú" - Ha querido usar su poder para defender su Reino, y ya hablamos que serían nuestros Hijos quienes se encargarían de ello. Ya has oído a Loke, a Gálmaro o a mí mismo. ¿Qué pretende, una guerra abierta?

El Señor del Fuego estaba preocupado, pero sacudió la cabeza.

- Vayamos a ver a la Diosa de la Guerra - dijo, con un suspiro - No me apetece pensar.

Y diciendo esto, hizo descender a Serune de sus hombros delicadamente, y con sus poderosas garras, rasgó el tejido del Espacio mismo, abriendo un portal hacia los aposentos de Raiza.

El tejido del espacio se desgarró sonoramente, y la Diosa de la Guerra pudo comprobar cómo las garras del Señor del Fuego eran las causante de dicho desgarro. Observó a Raiza desde el otro lado, cauteloso, sereno, con las cuencas vacías de sus ojos rellenas de puro fuego. A su lado, pequeña y frágil, estaba Serune, que miraba con curiosidad.

- Raiza - en sus palabras había dignidad y calor - Hemos venido a verte, ¿te importa que pasemos?

- ¿Algun dia usaras una puerta?.- pregunta arqueando una ceja pero con sentido del humor.- Claro que no, pasar. ¿Ha sucedido algo que yo no sepa?

La diosa pudo leer con facilidad la expresión del rostro de Tabahätta.

Decía Estoy aquí porque no soporto estar alejado de tí. Estoy aquí porque busco cualquier excusa para oir tu voz, oler tu aroma y rozar tu piel. Estoy aquí porque no puedo vivir sin tí.

- Yo tambien te necesito.- susurro la diosa en la mente de su hermano.- En algun momento encontraremos la forma de estar juntos... otra vez.

El dios esbozó una sonrisa.

- Sabes que es más mi estilo. Algunos tenemos que dar una imagen - dijo, socarrón - Y no, estaba charlando con tu gemela y propuso venir a hablar contigo. Y reconozco que os prefiero a ambas que tener que soportar a Medusa o Khalis, me ponen de los nervios.

El Padre del Caos terminó de cruzar el portal y se internó en los grandes salones que formaban los aposentos privados de Raiza. Podrían alojar varios ejércitos enteros, y quizás era esa la voluntad de la Diosa. Su presencia calentó los salones, fríos y duros hasta entonces, como lo era su dueña.

- Tenemos caracteres que chocan, otros son mas afines.- dijo encogiendose de hombros.- Pero Serune no se aburre de la compañia de ellos ¿Verdad hermanita?.- pregunto con un tono picaro y despues suspiro.- Entonces ¿Solo quereis refugio emocional? Que desilusion... pensaba que tendriais algo que contarme... algo para paliar el insoportable aburrimiento de este estupido cautiverio... Teniendo un mundo entero por explorar y recorrer... permanecer entre paredes comienza a agobiarme.

Tabahätta observaba las paredes lisas de los aposentos de Raiza, y distraídamente, su conciencia grabó a fuego escenas que los Tanar´ri dibujaban en sus cuevas. Escenas de caza, de sacrifícios y rituales. Así mismo, otras paredes comenzaron a humear, y también aparecieron escenas, ésta vez de bárbaros y enanos. Era sólo un entretenimiento, algo que el casi infinito poder del dios hacía de forma inconsciente mientras dejaba vagar su vasta mente.

- Serune - dijo, jugando con una esfera de plasma puro - ¿Qué opinas de la decisión de Medusa? No hablo de marcharse... eso es una chiquillería... hablo de esos... "Guardianes". Loke ya dio su opinión, y ya conozco la de Raiza, pero aún no se qué opinan Gálmaro, Airlia y Khalis...

Luego el dios se giró hacia la diosa del amor y la miró fijamente.

- Ni tú... claro.

-Guardianes de la naturaleza. Esos hombres árbol. Pues, me parece una idea estupenda.- levantó una mano para evitar que la interrumpieran.- pero no tal y como lo ha planteado Medusa.- sonríe.

-¿Unas criaturas dedicadas a cuidar los bosques?¿A defenderlos? ¿ eso que tiene de malo? Nada. Pero su intención no era exactamente esa...defender los árboles, me parece bien. Mis propios unicornios ya llevan eso en su naturaleza. Defender los árboles...solo de los orcos, que es lo que parecia plantear Medusa...eso no me parece bien. ¿Es peor que un orko arranque una rama a que lo haga uno de sus centauros o un Protoss de Khalis? O un bárbaro, o un elfo...no. Por eso he rechazado su regalo con la siguiente excusa "Ponlos en mi isla si quieres, pero alli no son necesarios". Lo cual es cierto en realidad, pero lo que no quiero es participar en su descabellada idea. Si vosotros habeis decidido lo que sea que hayais decidido sobre los orkos, así sea. Mientras estos no amenacen a mis elfos...- levanta las manos de nuevo, con una sonrisa. -No directamente, no apareceré allí y empezaré a dar patadas, pero no dejaré a mis elfos indefensos.-

Mira a Raiza.

-¿A qué te refieres con que no me aburro?- se sonrroja muy levemente.

Miro a las paredes, son dibujos que me gustan y solo puedo sonreir ante ellos.

- No lo comprendeis..- digo mirando a Serune.- Los unicornios tienen vida y se preocupan de su entorno, los seres que Medusa proponen tienen la unica razon de ser que la de poner coto a los bosques. ¿Que pasa si sus criaturas toman su funcion con fanatismo? ¿Que pasa si deciden que las hadas dañan los arboles y planean su exterminio?¿Que pasa si los unicornios pasean por el bosque y piensan que son enemigos?... ¿Soy la unica que lo veo?

Resoplo.- Pensar que pasaria si todos hicieramos lo mismo, si Tab creara seres que protegieran el fuego y no dejaran a otros usarlos, o si Loke creara fieras acuaticas que negaran el agua a las razas.¡Los bosques no son suyos! los creo el pero los creo para el planeta, para crear el planeta que es de todos....

Intento calmarme porque este tema me cabrea mucho y ahora respondo a Serune.- Venga ya Serune... sabes a que me refiero... solo quiero que tengas cuidado, hagas lo que hagas.

Khalis tambien habia observado la escena desde el balcón, pero supuso que las preguntas de Raiza no irian por el, al menos la segunda.

Sin dejar su comodo asiento en la barandilla del balcón se dio la vuelta con un rapido movimiento hacia el interior.

-Si, lo he visto, como dices tienen ciertas facultades interesantes... Despues de todo en inicio eran barbaros y tu les inculcaste esos valores, los orcos parecen haberlos heredado. Sera interesante cuando ambas especies se encuentren... Veremos quien tienen los valores mas poderosos.

-Veremos el honor y la valentia inculcados a las razas....sera ...entretenido como dijeron ellos de las razas

-Oigo tus pensamientos a la luega Khalis...

- Agradezco la sinceridad de tus palabras, hermana - dijo Tabahätta con una sonrisa en su yelmo de metal, que mostraba una terrible fila de afilados colmillos - Ahora si me disculpáis, tengo a alguien con quien hablar. Os dejo con una "charla de chicas"...

Antes de marcharse, dedicó una significativa mirada a ambas diosas y con un destello, desapareció.

El dios del tiempo percibió cómo el espacio fluctuaba a su alrededor. Ya había visto ese suceso con anterioridad, era el efecto que la translocación de uno de sus hermanos mayores provocaba en el tejido de la realidad.

Efectivamente, con un destello luminoso, Tabahätta apareció de la nada junto a Khalis, incluso tenía su mismo tamaño, y se encontraba sentado como él sobre la barandilla.

- Hola hermano... venía a charlar contigo sobre cierto asunto.

-Parece que tu tambien tienes interese sobre lo que pueda pasar cuando se encuentren dos razas... Como dices sera interesante... Tendremos que hablar mas tranquilamente.

El dios parecia algo abstraido, pero cuando sintio la realidad cediendo paso volvio el rostro justo para ver como su hermano se materializaba a su lado. Una mascara carente de expresión fue su recibimiento, como siempre pasaba con Khalis.

-Habla pues, ya sabes que tus palabras son bienvenidas.