Partida Rol por web

Cernnunos “viajaba” ya hasta la esfera.
Todo su ser vibraba a velocidades inimaginables mientras buscaba en el infinito aquella, la esfera que Padre les había legado.
Una sensación de urgencias se apodero del joven dios, como podía encontrarla en la inmensidad del cosmos, como podía encontrar esa pequeña bola de tierra, entre el infinito lugar en donde estaba, quizás la imagen que había visto era solo un recuerdo, un anhelo de su mente, de la de todos.
No!, se dijo, había sentido la presencia de la esfera, así como había sentido la presencia de Asul – Adal, y claro, de la misma forma que había encontrado a una, encontraría a la otra.
Cernunnos detuvo su viaje en medio del infinito, no era cuestión de moverse, sino de querer estar allí. Concentrándose en la esfera, sintió que su ser se plegaba sobre si mismo, absorbido por su ser, dentro de su ser, y hacia esa conexión pequeña, pero inamovible que lo marcaba como hijo del creador, esa pequeña llama lo había hecho un Dios, y un Dios no conocía los imposibles.
Y al fin la vio, el espacio vibro un momento ante sus ojos, un espacio vacío y al instante, un microsegundo después, tenia la esfera ante el.
Quizás Cernunnos la había traído ante si con su deseo, o quizás su deseo lo había llevado ante ella, eso no importaba, estaba ahí, ante el.
La esfera estaba muerta, aun, era una bola de tierra compacta, seca, y fría.
Se tomo un tiempo para verla, sentirla, absorber con cada uno de sus sentidos aquella muestra del gran amor que el Hacedor había sentido por sus hijos.
CREACION.
Todos era parte de la creación.
Y el, el entre todos era el que sembraba la vida.
Esa esfera, esa bola de tierra, estaba esperándole, necesitaba de Cernunnos, como Cernunnos necesitaba de ella.
Vida.
Debía traer la vida a ese mundo pequeño y muerto.
Cernunnos salió disparado a la esfera, su “cuerpo” se solidifico convirtiéndose en una masa compacta, cargada de aristas filosas, una cuña enorme, colosal que bajaba al mundo con una rapidez pasmosa.
El impacto fue brutal.

Rápidamente las grietas se propagaron por toda la esfera, enormes masas de tierra es elevaron hacia los inexistentes cielos, profundas simas se crearon irregularmente por todo el planeta, mientras Cernnunos, seguía su viaje hacia el centro del mundo.
Temblores terribles azolaron la faz completa de la esfera, cuando al fin llego el dios al centro mismo, una masa incandescente de fuego líquido.
Rodeado del más ardiente fuego, Cernnunos bailo y canto con una bella voz jamás escuchada, el fuego escapaba en grandes olas hacia la superficie, mientras enormes volcanes explotaban por toda la faz de la tierra, y el mundo cambiaba

Soy la vida.
El que siembra.
Y como la tierra primero debe ararse para crear surcos donde puedan plantarse las semillas que encierran la promesa de nuevas vidas.
Así yo creare surcos en todo el mundo, y mediante el fuego esparciré la vida que mora en mi ser, llevados por el humo que los volcanes escupen al cielo, formare nubes negras, que portaran en ellas parte de mi mismo, y cuando el tiempo sea el correcto, estas nubes escupirán al suelo nuevamente la vida que es parte de mi.

Y el mundo florecerá.

Contempló como Cernunnos se marchaba a toda velocidad, y de algún modo vio como se dirigía a la esfera, y como impactaba violentamente contra ella.

"Qué inconsciencia... no soportará muchos impactos de ése calibre"

Se levantó del trono, con un leve ruido metálico. Activó una de sus palancas, y cogió un disco metálico que salió de allí. Acto seguido, salió de la sala de los tronos con pasos pesados. Su mente elucubró sobre posibilidades, cálculos y parábolas. Y mientras lo hacía, se formó un disco metálico de su tamaño en el taller que había ideado. Llegó allí, y lo vió, y un brillo dorado salió de su interior.

Poniéndose encima del disco, se concentró y desapareció de Asul Adal. Pocos segundos después, aparecía en el planeta. Podía contemplar a lo lejos el caos ciclópeo de Cernunnos, y de hecho fue "atravesado" por las olas de vida que expandió. Dejó que poblaran la superficie de la tierra sin oponer resistencia, ya que no era éso lo que el buscaba. Contempló la zona a su alrededor, y decidió que aquel era un buen lugar.

Miró el disco de su mano. Se concentró en él, plantándolo en el suelo, y el disco empezó a crecer, hasta alcanzar unas dimensiones de aproximadamente 10 metros de radio. Había creado un nexo para él entre el mundo vírgen y Asul Adal. Cada vez que descendiera, lo haría por aquel canal.

Entonces, contempló a su alrededor. Aún faltaban más cosas que hacer. Lo primero que hizo fue elevar aquella zona, y dejar un único acceso a la meseta. Satisfecho con el emplazamiento de su pequeño portal, se situó sobre él. Verdaderamente, era un bello disco, con grabados y relieves, además de estar formado por prácticamente todos los metales existentes. Se situó sobre él y se concentró... y poco a poco empezó a emanar un pulso subterráneo, dentro del mundo. La simple tierra se vió combinada con vetas y filones de todos los minerales, a diferentes profundidades, desde las capas más profundas del planeta, a la superficie.

Satisfecho por la proliferación de los elementos, decidió dar un paseo por el mundo para contemplar todo.

Y así empieza "la creación".

Pienso contemplando los cambios que provocaban en la pequeña esfera de tierra, todos ellos sin pensar en las conscuencias que semejantes actos podrían generar. Que envidiosa despreocupación e inconsciencia, las cuales me convencían que debía vigilarles muy de cerca o bien podrían escapar del pequeño terreno de prácticas que Padre nos había dejado.

- Vamos Luv, te enseñaré dónde se están divirtiendo.

Aviso a mi extrafalaria hermana antes de partir, aunque no directo al planeta, si no fuera de él y a tal distancia que lo hacían parecer una pequeña mota de polvo. Y fué en en aquel sitio tan lejano dónde dejé mi corazón.

No se trataba de una metáfora, en verdad me decidí a arrancarmelo con la ayuda de Shaatiighaash para poder vigilar todo lo que mis hermanos pensaban hacer en ésta región del cosmos sin importar dónde o cómo me encontrara. Simplemente acabaría sintiéndolo.  Aunque éste hecho también trajo consigo otro tipo de efectos que ni yo mismo me había parado a considerar, como la iluminación de aquella pequeña mota de polvo y su continuo calentamiento, que me obligo a empujar mi ardiente órgano a su alrededor para evitar la abrasión de una de sus mitades.

Ésto me permitió contemplar otro efecto mucho más curioso y, por contra, nada peligroso para el planeta. Tenía la forma de un centro ardiente rodeado de oleadas de energía. Daba la sensación de que mi propio corazón se había convertido en un ojo vigilante eterno, cumpliendo perfectamente con mis deseos.

Slanya fijó su mirada en las creaciones de sus hermanos. No eran malas ideas, y entonces conservó la calma al ver como Izkaal formaba una estrella enorme y calurosa. Una parte de él mismo residía en lo mas profundo de esa nueva creación.

-Creación...creo que es mi turno

La Diosa se levantó de su trono y sus alas se abrieron por completo, dando casi un chasquido cuando alcazaron su máximo alargamiento, sus brazos fueron hacia adelante, y se concentró. Movió algunos de los simples trozos esparcidos por el lugar, trozos que fue uniendo poco a poco hasta formar una imagen de la creación de Izkaal, Fría y dura. Como el propio corazón de la Diosa.

Se unieron entre sí, con pequeñas grietas, pero Slanya trasladó parte de su luz haciendolo esfericamente perfecto. Sería un ente que velaría las noches del nuevo Mundo, reflejaría la energía de Izkaal para su propio beneficio, ésto haría que las sombras se convirtieran en luz a su paso, y no dejar el mundo sumido en la gran oscuridad. Daría vueltas alrededor de nuestro pequeño planeta como un ojo vigilante.

- Keenyenkon

Fueron las palabras de la Diosa Slanya mientras observaba su pequeña aunque bella creación. Un nombre extraño, pero sublime.

Visto que la creación de Izkaal era demasiado grande, Slanya se volvió a concentrar para así formar dos nuevas hermanas para Keenyenkon, las que denominaria...

- Kóoch y Tons - y he aqui que alrededor del planeta aparecieron 3 lunas, que alumbrarían el camino en la noche.

Luv sonrió de oreja a oreja, con una mirada de enormes ojos desorbitados, que cambiaban de color de un segundo a otro y aplaudió con entusiasmo infantil, ante la propuesta de Izkaal. Voló a su lado, cuando llegaron junto a la bola, Luv ya no cupo en sí de gozo.

—¡Mío, Mío! —gritó desaforadamente y, lanzándose sobre ella, la rodeó con los brazos, estrechándola contra su pecho.

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Luv apretó la bola contra sí misma, mientras miraba a los demás dioses, con aire desafiante.

—Es mío, ¿me habéis oído? ¡Coged vuestras propias pelotas!

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Un sonoro crujido partió de la bola que Luv apretaba con fuerza, y esta se deformó, pasando de ser una esfera perfecta a una especie de huevo. Aunque sólo la mirada de un Dios hubiera notado la leve diferencia. Luv cogió la bola en sus manos y la sostuvo frente a sus ojos. Su superficie, había quedado dividida en grandes porciones, separadas por amplios surcos zigzagueantes, que parecían moverse y friccionar unos con otros. La piedra, por debajo de la delgada corteza, se había fundido y surgía aquí y allá, en grandes chorros incandescentes, por las cimas muchas de las elevaciones que Cernunnos había creado, derramándose abundantemente sobre la superficie. Los enormes trozos en que ésta había quedado dividida flotaban sobre aquel mar de roca fundida, chocaba y rozaban, unos con otros, provocando enormes temblores.

Luv abrió la boca, en un gesto horrorizado.

—¡Se rompió, se rompioooooó! —gritó de manera desgarradora.

Comenzó hacer pucheros, que pasaron rápidamente a convertirse en sollozos, que dieron lugar a un estridente llanto.

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Sin dejar de llorar, desconsoladamente, Luv dio un manotazo furioso y la bola comenzó a girar sobre sí misma, de manera enloquecida, sin detenerse.

—Ya… no… la quiero —consiguió decir, entrecortada por los sollozos, mientras se cubría el rostro con las manos.

Pero, lentamente, su llanto cambió de ritmo y de tono y, súbitamente, cuando apartó las manos de su cara, los demás dioses pudieron atestiguar cómo su llanto se había convertido en una carcajada enloquecida.

—¡¡Está roto!! ¡¡Está roto!! —gritó con todas sus fuerzas y, reduciendo su tamaño, se precipitó sobre la superficie del mundo.

Fue a estrellarse sobre el suelo, causando un gran temblor. Se elevó a los cielos y giró y giró enloquecidamente. Los vientos se arremolinaron a su alrededor y barrieron el mundo de un extremo al otro, azotándolo con la furia de los huracanes y los tornados. Se revolvió, entre las nubes recién creadas y su movimiento hizo que ases de luz se desprendieran de ellas y con tremenda fuerza, golpearan la tierra. Esta danza de rayos hizo que Luv riera todavía con más fuerza y su risa se escuchara sobre las montañas y los valles.

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Sus lágrimas de felicidad, se unieron a las gotas de las nubes y pronto, los grandes espacios del mundo se llenaron con las aguas de abajo. Luv se enamoró de ellas y, al caer desde los cielos, sumergiéndose, hizo que grandes olas atacaran la tierra y hubiera aguas donde antes había tierra seca y viceversa.

Cita:

Luv se quitó las ropas y se quedó desnuda, frente a Cernunnos.

—¡Fóllame! —le pidió sonriente—. Todo esto me ha puesto cachonda.

hagamos así entonces, mándame tu idea, yo hago la mía y el lunes nos juntamos en el chat y mezclamos las dos.

Repentinamente Cernunnos se marchó en busca de la esfera que había aparecido en la mente de todos los Dioses que se encontraban en Asul-Adal. Su desplazamiento provocó fluctuaciones en el espacio apreciables en el mismo Cosmos. Directo, por puro instinto divino, fue a encontrar aquella Creación, se acercó demasiado. Chocó. Lo salvaje de la esencia de aquel Dios generó el Cambio mismo, completo, de toda aquella gran masa. Luvisi observó el trayecto de su Hermano y localizó el lugar exacto en el que se ubicaba la Esfera en el Cosmos. De su trono apareció un cubo, muy parecido al que había hecho aparecer anteriormente en su habitación. En él pudo ver algunas partes del Universo, observó el movimiento armonioso de otros cuerpos, parecidos a aquel que ahora era objetivo divino. La diferencia es que, los otros cuerpos que Luvisi observaba, flotaban y bailaban juntos, la esfera en la cual los Dioses se habían fijado estaba sola. El Dios del Orden quería que se manifestara en aquel lugar la misma armonía que podía ver en distintas partes de la Creación. Con lo que, deseándolo, cambio el espacio de su esencia. Apareció a una distancia cautelar de la masa. La observó, se fijó en ella, y en lo que su Hermano estaba provocando. Cambios brutales en su superficie, y en su interior. Por un momento Luvisi se despreocupó de lo que su Hermano Cernunnos hiciera allí, quería armonía en el baile que iba a crear. Comenzó con un pequeño trozo, de geometría indefinida, de tierra con igual constitución que la propia del objeto manipulado por Lo Salvaje. Era muy pequeño y no le gustó, una forma un tanto aleatoria. Lo chafó hasta dejarlo, con divina fuerza, en un plano circular, perfecto, sin apenas grosor.  Lo imposible para un ser inferior. Después comenzó a crear copias del mismo disco, pero esta vez las colocaba con un desplazamiento angular infinitesimal. Estos nuevos trozos pasaban por el disco original intersectándolo. Así mediante un número infinito de discos consiguió lo que sería conocido como una Esfera. Luvisi se había encontrado concentrado únicamente en la formación de aquella bella y exacta figura geométrica, y no se había fijado, hasta ese momento, que sus Hermanos, además del propio Cernunnos, habían decidido acudir allí y hacer cambios por su propia cuenta. En concreto Slanya parecía haber tenido la misma idea, pero el movimiento de sus masas no contaban con una armonía clara, predefinida por la misma Diosa y útil.  Así, el Dios del Pensamiento y del Orden, decidió que sus creaciones serían útiles. Con lo que, además de representar la armonía y la belleza del baile ordenado de las masas en el Cosmos Libre, representarían el valor de las Magnitudes Divinas de Tiempo. Pensó entonces en crear tres, al igual que su Hermana. La Idea de Tiempo la tenía definida conceptualmente en su esencia pero no tenía formar de mantener una cuenta exacta de éste. No existía mecanismo hasta que Luvisi creó el Reloj. El Reloj se trataría del conjunto de tres masas que quedarían bailando, orbitando, alrededor de La Esfera con unos tiempos previamente definidos.

-Hermanos, el tiempo está marcado en nuestra esencia, bien lo sabe Luciel quien reconoce que todo termina con el trascurrir del mismo. Sin embargo, no he encontrado lugar en este Cosmos, de Divina Inmensidad, que me permita llevar la cuenta del valor del Tiempo mismo. Por ello he decidido crear el Reloj.-Anunció con una voz alta, trascendente, profunda y sabia.  Entonces la Esfera que él había creado se multiplicó por tres. Las densidades de todas ellas serían las mismas, pero no así sus tamaños. Movió entonces las tres masas con un ligero golpeo distinto a cada una de ellas.-Una de ellas nos determinará el valor de 1 año cuando dé un ciclo completo alrededor de La Masa de Padre, y será llamada La Grande. Otra nos informará del valor del día, que será 1000 veces menor que un año, cuando dé un ciclo completo alrededor de La Masa de Padre, esta se llamará La Pequeña. Y la tercera representará el valor de un mes, que será 10 veces menor que un año, cuando dé un ciclo completo alrededor de La Masa de Padre, y será llamada La Menos Grande. El conjunto de estos tres entes, con su movimiento definido, será llamado El Reloj.
 

Así comenzaron a girar, danzar, bailar, orbitar alrededor de La Masa de Padre en la misma fase, con distintas velocidades y con distintos radios. Luvisi también tuvo en cuenta las masas que había creado su Hermana, para producir el ritmo del Tiempo, con el fin de evitar una disonancia demasiado grande.

Ahora aquel objeto poseía un hermoso Orden, que se encontraba en el Cosmos Libre, gracias a los seis objetos que orbitaban alrededor de él, ya no estaba solo.

Relajado y feliz por el logro de medir el Tiempo decidió bajar a la Masa de Padre para ver qué es lo que allí ocurría, con sus propios “ojos”. Allí ya se encontraba Gargoltar modificando una zona de la superficie, también estaba aún Cernunnos con los cambios a gran escala. Luvisi observó todo lo que le rodeaba y comenzó a compararlo con las demás masas que se encontraban flotando en el Cosmos Libre. Entonces observó que algunas tenían algo más que simple tierra, o humo, sino que poseían objetos en un estado distinto. Parecía una cosa con una estructura definida hasta que se le sometía a un movimiento. Aquello se llamaría fluido. Y en muchas masas se podía observar que este estado de las cosas inundaba una gran parte del territorio. Y se preguntó que por qué no había en aquel lugar, en la Masa de Padre. Decidió hablarlo con Cernunnos pues Luvisi pensaba que era él a quién le concernía, pues su Hermano era La Naturaleza. Pero entonces, sin saber nadie por qué, apareció Luv, con su esencia alocadamente caótica, y desplegó su energía por todos los lugares de aquella gran masa. Tornados y huracanes levantaban el polvo y la ceniza que había formado los terremotos producidos por el movimiento y la rotura de la corteza de aquella tierra, todo por cortesía de Luv. Era su esencia la que gobernaba, junto a la de Cernunnos, aquel lugar. Luvisi observaba todos aquellos cambios, era el caos mismo, era la representación de todos los poderes que poseía la naturaleza de aquella masa, naturaleza que le venía por la esencia misma de un Dios, del Dios de Lo Salvaje. Entonces todo se mantuvo, nada nuevo, tormentas, rayos, truenos, terremotos y volcanes… pero nada más. Parecía que Luv había parado, entonces fue cuando Luvisi miró y vio. Su Hermana, el divino cuerpo de la Diosa del Caos llamaba la atención del Cosmos mismo con su figura pasional, bella, arrebatadora, locamente atrayente… La esencia del Dios del Orden vibró y él lo sintió, no sabía por qué. Pero, al igual que anteriormente la confusión de la identidad de Luv había provocado disonancia y no le gustaba, no quería tener aquel sentimiento. Aunque parecía irrefrenable, ni siquiera un Dios sería capaz de parar aquella extraña fuerza.

Sin embargo, y gracias a aquella vibración de su esencia, una Idea floreció en Luvisi. Contemplaba a su Hermana, al Cosmos Libre y a la situación en la cual se encontraba la Masa de Padre. La armonía del universo, el caos del lugar donde se encontraban los Dioses y la propia esencia divina, todo se juntó en una Idea, en una y única Idea. La Divina Idea Universal de la Naturaleza y del Cosmos. Se trataba de conocer todos los mecanismos por lo que Todo se movía, se trataba de conocer toda Causa y todo el Efecto que vendría de dicha Causa. En ese momento, con aquella inspiración, algo, como si fuera la Chispa, explotó en la esencia del Dios del Pensamiento y del Orden, comprendió entonces el funcionamiento de Todo. Asul-Adal se vio afectada por la vibración de sus paredes y fueron éstas mismas las que comenzaron a brillar. También la figura de Luvisi emitía un fulgor luminoso visible desde la misma Casa del Infinito. Aquella Divina Idea Universal de la Naturaleza y del Cosmos llenaba toda la esencia del Dios. En ese momento, las paredes de El Hogar comenzaron a escribir en el lenguaje Exacto y Divino de los Dioses. Sentencias que definirían las Leyes que regirían la Naturaleza, todas y cada una iban apareciendo. Llegaron a llenar por completo el pasillo del Infinito. Con letras de luz se sellaban. El proceso del descubrimiento de los mecanismos del Todo acabó tan repentinamente como había comenzado. Se escribió la última sentencia:

“Y en última instancia, la base fundamental de la Naturaleza quedará determinada por Lo Salvaje del Dios Cernunnos y por lo Caótico de la Diosa Luv.”  Con aquella sencilla y precisa aseveración la luminosidad que desprendía el cuerpo de Luvisi se desvaneció, dejándole agotado y confundido, pues su esencia había conectado con el Cosmos mismo y había sido agitada con la fuerza de la Chispa. En su estado no podía hacer nada más que dejar caer su cuerpo en el Trono que le esperaba en Asul-Adal. Dejó el Orden en la Naturaleza del Mundo y en la del Cosmos Libre con la última Luz que había brotado del cuerpo divino de Luvisi, la cual flotó, acarició, roció y tocó a ambos.  

Luciel vio las creaciones de sus hermanos y sin saber porque tuvo envidia.
Sobretodo del astro creado por el quemado.

Sin pensarlo alargo su mano ,atraveso la tierra creando un crater y hizo un gran agujero hasta el nucleo del planeta.

Toco el poder primigenio que habitaba en el centro mismo del mundo y bañandolo con su sangre creo la magia primigenia,el material de la imaginacion y los deseos.

Alli en las profundidades abysales del mundo puso su trono desde la casa de los dioses.

Para vigilar la creacion y hacer cumplir lo que el fin de los dias marcaba.
Odio la luz y viendo la estrella que iluminaria el planeta, tomo una decision..

Cuando la luz o el dia se fuera su sombra ,la sombra de Luciel surgiria del centro de la tierra y cubriria todo aquello creando un nemesis para el dia, la noche ,y los habitantes diurnos lo temerian pues la muerte ,serian las tinieblas.

Asi viendo las lunas de su hermana tambien tuvo envidia y llevado por ella creo la gravedad. Que hacia que los astros o lunas creadas por su hermana bailarian alrededor del mundo a su ritmo como atados o encadenados por la ley.
Y todos los seres y cosas estarian aplastados y dominados por el peso que surgia del interior del planeta.

Pero aquello no era suficiente asi alrededor del gran pozo la oscuridad seria permanente , poniendo grandes nubes tenebrosas y oscuras,aquel lugar seria lo mas inhospito posible .Desiertos de arena,de cenizas ,volcanes y pantanos habitaban la zona y algunos de estos tendrian pequeños mares mas profundas que algunas de las montañas mas altas del mundo ,oscuros como la noche.

Con la creación firmemente vigilada, ya no tenía nada más que hacer allí, aunque bien podría haberme decidido a bajar y comprobar de primera mano los estragos que estaban causando. En su lugar, decidí regresar a Asul-Adal y esperar a que el pequeño planeta ahora rodeado de asteroides y quebrado por más de un sitio, fuera lo suficientemente afortunado para que mis hermanos dejaran de prestarle toda esa destructiva atención.

Ya en la casa del infinito, volví a sentarme en mi oscuro trono mientras premanecía vigilante. Los dos tríos de lunas que Slnaya y Luvisi habían colocado me permitían gozar vislumbrar incluso lo que ocurría en las penunbras del pequeño mundo, pero los pozos... esos malditos pozos eran diferentes, resultaba imposible que mi ojo llegará hasta su fondo, al igual que su oscuridad tampoco podría llegar a abandonarlos completamente. Supuse que Luciel estaría tan complacido por ello como yo mismo, aunque ambos discréparamos de la parte que preferíamos de dicha ecuación.

Ambos os disteis cuenta, de que vuestra meta y objetivos se parecian bastante y que vuestra opinion sobre el resto de hermanos era bastante parecida, sin decir media palabra, os disteis cuenta de que un vinculo parecia uniros, los actos de un en un principio parecian agradar al otro, y eso os daba la sensacion de que uno compartiria confidencias con otro.

Era una afinidad, por lo que creiais correcto.

Luciel quedo satisfecho con su gran pozo de oscuridad y con la desolación que lo rodeaba.

Pero decidió que aquello no era suficiente. Así pues rodeo el pozo de un gran desierto de arena e insuflo magia en el .

Todo aquel mortal que quisiera llegar hasta el debería atravesarlo,fuese a pie ,o volando o de cualquier otra forma .

Y no daría la tierra una brizna de hierba ni comida ninguna,ni el cielo agua.
EL que decidiera atravesarlo pasaría una prueba de fe sin suministros mas que los puestos ,fuese a la velocidad que fuese tardaría 5 días en atravesarlo ,en el camino haría la penitencia y ganaría el favor para llegar a su reino así pues creo el desierto de los penitentes .

El primer anillo hacia su reino.

Pero viendo toda aquella desolación decidió también que crearía una zona diferente y creando 3 grandes burbujas arranco mas al sur 3 porciones de tierra creando 3 islas.

2 valles los soplo y los coloco en el cielo flotando y el tercero lo introdujo en las profundidades del mar marcando así 3 nuevos lugares donde los suyos pudieran vivir en un futuro .

Alpha y omega las montañas voladoras y Atlas la ciudad del fondo del mar.

Después de ello Luciel descanso ,pero algo mas debía hacer así fue hasta el encuentro de su hermano Luvisi y le hablo.

-Hermano tu que eres el observador del universo y has visto la creación que deberíamos crear también un orden en el tiempo ,hay demasiada luz,la estrella de Izkaal es como un Astro triunfante que domina y aplasta el resto del firmamento no debería a su vez existir una nemesis algo que mantuviera un equilibrio?

Paseando por el mundo como sólo un dios podía hacer, contempló las obras de sus hermanos. Verdaderamente, cada deidad aportaba su personalidad a un espacio aún por formar, que sería la mezcla de todos, y a la vez algo totalmente distinto.

Hubo muchas cosas que le gustaron, y su metódica mente empezó a elucubrar sobre las posibilidades. En lo primero que reparó fue en el intenso fuego que había bajo la superficie de la esfera.

-Un buen fuego para una buena forja...

Entonces, en las mismas montañas donde plantó su plateado disco, alzó una montaña más. Ésa montaña era parecida a aquellas que había escupiendo fuego y condenación, y a la vez era totalmente distinta. No era natural para nada, de hecho, parecía una obra de arquitectura colosal y muy elaborada. La montaña no escupía fuego, sino que lo mantenía en su interior, fluyendo tranquilo por cauces planeados por Gargoltar. El calor dentro era considerable, pero pensó que aquello podía ser un gran taller.

-A partir de ahora, ésto sera La Forja de Gargoltar.

La voz retumbó en la vaciada montaña, con sus corrientes de lava. Y un burbujeo generalizado indicó que el lugar aceptaba su nombre, y que lo llevaría con orgullo.

-Pero toda Forja necesita un yunque...

Entonces, el dios recordó parte de su viaje hacia Asul-Adal... y unas estrellas que se cruzó a su paso. Tenían un mineral que le llamó poderosamente la atención... sí, había replicado ése mineral en el mundo, pero pensó que su idea tenía algo de poético. Asi que salió de la montaña, y extendió las manos hacia el cielo, a pesar de ser pleno día y no haber nada. Pero el cinturón de estrellas captó la llamada de "El Forjador", y empezó a desplazarse hacia la esfera de Padre. Sabedor de que el choque de las estrellas podía resultar fatal, la afilada mente del dios empezó a trabajar las estrellas como un cincel mientras avanzaban, convirtiéndolas en esferas de un tamaño reducido (reducido para la forma del Dios, unas esferas de cinco metros de radio, que eran como canicas en su mano), salvo una de ellas, que adoptó otra forma: la de una gran losa. Recogió todo aquello antes de que tocara el suelo. Guardó las esferas para un uso posterior, pero la plancha la dejó en el centro de La Forja, y la aseguró, para sentenciar:

-He aquí el Yunque Estelar.

Luvisi se encontraba en estático movimiento, levitando, en su habitación. Luciel había vuelto y su presencia era notable en la casa del Infinito. Caminó por el Pasillo Infinito, las paredes del cual se encontraban recubiertas de sagradas certezas, y apareció una puerta. Blanca y lisa, simple. Aquella era la entrada que cogió el Dios del Muerte para ver a su Hermano. “Hermano, tú que eres el Observador del Universo y has visto la Creación que deberíamos crear también un orden en el tiempo, hay demasiada luz, la estrella de Izkaal es como un Astro triunfante que domina y aplasta el resto del firmamento no debería a su vez existir una Némesis, ¿algo que mantuviera un equilibrio?” Luvisi despertó, por la presencia de su Hermano, de su estado relajado. Escuchó sus palabras y en aquel momento, quizá por la conversación de los dos Dioses o bien un acto fortuito, una masa explotó. Era como la de su Hermano Izkaal, brillaba por sí misma. Sin embargo, ésta era gigantesca, mucho más grande y tras la explosión sus dimensiones se hicieron más pequeñas hasta que desapareció. Solamente los ojos de los Dioses podrían ver la Oscuridad misma, aquello era destructivo, aquello era Muerte. Se “tragaba” masas más grandes, otros objetos que brillaban, todo lo que a su alrededor se encontraba desaparecía más tarde o más temprano. Tras aquellas observaciones y pensar en lo que su Hermano había sugerido, Luvisi creyó que tenía razón. Pero era obvio para los dos que no podían, no debían, colocar aquello cerca de la Masa de Padre. Con lo que la primera idea de Luciel era la correcta, crearían un Astro Oscuro, en lugar de dar Luz, daría Oscuridad. Sería la representación del Final, de la Muerte, y, en definitiva, de un nuevo comienzo. De esta forma la balanza se equilibraría y se culminaría el Orden del Cosmos Libre que envuelve a la Masa de Padre que deseaba Luvisi.

-Acompáñame.-sugirió el Dios del Orden y del Pensamiento. De esta forma salieron de su habitación y se dirigieron al Objeto de Deseo.

El espacio de sus cuerpos había cambiado y estuvieron delante del Astro Blanco. Luvisi creó una Esfera, como anteriormente había hecho, y cogió una mínima energía de aquel Astro. La multiplicó y la esparció por toda aquella masa, la luz que emitía aquel objeto inerte era tan intensa como su “padre”.

-Ten, esta será creación tuya en última instancia.-Luciel cogió aquella Esfera de Luz y la esencia del Dios envolvió la esfera, se endureció y quedó sólida. Ambos dioses se quedaron mirando aquella creación. ¿Por qué ha “muerto”? Pero no había muerto, Luciel apretó aquello, actuó como si fuera por un instinto divino, y la masa comenzó a exhalar Oscuridad de igual forma que la Luz salía del Astro de “el Quemado”. Lo dejó quieto en el Cosmos Libre, se quedó estático. Miraron a aquello.

-El Astro Oscuro tiene que aparecer en el principio y el final mismo de cada día, pues eso es la Muerte; un triste final y, a su vez, un nuevo inicio.-Con aquella sentencia, el dúo de los Dioses posaron sus manos y empujaron con suavidad divina al Astro Negro, al Némesis, al Astro Oscuro. Sin embargo fue aquel empujón el que le dio demasiado impulso.

El movimiento del Astro quedaría así con un movimiento que otorgaba a la Masa de Padre con dos fases nocturnas y dos diurnas. El Fin y el Inicio de un nuevo día llegarían de la mano del Astro Oscuro. Después del Inicio, vendría el Despertar cuando llegue la Luz con el Astro Blanco. Posteriormente aparecerá de nuevo el Astro Oscuro para que nadie olvide que la Muerte nunca desaparece. La esperanza llegará bajo la aparición del Astro Blanco y la Nueva Era. Finalmente será El Némesis de Luvisi y Luciel el cual cerrará el ciclo del Día. Y el Legado, dejado por aquellos que habitasen en el Día, será dado a aquellos que vivan en el nuevo Despertar. En el comienzo; La Pequeña y el Astro Oscuro se cruzarán.

Así el Ciclo del Día quedaba definido y el balance entre Oscuridad y Luz se alcanzaba con los dos Astros.

La Sombra que daba el Nuevo Astro no daba calor por ahí por donde “alumbraba”. Causaba que algunos lugares, aquellos por donde la penumbra era más profunda y la energía del Astro Blanco escaseaba, se quedasen fríos y sus terrenos fueran cubiertos por agua en estado sólido. Aquello se llamaría nieve y hielo. Luciel y Luvisi aún se encontraban en el Cosmos Libre, Luvisi observó los distintos terrenos de la Masa de Padre y los cambios que allí se habían producido gracias a la creación de aquel dúo de Dioses. En una zona de la masa aparecía un gran terreno frío y sombrío, mientras que en la zona contraria se encontraba La Forja de Gargoltar.

El Dios del Orden y del Pensamiento lo vio y supo que tenía que haber un mayor equilibrio. Así que, después de la creación junto a Luciel, bajó a la Masa de Padre y allí, en la zona donde la Sombra del Astro Oscuro más tiempo la acariciaba, decidió crear una Cordillera, un conjunto de montañas. El cuerpo de Luvisi se agrandó, hasta una altura considerada, y movió su brazo dejando la palma de la mano mirando a la tierra. Un fulgor salía de aquella extremidad. El suelo comenzó a levantarse y comenzaron a crearse una serie de montañas que se extendían desde un punto central, un volcán de grandes magnitudes ya inactivo por el frío y el tiempo. Aquella formación geográfica poseía una cierta forma semicircular, como si fueran las montañas los muros que protegieran aquel lugar concreto. Los vientos no pasarían por uno de los lados, pues las altas rocas lo taparían, y por otro las ventiscas serían frecuentes.

Y así por fin, el equilibrio quedaba definido tanto en la Masa de Padre como en el Cosmos Libre que la envolvía. Luvisi quedó satisfecho con aquel Orden. Se fue ya cansado hacia sus aposentos, allí descansaría por un largo tiempo.

¿Así que al final tubo que inclinar la balanza? No podía contentarse con que yo mismo hubiera limitado mi creación para no molestarle... no. Debía meter al Observador para que "equilibrara" las cosas...

Meditaba sobre la creación del Astro Negro, sus creadores y las consecuencias que ésto podía provocar, aunque eso significara rebajarme al nivel de Luciel e ir a llorar ayuda a Luvisi o a cualquier otro de nuestros hermanos. Pero no necesitaba hacerlo. Es por ello que decidí ir en su búsqueda para declarar mi sentencia frente a él aunque dirigida a todos los dioses.

- ¿Quiéres equilibrio susurrador? Que así sea entonces. Has rechazado mi creación y manipulado al Observador para crear su némesis, es justo entonces que ninguno de tus retoños disfruten de ella y ardan bajo su exposición, obligándoles a existir bajo la oscuridad que tu mismo has deseado para ellos.

Acabo, consciente que al clamar justicia es muy provable que al autoproclamada "la justa", se digne a ratificar o condenar mi declaración.

Luciel sonrio ante la acusacion de su hermano.

¿Que yo hize que?Oh, por favor,manipular. Solo hice algo para mantener el equilibrio que tu corazón había roto,o pensabas reinar y espiar durante la mayor parte del día.
Venga hermano no te pongas asi,despues de todo nadie ha detenido la creación de otro,hemos sido hechos con libertad y esta ha sido respetada por todos .O alguien te impidió la creación de las lunas o el reloj,no nadie lo hizo ,solo puse un poco de chipa a un planeta algo aburrido..-termino en un tono mas gracioso

Si crees que eres mas que el resto tu o algún otro de nuestros hermanos y no nuestro igual adelante haz algo,pero estarias poniéndote en evidencia ante todos

Por mí, follamos, pero no sé si el Master estará de acuerdo. En cualquier caso follamos y describimos los nacimientos en un post posterior.

Se que sos muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy caotica, pero mándame el mail!!!!! -_-