Partida Rol por web

La doctora quedó solamente medio satisfecha ante la idea de que únicamente enviarían los datos al ordenador de abordo. Hubiera preferido que alguien se lo explicase personalmente, pero le daban la opción de participar en la investigación, por lo tanto, no iba a tentar la suerte quejándose más.

Pensó en el nuevo capitán, pero realmente lo que le importaba es que no pudo ayudar al anterior, y eso la hacía sentirse insegura, algo que no había experimentado nunca antes. Necesitaba ponerse lo antes posible de nuevo a trabajar y dejar atrás aquellos sentimientos extraños y negativos. Se alegró de que fuera todo tan rápido y pronto conocieran al nuevo capitán y su primer oficial. El hecho de que fuera medio klingon medio betazoide, le llamaba poderosamente la atención.

Después de mucho tiempo, miró a sus compañeros, parecían todos tan afectados como ella, menos el Teniente Comandante Ledger, siempre estaba con esa mirada fría que no dejaba nada entrever qué pensaba. Lo cual la fascinaba cada día mucho más.

Kunaar se levanta tal como lo ha hecho el Almirante, aunque no se mueve de su posición, a la espera de que el resto de los presentes salga. Mientras el resto sale de la sala, dice.

Almirante, si me disculpa, me gustaría comentar algo con usted.

-Comandantes y tenientes comandantes -les llamó la atención mientras salían -Durante mi conversación con la Comandante Kunaar mi asistente la teniente Arjin Daerx los llevará al comedor de la base y si lo desean, luego los llevará a dar un recorrido por el lugar -les indicó con la mano que esperaran afuera -Teniente Daerx -la llamó por el comunicador.
-Sí, almirante -se oyó una voz femenina.
-Acompañe a la tripulación de la Excalibur que está fuera de la sala de conferencias al comedor de la base y luego deles una recorrida por los sectores permitidos a las visitas.
-Por supuesto almirante.
La puerta se cerró tras la el resto de la tripulación y el almirante se giró hacia Kunaar mostrando receptividad a sus palabras -La escucho comandante.

La tripulación pudo ver acercarse a una fémina que se contoneaba suavemente por el corredor de la base, cuando llegó hasta ellos les dijo -Supongo que son la jefatura de la Excalibur, soy Arjin Daerx, la consejera de la Base 23, tal parece que les voy a hacer de guía.

Por mi puedes guiarme donde quieras... pienso para mis adentros.

Si almirante.  -dijo afirmativo y algo orgulloso de la metacivilización que finalmente escogió para vivir.  Me gusta que la Federación mantenga sus estándares de intervención y armas.  Una restricción ética, mm, similar a las razones de los klingon, aunque ambas éticas (mía, la dellos, ¿quien soy?) sean tan diferente.  

Los romulanos seguro nos ven débiles por ponernos restricciones en cómo y con que atacar.-

¿Hubo algún momento en que el capitán estuvo solo para ser expuesto él a este virus o simil biológico, mientras el resto de la tripulación no?  ¿Quien de las jefaturas estuvo con él en el equipo explorador el día que enfermó? 

Comandante Mertens, -confiaba siempre en el juicio del ocampa para mapear las ventajas y debilidades de cada uno del equipo, incluyendo las suyas, por eso sin dudar lo había pedido como primer oficial para el Excalibur- ¿quien de nuestro equipo sabrá más sobre arqueología para ver si es algo antiguo o que dejaron atrás?  ¿Cual es la especialidad de nuestra jefa científica y nuestra doctora?  

¿Alguno de las decenas de especialistas en la nave han trabajado en la historia moderna y antigua de esta sección de la galaxia? 

La doctora se despidió oficialmente del Almirante y salió de la sala.

Cuando vio llegar a la fémina contoneándose, entrecerró un poco los ojos, Bufff suspiró, pues que bien. Se quedó atrás mirando cómo babeaban los machos del grupo, esperando no resbalar después, con tales cantidades de testosterona se podía repoblar cualquier Luna desértica.

Era imposible no fijarse en las curvilineas formas de la ayudante Daerx, al menos si se tiene sangre en lasvenas. No obstante cuando Eclecson logró llegar a la cara se fijó en las motas que tenía. Recordaba algo sobre eso. Algo sobre un huesped, pero no estaba seguro de qué era.

Bah. Que importa. Mejor dejarse llevar.

Encantado de conocerla Teniente. ¿Qué hay interesante por aquí que nos pueda enseñar?

La pregunta le cogió por sorpresa. Nada en los informes indicaba que sus subordinados tuvieran conocimientos especiales de historia. No obstante, era posible que los oficiales científicos los tuvieran. Y, en realidad, no era tan relevante. Las poderosas bases de datos y archivos de la federación podrían serles de ayuda en ese cometido.

-No lo se, señor. Pero encontraremos una solución a este problema. Me inclino a pensar que en Calder II se encontrarán las respuestas a nuestras preguntas.

Miró al almirante y le preguntó una de sus dudas.

-Entonces, ¿Nuestra tripulación sigue en cuarentena o podemos zarpar con ellos en cuanto nos sea posible?

-Con respecto a sus preguntas -se dirigió a Tova'Daq -El capitán Johnson había bajado a Calder a hacer trabajo de campo que sirviera para el expediente de sus subordinados, era un trabajo de principiantes pero a los alférez y tenientes junior que bajaron con él les servía, de las jefaturas no estaba nadie porque, como repito, era algo rutinario, de práctica. En un instante, por lo que le pudimos sonsacar a los integrantes del equipo, él se separó y se fue a explorar una cueva -explicó -Puede ser que allí haya entrado en contacto con el virus aunque no sabemos cómo ni por qué a los otros no les afectó.
Luego retomando la pregunta de Mertens dijo -Pueden, y deben -los miró fijamente -Se los ha llamado aquí para que zarpen con ellos a su misión directamente luego de la ceremonia de toma de posición de la nave como capitán, recuerden la relevancia del patrullaje y de la diplomacia, el ambiente en el Cuadrante está tenso.
Se tomó unos segundos antes de seguir para que pensaran en sus palabras -Bueno, ahora debo dejarlos para hablar con su tripulación antes de ir al Excalibur, si lo desean mi asistente la teniente Dearx puede hacerles un tour por la base y luego puede llevarlos al comedor de la base para degustar diversas comidas del Cuadrante. En cuanto termine nos encontraremos en la sala de teletransportación, ¿les parece?

-Encantada de conocerlos también -respondió a su vez con aire galante -Creo que mejor vamos primero a la cafetería, estoy segura de que les gustará el menú, tiene lo mejor del Cuadrante -sonrió de costado pícaramente mientras se ponía las manos en la cintura, luego comenzó a caminar sensualmente por el corredor, segura de que ustedes la seguían.

Pasado el primer momento de ofuscación, recuerdo a mi esposa, y considero que un oficial de la Federación no tendría que hacer estos comentarios... aun siendo para uno mismo. Aunque hay que decir que la chavala no desmerece nada... y no se por que, pero creo que nuestra guapa doctora se ha puesto un poco celosa, a juzgar por la cara que pone. Cuando oigo la palabra cafeteria, que asocio con comida, ya no hago caso de los contoneos de nuestra guia. Es más, empiezo a charlar con mis compañeros, en un intento de aflojar la tensión que antes se había creado en la sala. - ¿Entonces, Comandante Eclecson, ya ha limpiado los tubos de la nave? No se olvide de sacarle brillo a los tubos Jefferies

Ledger se puso tenso cuando escuchó la palabra "consejera". Decenas de malos recuerdos pasaron por su mente. No quería que nadie volviese a hurgar en su mente. Temía de forma casi supersticiosa que le arrancasen trozos de él con cada una de las sesiones. Saludó como el resto y deliberadamente se quedó detrás de todos los demás miembros de la Excalibur, andando lentamente y atento a todo lo que sucedía a su alrededor.

De repente había perdido el apetito.

No se porque, pero no me atrevo a bromear con Eliott. ¡Ese sujeto me da miedo, y más con las caras que pone!

Daremos lo mejor de nosotros para cumplir con ello almirante, téngalo por seguro.  Han elegido bien al llamarnos a esta misión y lo demostraremos.  

-haciendo tova'Daq una pausa para reducir un poco la formalidad y el poderoso sentimiento de compromiso y cometido que lo envolvía, continuó:  Iremos pues a conocer la base y ¿acabando de comer nos reunimos en la sala de teletransportación?

Y estimado comandante -le dice mentalmente a Mertens- creer que las bases de datos tienen todo es un error común.  Si no se tiene a quien sepa formular bien las preguntas, tener toda la información del mundo no sirve para tener ni una sola buena respuesta.

Estando al final del grupo, la doctora observó claramente como el rostro del Teniente Ledger se endurecía y se quedaba unos pasos atrás, a mi altura.

- ¿Se encuentra bien Ledger? le dije en voz baja para que el siempre adorable Teniente Lightman, no escuchase nuestra conversación. Parece que en vez de gustarle la hermosa dama, le haya dado un mal augurio. La mujer le sonrió de manera natural, tratando de aliviar su tensión. No es que hubiera hablado mucho con él, pero siempre había una primera vez.

La Teniente Daerx debió de ser consciente de sus miradas, como para no hacerlo, y siguió el juego con su manera de moverse. Parecia que se aburría mucho en la estación. No obstante, la idea de la cafetería y un poco decomida era también muy agradable.
Mientras seguían a su escultural guía Lightman pareció interesarse por socializar, por lo menos con Eclecson. Lo cual era un poco fastidoso, ya que prefería seguir haciendo preguntas a la encantadora Daerx.

No se preocupe Lightman, mis muchachos lo tienen todo impecable, incluso se puede comer en ellos. Puede darse una vuelta cuando quiera.

Ledger se paró un segundo y se fijó en la doctora. La miró con los ojos azules y simplemente forzó a sus labios a adoptar la forma de una sonrisa. Quizá era la primera que la doctora veía en el Teniente Comandante desde que este fuese destinado al USS Excalibur. 

Gracias doctora, le agradezco la preocupación. Simplemente... -Ledger calló un segundo como si buscase una respuesta adecuada- Simplemente me siento incomodo ante la presencia de consejeros, tengo a tomar mis pensamientos como solo míos.

Miró al resto de la comitiva que parecía ir alejándose por el pasillo siguiendo a la Teniente Daerx como dos perritos falderos. Vamos, no nos quedemos atrás -dijo acelerando el paso-.

Y tenga cuidado con no resbalar con el rastro de baba que van dejando nuestros dos oficiales detrás de Daerx. Le guiñó un ojo y continuó andando resumiendo su pose estoica que había mostrado siempre.

La doctora hizo una mueca cuando vio la sonrisa de Ledger, con lo guapo que era y solo sabía sacar algo forzado y hasta incómodo.

Le sonrió abiertamente, De nada, obviamente si no soy yo quien se preocupe por ustedes, creo que les iría muy mal abordo. Le guiñó un ojo.

Después se puso seria de nuevo... ¿Consejeros eh? asintió como comprendiendo sus ganas de preservar su intimidad. Seguramente ha tenido algún problema o incidente con ellos, sino no se pondría tan a la defensiva. Intentaré averiguarlo en su ficha pensó la doctora, no quiero que haya problemas si nos encontramos con otro mucho menos agradable y contoneante.

Sin embargo, no pudo evitar echar una risilla divertida al escuchar su comentario, Jijiji es lo mismo que había pensado yo. Idéntico. Jajajajja. trató de contenerse, pues no era plan que la escucharan reirse, además de que Ledger había vuelto a su estado serio y frío y parecería que se reía sola, lo cual la divirtió aún más y le fue imposible aguantarse. Jajajajaja.

- Cielos, Teniente Comandante Ledger, no se ponga tan condenadamente serio o pareceré una loca riendo sola. Jijijiji dijo de manera totalmente cordial, no sabía por qué pero aquel hombre a pesar de su frialdad, le parecía tan agradable...