Partida Rol por web

El descanso ha sido muy placentero, sobre todo para los viejos y cansados huesos de los maduros Grey e McGinty. La pasada noche quedásteis en bajar temprano a desayunar, a las 7 de la mañana, para así poder preparar bien el plan de acción para el día, así que a esa hora os vais encontrando en el comedor, donde hay preparado una especie de buffet donde podéis serviros los alimentos vosotros mismos, una práctica poco habitual en vuestro país.

En el comedor os encontráis a Allan Grey, que ha sido el primero en bajar, pensáis que porque fue el primero en acostarse, pero unas pequeñas bolsas bajo sus ojos indican que no ha pasado toda la noche durmiendo.

Os reunís todos, incluso Emma, en una mesa redonda, donde cada uno da cuenta de los alimentos que él mismo a escogido, entre salchichas, algunos tipos de fiambre, quesos, huevos, bacon, así como pan blanco y una gran variedad de repostería.

Es hora de planear el día. A estas alturas no se os pasa por la cabeza abandonar el país sin saber qué le ha pasado a vuestro amigo, Karel Urba, y sobre todo conocer la naturaleza de esa estatua que tanto os llama la atención, y que todavía no habéis visto más que en unas fotos.

creo que hay que hacer dos grupos, uno que se dedique a buscar la estatua y otro que se dedique a buscar al profesor, tambien seria interesante buscar un traductor. Los que busquen al profesor deben ir lo primero al balneario, bien, vosotros direis como quereis distribuiros....

Aunque la proposición de Stapletton me parece la más juiciosa, la peregrina posibilidad de terminar compartiendo grupo con los más veteranos cruza como una sombra por mi mente. Miro a Vincent esperando que sea consciente de la situación y solicito su consejo -¿Tu que dices...?

El anticuario escucha atentamente mientras llena una taza de café y multiplica la ración de embutido y pan en su plato. Prácticamente coge un poco de todo lo que es capaz de alcanzar, lo cual no deja duda alguna respecto a su buen apetito.

Pasándose la mano por la barbilla, parece recordar meditabundo que quizás vaya siendo hora de un afeitado. Pero sin dejar que el pensamiento le enturbie, toma un sorbo de café y comienza a untar mantequilla en un trozo de pan.

Pauli come con hambre, pero sin voracidad. Tostadas, huevos y bacon. Un café con leche. Y luego selecciona cuidadosamente un par de raciones de pastel, de chocolate y de frambuesa.

-Si les parece, yo me dirigiré a la casa de empeño con la papeleta en cuestión. Quizá con un poco de suerte, pueda desempeñar lo que sea que haya allí. Y quizá el no conocer el idioma sea más una ventaja que un inconveniente en este caso. Imagino que el prestamista chapurreará el inglés, como mínimo. Pero la dificultad del idioma justificará que yo no responda a cuestiones embarazosas...

Les dice mientras relame ligeramente sus labios, después de saborear el dulce.

bien, entonces por lo que veo, la idea de separarse es la que mas auge esta cogiendo...si alguien quiere acompañarme al balneario....creo que en mi calidad de medico estaria justificada la visita.

Escucho con atención los planes de cada uno sin atreverme a decidir antes de que Vincent hable.

Un hombre joven entra en el comedor, con un violonchelo, y se coloca en un rincón de la sala a interpretar una pieza de Mozart, una de sus sinfonías. Con esa música ambiente dais cuenta de vuestro copioso desayuno, mientras hacéis los planes para el día.

Parece claro que os vais a dividir, y también parece buena idea separar a la recién llegada de los más ancianos del grupo, para salvaguardar el buen ambiente y todo eso, al menos de momento.

El doctor Stapletton opta entonces por marchar al balneario, y Vincent no tarda en ofrecerse, junto a la joven escritora, mientras que Idan y Allan prefieren quedarse en la ciudad e ir al anticuario, un objetivo mucho más sencillo, a priori, al menos por la distancia.

Ambos grupos acuerdan en volver a verse en el hotel, sea cuando sea que terminen sus pesquisas, aunque es lógico que los que se queden en Praha terminen antes, ya que los otros deben salir de la ciudad y moverse por Checoslovakia hasta llegar a Marienbad. La idea de recoger a Jaroslav para tal menester se hace doblemente apetecible, primero para que les guíe por las carreteras, y segundo, por qué no, para que él ponga el medio de locomoción. Qué diantres.

Los que quedan en la ciudad optan por pasar antes por casa del mentor de Idan, y así moverse con alguien oriundo, que les pueda sacar de algún atolladero. No será por falta de amistades y ayudas, no.

Martes 21 - 15:35 horas - Restaurante del hotel Pariz - Praga

Vincent, Idan y Allan descansan en el restaurante tras terminar de dar cuenta de su almuerzo, cuando aparecen, por fin, el otro grupo de investigadores. John y Emma caminan con vincent en medio, éste último lleva la cara tapada con un pañuelo. Los tres se acercan a la mesa de sus amigos, lo suficiente para que éstos puedan ver que tras el pañuelo se esconde una pequeña brecha en la parte superior de la boca de Vincent, y que el pañuelo está manchado de sangre.

-Caballeros- el saludo es escueto pero se nota la tensión y la preocupación en mi voz. Me quedo mirando al doctor Stapletton para que sea él quien decida si nos paraos o continuamos hacia la habitación para terminar de curar a Vincent

En seguida me pongo en pie, más como un gesto automático por la dama que por otra cosa, pero al hacerlo me doy cuenta del estado en que parece estar Vincent.

-¡Vaya! ¿Qué le ha ocurrido?

Me acerco a ellos, dejando la mesa, por si necesita ayuda para andar, sustituir a Emma en ello. Pero veo que ha sido una brecha en el labio.

-¿Se ha peleado...?

-La verdad es que este no es el mejor sitio para hablar de ello- lanzo una significativa mirada alrededor en busca de alguna actitud sospechosa o alguna cara conocida

-Claro... comprendo.

Miro con discreción a nuestro alrededor, siguiendo la actitud de la mujer. Bajando la voz, les digo mientras hago un gesto con la cabeza a Idan y Allan, aún sentados, para que nos sigan:

-Bien, subamos a su habitación, Vincent. Echaremos un vistazo a su herida...

Y empiezo a andar hacia las escaleras.

Los seis abandonáis el salón con discreción, aunque Emma mira sigilosamente en busca de caras atentas a la escena. Por suerte no parece que haya nadie especialmente atento a vosotros.

Entráis en los aposentos de Vincent, donde el doctor realiza una cura más sosegada del fuerte golpe recibido por el investigador. El resto puede ver que la brecha es brutal, aunque no corre peligro.

John le cose dos puntos de sutura en la brecha, haciendo un trabajo limpio y casi perfecto, el cual, casi con toda seguridad, no dejará más que una cicatriz poco pronunciada. Un gran trabajo médico, sin duda.

De la forma más sosegada de la que en estos omentos soy capaz, me acerco a la ventana y miro cuidadosamente al exterior mientras terminan de curar a Vincent. Aunque mi intención era esperar a que mis comañeros comentasen lo sucedido no puedo evitar hablar antes de tiempo. -Nos amanezado de muerte si no abandonamos inmediatamente Praga.

-dadias....

mientras realiza muecas en pos de intentar hablar correctamente, esta mas dolido en su orgullo que el mismo dolor..

-No hables, no sea que se te saltan los puntos- la frase suena sobreprotectora mientras abandono la ventana y me coloco junto a Vincent -Es evidente que nos están vigilando, tendremos que ver quuienes estamos dispuestos a correr el riesgo de continuar... Jaroslav, por lo pronto ya nos ha abandonado

-Bien, cuentenos con detalle lo ocurrido... ¿quién demonios les ha amenazado de muerte?

Saca con mano temblorosa su pipa y el tabaco de su bolsillo, y procede a preparse para fumarla. Mientras, va murmurando.

-Pues nosotros nos hemos topado con alguien que quizá tampoco quiso colaborar, o largarse. ¡Maldita sea! Esto está volviéndose más peligroso cada segundo que pasa, y más incomprensible también...