Partida Rol por web

La druida miró al hombre con una sonrisa ligeramente molesta - si representas a esos tal Zaffa si, quiero hablar,... - hablaba sin tapujos y sin más que una idea directa - no me acaba de gustar tener que enfrentar a demonios, por lo que si os queréis cargar la ciudad, pues me importa bastante poco, más sitio para la naturaleza, pero hay formas más directas de hacerlo. Si se quiere algo bien hecho se tiene que hacer directamente y sin tantas tonterías, o por lo menos mandar a alguien de confianza.

Sus puños en las caderas, directa y firme, su hermano lupino tal vez se preguntaba por que narices respondió él a la llamada de una tarada como esa, pero si se llevaban tan bien, tal vez su respuesta a la druida fue buscando a alguien que le complementara.

- si no me desagrada, lo que sea que llevéis en el barco, quiero ofrecerte mis servicios para proteger la mercancía y que siga en el barco como debe, no me gustan los juegos de manos más allá del entretenimiento. Si ofreces algún pago, no quiero que se realice con oro ni en ningún otro material repulsivo y metálico. Me mantendré junto al cargamento hasta el momento en el que deba retirarme. ¿que dices?

- Shinobu no es muy de pararse a pensar las cosas- asintió Violed recordando algunas de las intervenciones de antaño.

La muchacha estaba ahí plantada, con la seguridad que dan la ignorancia y la juventud, o al menos eso pensaba Violed que diría su padre. Shinobu era una chica volátil, de impetuoso carácter. No sabía de qué demonios hablaba con los marinos pero estaba segura de que las palabras justicia y naturaleza formarían parte del discurso.

- Quizá sea mejor, sí, que no nos relacionen como grupo. Será más fácil pillarlos desprevenidos.

No es que seguir a Lilith sea lo que más me apetece pero no voy a dejarla sola con tanto dinero y siendo tan llamativa...

En el mercado nos separamos por un rato y cuando consigo encontrarla de nuevo, no parece tramar nada bueno, de todas formas no me interpongo en sus juegos.

-Espero que hayas sacado un buen precio-la digo mientras caminamos de comercio en comercio derrochando un dinero que no es solo suyo.

-Yo por ahora ahorrare mi parte creo. Con el arma que he cogido antes por ahora tengo suficiente

Seguimos adelante y por fin parece querer comprar cosas utiles para lo que tenemos entre manos.

Sin duda alguna muestro mi descontento por perder tanto tiempo comprando, pero no dejo de admitir que la eleccion de sus conjuntos es buena, que realzan su belleza y... Nada mas, lo digo seco y cortante con un "sigamos" deseoso de continuar hasta nuestra nueva tarea.

Que malo estoy!! La gripe ataca de nuevo, cuando ya la creía derrotada... xD 
En fin cargado de pastillas a ver que escribo. 

Ian aquí esta sacrificándose por la causa! Cuidando de que no le pase nada al dinero... ni a Lilith y oye si de paso vemos carne y esas cosas... como que mejor! 
El tendero no se lo piensa demasiado mientras estudia las gemas de Lilith, las que tiene en la mesa y las que se intuyen con facilidad en su escote you know... -Acepto si...- dice pasándose una mano por la cara: -Tendré que tomar medidas...- y es que claro si quieres ese vestido y unas mudas adecuadamente arregladas, tendrá que trabajárselas un poco ya sabes... 
Y mientras tanto Ian no se puede decir que no disfrutes con el espectáculo pero tienes ganas de acabar ya. 

Una de las cosas que encuentras en las tiendas, Lilith, es un balalaika, muy parecido al laúd de Violed pero de una factura exquisita, esta claro que a ella le encantaría ese instrumento de madera de arce lacada en negro y con motivos florales y vegetales por todo el cuerpo... 

Mientras tanto, Durzo y Violed estáis viendo algo impensable por la ventana de la posada mientras que la camarera os pone el plato de anguila y le guiña un ojo a Durzo como diciendo “Míralo menuda jovencita te has pillado picaron” y es que claro parece dar por sentado que esto es una especie de cita... 
Pero nada de eso importa, lo que importa es lo que esta pasando en el muelle. 
Y es que cuando mencionas a los Zaffa, Shinobu, la expresión del hombre cambia por completo y su cara de preocupación parece ser una señal para sus hombres que parecen estar distraídos pero es evidente que estaban atentos a todo, por el muelle se escuchan correas de sujeción soltándose y martillos de pistolas amartillándose, Lunarian empieza a gruñir por lo bajo a tu lado, el también es consciente de que se están preparando armas: -Eso no debería saberlo nadie... como lo sabes chica? Que pretendes con todo esto?- Parece tenso y preocupado: -Será mejor que subas a bordo hasta que decidamos que hacer, no puedo permitir que te marches..- 
Y asi, Violed y Durzo veis como Shinobu y Lunarian suben al barco seguidos por cuatro matones y en cuanto suben el tipo con el que hablaba manda a uno de sus grumetes corriendo hacia la casa de contratación del puerto, un mensajero para avisar a los Zaffa o a alguno de sus intermediarios, a saber que ha dicho Shinobu pero ahora ella y el lobo están en la boca del lobo. 
Shinobu, te acompañan a donde tienen la carga, ha sido mas fácil de lo esperado la verdad, es casi como si desearan que subieras a bordo! Y aunque Lunarian te mira como diciendo “Tu chica... no te empanas” ahora estas donde querías, eso si, vigilada por cuatro tipos malencarados. 
La semibbodega en la que estáis, justo bajo la cubierta, esta llena de barriles que huelen a fermentación y uva, esta claro que es un cargamento de la producción principal de la ciudad, vino, muchísimo vino. 
 
Por cierto, dar por sentado que Lilith e Ian llegáis al final de la acción a reuniros con Durzo y Violed para que os ponga al día... y comáis anguila! 

La druida sonrió, no le importaba tanto que la escoltaran, además cuando llegó, el olor,... no conociendo demasiado lo que era el vino, no le molestó el contenido, sabía lo suficiente - fruta fermentada,... no huele mal,... - se paseaba por la bóveda haciendo danzar su guadaña como un bastón alrededor de su cuerpo, parecía bastante contenta mientras examinaba hasta el último rincón.

- ¿solo esto? - se encogió de hombros, sin entender por que iban a querer robar eso, aunque en el fondo no le engaaban, allí tenía que haber más que solo eso. - no creo que los Zaffa solo jueguen a llevar fruta fermentada, sería aburrido,... - su guadaña seguía danzante y se acercó a su lobo - vamos, no me mires así, me aburría entre tanta materia muerta ¿o tu crees que la ciudad sea interesante? Solo quiero hablar con uno de esos tal Zaffa, y conocer algo nuevo que me parezca interesante - acarició a su compañero sonriente, dándole más que una mera caricia, mirando a quienes le vigilaban, y sin importarle estar en medio de una opresiva sala.

Psicológicamente, veía algo que debía escapar de la comprensión del mundo, pues aparecía tranquila en aquella situación, alguno de sus guardianes tal vez pudiera llegar a pensar que el olor del vino le embriagaba, pero Lunarian sabia que no era así. Era posible que algo estuviera torcido en la mente de la druida, pues se sentía alocadamente entretenida.

- sin duda si plantas árboles o matorrales o lo que sea que produzca este fruto, la naturaleza gana, pero si solo hay esto, me sentiría un poco frustrada... - tras decir esto, se sentó sobre uno de los barriles apoyando su guadaña en el hombro y uno de sus talones en el filo del recipiente, colgando su segunda pierna, la cual dejaba que se columpiara con calma.

Por fin terminamos con las compras y nos encaminamos hacia el puerto. Lilith parece muy satisfecha con lo conseguido, pero yo tengo mi mal humor a flor de piel. Hemos perdido un tiempo muy valioso con los juegos y flirteos de la ladrona con hombres que parecen no haber visto una mujer en su vida.

Cuando nos reunimos con Durzo y Violed las cosas no mejoran

Esa chica del diablo no hace mas que crearnos quebraderos de cabeza.

Miro hacia el barco sabiendo que sin duda alguna está en problemas.

No se puede llegar asi por las buenas y meter las narices en un asunto como este.

Las cosas no estan marchando nada bien y mi preocupación por Shinobu me enfada aún mas.

Maldita niña del bosque-refunfuño entre dientesLilith, dame 50 monedas de mi parte

Una vez con el dinero, cojo mis cosas y me encamino directo hacia el barco. Si, es una locura, pero soy un mosquetero y ella muy a mi pesar es una especie de compañera.

Se que el resto no van a perder su oportunidad de ganar un buen dinero, solo espero que se les ocurra algo bueno.

Cuando llego al barco, me acerco a uno de los marinos y le muestro la bolsa con monedas.

-Necesito salir de aquí cuanto antes y he visto que estais cargando. Ni me importa el destino, ni el nonbre del barco.

Esa era una forma de expresar que no estaba interesado por sus asuntos...

- ¿Pero estamos locos o qué? ¿Vamos a ir y presentarnos todos ahí, de uno en uno sin más? ¿Soy la única que cree que deberíamos trazar un plan o algo?

Vale que los últimos acontecimientos podían haber trastornado un poco sus mentes pero Violed se sorprendía de tanta acción imprudente y... porqué no decirlo, estúpida. Tenía la sensación de que sus compañeros habían creído que, de algún modo, se habían vuelto invulnerables tras sus últimas victorias. Y no había nada más peligroso que la confianza en exceso.

Mientras todos se fijaba en el barco y wn la chica del lobo, mi vista se fue detrás del grumete que había salidsalido disparado del muelle.
Vigilad a la chica. Yo voy a seguir al marinerillo que ha salido del barco. Con un poco de suerte nos llevará al escondite de los Zaffa o al menos a alguien que pueda decirnoslo.
Sin esperar más, salí de la taberna detrás del chico.

El mercader era de su agrado, un hombre simple, con miras pequeñas pero que sabía aprovechar las oportunidades, justo la clase de persona que merecía tener cerca para obtener beneficios. Así que se dejó tomar medidas, por supuesto por el buen acabado del que sería su nuevo vestido, y luego continuaron las compras sin ninguna clase de pudor, consciente de que aquella situación molestaba cada vez más al mosquetero, pero sin importarle. 

Finalmente, una vez acabado todo, regresaron a la plaza y, desde allí, a donde habían quedado con los demás. No fue una sorpresa no encontrar a Shinobu con ellos, pero sí lo que la contaron acerca de lo que había hecho. Aquella niña estúpida iba a poner todo su plan patas arriba. Estaba tan turbada que incluso sacó las 50 monedas que Ian pedía y se las dio sin rechistar, dándose cuenta tarde, también observando desde lejos, lo que el soldado se proponía. 

Suspiró, impotente, y negó con la cabeza. Malditos estúpidos. Durzo, minutos después, se marchó también de allí, siguiendo su propia pista, y dejándola a solas con Violed. Era cierto, que todos eran unos descerebrados, pero al final, bueno, no podía quejarse demasiado del rumbo que tomaba todo. 

- Parece que esto va a ser un caos... - Dijo a modo de respuesta hacia la bardo, antes de encogerse de hombros y, finalmente, sonreír, recostándose en la mesa mientras apartaba los platos de comida. - Tengo algo para ti. 

Sacó entonces el balalaika, o así creyó que lo había llamado el artesano, y se lo tendió. 

- Espero que te guste.

Hizo un sonido similar a un ronroneo mientras la otra chica cogía el instrumento, y finalmente se apartó, recostándose en su asiento mientras pasaba su lengua por los carnosos labios.

- Pero bueno, ¿qué se te ocurre?

- Es... es- a Violed no le salían las palabras. No era una chica rica y conseguir un instrumento como aquel habría sido poco más que un sueño- muy hermoso.

La muchacha acarició la suave madera, las tensas cuerdas. Lo cierto es que al lado de aquel magnífico instrumento, su viejo laúd parecía un insulto. Le había costado mucho esfuerzo hacerse con él pero lo cierto es que no le iba a costar demasiado sustituirlo.

Guiñó un ojo a la chica, mientras de unos bolsillas -que no sabías muy bien donde narices estaban- sacaba otras cuantas cosas que iba dejando sobre la mesa. Primero depositó 2 piedras trueno, como la que se había usado en la torre de la reina planta demoníaca. Luego un pergamino de rayo de debilitamiento -el mismo que había cogido de aquél lugar- y después el pergamino de grasa y la varita que había en el cofre, y que no estaba muy claro como se había agenciado también. 

- En algún momento tendrás que tocar algo conmigo - Dijo con una sonrisa de medio lado, para después hacer un gesto hacia las cosas -. Bueno, coge eso también, tenemos prisa. 

Sonrió, sacó unas monedas que dejó sobre la mesa -para pagar la comida de los que habían estado- y la animó a acompañarla mientras la ponía al día de un plan rápido. 

- Bueno, tenemos dos opciones. Ian parece que quiere entrar al barco, supongo que pretende fingir que huye de algo. Y ese algo, serás tú. Si le dejan entrar, tendrás que acercarte después y preguntar por él. Interpreta un poco, ya sabes, una moza despechada y esas cosas. Seguro que los marineros te dejan pasar para ver un divertido espectáculo.

Se encogió de hombros.

- Si tienes que usar la varita, hazlo. Si nada funciona, utiliza el pergamino. Un buen suelo resbaladizo será suficiente para que yo pueda colarme por el mar. 

¿Por el mar? Si, su recién adquirido anillo, propiedad sin duda de la bruja, le permitiría caminar por el agua como si nada, y en un puerto, ningún vigía iba a estar atento al mar adentro, así que sólo tendría que trepar y, ¡voilá! Estaría dentro. No era el mejor plan del mundo, pero todos allí se habían dividido sin esperar, y no podían perder mucho más tiempo. Además, se había vestido para la ocasión, y un buen conjunto no se desperdiciaba.

La muchacha guardó sus nuevos juguetes con sonrisa traviesa en la desgastada mochila que siempre la acompañaba.

- ¿Planes improvisados, absurdos y suicidas?- se encogió de hombros- no sé porqué me sorprende. Es tan estúpido que estoy seguro de que funcionará. Nadie intentaría colarse de una forma tan tonta en un navío lleno de marineros armados. En marcha. 

Las fiestas están pasándonos factura!!! Bueno sobretodo a mi que ya no soy tan joven y tardo mas en recuperarme xD que malito que estoy!!! 
Dado que Violed me ha dado permiso para PNJtearla y ya que los bardos son mis favoritos y niños bonitos, es lo que voy a hacer! Y a ver que sale. 

En conjunto el plan parece ser que Ian se quiere “enrolar” siguiendo a Shinobu y que Lilith se quiere infiltrar aprovechando que en el barco están distraídos. Por su lado Violed es la distracción y Durzo va a seguir al mensajero a ver a donde va y que mensajea... 
Vamos a ver que pasa. 

Shinobu estas allí, esperando a ver que pasa después de que el que te lleva a la bodega, el que parece ser el jefecillo del barco (no sabes nada de barcos y sus rangos) simplemente se encoja de hombros y se marche diciendo: -El dinero que da esto no lo da ningún árbol...- Claro, siempre pensando en el oro y sin importarles destruir todo y a todos para conseguirlo, así es el ser humano de despreciable. Y aquí te quedas a la espera de ver que pasa mientras que en las esquinas de la sala los cuatro tipos que han dejado encargados de todo no pierden detalle. 
En el muelle, apenas acaba de volver el jefe cuando uno de los marineros se le acerca: -Patrón... otro que se quiere enrolar..- Dice el marinero señalando a Ian que ha llegado poniendo la bolsa por delante y reclamando subir a un barco que salga rápido como si huyera de algo, el patrón pone los ojos en blanco: -Vamos no me jodas! A ver, que es lo que pasa aquí? De donde sale toda esta gente?- Por lo que parece, Ian, su paciencia para los recién llegados como tu y Shinobu ya esta rebosando... 
Y en ese momento se genera un foco de atención en el malecón que distrae a todo el mundo (fascinar) y ese foco de atención es Violed que simulando ser una bardo errante (no tiene que simular mucho) se pone a recitar poemas marineros con su sombrero en el suelo como si pidiera dinero por su actuación. 
“Mi corazón,
el sonido de la mar,
el horizonte lejano,
todo lo puede abarcar.
El frío viento
socava mi ser,
perdiendo la esperanza
nada puedo ver.
El árbol arraigado
en la tierra al caminar,
fortalece mi espíritu
de su vitalidad.
La piedra en el camino
me hace dudar,
la cojo y la tiro
a la profundidad.
La arena de la playa
adentrándose en el mar,
cura las heridas
que me hice al nadar.
Mi barca navego de nuevo,
cantando de corazón marinero.”
Una joven bonita recitando en el muelle, eso distrae a todos, patrón, marineros, vigías, todos están pendientes de Violed que de paso esta reuniendo una pequeña confluencia de espectadores e incluso una pequeña cantidad de dinero! (3 Piezas de plata, 23 Piezas de cobre) eso no quiere decir que te dejen pasar Ian, solo que los que te están rodeando ahora mismo no te hacen demasiado caso, aunque te da la impresión de que te van a dar la patada y no dejarte subir o si te pones muy pesado, darte un tiro... 
En la bodega Shinobu escuchas fuera, lejos, la voz de Violed declamando... no sabes porque esta recitando algún tipo de poema la barda pero bueno, en ello esta... 
Y Lilith, aprovechando que Violed esta distrayendo a todo el mundo, vas a intentar tu plan... te alejas hasta un embarcadero lateral y allí, con cuidado y sigilo, bajas hasta el agua... que ahora para ti es como una especie de materia maleable, blanda y ondulante, pero en la que no te hundes, como si fuera una especie de puré muy denso bajo tus pies! Los vigías y marineros, todos están atentos a Violed y eso te deja tiempo de sobra para correr por el agua hasta el lateral del barco y asomarte sin que nadie te haya visto! En el muelle hay tres tipos, el patrón, dos de sus hombres y con ellos Ian, en la primera bodega ves a Shinobu y a cuatro tipos con ella y en la cubierta y palos hay cinco mas... de momento nadie es consciente de tu presencia o de que haya peligro alguno. 

Mientras tanto, con un alarde de sigilo impresionante, Durzo sigues al marinero que se ha ido corriendo a llevar un mensaje, el hombre tiene cuidado, mira sobre su hombro e incluso cambia de dirección o da vueltas inesperadas un par de veces pero no te detecta, sabes seguir a alguien mucho mejor de lo que el puede intentar localizarte y termina llevándote a una casa del puerto, una casa grande con almacén y embarcadero pequeño pero privado en la parte de abajo, parece que en algún tiempo fue una posada o taberna y aun conserva ese aspecto y mobiliario aunque es una casa privada. 
Dentro ves jugando a las cartas a media docena de espadachines parecidos en expresión, armas y hierro a Ian y también a un hombre que esta sentado leyendo un libro y otro que parece estar llevando cuentas en un libro contable, sin duda este es un escondite de los Zaffa y ese libro contable debe tener una información muy jugosa en el, sin duda... 
El marinero entra y se acerca al que lee el libro, por como lo tratan, como viste y actúa, sin duda alguna es el jefe de aquí y aunque no sabes lo que le dice tiene que ser algo del tipo: “Hay extraños rondando el barco” porque el hombre se altera y hace una señal al tiempo que grita, los que juegan a las cartas lo dejan y empiezan a tomar sus espadas, pistolas y mosquetes... parece que van a ir al barco a matar a todo el mundo... tiene toda la pinta. 

Gaylord pagará muy bien por la información que pueda contener aquel libro así que mi prioridad será hacerme con él. Cuento a los marineros que se levantan y cogen las armas, 1...2...3...4...5...6. Eso quiere decir que cuando salgan, quedarán dentro el jefe, el contable y el mensajero si es que no se va con los marineros de regreso al puerto. No creo que sean un problema demasiado grande si solo tengo que enfrentarme a dos o tres. Con sigilo y algo de suerte podré deshacerme de ellos y coger el libro.

Me escondo cerca de la casa observando la puerta principal para ver como salen. Cuando todos los que tienen que salir estan fuera, doy un rodeo inspeccionando el lugar. Tengo que asegurarme que no hay salidas traseras, ni habitaciones anexas con más hombres dentro. Si eso fuera así tendría un problema. También necesito encontrar alguna via de acceso además de la entrada principal.

Mientras busco pienso en los que se han quedado en el puerto. Dentro de poco tendrán un serio problema, pero el libro y su información es lo primero ahora mismo. Supongo que se apañarán ellos sólos y si no... este es un mundo cruel y oscuro.

Aburrido, esperar a que pase algo, entre barriles bien escondido, sigue su amable invocado amigo, volcando ácido en la madera, con la clara intención de regalar un hermoso boquete de considerable tamaño. Puso mala cara cuando aquel matón decía que eso daba mas dinero que los árboles, eran plantas cultivadas, y tal vez era lo más cerca de ayudar a la naturaleza que ofrecerían esas personas, a pesar de hacerlo por interés.

No dudaba que aquel barco guardaba más que ese jugo, pretendía el otro que robaran la mercancía, y Shinobu solo pensó en dejarlo en tablas, el cargamento no seria de nadie más que del fondo marino.

Al oír a Vioed sonrió - siento que por mi culpa os perdáis lo que sea que ocurre fuera, demasiado ruido para mi punto de vista... - los sonetos tenían buen tono, pero no hacía falta decir lo que pensaba a esos tipos, con suerte se retirarían y le dejarïan jugar tranquila.

El plan había salido bien, al menos por su parte. Violed había logrado entretener a medio puerto con su música, y eso la dio tiempo para moverse por el agua y escalar el barco cuando nadie miraba. Un rápido vistazo le hizo saber lo que necesitaba, que en esos momentos eran las posiciones de sus compañeros, y de los hombres que allí había. Si contaba bien, eran al menos una docena de marineros, más los que llegaran si Durzo no lograba parar al que se había escapado. Era una mala proporción, pero ellos contaban con algo que no esperarían: la sorpresa. 

Conocía suficiente a los hombres como para saber que ninguno tendría a una mujer como un gran peligro, ni siquiera a una niña armada con una guadaña y acompañada de un lobo. A ella, que había dejado su estoque y ahora llevaba unas pistolas mucho más discretas, ni siquiera la tendrían en cuenta aunque la encontraran donde no debía. Esa, por supuesto, era su mejor baza, aunque no la primera. Antes quería ver que opinaban de que les encañonaran y amenazaran con volarles la cabeza.

Con un movimiento tranquilo, sin siquiera intentar pasar desapercibida -pues no lo lograría-, se dejó caer por una de las escotillas de la bodega, desenvainando sus armas con el movimiento y apuntando con su pareja de pistolas a dos de los marinos, acercándose a uno con una sonrisa pícara en el rostro.

- Shh, shh, tranquilo cielo. No hagas ningún movimiento brusco, no quiero pintar este barco contigo - Dijo con calma mientras miraba a su alrededor -. Eso, por supuesto, va por todos, dejad vuestras armas, con mucha calma, por favor. Si no hacéis nada estúpido, seguro que podemos llegar a un acuerdo que nos beneficie a todos, ¿verdad?

Le gustaba aquello. Tener a aquellos idiotas bajo su control, haciendo lo que ella dijera. Podría haber alargado aquello incluso, disfrutado el momento, si no fuera por la druida. Ella lo estropeaba todo, y por supuesto eso no era menos.

- ¿Qué haces aquí, Shinobu? - Preguntó entrecerrando los ojos mientras su gesto se tornaba serio. - Creí que te irías al bosque o no sé, a abrazar algún árbol mientras te quitabas el hedor del oro de tus manos.    

La druida sonrió - supongo que me aburría, y ofrecí proteger el cargamento del barco, sería una lástima que alguien se hiciera con él - observó a los presentes, preparada para cualquier cosa,...