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Crónica de la Vara: el Comienzo.

En un mar de arena

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24/10/2013, 23:36
Zeleste

Zeleste volvió a mirar hacia Hamah cuando salían de la tienda e intentó acercarse, alargando las manos y llamándole con la voz rota. Pero los hombres la cogieron y a rastras se la llevaron de la tienda. 

Caminaba como si fuera flotando. Casi no veía a dos pasos ya que las lágrimas entelaban su mirada. La llevaron de nuevo a la tienda donde la habían tenido retenida y la ataron al poste, pero ella parecía una muñeca rota, en cuanto se alejaron cayó al suelo y rompió en sollozos, cubriéndose la cara con ambas manos.

Sintió la proximidad de Dhalia y dejó que la abrazara, quedándose hecha una bola contra el cuerpo de la guerrera. 

No podía quitarse de la mente la imagen de Hamah tendido sobre aquella mesa... - Está muerto... Ohhh... Todo es por mi culpa... -

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25/10/2013, 07:38
Harun

Dhalia te estrecha entre sus fuertes brazos, sin palabras para poder consolarte.

El jinete, que todavía no ha salido de la tienda, te esta observando. Te parece ver que su mirada no es tan dura como al principio de la jornada. Durante un rato se queda callado. Luego da media vuelta y se marcha, pero antes de pasar por la cortina dice, en voz no muy alta.

- No esta muerto.

Y sale de la carpa. Dhalia levanta un poco la cabeza, con la ceja alzada, y te mira.
 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Empatía

Tirada: 1d20

Resultado: 13

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25/10/2013, 10:38
Zeleste

¿No está muerto...? 

Zeleste volvió su mirada hacia la entrada de la tienda, pero el jinete se estaba yendo. Sentía su corazón latir con fuerza... ¿De verdad no está muerto...? Lo había visto tan quieto sobre aquella mesa... Y al ser consciente de la salvajada que habían hecho con él, creyó que no había podido soportarlo. 

Pestañeó varias veces, desprendiéndose de las lágrimas que todavía no había derramado y miró a Dhalia con la esperanza tiñendo sus pupilas. Aunque una sombra de dolor empañaba sus iris. Éstos habían adquirido un tono gris oscuro, reflejo de la tormenta que sentía en su interior...

- Le han hecho cosas horribles... Son... Son demonios... - Todavía temblaba entre los brazos de la guerrera, pero ya no se agarraba a ella con desesperación. Poco a poco empezó a calmarse y su corazón fue recobrando su ritmo cardíaco. 

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25/10/2013, 10:57
Dhalia

Dhalia, con su brazo rodeándote el cuello, suspira.

- No se. Seguro que han hecho algo horrible, sí, pero también me imagino lo que los Zhentarim les habrá hecho... No digo que este justificado, es que... - Te mira con sus ojos verdes, con una lámina de tristeza. - ... el mundo es un lugar tan oscuro, que ya nada te extraña...

 

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25/10/2013, 11:47
Zeleste

- No... Se han equivocado y cuando te comportas como un monstruo te conviertes en eso. No pueden ir torturando a todo el mundo que pase por el desierto... - La joven se había erguido un poco y secado las lágrimas con el reverso de su mano. Siendo muy pequeña había estado en contacto con aquel lado oscuro del mundo. No sabía por qué, pero desde que habían atrapado a Hamah, no podía parar de pensar en su madre. Ella dio su vida por salvarla. Había sufrido por su culpa, por haberse metido con el hijo del señor... Y ahora... También por su culpa Hamah estaba sufriendo...

Aquellos años en la posada, la habían convertido en alguien ingenuo y frágil. Había vivido rodeada por gente que la quería y ahora descubría que el mundo seguía siendo cruel... 

Volvió a mirar a Dhalia y la sombra de una sonrisa amarga se formó en sus labios. Respiró hondo y se apoyó de nuevo en el poste. 

- Creo que deberíamos... descansar... - Propuso y cerró los ojos. No quería que la guerrera se preocupara más por ella. Tenía que ser fuerte...

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25/10/2013, 13:05
Harun

Despiertas por el ruido de los grilletes. Te duele el cuerpo, sientes un ligero dolor de cabeza por el frío que has pasado y el estómago vacío por no haber comido nada desde la mañana anterior. Cuando abres los ojos la primera cara que ves es la del jinete, y te está... soltando las cadenas.

El sol entra casi imperceptible por la lona y Dhalia empieza a despertarse también. Su reacción al principio es hostil y está a punto de golpearle hasta que ve que también le suelta los grilletes a ella. La mujer se masajea las muñecas y el cuello mirando con desconfianza al hombre.

Éste se levanta y solo dice.

- Acompañadme, por favor.

Esta vez solo hay un guardia, y es el de la entrada.

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25/10/2013, 13:15
Zeleste

No sabía cómo, pero al final Zeleste había caído en un sueño intranquilo. Despertó al sentir que alguien tiraba de las cadenas que la mantenían sujeta, entonces fue cuando recordó todo lo que había ocurrido y abrió los ojos, para descubrir que la estaban soltando. 

¿Qué pasa...? Se preguntó y miró a Dhalia con la pregunta pincelada en sus iris violáceos. 

Se levantó y entonces fue cuando se dio cuenta de lo débil que estaba. Sus piernas parecieron fallarle, pero se sujetó a tiempo en el poste y comprobó que estaba bien... Tan sólo era la debilidad de haber dormido en aquellas condiciones y de no haber comido nada. 

Miró al jinete y su corazón empezó a latir con fuerza. Deseaba preguntarle cómo se encontraba Hamah, pero tras el trato que habían recibido, esa pregunta murió en sus labios y tan sólo asintió con la cabeza.

Sus ojos buscaron a Simba y le hizo un gesto con la mano para que no se separara de ella. Necesitaba tenerlo cerca, no sabía qué iba a ocurrir y estaba asustada. 

- ¿A dónde nos llevas...? - Osó finalmente preguntar. Aunque su voz sonó muy débil y ligeramente rasposa... 

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25/10/2013, 13:31
Harun

- Mi padre quiere hablar con vosotras. - Responde el hombre del marcado acento.

Dhalia corresponde a tu mirada con una similar. Se encoge de hombros y le sigue. Pasáis por el campamento a la luz del Sol matinal. La gente os mira con desconfianza y curiosidad, pero la actitud es ligeramente diferente a la del día anterior.

Cuando os encontráis ante la tienda, el hombre se aparta a un lado y extiende el brazo para que paséis.

- Adelante. - Te observa a los ojos, pero su rostro no refleja emoción alguna.

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25/10/2013, 14:39
Zeleste

Zeleste siguió al jinete, tenía un nudo en el estómago pero se sentía algo mejor que la noche anterior. La noticia que aquel soldado le había dado sobre Hamah, había hecho que pudiera descansar algo...

Caminó en silencio. Sentía las miradas de la gente, pero no les hizo caso. Sentía que toda aquella gente era malvada... Hamah había estado agonizando y ellos lo habían permitido...

Miró un momento al jinete cuando le dio paso a la tienda. Su mirada estaba cargada de dolor y resentimiento, pero no le dijo nada, entró en la acogedora tienda y sus ojos se dirigieron hacia la mesa donde había visto a Hamah... Sentía el corazón en un puño... 

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25/10/2013, 14:52
Sala-Al-Dimir

Cuando entráis en la tienda, y miras a la mesa, Hamah no está. La mesa está vacía, con tan solo un par de manchas de sangre seca. El jefe, sentado en la silla, se levanta al verte y empieza a acercarse a ti. Su armadura y su arma tintinean cuando avanza, con todo su peso, por el interior de la tienda.

Cuando llega a apenas unos pasos de ti, el hombre pone la mano derecha en su frente, con la palma hacia ti, y la izquierda en el corazón, y entonces se arrodilla.

- Sentimos mucho todo lo sucedido, y os suplicamos vuestro perdón ante los ojos de los dioses. - Dice con la voz de acento extraño.

Oyes la cortina moverse tras de ti y observas que el jinete esta arrodilla en la misma postura. Dhalia te mira, con los ojos abiertos por la sorpresa.

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25/10/2013, 15:43
Zeleste

Sin darse cuenta, Zeleste había estado aguantando la respiración. Pero al ver que Hamah no se encontraba allí, la dejó ir poco a poco, con una sensación de alivio.

Se volvió al escuchar el sonido de la armadura y endureció la mirada al clavarla en el hombre que estaba al mando de aquello. Apretó con fuerza los puños, intentando controlar la rabia y el dolor que se arremolinaban en su interior. Pero... Para lo que no estaba preparada era para lo que ocurrió en aquel momento. 

Nunca se había imaginado que aquella gente utilizara esos métodos para pedir perdón. Pero al ver la cara de sorpresa de Dhalia, pensó que tampoco lo veía normal. Se volvió al escuchar al jinete y dio dos pasos hacia un lado, apartándose un poco de ellos. No entendía y negó con la cabeza, sin comprender qué ocurría.

- No... No hace falta que os arrodilléis... - Sus mejillas se habían sonrojado y sus ojos brillaban. Ella no era nadie, ¿por qué ahora se comportaban de aquella manera...? - A quién debéis pedirle perdón es a Hamah... A mi... no me habéis hecho daño... - 

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25/10/2013, 16:48
Sala-Al-Dimir

El hombre contesta desde el suelo, aunque ahora ha alzado la cabeza para mirarte. Sus manos descansan en las rodillas.

- Visto que no sois lo que pensábamos, hemos faltado a muchas de nuestras leyes y los dioses nos maldecirán si no se nos perdona.

El hombre vuelve a bajar la cabeza cuando mencionas a Hamah.

- Tenéis razón, por eso el joven ya esta disfrutando de todas nuestras atenciones. Podéis ir a verle cuando deseéis.

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25/10/2013, 17:02
Zeleste

Aquellos hombres parecían arrepentidos por sus actos y ahora le pedían perdón... 

- Podíais habernos encerrado hasta conocer la verdad. Pero decidisteis torturar para sacar la verdad que estaba delante de vuestros ojos. Torturasteis hasta casi la muerte... Y ahora... ¿Pedís simplemente que se os perdone...? - La joven se abrazó a sí misma. Todavía tenía muy recientes los gritos de Hamah... - No puedo perdonaros, todavía no... - Sintió como una lágrima se deslizaba por su mejilla. 

- Desearía ver a mi compañero... - Sentía que quizás estaba siendo demasiado dura con aquellas gentes. Se habían arrodillado, suplicando su perdón y temerosos de los dioses. Pero antes de nada necesitaba ver a Hamah, comprobar con sus propios ojos que de verdad estaba bien... Ellos no tuvieron piedad con Hamah, si sufren un poco se lo tienen merecido...

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25/10/2013, 17:04
Director

El hombre alza la cabeza con el rostro desencajado, y los ojos abiertos casi de temor.

Entonces notas la mano de Dhalia agarrándote del brazo. Se acerca y te susurra al oído.

- Zeleste. Sé como te sientes, pero no deberíamos crear rencor... - Luego sonríe al bedín y asiente con la cabeza. - Mi compañera esta consternada por lo que pasó ayer con el joven. Estoy segura de que os perdona, y así lo hago yo, pero quizás será mejor que vayamos primero a ver a Hamah.

Los dos se levantan y el jefe asiente. Hace una seña al jinete, que os pide que le acompañéis.

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25/10/2013, 17:25
Zeleste

Confundida, Zeleste miró a Dhalia. Ella no pretendía crear rencor... - No... No quiero eso, pero... - ¿Por qué le costaba tanto decir que sí, que les perdonaba...? Porque no sale de mi corazón, no hasta que haya visto a Hamah.... Ellos le habían dado a entender que él estaba bien, pero necesitaba verle y ver el daño que le habían hecho. 

Menos mal que la guerrera supo interceder por ella, ya que no sabía qué decir. Le había impactado ver a los dos hombres arrodillados y arrepentidos, pero todavía tenía el dolor en su interior y necesitaba verle...

Miró al jefe de los bedinos. En los ojos violáceos de Zeleste se podía ver la congoja que sentía. Tenían que comprender...

- Sí, necesito verle... - Le pidió casi suplicante. 

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25/10/2013, 17:53
Director

El más joven te acompaña fuera de la tienda. Los curiosos y curiosas siguen observando, pero él les dice algo en su lengua con voz enfadada y empiezan todos a despejar la zona.

Os paráis frente a una tienda de tela rosada, no muy grande. Cuando entráis, puedes ver a Hamah, pero la escena es algo surrealista. Esta tumbado en un diván hecho con cojines. Tiene el torso desnudo parcialmente vendado, al igual que los brazos. Lleva unos pantalones amplios, al estilo bedín. Junto a él hay una chica con una especie de camisón algo translúcido arrodillada, colocándole trozos de fruta en la boca que el joven acepta gustoso.

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25/10/2013, 17:57
Zeleste

En el momento en el que los ojos de la joven se posaron en Hamah y se deslizaron para contemplar a la joven que le alimentaba con tanto esmero, Zeleste se sintió como una estúpida. Casi había insultado al jefe de los bedinos. Había llorado desconsolada y temido por su vida y ahora... Lo encontraba disfrutando de todas aquellas atenciones.

Entrelazó un momento su mirada con la de él y una sonrisa apagada se formó en sus labios.

- Hola... Me alegro que estés bien... - Le dijo y soltando la tela de la entrada de la tienda se volvió a mirar al jinete que les había acompañado... - Disculpad mi desconfianza... Y si así lo queréis, sí, tenéis mi perdón... - Le dijo en un susurro mientras sus mejillas se sonrojaban. ¿Estaba celosa? Era la primera vez que sentía algo así... No, no son celos... Sólo que... Yo estaba preocupada y temiendo por él y en cambio, él...

 

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25/10/2013, 18:09
Hamah

Hamah se entera de tu presencia al escuchar tu voz y casi se atraganta con una de las frutas que come. Tras conseguir tragarla intenta incorporarse, pero un quejido lastimero se le escapa y vuelve a tumbarse.

La chica te mira, sonríe y abandona la tienda dejando la fruta en el suelo. Dhalia, que parece enterarse de más de la cuenta, suelta una risilla por lo bajo.

El jinete asiente agradecido.

- Os dejaré solos. Venid a vernos cuando podáis, señorita.

Tras lo cual abandona también la tienda.

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25/10/2013, 18:15
Zeleste

Zeleste asintió con la cabeza. - Iré enseguida... - Le prometió y se volvió a mirar a Hamah. En la tienda habían quedado sólo los tres y Simba, que no paraba de frotarse contra sus piernas. 

Se acercó hasta el muchacho y se arrodilló al lado de la cama. Le había escuchado gemir y toda la rabia que le había dado al ver aquella escena desapareció, siendo sustituida por la preocupación que sentía por él...

- ¿Cómo estás...? - Le preguntó con un hilo de voz. Había escuchado sus gritos, y ahora, al recordarlos, un escalofrío recorrió su espalda.

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25/10/2013, 18:21
Hamah

Hamah sonríe al verte y los ojos le brillan de alegría, aunque guarda un fondo de... algo que no sabrías describir.

- Me levantaría a abrazarte, pero apenas puedo moverme. - Dice el joven, con voz ronca. - No sé como lo hiciste, pero convenciste bien a esos de que no éramos los malos. Me dieron una poción a mitad de la noche y empezaron a hacerme las curas.

Intenta levantar el brazo hasta ti, pero sólo consigue acerca su mano a la tuya.

- Espero no haberte preocupado demasiado. Cuando caí inconsciente... soñé contigo... Creo que eso fue lo que permitió que no me muriera...

Entonces escuchas un carraspeo desde atrás y Dhalia empieza a acercarse a la cortina, caminando hacia atrás.

"Chicos... nos vemos luego" - Se despide sonriendo y sale.