Partida Rol por web

Allen amaneció por fin. La noche había sido benévola con el paladín dándole un confortable descanso en parte ayudado por el sentimiento de satisfacción con el que se fue a la cama anoche. El mensaje que había dejado el gnomo en su habitación lo disturbó un poco, pero es algo de lo que se preocuparía más adelante. Bajó las escaleras que daban al salón de la posada, allí donde terminó el día de ayer. Allí le aguardaban los dos elfos, Davros y Kormack. - Buenos días, he dormido como un tronco. Estoy más que listo para afrontar el nuevo día, ojalá este sea tan fructífero como el día de ayer - comenzó diciendo. -Por cierto, anoche encontré una nota de Zanc en mi habitación, parece que se lo ha pensado mejor y es probable que lo volvamos a ver pronto - Acto seguido dio los buenos días a Pulgar y le pidió que sanara su sed y acallara su estómago. Tras ello de dirigió a sus compañeros de nuevo, -¿Qué tenéis pensado para el día de hoy?- Mirando al enano el paladín asintió con la cabeza. - Muy buenas Kormack, hacía dos días que no te veía...

Losse, Davros, Allen y Morwing disfrutaban del desayuno cuando un golpetazo sonó tras ellos al compás de un “MIERRRDAAA”. El hechicero casi se ahoga del susto…ese escándalo solo puede significar dos cosas: El gran Demonio había descubierto a Morwing o el enano había hecho muestra de presencia…lamentablemente fue lo segundo.

Antes de poder invitarle ninguno del grupo a tomar asiento, el enano ya había acomodado su trasero en una de las sillas y aporreaba la mesa exigiendo el desayuno. La calma del desayuno matinal se había ido al traste, Kormack, a gritos, fanfarroneaba de tener un hacha nueva. – Juraría que es igual que la que ya tenía.

-Vaya Kormack, bienvenido de nuevo, ¿cómo te ha ido estos días?, preguntó el elfo tratando de apaciguar al enano

Ogna se quedó satisfecha con la actuación, pero agotada. El dúo con el arpista eunuco había resultado excelente y Klarisse parecía encantada. Esperaba que su éxito llegara a oídos de Pulgar para que las próxima vez la tratara mucho mejor si quería que cantara en su taberna. No tenía problemas de cantar en el recinto del mejor postor.

- Muchas gracias Klarisse. Me pensaré muy seriamente tu oferta. Aunque ya sabes que ahora debo partir y no sin riesgo. - Asintió a las palabras de la anciana cuando destapó sus intenciones de acabar con El Tuerto, aunque le dio algo de miedo.  Le quedaba claro que la mujer no le tenía ningún aprecio. - Espero tener la oportunidad de resarcirte si en algo ese semielfo te hizo mal. Ahora me retiro a dormir, mañana me espera un largo día. - Se sintió como una princesa durmiendo en los blandos colchones de plumas del Palacio de Klarisse. No quería marcharse de allí pero, si no lo hacía, se le haría aún más dura si cabe la idea de tener que pasar una buena temporada en un barco en alta mar. Se despidió de Klarisse, Thenan y las chicas, con la promesa de regresar lo antes posible y volver a verlos.

Ogna atravesó la puerta del Festín de los Mares toda sonriente. En su cintura llevaba enrollado un látigo y un precioso colgante adornaba su delgado cuello.

- Buenos días Pulgar. ¿Me has echado de menos?- El pelo le caía suave y sedoso sobre los hombros, perfectamente colocado para disimular sus orejas de soplillo. Además estaba adornado con una nueva corona floral, que aún conservaba el perfume de las flores en vida.- ¿Bocadito de pescado?- Levantó una ceja mientras miraba al tabernero para que le trajera algo para llenar su estómago.- ¡Buenos días chicos! ¿Habéis dormido bien? Yo entre algodones...ah...- Dejó escapar un suspiro. Aún estaba entre algodones tras la actuación en el burdel de Klarisse. Su rostro sólo se tornó serio al ver que Kormack ya estaba entre ellos y que aún Zanc seguía ausente.

Buenos días, buenos días - Respondía el tabernero, ya sudoroso a esas horas de la mañana, a cada uno de los huéspedes que se incorporaba a la mesa, tras ello y mientras se alejaba añadía para sí mismo en un susurro - Serán para vosotros. El hecho de que sus inquilinos se levantasen antes que él y le impidiesen limpiar tranquilamente solía amargarle la mañana. También el hecho de que grupos numerosos se pudiesen de acuerdo en pedir el desayuno a medida que se incorporaban a la mesa le agobiaba enormemente puesto que tenía que estar vigilante de los espetones a fin de que no se quemase el pescado. En definitiva incluso el silencioso caminar de las cucarachas por entre las juntas de las paredes era suficiente para enfadar al posadero hasta que el sol asomaba alto encima de los tejados

Ya va!! Ya va!!! - Gritaba con su característico mal humor cada vez que uno de los aventureros pedía algo de beber o de comer que se le había olvidado llevar. Espero que se vayan pronto de aquí...tengo que dejar de ser tan amable con Davros, porque sólo me trae chusma a mi local. - Pensaba cada vez que escuchaba los golpes sobre la mesa del vocinglero enano. 

Pulgar había accedido esa misma mañana hablando con Losse a quedarse con las mulas y burros de los compañeros mientras ellos surcaban los mares. Por el módico precio de quince monedas de oro se haría cargo de ellos durante un mes a la espera que de que sus respectivos dueños volviesen.

Cuando la muchacha entró en el local no la reconoció debido a su cambio de peinado pero, cuando se dio cuenta de quien era, frunció el ceño y gruño algo incomprensible en la su propia jerga. ¿Me has echado de menos? Mi bolsillo sí...¿Qué te parece la niñata? Encima con bromas...

Kormack saludó a sus compañeros con la cabeza. ¿Pues no ves el hacha? - respondió al mago. Al llegar los pescados la cara de Kormack fue de desagrado, esperaba carne... pero había hambre así que devoró aquel pescado en un pis pas. 
Y derrepente sucedió un angelito entró por la puerta, le costó darse cuenta de que era Ogna, hasta que no estuvo plantada delante suya con su cara seria y vio sus ojeras, que incluso aquel día parecían hasta atractivas.

Ho-hola Ogna... comenzó diciendo el enano con cierto rubor. Se rascó la cabezota y sacó un frasco de su mochila. Esto es parra ti. Dijo extendiendo el brazo He sido muy grrroserrro y tú has sido muy buena conmigo... En fin me diste tu monóculo y no te di nada a cambio... - y es cierto que en el clan de Kormack recibir un regalo y no dar nada a cambio era de la peor calaña que pudiese existir. El tipo que me lo dio... dice que se rrrellena sólo. Mágico... bueno, nunca lo he prrrobado... no sé porrrque no lo he prrrobado. ¿Me habrrrá engañado?? - decía ofuscado

Zanc abrió los ojos y se levantó de un ágil salto, como acostumbraba cuando despertaba, estiro los brazos y empezó a dar pequeños saltitos para calentar la perezosa mañana... El ruido en la planta inferior le dio a entender que ya todos estaban en el desayuno y que Kormack los acompañaba, sus gruñidos los podría reconocer entre mil bestias. Esbozó una sonrisa en su rostro mientras se lavaba y se vestía con su nueva armadura, preparándose para unirse a los demás.

El pequeño Gnomo bajó las escaleras con su acostumbrada sonrisa mientras saludaba a los demás. -Buenos días amigos!- Exclamó con una actitud natural, como si no hubiera pasado nada el día anterior, se sentó junto al enano y le quito un par de bocaditos de pescado mientras Pulgar le traía los suyos... -¿Hace un día estupendo no creen?... Oye, Davros, ¿crees que ya tendrán lista mi preciada Daga?- Indagó al barbaro mientras miraba con ojos curioso a Ogna... Vaya!.. ¿Pero que te pasó?... Te ves... Bien, eso es algo raro en ti!- Dijo en tono de broma mientras continuaba compartiendo con los demás el desayuno.

Todo parecía presagiar una bonita mañana para el grupo de aventureros hasta que, mientras Losse consumía su desayuno, escuchó en las afueras del local unas fuertes pisadas que hacían presagiar la llegada del compañero del que se despidieron en las puertas de la ciudad. Sus sospechas se confirmaron con un estruendo sobre la puerta y una de las clásicas delicadas frases del enano ártico. - MIERRRRRRDA - Sin duda alguna, los días de tranquilidad se habían terminado.

No obstante, Kormack parecía haber llegado con aires renovados, fruto quizá, entre otras cosas, de ese cinturón con perlas de luna que tan de moda parecía ponerse entre los miembros de su grupo (parece que sus propiedades curativas eran muy apreciadas). Una vez Ogna apareció por la puerta y observó que el tosco enano le hacía un obsequio, hizo que el explorador se frotara los ojos y se pellizcara para comprobar que era real lo que estaba viendo. - Increíble - Ésto, acompañado del comentario del paladín acerca de la nota de disculpa de Zanc, lo dejó aún más perplejo.

Por otro lado, a Losse le gustó la proposición que el bueno de Pulgar había hecho con los burros y mulas. Sin embargo, como buen amante de los animales, el elfo lunar no estaba dispuesto a permitir que su compañero de aventuras tuviera que soportar un mes amarrado y encerrado en cuatro tablas. Así, aprovechando realizar alguna investigación más en el Distrito del Templo, respondió la pregunta hecha por Allen anteriormente. - Por mi parte, llevaré a mi burro al templo de Mielikki para que algún alma bondadosa se encargue de él, pues me temo que yo no podré cuidarlo como se merece. Si alguno queréis aprovechar para acompañarme e investigar un poco más por la zona, estaré más que encantado. -

- Venga hombre Pulgar, no agríes el rostro, parece que has probado de tu propia cerveza aguada.- Insistió la muchacha con sus chanzas. El tabernero del Festín de los Mares estaba de mal humor, quizás por haberse dado cuenta de lo que había tenido entre manos y que, ahora, veía alejarse.

Ojiplática asistió enmudecida a las disculpas del enano. La verdad es que, en su interior, algo le decía "no te fíes, Ogna". Cuando pudo reaccionar negó con la cabeza ante su ofrecimiento.

- No, no, no, amigo. Muchas gracias pero estamos en paz. Tú también me has dado cosas y, además, me has defendido de nuestros enemigos cuando ha hecho falta. Somos un equipo, ¿no? Es de lo que se trata. Hoy por ti y mañana por mí.- No pudo evitar mirar a Zanc que se presentaba también en la taberna. Con un gesto de la mano indicó al enano que no hacía falta y que podía quedarse él con el objeto en cuestión. Zanc y Kormack le habían dejado quedarse con su cinturón que, aunque en la ciudad no le sirviera de nada, le sería muy útil cuando partieran.- No puedo aceptarlo, aunque te agradezco el gesto.- No quería deber nada al enano, aún seguía ofendida. ¿Cuánto le duraría esa dulzura? Le daba miedo que enseguida volviera a las andadas así que era mejor estar precavida. Aún así sus ojos miraban con curiosidad el objeto, tratando de averiguar qué diablos había comprado Kormack. Ahora sí se dirigió al gnomo.

- Vosotros dos sí que parecéis de buen humor. ¡Qué habréis estado haciendo por ahí!- Al menos Zanc había compartido con ellos la incursión en la mansión de la maga Rosemarie, pero ¿dónde se había metido Kormack? Ogna puso la mano en el fornido hombro del enano y le pareció percibir alguna que otra magulladura.- ¿Estás herido?- Preguntó indiscreta. Losse habló de las mulas y entonces se percató de que no podía llevar a Dientes en el barco. - Menuda faena. Pues sí que habrá que buscar un sitio.- Se agachó para pellizcar los carrillos de Zanc y frotarle el puño cerrado por la cabezota.- Gracias por el cumplido...supongo. - Parecía que el gnomo había recapacitado y volvía con nuevas energías.

Ogna rechazó el vial que tenía en la manos el enano y su rostro cambió. Parecía que la sala había perdido iluminación y que una gran nube negra se empezaba a arremolinar en la cabeza del enano. Lo comprré parra ti. dijo muy despacio. Es un insulto si no lo aceptas. Rechazar un regalo a un enano, ¿habría una ofensa más grande? Y ahora que el enano intentaba acercarse a aquella mujercita y la había halagado con piropos. Incluso no se dio cuenta de la llegada de Zanc, ni que los demás hablaban sólo tenía los ojos abiertos posados en Ogna.

Ogna volvió a tender su mano y tomó  el vial que le ofrecía el enano.

- Si insistes...- Debía ser una costumbre enana así que no le quedaba otro remedio que aceptarlo con una sonrisa.- Gracias, entonces.- Le plantó un beso en la frente al enano como solía hacer cuando se llevaban bien. Si iba a compartir con el la travesía en barco mejor sería que tratara de limar sus asperezas.

El beso de Ogna fue como cuando un golpe atravesaba sus defensas, algo nunca esperado. Abrió la boca y disfrutó de su ternura. Luego se giró para encontrarse con Zanc y palmea su espalda. JUA JA JA!!! Perrro muchacho... el último en bajarrrr! Sabes... aún sueño con aquiella bestia... fue una suerrrte que estuvierrras allí. E imprrrrufente porrr mi parrrte. Hmmm! meditó mientras fumaba en su pipa, por unos segundos su mente voló al combate para descubrir aquellos ojos que le miraban con deseo, el deseo de comer y saciar su hambre infinita. Una bocanada de humo salió por su boca. BAH! Tengo los brrrazos oxidados. ¿Sabes lo que eso significa, muchacho? aunque esta vez tendría que ir con más cabeza, claro. Y además su monedero estaba vacío con sus últimas adquisiciones. ​Cuando nos irrremos de esta ciudad? No aguanto más el olorr de los humanos! decía el enano que llevaba ya dos días sin ducharse después de duros días de trabajo en la herrería.

-Bienvenido de nuevo Kormack- acertó a comentar Allen entre los gritos del enano que parecía no haber cambiado un ápice desde que los dejó al entrar en la ciudad. -Más tarde tendré que hablar contigo sobre nuestro viaje- comentó a Kormack quien parecía estar ansioso de estirar los brazos, su eufemismo para decir que tenía ganas de usar su hacha.

-Zanc, acompáñame por favor- Le dijo al gnomo a la vez que se alejaba unos metros de la mesa donde se encontraban los miembros del grupo.

Cuando el gnomo llegó a su altura, el paladín sacó la bolsa de monedas que la noche anterior había dejado en su cama y se la dio al pícaro. -Ten, estas monedas no son mias, se las arrebataste a todos y cada uno de tus compañeros, por lo que tendrás que ser tú quien se las devuelva y no yo. Y respecto al viaje que vamos a realizar, tendrás tu parte equitativa que te corresponda si es que conseguimos volver, así que espero que este incidente no se vuelva a repetir- Le dijo en tono serio al pícaro.

-Por otro lado, como te dije ayer, este incidente quedará en el olvido si demuestras que eres digno de confianza. Así que te pido por favor que hagas honor a lo que escribiste en aquella nota y olvidemos todo este malentendido cuanto antes- Allen esperó la respuesta del pícaro y volvió a la mesa con los demás.

Sí, sí podéis llevaros al mediano... - decía el enano interpretando que Shesar le pedía permiso para hablar con el gnomo. Educación refinada típica de eclesiastas, aunque el enano no lo compartía sí los respetaba. Una buena educación y respeto a los guerreros era básica en toda cultura civilizada y no como los elfos. Pensaba mirando a los bárbaros elfos, incivilizados y afeminados y - JA...JA JA... JUA JA! - empezó a reír mirando a los elfos hasta que brotó en una estruendo carcajada  - JUA JA JA JA JA AJA JA!!! - ver comer a los elfos era una comedia sin parangón. Se imaginaba todas las bromas que haría su hermano, sin duda el cabrito de él tenía gracia. Y ver comer a los elfos... era una mina de oro - JA JA JA JAJA TJO! TJO! JAA AAAJAJAJAJAJA TJO! TJO! - Se atragantaba con la risa y saliva - JAAAAA JA JA JA AJA TJOOO TJO!!! A- A--AGUA! - decía empujando todo lo que tenía a su alrededor en busca del agua que había puesto el mesonero - GLU GLU GLUUU..... AAaaaah!

Zanc asintió a las palabras del paladín y recibió las monedas de oro, de vuelta en la mesa el Gnomo arrojó el dinero sobre la mesa de sus compañeros comensales... -Ahí está... el Oro que no necesité usar ayer... Sólo quería hacerles una broma!... Pero vaya que genio tienen!... Creo que al único que le pareció gracioso fue a mi, JaJaJaJaJa...- Exclamaba el Gnomo sentándose en la silla mientras comía un par de bocaditos de pescadito más... -Todo bien, ¿verdad?... Imagino que nadie se molestó por tan poca cosa!...- Exclamó el Gnomo dándole poca importancia al asunto. -Davros!... Iré contigo para recoger mi Daga, ya me hace mucha falta... ¿Vamos?- Dijo, cambiando de tema.

Allen esperó a que Kormack llegase a su altura y le explicó los pormenores de la misión. -Está bien Kormack-, comenzó diciendo, -En tu ausencia hemos conseguido nuevas pistas sobre el paradero de mi hermano. Tras un encuentro con un demonio al que conseguimos derrotar, la guardia se personó en el lugar, pues había fuego en la casa donde se desarrolló el combate, y hablaron conmigo. Yo les expliqué lo sucedido pues hubo varias víctimas civiles aparte de la del ya mencionado demonio. El caso es que conseguí averiguar que el pirata que posiblemente esté comerciando con esclavos es un lobo de mar llamado Steznag, alguien bastante temido en esta ciudad.-

-Una vez recopilada más información por... distintos lugares-, recordó su visita al burdel y su templanza se tambaleó brevemente, -conseguimos el nombre de un tal Todler el tuerto, quien es al parecer uno de los sicarios de Staznag. Ayer mismo averiguamos el lugar donde podríamos encontrarle y, siendo así, podríamos sonsacarle el lugar donde Steznag echa el amarre.-

Allen realizó una pausa para que el enano asimilase lo que le acababa de contar, suponía que su interés fue en descenso durante toda la exposición, por lo que continuó ya con la parte que seguro podría interesale. -Así pues, se me concedió un dinero para conseguir un barco y una tripulación que nos llevase en busca de Steznag y, tras contratarlo, me veo en la afortunada situación de contratar a alguien más para que nos acompañe en esta misión. Yo no te conozco bien, pero tus compañeros han intercedido por tí y me han aconsejado que contemos contigo para el puesto que nos falta. Partiríamos en un pocos días, y el viaje sería largo, quizás un mes, y el pago por el servicio serían 1400 monedas de oro más una parte de los tesoros que encontremos una vez devolvamos el dinero invertido en la contratación del barco.-

-Lo único que debes tener en cuenta es que en esta ocasión tendremos un capitán que será quien de las órdenes y nosotros deberemos acatarlas. Compartiremos barco con unos 70 marineros que se encargarán del manejo del mismo, pero a la hora de combatir debemos seguir las órdenes de quien será el capitán del barco, Hasler Nazyr, un antiguo pirata que sabe lo que se hace. Así pues, ¿qué opinas Kormack?- concluyó su exposición esperando que nada quedase en el tintero.

- ¿De qué demonios se está riendo? El enano empezó a reír como un auténtico loco mientras clavaba su mirada en Losse y Morwing, solo le faltaba señalarlos con el dedo. Morwing miró a Losse y luego al resto del grupo con el rostro incrédulo a la vez que indignado, las carcajadas eran del todo incomodas si no fuese porque acabaron con el rostro del enano enrojecido pidiendo agua además de aire…

-JA JA JA, bebe enano, bebe. Deberías limitarte a masticar más y reir menos mientras comes. No creo que quieras acabar tus días en esta ciudad y menos ser derrotado por un diminuto pescadito JA JA JA. Reía el elfo mientras el enano bebía y recuperaba el aire.

-Por cierto, estás de suerte, pronto abandonaremos la ciudad…aunque mucho me temo que si decides acompañarnos el olor a humano seguirá presente, JA JA JA. Ahora era el elfo el que brindaba las carcajadas al enano sin necesidad de poner su vida en juego… Allen te contará los detalles. Yo por mi parte acompañaré a Losse al distrito del Templo, quizá podamos descubrir algo más por allí. Concluyó Morwing mientras se limpiaba la boca y daba por finalizado el desayuno.

Después de recuperarse el enano sonrió a los comentarios del elfo. Había estado acertado, casi le derrotaba un pescadito y sería una especie de premonición porque Shesar no le dejó réplica al enano. Comenzó a contarle muchas cosas, quizás demasiadas para el enano que asentía mientras recordaba una vieja canción de su infancia que el traía buenos recuerdos. Sólo escuchó algo de un barco, con un tuerto que era capitán y su respuesta no fue para nada la de privacidad que esperaba Allen Sí, sí, sí... entendido! - dijo al guerrero. PORRR ese dinerrrro tienes mis serrrvicios JA! - dijo dándole un buen apretón de manos a Allen. Ahora valoraba más a ese tipo ¿De dónde habrá sacado tanto dinero? A lo mejor tiene más, debo llevarme bien con él... - se decía el enano que palmeaba la mano de Allen al hacer el trato. Y aunque no supiese que se iba a embarcar en un barco, parecía tener bastantes ganas de salir ya. - JA! PARTAMOS PUES!

Poco a poco, mientras el desayuno iba entrando por la boca de Davros, uno a uno iban apareciendo el resto del grupo, incluso los que ya no se esperaban, Kormack y Zanc - Vaya, al parecer no se reducirá el grupo... bueno, no hay mal que por bien no venga, el enano es un escandaloso, pero es divertido y muy útil para llevarse la atención de los enemigos y sus golpes, y el gnomo... no es de confianza, pero mientras andemos con cuidado, podremos aprovechar sus habilidades, sus puñaladas, y podré a prender alguno de sus trucos -

Aquello parecía una familia, con sus roces, pero feliz, todos estaban de muy buen humor, eso ,seguramente, cambiaría en la travesía. -¡Buenos días! - - ¡Muy buenas! - - ¡Hola! - - ¡ Qué sorpresa, ya te echábamos de menos, Kormack! - ¡Ya pensaba que no aparecerías, Zanc! - iba saludando a cada uno a medida que hacían su entrada.

Cuando todos estaban en la mesa, aprovechó para mencionarles los rumores que le contó Nelesha, tras asegurarse de que nadie les escucharía, ni siquiera Pulgar - Lo único que pude averiguar, a parte de que La Corona de Cobre es muy... entretenida cuando no vas buscando a gentuza, son rumores y obviedades... que es un señor de los piratas, que sus numerosos secuaces  no abandonarán sus guaridas, estén donde estén, al menos hasta Tarsakh* si no es por algo importante; que ya no visita el distrito del puente, cuando viene, que es poco, es para reunirse con el Consejo de los Seis, exclusivamente; y dicen que tiene a muchos asesinos contratados para proteger sus negocios en la ciudad, incluso puede que haya contratado a los ladrones de las sombras...- -Por lo demás, lo típico, tres cabezas que escupen fuego, 12 pies de alto, y lanza rayos por el culo, jajajaja -

- Por supuesto, Zanc, ya echo de menos ese pedazo de metal, y he de comprar unas cosillas, que os veo a todos muy guapos.... errr, ¿Allen? si haces el favor de devolverme eso que te dí... ejem, ejem - dijo sonriendo - Muchas gracias compañero -