Partida Rol por web

- ¡Habla! ¡Mi juguete habla! ¡Empieza a activarse!

Las sencillas palabras de Mancha me excitaron terriblemente. Era, por fin, una señal de vida. Le puse un dedo en los labios.

- Shhhh... No hables si no te lo ordeno. Si haces ruido, podrías despertar a mis hermanas, o a mi tío Miller... yo no quiero eso, pero tú lo quieres menos todavía.

Tras introducir las pastillas en su boca, jugueteé un poco con sus labios. Sentí cómo la excitación volvía. Me aparté bruscamente y me senté a cuatro metros, evitando la luz solar.

- Ahora empezarás a sentirte distinta. Tendrás más energía, tu cabeza funcionará mucho más rápido. Te entrarán ganas de hablar pero... no lo hagas. Si me haces caso, al final disfrutarás más. Quizá se te seque la boca. Te daré agua cuando lo vea oportuno. Posiblemente delires, veas cosas, oigas sonidos que no existen fuera de tu cabeza. Relájate. Disfruta.

La observé durante diez largos minutos. Podía ver cómo afloraba el sudor en su piel calentada por el sol. Pasado este tiempo, llené un cubo de agua fría y se lo volqué encima.

- Si tienes sed, chúpate antes de que se seque. Y ahora... Baila.

Volví a mi posición. Podía ver su cuerpo mojado, su mirada desorbitada por las drogas... Deliciosa. Necesitaba verla bailar. Con un movimiento rápido, abrí mi toga, quedando desnudo ante ella. Me limité a mirarla, sin borrar la sonrisa de mi cara.

Cuando el agua inunco mi cuerpo senti como lo que el decia y lo que me habia dado surtia efecto, tenia calor, me sentia tensa energica y un monton de rapidas imagenes comenzaron perturbar mi mente, imagenes de mi primo, de lo que ra mi hogar, de la llegada a este infierno, de Jonh, de las pocas horas vividas con el y el dolor que se desataba...

De fondo escuche una voz que me pedia algo, la ignore, queria terminar contodo, queria que me matara, no queria seguir asi, y las imagenes que se sucedian en mi cabeza imploraban mas mi deseo, me lleve las manos como pude a la cabeza, apretandolas, volviendo a surgir las lagrimas...

Lo siento... lo siento... - Susurraba por todo lo que habia pasado... Por Arlan, por Jonh...

La Mancha seguía ahí... quieta. Su cuerpo empapado no reaccionaba.

¿Qué necesita alguien privado de todo para accionar? ¿La posibilidad de supervivencia? ¿De redención? ¿Por qué me pregunto estas cosas ahora? Es sólo un juguete... Mi juguete... pero ya está roto. No es justo. Si al menos me atacara... si hiciera algo... Quizá estimulándola con dolor o con una amenaza física...

Recordé a mi tío... no dejarle marcas. No. Esta vez hilaría más fino. No probaría su sangre hasta que ella no probara mi semen. Intenté hablar con voz suave.

- No hace falta que hagas nada. No te golpearé. No te atacaré... ni te haré daño.

Reprimí el grito autoritario que me pedía el cuerpo. Me iba poniendo nervioso. Quería gopearla con todas mis fuerzas... arrastrarla por el pelo por el suelo empedrado por su insolencia... No funcionaba. Quizá la dosis era muy baja. Quizá necesitaba... esperanza... Esperé diez minutos más. Me preparé una pipa de opio para hacer menos tensa la espera.

Cuando dijo esas palabras no pude evitar sispirar, sin mirarlo, con pequeños escalofrios recorriendome por la droga, con algun que otro leve espasmo comence hablar - No te pertenezco, soy de tu primo... tu tio me arrebato de el, haciendole creer que habia aceptado la libertad que el me habia otorgado, no soy tuya y gracias a vosotros, a ti y al hombre que me trajo, ya no me queda nada... - Mire un segundo mi brazo, donde estaba el seyo de los Barlow, la marca que decia que pertenecia a esa casa - No ves el sello de mi hombro... - Comento notando como el corazon me iba desbocado - Me da todo igual, me da igual que me hagas daño, que me drogues, que no me des comida ni bebida... No me importa morir cuando no queda nada... asi que acaba ya con esto...

- ¡Si! ¡Hace efecto! ¡La muñeca habla!

Reí complacido durante unos segundos. Corté de forma brusca.

- Te he dicho que no hables si no te lo ordeno. No perteneces a mi primo. Eres mía. John... ¿te dió la libertad? Muy típico de él. ¿Le creíste? Escúchame con atención, porque parece que no has entendido nada. Mi familia, la familia Gantz, es famosa por su falta de amabilidad con los animales como tú. Pero, de entre todos nosotros, el más popular por su crueldad es John. Para él, sólo eres una broma de mal gusto. Una broma que me está gastando... y sí, es de muy mal gusto. ¿Darte la libertad, dices? ¿John?

Volví a reirme. Me poseyó ese espíritu demoníaco que tantas orgías había amenizado. Mi tono era brusco, duro, casi cruel.

- John te dijo que eras libre para ser dueño de tu mente... de tu alma. Por lo visto, lo ha conseguido. ¡Bravo, John! Te ha utilizado para jugármela... Igual me la debía, pero esto... esto es demasiado. Mancha, tú no eres moneda de cambio, no eres carne de 'jueguecitos entre primos'. Eres mía. Eso sí. Pero yo no soy como tu amado John. Yo no te mentiré. Soy cruel, dañino e irresponsable, pero no miento. Nunca. Si realmente crees que la muerte te salvará, estás en un error enorme. No querría que tu vida terminara en una mentira tan burda. Nunca fuiste libre. El tío Barlow sólo le siguió el juego a John... Barlow también es un retorcido. Como todos en esta casa.

Suavicé el tono repentinamente. Era algo casi instinitvo. No era capaz de manener un estado anímico durante más de cinco minutos sin ayuda farmacológica. Mis palabras eran lentas, casi hipnóticas.

- No dejaré de alimentarte, ni de vestirte. No te pegaré salvo que me lo supliques. No te tocaré ni te haré daño. Eso sí, viajarás conmigo y verás mundos con los que nunca habías soñado. La vida que vas a tener conmigo es dura, pero no te mentiré. No es mi estilo. Vámonos. Has tenido suficiente sol por hoy... puedes hablar.

Me acerqué a ella para desatarla. 

Y entonces una bomba de emociones cayo sobre mi, no sabia si por la droga, si por lo que sentia, por lo que habia dicho o porque pero sin mas estalle - ¡MATAIS Y MALTRATAIS A LOS MOS DIARIAMENTE! ¡¿PORQUE NO ME LO HACEIS A MI!? - Le grite con las pocas fuerzas que tenia - Solo quiero terminar con todo esto, y vosotros os empeñais en decirme que no me hareis daño, en decir que no me tocareis y se de sobras que no es asi, vi el papel de mi libertad, asi qeu creo que al que se la han jugado es a ti, porque me parece que tu tio no tiene los cojones de dejar libre a una esclava, porque eso diria que vuestra familia no es tan cruel como la pintais, asi que te ha soltado a ti el muerto, te ha dejado con la esclava que el no podia destruir, asi que porque no vas a buscar a tu primo a ver quien tiene razon - Le dije con rabia mirandolo esta vez, retandolo - ¿O tienes miedo de que tu juguete sea mas listoq ue tu y a ti te este utilizando?

- Increíble... maravilloso... delicioso...

Había tocado el resorte adecuado. Obviamente no eran las drogas... Era el primo John... Retorcido cabrón. Esta se la iba a devolver... multiplicada por cien.

- Estás hermosa cuando gritas, Mancha. Lástima que te hayan estafado de esta manera. Yo mismo estoy dolido por lo que me ha hecho mi familia. Pero ya no se trata de ellos... ahora somos tu y yo. Es cierto, matamos y torturamos a nuestros esclavos diariamente, pero eso no tiene porqué significar que te voy a maltratar a ti. Quizá no lo hayas comprendido... animalillo... Yo asesino libremente al esclavo que me place... porque son de mi tío. Y a él le diveirte. Tu eres mía. Eso lo cambia todo. No tengo porqué ir a ver a John. Sé de sobra que me la ha jugado. Y Marlow. Me tienen envidia. No te preocupes, estoy acostumbrado.

Mi risa vanidosa dio paso a una extraña y molesta galantería.

- Mi tío no te dejaría libre nunca. No por nuestra reputación. Más bien por convicción. Aunque no serías la primera esclava liberada por nosotros. Nunca por gente como John, por supuesto... es un degenerado. No pretendo que me tengas cariño. En absoluto. Pero debes creerme, por tu propio bien. Lo primero son mis hermanas. Ellas sí son peligrosas. Debemos irnos antes de que se despierten. Ven.

Solté la cadena y la amarré firmemente a mi brazo. Sin mirar atrás, subí tirando de Mancha hasta mi dormitorio, donde la anclé al cabecero de la cama.

- Estos son mis reales aposentos. Mucha gente viene por aquí, se coloca, y acaba vomitando donde desea.

Abrí mi adorado estuche de cuero y saqué una bolsa llena de setas alucinógenas.

- Come. Viajarás conmigo. Verás lo que hay al otro lado. En nuestro viaje, encontraremos tu verdadero nombre... Mancha no se ajusta a tí como quisiera.

- No - Dije de forma rotunda y clara - No pienso comer nada de eso y no pienso obedecerte, no soy tuya, y si quieres usar un nombre conmigo prueba a usar el mio. - Le espeto con claridad sabiendo que volveria a decirme que no hablara sin su permiso, y apretando con fuerza la mandibula, mirandolo con rabia, perguntandome porque era la unica maldita esclava a la que no se pegaba ni mataba... Asi nunca podria quitarme la vida....

- Ah... comprendo. Hablas cuando no debes, te niegas a aceptar mi autoridad y dices que no me perteneces... interesante.

Suavicé mi actitud todo lo que pude. Me di la vuelta. Intenté contener mis impulsos. Pasados unos segundos, volví a mirarla, con una sonrisa radiante.

- ¡Fantástico! Lo estás haciendo muy bien. Mi tío me dijo que serías exactamente así. Pero, llegados a este punto... tenemos un pequeño problema. Te dije que no te pegaría. Y yo no miento. Se supone que un amo, en esta situación, debería pegarte y enseñarte disciplina. Es un dilema, ¿no crees?

Levanté una silla y la balanceé entre mis manos.

- Podría lanzarla contra tu cabeza. No te mataría, pero sí te haría mucho daño. ¿Eso te gustaría? ¿Eso te complacería?

La lancé con desgana a un lado.

- No. Soy fiel a mi palabra. Es lo único que he conseguido preservar de mi integridad, y no voy a perderlo por tí... Mancha.

Me acerqué a ella casi bailando. Cuando estaba a su lado, metí los dedos en mi garganta todo lo profundo que pude y vomité encima suyo.

- Ahora sí. Ahora tu nombre es adecuado. Tengo hambre. Volveré.

Salí a comer. Le di a un esclavo instrucciones específicas para que le llevara fruta fresca. Y no la limpiara.

Volvi a quedarme en silencio, a no decirle nada, pensando cuanto tiempo duraria esto, cuando tiempo hasta que a este loco se le cruzara un cable y me matara...

Aguante la respiracion y solte el aire poco a poco, lo peor de todo es que el pensaria que esto era muy desagradable para mi, jah... ironico, si estos ricos supieran en las condiciones que nos traen hasta ellos... sabrian que este olor y sensacion no es nada...

Me negue a comer...

Se te ocurre que tu le dijistes que no le pegarias pero no dijistes que no pudieras ordenar a otro esclavo que le golpeara.

Volví al dormitorio tras cuatro horas, con el estómago lleno. La desencadené del cabecero de la cama y la volví a arrastrar hasta el patio, donde la enganché de nuevo al suelo. Llené otro cubo de agua y se lo tiré encima. Dí una vuelta a su alrededor, meditando.

- Me han dicho que te niegas a comer. Ese es tu problema. He estado pensando mucho, le he pedido consejo a mis hermanas... ellas saben cómo hacer las cosas. Su enfoque es más radical. Se han reído de mí y de mi sinceridad. Tembién estoy acostumbrado a eso... son adorables. Me han dado algunas ideas.

Abrí una gran lata de paté que tenía preparada. Se la volqué encima. Me acerqué a la verja que mantenía a los perros a raya, y la abrí.

- Tranquila, no muerden. Les he arrancado los dientes. A partir de ahora, ya no serás Mancha. Acabas de convertirte en Perra.

Me senté en mi posición en la sombra y me masturbé mirando cómo los perros lamían el paté. Cuando terminé, volví a dirigirme a ella.

- He tenido una charla muy interesante con John. Se ha reído mucho. Tengo planeado devolverte con él, pero no todavía. Para eso, tendrás que pasar un mes entero conmigo. Según cómo te comportes, John será tu dueño otra vez. Por ahora... Sigues siendo mía, Perra.

No digo nada, no me creo una palabra de lo que me dice, simplemente me mantengo en mi estado de autismo, no quiero hacer ni decir nada, me da completamente igual lo que haga conmigo, solo hay una cosa que me dañara y el no la pude hacer.

No creo a esta gente, no creo en nada ya...

- Este juguetito es cada vez más interesante. No reacciona a casi nada. Parece leerme la mente. Muy bien, Perra, si quieres guerra, tendrás dolor. Ya que todo parece darte igual, al menos yo me divertiré...

La contemplé durante unos minutos. Luego, con dos palmadas, ordené a un esclavo que devolviera a mis perros desdentados a su jaula. Tomé de la pared mi fusta preferida. Cuero nuevo y brillante. Me acerqué a ella.

- Te prometí que no te pegaría, que no te haría daño. Lo único que te he pedido es tu obediencia. ¿No dices nada? Incluso te he prometido devolverte a John. ¿No reaccionas? ¿Tan poco confías en mí? La esclavitud es un trato mutuo. Si no hay común acuerdo, no funciona, y la gente sufre. Te lo he puesto muy fácil... muy fácil... Pero no deseas hacer nada, sólo morir. Eso no puedo dártelo. Me pides lo único que no está en mi poder. Lo siento.

Paré unos segundos, mirándola fijamente.

- Te he sobreestimado. Te he tratado casi como a una igual. Hasta me he tomado la molestia de hablar con John y averiguar la verdad... por ti. Sin embargo, nada de lo que hago parece afectarte lo más mínimo. Si planeas comportarte como un objeto, te trataré como tal

Empiecé a golpearla fríamente con la fusta, procurando causarle el mayor dolor posible sin dejarle marcas.

- Créeme, esto me molesta mucho. No es algo que desee hacer. Podría pedirle a un esclavo que lo hiciera por mí... no me parece justo. Es una decepción espantosa. Si tan sólo hubieras hecho caso a mis palabras... Esto no sería necesario. Pero te has empeñado en leer entre líneas.

Me detuve en seco. Lancé la fusta a un lado. La sujete por los pelos y la levanté hasta que estuvimos cara a cara.

- Si no quieres comer, tu misma. Si no quieres obedecerme, peor para tí. Cuando te encuentres demasiado débil, ordenaré al médico de la casa que te conecte una sonda para que no mueras. Puedo mantenerte viva durante años, sólo para hacerte sufrir. Tu felicidad y tu tranquilidad dependen de ti, no de mi.

Le pegué una fuerte bofetada y la dejé caer. Volví a mi posición, sentado a varios metros de distancia. Me tomé una dósis de setas alucinógenas y cerré los ojos, esperando la inspiración.

En tu mundo de alucinaciones ves una especie de hada flotando a tu alrededor, susurrandote toda clase de perversiones entre risas y sugiriendote que le des setas tambien a tu esclava, que la oblegues a comerlas.

Despues te dice que es tu juguete pero no estas jugando con ella, los juguetes deben ser divertidos pero no te diviertes con ella. Que abras tu mente y la disfrutes como deseas.

Permanecí en ese estado catatónico durante un par de horas, dejando escapar una risilla cada tanto. La baba goteaba de mi mandíbula. En un momento, comencé a reír como un poseso.

- ¡Si! ¡Eso es!

Me levanté dando tumbos y agarré a Perra por la mandíbula con fuerza. Abrí su boca slavajemente e introduje en su interior una dosis particularmente fuerte de setas. Le tapé la nariz y la boca y le obligué a tragar sin dejar de reírme de forma demoníaca. Esperé diez minutos, observándola como un niño, con una sonrisa de demente dibujada en mi cara. Cuando empecé a ver los síntomas de las setas, me abalancé sobre ella y la violé brutalmente.

Al terminar, me limpié en su cara y volví a mi posición. En ningún momento dejé de reírme. Me quedé placidamente dormido, feliz y tranquilo.

No queria mostrar ningun tipo de sentimiento, ningun tipo de emocion, ningun tipo de acto...

Al principi simplemente me mantenia como una muñeca inerte, deje que me golpeara sin decir ni hacer nada, entonces metio algo en mi boca, algo que me hizo volver a perturbar mi mente...

Antes de que pudiera reaccionar estaba violandome, tomando mi cuerpo sin mas, Cientos de imagenes bombardearon mi cabeza, imagenes que me dañaban como el fuego, no lo veia a el pues mis ojos estaban cerrados, era comos i el hombre que me violaba fuera el padre de Jonh el hombre que me lo habia arrebatado todo...

Aprete los dientes con fuerza en todo el proceso, tanto que mis encias comenzaron a sangrar...

Cuando termino conmigo las lagrimas caian por mi rostro... Ya me han robado lo unico que me quedaba... En su miembro habia sangre, la sangre que marcaba mi desvirgacion... la sangre que se habia limpiado contra mi...

- Matame... Por favor... matame... - Susurre ennun tono casi inaudible.

- Tuviste tu oportunidad, Perra. Podría haberte tratado bien. Ahora es tarde para eso. No vuelvas a hablar sin mi autorización o te arrancaré la lengua, haré una sopa con ella y te la obligaré a tragar. Déjame tranquilo. Estoy durmiendo.

Volví a cerrar los ojos y a adormecerme... era virgen... mejor de lo imaginado. Ahora que ya la había utilizado, temía aburrirme de ella, pero la advertencia de mi tío había sido muy clara. Qué fastidio. Tendría que cargar con esta muñeca rota... ¿cuánto tiempo? Necesitaba que mi tío Miller muriera. Necesitaba sucederle. Quería ser el señor de la casa a toda costa. Abrí un ojo y volví a mirarla. Daba un poco de asco. Mejor así. Quedé dormido de nuevo, soñando con la gloria que me aguardaba.