Partida Rol por web

Sorprendida por toda la revuelta, la joven maga se pone detrás de los dos grandes guerreros, y al grito de ... -¡¡¡Estén preparados y levanten sus escudos!! Lanzare una cuenta explosiva...y puede ser peligroso.- Prepara su onda con aquella cuenta alguna vez compro, pensando en que le salvaría la vida, y este parecía ser el momento justo. Estiro la onda,midió para no atinarle a ninguno de sus compañeros, y para que pegue a una distancia prudente, pues había sido advertida por el vendedor que si explotaba cerca podía traer consecuencias fatales e indeseables. Con el sudor en la frente y por presión que sentía,después calcular lo necesario,lo piensa mejor y avanza hasta ponerse entre los dos guerreros y dispara. Así evita el riesgo de pegarles a ellos.

Tharyn logra desembarazarse de una de las criaturas no así los dos guerreros que a pesar de sus esfuerzos no logran siquiera acercarse a cortas a los ciempies. Pero la nota que llamó la atención la dio la mística que tomó una pequeña esfera de una de sus bolsitas, la sostuvo con determinación y apuntó atrás de las criaturas más cuando la esfera salió disparada hacia adelante no lo hizo como esperaba y esta pasó de largo, al otro extremo de la salda estallando en un estruendo fortísimo que obliga a todos a taparse los oídos cuando el sonido retumbó por estar en un lugar encerrado.

Cuando logran volver a la acción por el aturdimiento ven que dos ciempies huyeron del combate y solo quedan dos enfrentando al grupo, estas atacan algo aturdidas y no logran por suerte atinar a sus objetivos.

Sir Mordred lanzó dos estocadas contra el cienpies que tenía delante mientras movía la boca para ver si así podía reducir el pitido que sentía en los oídos. La mendiga había hecho algún poderoso hechizo que se había estrellado en el fondo de la sala produciendo un estruendo de mil demonios. - Seguid así y pronto estaremos fuera. - continuó animando.

Aquellos ciempiés, además de ser desmesuradamente enormes, tenían un exoesqueleto bastante robusto. El bárbaro había escuchado que algún chamán de su pueblo había cazado alguno de estos insectos y había empleado su caparazón para crear su propia armadura. Pero no sólo poseían un cuerpo duro, sino que también desprendían veneno con su mordisco, pues el verdoso y espeso líquido regalimaba por sus calíceros goteando en el rígido suelo de la estancia.

Sin más contemplaciones, el bárbaro se abalanzó sobre uno de los insectos restantes berreando pero incapaz de escuchar su voz con nitidez. La explosión de la canica de Tres Libros tenía mucho que ver en ello. Cuando estuvo cerca de la criatura descargó a Nirthul con un tajo de arriba abajo y uno lateral...

Aturdida por su propia mano, la joven retrocede sin poder hacer nada. Se pone a resguardo detrás de los dos guerreros, para poder entender mejor que es lo que sucedió con el disparo. Al observar la escena, nota que dos ciempiés huyeron de la batalla, pero aun quedan dos mas. - De algo ah valido el aturdimiento - piensa entre pitidos en cu cabeza.
Observa como sus compañeros continúan combatiendo. - No los he dañado ¡Hurra por mi! - se regocija de haber inclinado la balanza a su favor.
Se gira, cerciorándose que los demás del grupo no estén dañados a causa del estallido.-¿ SE ENCUENTRAN BIEN AHÍ ATRÁS?- habla un poco fuerte, a causa de la sordera.

Y así como todo llegó tan rápido se fue antes que pudieran darse cuenta, los venenosos cienpies gigantes se esfumaron o murieron por el filo de las poderosas armas del grupo que se infiltró en búsqueda de un mapa y una escurridiza mujer que lo estaba utilizando vaya uno a saber con que fines con certeza.

Y con esa misma habilidad que la caracteriza se hizo humo Goldie aprovechando el encuentro, miran para un lado y el otro dándose cuenta que han sido burlados. El bárbaro estaba a punto de echarse a correr para cualquiera de los lados cuando la misma vos de antes vuelve a hacerse escuchar. - No escaparán, aquí morirán todos. - Y seguido a sus palabras una mole aparece por la misma entrada que hicieron entrada en escena los cienpies.

Un hedor fétido la rodea haciendo parecer que la muerte la rodea, como si esos dientes hubieran masticado a tantas criaturas. Enda no entiende que sucede, jamás los enanos le contaron sobre semejante criatura y ahora está delante del grupo. Un grupo que tiene que salvarse para saber que está sucediendo y hacia donde escapó Goldie.

De Isbell no tiene noticias pero eso parece no importar contra semejante criatura. ¿Qué podría hacerle alguien con sus habilidades? El que si intercede es Tharyn que con su símbolo invoca el poder de su Dios pidiendo por su ayuda en este momento aciago.

Con la cabeza aun resonando, la joven maga da cuenta que Goldie con vuelo raudo desaparece. ¡¡ Rayos !!Todo estaba preparado.

Mirando para todos lados, en un esfuerzo vano por encontrar a la rata ladrona, irrumpe un hedor a muerte, - mmmm..que rayos huele tan mal...- exclama Tres libros,mientras frunce la nariz debido al fétido olor, que nada bueno podía ser. Por donde habían ingresado anteriormente los ciempiés, se habre camino una criatura media babosa, color verde,y con muchos dientes. - ¡¡Ohhh por todos los dioses!! ¡¡MI-MIREN!! - balbuceando señala a al horror que dio entrada.
Pero el caballero, se había adelantado a cualquier acción, y se encontraba poniendo en peligro su vida, en pos de los demás. - Mordred aun me queda unas explosiones mas. - Le habla en medio del fragor al caballero - ¡Ponte a resguardo y la atacare! - Advierte la joven.

Sir Mordred se plantó delante de la criatura poniendo el escudo entre ella y él en un intento de impedir que llegase hasta sus camaradas. - Da la cara para que podamos ver a quien nos enfrentamos. ¿O acaso eres un cobarde? - preguntó el caballero a pleno pulmón mientras lanzaba un golpe para llamar la atención de la criatura. 

Aquello no era más que una nueva celada perpetrada por aquella mujer y su arcano aliado. Cuando el último ciempiés cayó bajo el recio acero de Nirthul, un nuevo especimen asomó de entre la malhadada niebla con la intención de acosarlos. Camlann lanzó un espadazo al aire con tal de mantener al bicho alejado, pero se necesitaría mucho más que proferir amenazas...

- ¡¡DEJADMEEEEEEEEEEEEEE!! - berreó el norteño como si fuera el último combate de su vida. Cuando estuvo cerca de aquella babosa con patas, saltó sobre ella y descargó un golpetazo brutal.

Y para terminar de truncar lo que tenia planeado la maga, el bárbaro se lanza al ataque, haciendo imposible tirar la esfera explosiva sin dañaros a los dos.- Quizás sea mejor así. - se trata de convencer la joven, pero el hecho de que su presencia ahí se tan inútil como...¡lo que era!, un mago sin hechizos, y eso, destrozaba su poco orgullo.

- Pff...solo queda esperar mi momento, pero...¿cual será? - medita, mientras mira el peligroso combate desde un lugar seguro. - ¿Esa voz? ¡¿Donde estará?! - Empieza a preguntarse Tres Libros, porque sabe muy bien que cuando esta criatura caiga, vendrá otra y otra y...hasta que perezcan.

El druida conjuró una ayuda que envalentona a los integrantes del grupo, Camlann increpa al que parece dirigir los hilos de las criaturas que los están atacando y que no da posibilidad de ser descubierto de una manera simple. Pero el bárbaro es otra cuestión, él sólo quiere combatir y blande la espada de un lado al otro pasando de largo al caballero y asestando un terrible golpe a la criatura que le abre un corto más que profundo en el medio de la cabeza y que baja por un costado.

La criatura que estaba avanzando hacia Râgnar se ve detenida casi en seco pero sigue su andar hasta quedar frente a frente al bárbarose yergue en toda su extensión y abre su boca de la cual sale un hedor terrible y chorrea saliva para descargar un furioso mordisco que falla por mucho por suerte.

El druida al ver que su bendición está ayudando al grupo se envalentona y conjura una vez más ahora sobre el bárbaro que al parecer es el que posee una menor protección e invocando el poder de su deidad protege al guerrero contra el mal que acecha el lugar.

Sin saber que hacer, la joven, intenta rodear a la criatura. - Quizás desde ahí tenga mejores opciones- se trata de convencer, de que lo que esta haciendo ayudara,y , que no es solo un acto suicida.
Lo que no se imagino la maga, que el miedo le jugaría una mala pasada, cada musculo de su cuerpo se tenso y sus pies no respondían, parecían dos raíces bien agarradas a la tierra.

- Mmmm, quizás...- se le estaba ocurriendo algo. - ¿Alguien tiene aceite o al-algo que sirva para hacer arder a la cri-criatura?

Sir Mordred siguió plantado frente a la criatura y golpeó el escudo con la espada para hacer ruido y que esta centrase su atención en él. Luego intentó sin éxito lanzar dos estocadas contra aquel ser. - Yo no tengo nada. ¿Isbell? - preguntó el caballero a la joven que había hecho las compras.

El hombre de acero llamaba la atención de la criatura, que  no cesaba en su empeño de hincar sus terribles mandíbulas en el cuerpo de Camlann. Es más, a punto estuvo de arrancarle el escudo en uno de sus poderosos embates, pues aunque todavía no había tenido fortuna en sus ataques -y así esperaba el bárbaro que continuara- la sensación que denotaba la criatura es de ser tremendamente peligrosa.

En uno de esos latigazos con su quitinoso cuerpo, Râgnar se abalanzó por un costado con su filo presto para cortar el duro cuerpo de aquel asqueroso bicho. Su espada golpeó exitosamente, quebrando el exoesqueleto de aquel ciempiés demoníacos.

- iiMUERTEEEEEE!!

En este desafió que ningún integrante del grupo llamó pero en el cual estaban todos inmersos estaba saliendo parejo por ahora. La criatura había recibido un buen corte y el bárbaro está lastimado por todo lo sucedido hasta ahora en la incursión por las catacumbas. Un lugar que debería ser seguro dado que los enanos mantienen todos los días, habrá que hablar con los enanos que consideran seguro pero sólo si salen con vida del lugar.

Y entre fintas y ataques la criatura avanza casi ciega contra Râgnar y le muerde en el hombro pero el atacado le entierra la espada en su vientre haciéndola retroceder levemente y cuando siente que algo le metió en la mordida no se hizo esperar una nueva réplica que le abre aun más el corte en el vientre a la criatura. Camlann quiere aprovechar el cruce que tienen criatura y bárbaro atacando con firmeza pero patina con los restos de las criaturas anteriores y termina acostado en el suelo de piedra.

Râgnar descargó con furia su arma sobre la criatura y esta le devolvió con un mordisco, uno ponzoñoso cargado con veneno. El bárbaro rápidamente se dio cuenta de que no era una mordedura común y cuando quiso darse cuenta se vio duro como la piedra son poder mover un músculo. Tharyn se acercó nuevamente a Râgnar para curarle algunas heridas y se percató cuando la curación surtió efecto de que el bárbaro está inmovilizado. - Cubran a Râgnar que no puede moverse, está paralizado. -