Partida Rol por web

Adams aprovechó el ruido para colarse en la sala cual asesino silencioso. Con extremo cuidado, pisaba lentamente el suelo, apoyando primero el talón y luego los dedos, el constante ruido del taladro podía parar en cualquier momento...

El detective asomó la cabeza por la octogonal puerta que seguía al pasillo, pudo distinguir otro secuaz haciendo guardia. Rápidamente se volvió y cogió aire dos veces para relajar los músculos, así era como mejor trabajaba, en solitario y bajo presión, no podía permitirse pensar ahora en Taylor, pero sin duda sabía que le iría bien.

Frank había calculado distancias, a tan pocos metros sería fácil dar en la cabeza del lacayo del Joker sin apenas guardar mucho tiempo para afinar la puntería.

El agente volvió a asomar la cabeza lentamente y poco para comprobar si el matón estaba mirando, y cuando comprobó que no era así, extendió el brazo, afinó puntería cerrando el ojo izquierdo, y aprovechando el ruido del taladro apretó el gatillo dos veces para asegurarse de que su enemigo caía.

El tambor del arma giró sobre el eje dos veces listo para disparar más proyectiles cuando fuera preciso. El metal del arma ya estaba caliente al haber estado en contacto tanto rato con la mano de Frank, y el cañón humeaba ligeramente.

El detective entrecerró los ojos para distinguir si había neutralizado al matón...

Taylor no duda y dispara. Puede que sea lo último que haga en esta vida si no logra impactar a su adversario en un punto vital. Su estómago está hecho un nudo. El sudor frío empapa su frente y en un suspiro ahogado aprieta el gatillo. Por un momento todo se vuelve gris. Toda su vida pasa por delante cuando el cañón del tipo apunta hacia él.

Su infancia, su ingreso en el cuerpo, Martha, su mujer, su primer beso, el nacimiento de Carla, su pequeña a la que hacía años que no veía, el momento en que su esposa, lo más querido de este mundo cogió la puerta huyendo de la espiral de decadencia y violencia en que se había convertido su propia vida.

Y por un momento pudo casi contemplar su propia muerte.

Pero no, abrió los ojos de nuevo, contuvo la respiración y ese maldito cabrón estaba en el suelo con un agujero en la cabeza.

- Buena suerte, Frankie - musitó justo antes de cerrar los ojos, suspirar y quedar prácticamente inconsciente por la tensión y la herida. - Detén a ese hijo de puta, y dile de mi parte que gaste sus bromas en el puto infierno- y sus ojos se volvieron a cerrar.

Taylor cierra los ojos cuando siente al matón realmente cerca. Aprieta el gatillo confiando su suerte al metal de la bala. La detonación se produce agujereando su preciada cazadora. El matón, soprendido, sólo argumenta:

- Pero qué coño estás tramando? Acabaré contigo -

Notas las manos del matón que se aferran a tí. Te das la vuelta temiendo lo peor. Pero al girarte, las manos del sicario pierden fuerza al tiempo que ambos miráis la sangre que emana de su pecho. El impacto es mortal ya que debe haber alcanzado algún órgano vital. Primero cae de rodillas frente a tí y trata de decir algo, pero la sangre que llena su boca se lo impide. Finalmente cae al suelo con tus pulsaciones aceleradas por la tensión del momento.

Parece que las desgracias nunca vienen solas y te parece oir el sonido de varias pisadas acercándose por las escaleras. No hay duda, alguien ha oído el disparo y se acerca. Maldices mientras te alejas brevemente del acceso de las escaleras y apuntas con tu arma dispuesto a tumbar a todo aquel que se acerque. Y entonces, una silueta se recorta en la entrada. Gritas - Alto - Y presionas ligeramente el gatillo pero te detienes al reconocer parte del rostro de tu compañero de faena Threev. Éste, sin mostrar reacción alguna a pesar de tener el cañón de tu arma apuntando a su frente exclama: - Sean, no irás a disparar a tu viejo amigo eh? -

Tus ojos no dan crédito. Ha conseguido traer un buen destacamento de policías con él. Te acercas con una ligera cojera cuando la luz de la habitación revela todo su rostro. Semiconsumido, el rostro de Threev ha sido pasto del torrente eléctrico desfigurándole media cara. Dany percibe tu reacción y sonríe. - Bien Sean, ponme al día. Dónde está nuestro camarada Adams? -

Apuntas tomándote el tiempo necesario para hacer un buen tiro. El matón aparece con claridad en tu punto de mira. Sin dudar aprietas el gatillo. El sonido del taladro continua retumbando y amortigua la detonación del arma. El matón, recibe la bala que se incrusta en la clavícula derecha. El dolor le inmoviliza lo suficiente como para que el detective apunte de nuevo y dispare. La bala va directa al cráneo de su objetivo eliminándolo al instante. Pero no todo ha salido tan bien como esperaba, pues al realizar el segundo disparo, el taladro ha debido de terminar su labor permitiendo que aquellos que se encuentran en la sala de investigación lo oigan perfectamente.

- Eh Jones, estás volviendo a jugar con las pistolas? Quieres que Joker se entere de que no estás haciendo tu trabajo y te vuele la tapa de los sesos? - Entonces deduces que quienes quiera que se encuentren en la sala no tienen al abatido en su línea de visión y a pesar de haber oído el disparo, aún cuentas con cierto factor sorpresa.

Cruzas el nexo de la entrada pero sin llegar a las barras detectoras. Desde ahí tienes a tu izda el mostrador donde ahora descansa sobre él el matón derribado, y a la derecha un estrecho pasillo formado por la pared y un alto armario estantería donde supones que guardan el diverso equipo armamentístico. Pero tienes el problema de los detectores de metal y al resto de los matones que comienzan a interesarse por la falta de respuesta de su compañero.

El grupo de policias y agentes de seguridad que entran en la sala con Threev rodean a Taylor y le apuntan.

- ¡Señor, aquí hay un superviviente, podría ser un sicario del Joker...!

Threev se adelanta, apartando con fuerza con su brazo izquierdo al agente que le estaba hablando, que es lanzado contra el muro con fuerza sobrehumana. El Fiscal se detiene brevemente, observa con curiosidad su brazo, aun con su chaqueta parcialmente chamuscada, y su mano enguantada, y una mueca que podría ser una sonrisa se dibuja en sus labios.

- ¿Tan grave es la herida, Taylor? No me seas nenaza ahora, con lo duro que eres... ¡Vamos, levanta! Voy a matar al Joker con mis propias manos -exclama Threev mientras aprieta el puño de su enguantada mano izquierda, gesto que provoca leves chisporroteos de electricidad- y quiero que tu y Adams esteis conmigo cuando ocurra... Por cierto, ¿donde está Adams?

Taylor suspira cuando el matón cae a sus pies.

- Merecido te lo tienes, hijo de puta -

Luego se arrastra hasta ponerse a cubierto cuando escucha pasos, pero de nuevo, suspira algo aliviado por ver que se trata de los refuerzos. ¡Joder! Si que han tardado... Todavía con el corazíon en un puño latiendo a toda prisa, intenta levantarse apoyándose en la pared. Parece que la herida sangra menos, pero debe encontrar algo con lo que cortar la hemorragia del todo.

Observa a Threev con una mueca desencajada. ¿¡Qué coño le habrá pasado en la cara!? Sea lo que fuere, todos sabían que el responsable era el mismo y estaba a punto de pagar por todo lo que les había hecho, a ellos, a Gordon, a toda la jodida Gotham. Esta noche un payaso va a morir en la torre Wayne.

- ¿Cómo cojones...? - intenta buscar unas palabras adecuadas hacia la desfiguración más que evidente del ayudante del fiscal - bueno, imagino que no ha sido una noche fácil para ti tampoco.

Se recompone y aún con el arma en la mano, Sean se tranquiliza.

- Adams ha ido a por ese hijo de puta. Si nos damos prisa aún podemos cogerle. - Recarga su revólver - y ahora... vamos a por ese cabrón.

Su corazón de nuevo palpita, pero esta vez por la emoción. Si esto salía bien, iban a hacer historia en Gotham.

- ¡Así me gusta, agente Taylor, con entusiasmo! ¡Traeremos la Ley a Gotham de nuevo! Ten...-le lanza una jeringa que saca de su chaqueta- es uno de los "reconstituyentes" que encontramos en la cueva... A mi me a permitido aguantar todo lo ocurrido... veamos que puede hacer con esa pierna tuya...

Tras unos segundos de descanso, que los agentes que acompañan al fiscal invierten en registrar la sala, Threev deja que el herido detective abra la marcha, pero indica a un par de hombres que se adelanten y le cubran. A uno de ellos lo detiene, poniéndole la mano en el hombro, y le susurra algo al oido. El policia asiente y sigue a su compañero y al detective Taylor.

- Los demás, asegurad el piso... no debe faltar mucho para encontrarnos con el payaso y podamos ajustar cuentas...

Threev susurra a uno de los agentes que van a acompañar a Taylor:

- Vigila a este tipo. Es un buen poli, pero a veces se le "va" la cabeza, o podría dudar de mis órdenes. Si ves que no "colabora", mátale, ¿entendido? No quiero conmigo a nadiee que dude de la Ley que voy a traer a Gotham...

Maldito taladro...

Adams maldecía para sí el momento en el que el taladro había dejado de funcionar y había hecho que el resto de matones de alertara de su presencia, era muy dificil que pudiera el solo con todos, y tenía que buscar una salida rápida.

El detective tiró su arma en el pasillo donde estaba, con un poco de suerte la verían los matones al salir. Corrió hacia dentro activando la alarma y saltó detrás del mostrador, intentando ocultar su cadaver a primera vista y haciéndose con su arma, si es que la tenía a la vista, si no era así Adams pensaba utilizar el revólver que guardaba en la pantorrilla. Disimulando un poco la voz, con una tos repentina, el detective intentó hablar de forma que no pudieran reconocer la voz.

- He dado a un tipo- Dijo entre toses y carraspeos, su plan era esconderse dentro del mostrador, haciendo creer a los matones que el guardia había salido (y habia activado la alarma de metales) para comprobar a quien había disparado...y cuando estuvieran distraidos, atacarles por la espalda y estando distraidos.

Taylor se soprende del cambio de personalidad del recién ascendido Fiscal de Gotham. Poco queda del viejo Dany Threev. En cualquier caso, ha conseguido traer los efectivos para hacer frente a los "malos". El compuesto de Batman es absorvido por la herida de Taylor con gran dolor, pero la herida elimina el pus y la cauteriza al instante. El dolor persiste, más aún con el tratamiento tan agresivo pero ya no sangra y sanará si vuelve a dañarse. El detective alivia el rostro y retira el apósito manchado de sangre. De nuevo organizados, os ponéis en movimiento y cruzáis el umbral de la puerta llegando al mostrador donde antes se encontraba el matón que Taylor ha derribado con maestría.

En la otra esquina, la puerta de seguridad permanece abierta sobre su guía pertimiendo el paso. Dos agentes encabezan la marcha seguidos de Taylor, con el Fiscal y el resto de los policías pisándole los talones. El ruido de fondo del gran taladro cesa, y podéis oir la detonación de un arma de fuego. Taylor deduce por la rutina del entrenamiento en la sala de tiro que el arma disparada es la reglamentaria, debe de ser Adams. Doblais la esquina como un suspiro y comienza a sonar la alarma de incendio. Una voz de mujer un tanto enlatada da el siguiente aviso: Se ha accionado la alarma de incendio. Por favor, diríjase a la salida más próxima. No corra. Y vuelve a repetir el mensaje varias veces.

Un pasillo con una nueva decoración más futurista termina en una entrada octogonal que da acceso a la sala de investigación armamentística. De momento, no hay rastro de Adams, pero podéis oir varias voces en el interior. Cruzáis con sigilo la distancia hasta el acceso. Los dos policías cruzan el acceso sin reparar en los dos detectores de metales. Un sonido avisa del paso de armas. Los matones del interior siguen su conversación:  - Jones, estás sacando armas de la sala? Ya te hemos dicho que si Joker se entera que ha salido algo de aquí te va a colgar de la bandera! Jones? Por qué no respondes maldito bastardo? - Taylor maldice por lo bajo la imprudente acción de los policías, se diría que actúan bajo una gran presión, como si algo o alguien estuviera espoleándoles a actuar sin medir los riesgos. El resto, aprovecha también para pasar. Una nueva estancia aparece ante sus ojos.

A la izquierda hay un mostrador y a la derecha un gran armario/estantería donde deben guardarse la munición y equipos. Al frente podéis ver unas dianas para probar las armas y unas mesas de trabajo donde hay repartidas por su superfície varios componentes. Las voces deben llegar de alguna parte del fondo, pero aún no están en vuestro campo de visión. Tampoco encontráis a Adams. Los dos polis que encabezan la marcha salen hasta la altura de las mesas de trabajo y gritan: - Policía de Gotham, alto! - Pero no son palabras las que responden, sino disparos. Los policías, son abatidos y perforados como coladores. Sus cuerpos caen al suelo. Las armas utilizadas son de gran calibre. Los sicarios, probablemente colocados, gritan de júbilo al tiempo que parecen atrincherarse. - Que alguien avise al Joker, nos están atacando! - Jones habrá caído. Polizontes! No nos cogeréis vivos!! Joker os aplastará la cabeza! jajajaja! -

- ¡Al suelo! -grita Threev al oir los primeros disparos. Lo más rápidamente posible, el Fiscal se lanza buscando la protección del mobiliriario de la sala.

- ¡Acabad con esos bastardos! ¡El que mate a esos cabrones, será ascendido a teniente de la policía!

Con la mirada, Threev busca la situación de Taylor, por si el veterano policia hubiera logrado alcanzar una posición más ventajosa que la suya desde la que ver a los hombres del Joker que los mantienen a raya.

Taylor maldice. La única entrada que tienen para llegar hasta el Joker y esta guarecida por unos cuantos cabrones armados con juguetes cortesía de Wayne. La cosa estaba jodida y la sutileza había caído por completo en el olvido, cobrándose de paso la vida de un par de agentes, carne de cañón pero compañeros en su día al fin y al cabo.

- Threev! - llama la atención del fiscal mientras mantiene el revólver en alto, cubriendo desde una esquina - ¿No tenéis nada con lo que hacer unos fuegos artificiales?

Su intención era doble. Ver si podían combatir a gran potencia en la distancia para compensar el aprovisionamiento del enemigo y ya de paso acojonarlos para ver si se dispersaban en caso de temer el lanzamiento de una granada.

Contó hasta tres y si los disparos cesaron un momento, disparó él mismo tres veces asomándose lo justo para tomar contacto con la localización de los lacayos del payaso.

Frankie colega, si estás ahí te sacaremos de ésta.

- ¡Capitán! - grito Threev al agente que había puesto al mando de la operación de asalto al edificio Wayne. El policía se acercó al Fiscal, que hacía gestos con su mano enguantada para que llegara hasta él. - Capitán, ¿tenemos algún tipo de explosivo o gas lacrimógeno? ¡No podemos perder así más tiempo!

Threev dirigió su mirada a Taylor. Parecía estar dispuesto a entrar ahí como sea...

Frank escuchó las pisadas cerca de su posición, era momento de actuar, pero, esperó unos segundos. Los pasos provenían del lado contrario, ¿Se trataría de refuerzos?

Era demasiado pronto para saberlo y el detective permaneció inmovil, no quería arriesgarse a que perforaran su piel a balazos.

Acto seguido se escuchó la orden:

Policia de Gotham, alto...La frase se repitió en la cabeza de Adams y supo que ya no estaba solo, pero al instante el sonido de las armas de fuego inundó la habitación, la sangre salpicó las paredes y el suelo, los casquillos rebotaban inertes en la superficie como lo hicieron los compañeros del detective.

Al instante Frank se tiró al suelo, fue un acto reflejo, pero en cuanto las balas no silbaban con tanta precisión, el detective se asomó sobre el mostrador con el arma apuntando hacia el pasillo, no sabía si tenía buen ángulo para disparar, pero debía avisar a sus compañeros que estaba allí.

- ¡Taylor!, ¡Estoy aqui!- Dijo mientras se asomaba rápidamente y disparaba en dirección al pasillo. Sabía que si tenía ángulo de tiro, debía volver al suelo en cuanto disparara, por que si no volvería a tumbarse, pero de una forma indeseada...

Frank se quedó pensativo por un momento...¿Ese que había visto era Threev?

Escuchó el sonido de la voz de Frankie entre tanto disparo y jaleo y de pronto los ojos se le abrieron como platos. Miró a Threev y tal vez algo apresurado y descuidado le hizo señales.

- ¡Tenemos un hombre ahí dentro! - hizo un ademán repentino con la mano - no lancéis nada hasta que no sea seguro... ¡por dios!

Bien para poder continuar es preciso que nos encontremos todos bien situados. Según leo, voy a mostrar la escena tal y como la entiendo. Si alguien considera que está en otro punto es ahora cuando debe decirlo. Si todo el mundo está de acuerdo, prosigo.