Partida Rol por web

Nauj escuchó atentamente las últimas explicaciones del goblin. No seré yo quién te juzgue por hacer lo que es para ti tu deber, fue lo único que le dijo.

Entre tanto, el joven se había deslizado por debajo del dragón y arremetía contra él con su espadón. Seyru se reponía de la llamarada que había recibido de refilón, con Syara a su lado, y la enorme bestia roja miraba feroz a todos, seguramente decidiendo su próximo ataque.

quizás ... Nauj se quedó quieto, perdido en sus pensamientos, mientras esperaba ansioso contemplar los siguientes movimientos del combate.

Por un momento, y delante de aquel dragon, su cabeza dio mas vueltas.

Se dió cuenta que no bastaba con simplemente llevarse de alli a aquel guerrero: Había uqe salvar las ciudades de la incursion posible del mismo. Al menos lo transportaria alguna persona, confiaba, cuando todo aquello acabara.

Extinguió los escudos y alzó sus manos. Estas hizieron que de las patas de la criatura surgieran plantas duras y resistentes, que se enrollaban poco a poco en las mismas soltando. A pesar de todo, una de sus manos cubrió a los tres de efectos de llamaradas, con sendos escudos de protección.

-¡Acercaos a mi! Decidme, noble guerrero, el fin para el que combate contra esta legendaria criatura. ¿Hay algun motivo especial que no sea el de sus escamas?

El dragón de intenso color rojo sintió que algo le raspaba el estómago. Sin embargo sus duras escamas se encargaron de contrarrestar el filo del espadon, que poco pudo hacer contra esta protección natural al menos de momento. El ser no se inmutó en comprobar bajo si, ya que había puesto los ojos en la mujer y el mago que habían entrado a su campo visual y a una distancia bastante poco prudente.

Esto se debió a que empezó a sentirse apresado por raíces y plantas que habían comenzado a crecer y a enrredar sus patas. Aleteó y luchó contra las mismas, y haciendo gala de su fuerza bruta quebró la gran parte de las mismas.

Un resplandor iluminó la boca abierta, y con un rugido un torrente de llamas brotó de entre los afilados dientes, derritiendo nieve del suelo y chamuscando la tierra bajo esta. Aquel entonces, movió su cabeza, para dirigir su aliento sobre el muchacho y la joven.

Cabreado por estar practicamente siendo ignorado por el dragón, aquel humano salió de entre las patas del mismo donde corría riesgo de un buen pisotón. Empuñó el espadón informe con ambas manos, buscando ahora uno de los pies de la bestia.

-Por aquí pajarito, estoy aquí

Tras escuchar a Seryu, agregó:

-Vivo de cazar bichos, no me interesan sus escamas pero me pagaron para encontrar a este bonito. Lo que me pregunto es donde carajo está la dueña cuando dijo que venía hace mas de hora y media por lo que creo. ¡Eh! No lo lastiméis demasiado, que sino me van a arrancan las pelotas- comentó, de forma alegre - Insisto en que mejor se marchen, andar jugando con dragones no es buena idea si no hay experiencia.

Syara no sabia que hacer, algo la decia que debia huir. Tres personas no podian solas contra un dragon, eso era una temeridad. Pero por otro lado no queria dejarles solos enfrentandose al dragon, eso era de cobardes.

Vio como Seryu lanzaba lo que parecian ser hechizos de protección y si bien se sintio algo más segunra no supo si serian suficientes contra los ataques de semejante criatura.

El dragon estaba cada vez mas enfadado, de tal manera que dirigio un chorro de fuego donde estaban. De masiado pendiente pensando que debian hacer Syara reacciono tarde al apartarse del terrible chorro de fuego.

Nauj seguía quieto y escondido, y cada vez dudaba más que aquella batalla estuviese equilibrada, aunque le extrañó la suficiencia de aquel cazador de criaturas. Continuó observando  el combate.

-¿Qué se supone que haces, guerrero? ¿No te importa morir?

Comentó. La llamarada de todos modos estaba neutralizada por su escudo de magia. Por un segundo simplemente se entristeció y luego se dió la vuelta.

Acto seguido la muchacha y el se teleportaron fuera del lugar.

-Que den muerte a ese guerrero, si es lo que desea.... yo hize lo que pude. Era lo que quería.

Comentó, mirando hacia abajo..

-Verás...no es tan facil como...para un humano. Quiero decir... siento la imperiosa necesidad...de evitar el sufrimiento a las personas. Vosotros estabais bien, pero, sin embargo...sin embargo... el no. Pero no puedo hacer mas por él.... probablemente muera, pero... no puedo hacer nada por el que vaya contra sus designios. Es... frustrante.

El dragón levantó el pie al que iba acercandose el guerrero, cuya espada pesada solo se descargó en la nieve haciendo que perdiera el equilibrio. Ahora estaba en una clara desventaja mientras levantaba su espadón, y el animal no dudó en pisarle sin misericordia justo despues de que hubiese comentado "No tengo intención de morir compa" lo cual Seryu alcanzó a escuchar.

El feroz escamado anduvo sobre la nieve, y empezó a mover la cabeza, mirando alrededor como si hubiese percibido algo. Y se escuchaba algo...una apenas audible y dulce meoldía, que podía confundirse con el sonido de una lira. Sin embargo había algo distinto, aquello era mas sublime...

Cuando Bolg vio que Seryu desaparecía con la mujer, sonrió maliciosamente. Era su oportunidad. Sacó su cuchillo, y lo untó con una sustancia negruzca que tenía en una pequeña bolsita atada al cinto. - Dezéame zuerte Nauj. Susurró el goblin a su amigo.

Bolg pretendía deslizarse entre la vegetación, para poder acercarse sigilosamente a la espalda del maldito guerrero. Con un poco de suerte podría cogerlo desprevenido, y asestarle un golpe certero y mortal. Cumpliendo al fin su ansiada venganza.

El dragón le preocupaba, pero no tenía la intención de enfrentarse a él. Tenía la esperanza que, mientras se acercaba, aquella bestia debilitara al mercenario.

Una vez acabado el trabajo, saldría corriendo de ahí, intentando que el dragón no le hiciera mucho caso.

Por su parte el cazador había abandonado su espadón dejando que el peso del dragón se quedara con él, y rezaba que no lo hubiese roto del todo.

-Tu madre, bicho de...

Se había apartado de un salto, quedando tumbado sobre la nieve. Se quedó quieto al ver que aquel gigantesco ser parecía haberse amansado y frunció el ceño al escuchar aquella música.

-Carajoooo, porque de todas las personas tenía que venir ella...

Bolg se deslizaba entre la nieve y los matojos, como una serpiente silenciosa. Sus ojos escrutaban a su alrededor, con un brillo intenso. Sus armas envenenadas, clamaban saciar su sed de sangre.

Cada vez estaba más cerca. Si conseguía acercarse lo suficiente, podría asestar un golpe mortal. El momento llagaba. Aunque tenía que estar alerta con el dragón. No quería convertirse en carne quemada.

Había algo en el aire, parecía una tenue melodía. Pero Bolg no estaba dispuesto a desviarse de su plan.

Bolg vio su oportunidad, la venganza que tanto tiempo había buscado. Desde los matorrales, saltó sobre su enemigo desprevenido. La ferocidad del goblin se reflejaba en su mirada. La espada voló hacia el abdomen de Inzar, buscando el punto débil de su armadura, mientras el cuchillo buscaba la carne de su víctima.

Desde los matorrales, de repente el goblin se abalanzó sobre el desprevenido guerrero. La ferocidad del mismo se reflejaba en su mirada. La espada voló hacia el abdomen de Inzar, buscando el punto débil de su armadura, mientras el cuchillo buscaba la carne de su víctima.

Desde donde estas, puedes observar todo en detalle esto.

Aquel ataque a traición fue algo que le tomó completamente desprevenido. Un grito de dolor del cazador de monstruos rasgó el aire cuando uno de los cuchillos se enterró por la espalda, donde no tenía protección alguna. El arma se le había enterrado con tal fuerza y brutalidad en el cuerpo que la punta del cuchillo tocaba el protector de hueso del otro lado. Y aquello no podía haber sucedido en peor momento, su espada estaba aún baju el pie de aquel dragón, que ahora estaba manso y ageno a todo. La sangre comenzaba a deslizarse por la hoja del arma del goblin, gran parte de esta cayendo al suelo y tiñendo la nieve.

Con un gran esfuerzo, Iznar avanzó hacia adelante para desempalarse de aquella dañina hoja, pero enseguida comenzó a sentirse extraño. Se le pudo ver estremenciendose con temblores por momentos, y su rostro tenía una expresión enfermiza. La ponzoña se había esparcido por su cuerpo...

Desorientado y herido como estaba, el humano se giró y buscó propinar al goblin un puñetazo para espantarle.

-¡Fuera cabrón! ¿Que carajo, un goblin?...

Hola. PAra que me ubique del todo: ¿Syara y Seryu están fuera de la escena? ¿El dragón se ha marchado siguiendo la extraña música o sigue ahí?

Quiero decir, ¿sólo quedamos en escena el del espadón, el goblin y Nauj? ;)

edito: nada, creo que ya me he enterado ;)

Bolg, se agachó justo a tiempo para que el desesperado puñetazo de Inzar no impactara en su pecho. El pequeño goblin se revolvió como un animal atrapado, y lanzo sendos tajos verticales sobre su enemigo. La ferocidad del primer impacto, animó a Bolg, que sonreía sádicamente, ante la sangre que se derramaba de la herida de Inzar. 

- No zabez quien zoy, ¿verdad? Pero Bolg no ha olvidado tu cara, ni tu apeztoso olor. Tu marcazte a Bolg, y matazte a zuz compañeroz. Ahora pagaras por ello.

El goblin volvió a lanzarse sobre el desconcertado mercenario. Sus dientes chasqueaban, emitiendo un chirriante ruido. Esta vez, su espada buscó cortar los tendones del poderoso brazo del guerrero, mientras la emponzoñada daga insistía en maltratar sus flancos heridos.