Partida Rol por web

El suelo de madera crujía bastante bajo sus pies, lo cual podía resultar incómodo. En el salon principal de la casa, sobre una mesilla, una casi consumida vela estaba aún encendida. Probablemente Inzar se hubiese olvidado de apagarla, ya que iluminaba su rostro mientras dormía como un tronco en el sillón cercano.

La puerta que daba al exterior estaba apenas entornada, pero no cerrada. Probablemente si no tenía cuidado despertaría al mercenario, aunque quizá fuera lo mejor para poder hablar con él. En la oscuridad, no podía ver muchos detalles mas, apenas la silueta de la escalera que ascendía y los umbrales que conectaban la parte de la tienda con la casa, y la cocina que andando mas también conducía hacia su dormitorio.

- Parece que es costumbre entre estas gentes acostarse temprano ... quizás estaban agotados.

Nauj contempló la silueta dormida de Inzar y decidió que sería de muy mala educación despertarle. Sobre todo después de la hospitalidad que habían mostrado.

Se quedó unos instantes indeciso, sin saber muy bien qué hacer. Finalmente decidió asomarse a la calle y se encaminó hacia la puerta, tratando de hacer el menor ruido posible.

Con sumo cuidado cruzó la estancia hacia la puerta. Apenas hiciste ruido alguno, por lo cual el cazador no se dió cuenta en absoluto de tu presencia. Tras el umbral, descubriste que aquella era una entrada distinta a la de la tienda, y daba hacia otra calle, perpendicular seguramente. Pudo contemplar, entonces, que ya había oscurecido, siendo el comienzo de la noche. Cada cierta cantidad de metros estaban dispuestas farolas robustas, ahora encendidas, y no muy lejos podían verse luces mas pequeñas en movimiento, revelando la presencia de las guardias usuales cuando entraban en el rango de iluminación de alguno de los fanales.

A unos metros, sentada en un banquillo largo de piedra pegado a la pared de la casa, pudo ver a Rilletta Dhuftis sentada a pesar de que hacía tanto frío que la respiración era visible. Tenía puesto un abrigo grueso, y en los brazos tenía a Manzana.

Nauj pudo respirar el aire puro del anochecer cuando traspasó la puerta de la casa. Miró al cielo para disfrutar del cielo estrellado y, ciuando volvió a la realidad, echó un vistazo a su alrededor.

Sentada en un banco estaba su anfitriona, cuidando del "Amigo" Manzana. Nauj se acercó hacia allí, y cuando llegó hasta ellos le rascó la cabeza al cachorro. Nauj le había tomado un cariño especial.

- Hola "amigo" ...

Después se dirigió a la mujer.

- Buenas noches, Sra. Rilleta.

Esperó a que la señora reaccionase al saludo, y entonces añadió.

- Una hermosa noche. Fría, pero hermosa ¿verdad? Lo cierto es que es demasiado temprano para que me pueda dormir.

Una vez pronunciadas estas frases de cosrtesía, Nauj comenzó a pensar rápidamente por dónde debía intentar que continuasen los derroteros de la conversación.

Nauj se removía inquieto en la cama. Dormir, dormía, abatido por el cansancio acumulado, pero la incertidumbre sobre la decisión que tomaría a la mañana siguiente no le dejaba descansar tranquilo.

Giró sobre sí mismo debajo de las mantas, sin despertarse, ajeno a lo que sucediese a su alrededor.

Algo de ruido de cacerolas abajo marcó el comienzo de tu día, tras sacarte del sueño. Tras unos minutos decidiste salir de la cama, algo entumecido pero a la vez con buen humor por la comodidad de una cama blanda para tu cuerpo, mucho mejor sin dudas que el suelo o la intemperie. Lo primero que pudiste apreciar es que Seryu no estaba en su cama, y anoche no lo habías escuchado regresar.

Al verse sólo en la habitación, Nauj recordó que las palabras de Seyru "yo hablaré con Syara y le comunicaré todo esta noche", le habían resultado extrañas. Ahora tenía el presentimiento de que algo les habría tenido entretenidos.

Al oir los ruidos de cacerolas, se vistió aprisa y decidió salir a ver con quién se encontraba. Tenía que darse prisa si quería atravesar aquel portal, aunque no se sentía aún convencido del todo.