Partida Rol por web

Se pudo ver que él ya había acabado con lo suyo, practicamente sin dejar participar a los guardias que habían ido a hacer de refuerzo. Les hizo una seña de agradecimiento de todos modos sonriendo de forma socarrona.

-Esta bien ya, mejor vayan con cuidado. Estos tipejos se estan retirando, así que los que quedan en desventaja numérica no tardarán en ser abatidos o huir, eso creo.

Tras despedir a los hombres, de nuevo algo vacilante por tener que acreditar al que otrora le atacó, dijo mas quedamente mientras colocaba el espadón a la espalda:

-Fue una buena idea...como sea, este cabrón me ha dejado el brazo tocado, al menos por hoy será mejor que no haya mas peleas o tendré que usar algo mas que sea a una mano. No se retrasen mucho, me da un yuyu que ni se imaginan la marchosa aquella.

Luego de esto él también avanzó, aunque retrasandose algo para esperarles por si tenían algún problema.

La visión de aquel personaje hizo que las entrañas de Nauj se retorciesen de dolor y nausea, haciéndole olvidar el daño que le producía su herida. El encapuchado le observó de arriba a abajo, para cerciorarse de que no había duda. La misma cara, los mismos caninos prominentes, la misma capa y, sobre todo, aquella misma gema azul de la empuñadura de su espada que hacía que su sola presencia provocara aquel cúmulo de sensaciones en su interior.

No era la primera vez que coincidían, y las percepciones eran las mismas. Pero lo más extraño de todo era ¿qué hacía aquí, sin su habitual compañía, en un pueblo perdido, en medio de un ataque de un grupo de bandoleros?

Aquél hombre misterioso podía ser una clave en su objetivo de acercarse a D'Thyre, así que pensó que algo debía hacer. Por el momento, advirtió a su amigo cuando la figura vampiresca se acercaba a ellos:

- Ese tipo, Bolg... -no supo qué más explicar- Ten listos los cuchillos, por si acaso, amigo mío.

Aquel hombre se detuvo a contemplar los establos con una mueca de fastidio, pero luego estuvo mirando por unos breves instantes al chico rubio y la joven Innhue. No dijo nada, pero casi sin dejar de observarles volvió al interior de la posada.

 El chico sigue avanzando, hacia la posada, una vez más. Tanta conversación y tontería lo había apartado de su camino, y, al parecer, allí iban a encontrar algo verdaderamente importante.

Así que avanzó, mirando a las muchachas y poníendose a su lado. 

-Ahora, mi magia puede ser útil en caso de combate.

Comentó, colocando el bastón con firmeza en el suelo, mientras que se plantaba en la puerta.

Iba a entrar, y luego de esto, a subir por las escaleras lo mas rapido posible, pero, quizás desconfiando de aquellos bandidos, temía que hubiera alguien esperándoles en la puerta.

-¿Tienes algun modo de saber si aqui hay alguien? 

Comentó a Syara, sonriéndole.

-No me gustaría tener que lamentar heridas mayores....bueno, no importa

Luego de esto avanza respirando profundamente y preparándose para lo peor, corriendo hacia las escaleras una vez dentro..