Partida Rol por web

Saliste de tu habitación rápidamente, pasando por la cocina. Se percibía el apetitoso aroma a pan caliente, café y frutas indicando que había un desayuno cercano. Pero también se escuchaba a Inzar y a su madre hablar, o mas bien discutir en lo que probablemente fuera el comedor.

-¡No, no y no! -dijo en voz algo mas alta de lo normal- Yo...¡me niego a aceptar esto!

Miró fieramente a aquella mujer, siendo durante un instante el vivo reflejo del rostro de ella. Sin embargo tenía los ojos brillantes, al parecer alguna lágrima estaba a punto de traicionarle.

-¿Y no se te ocurrió nada mas que callartelo en todo este tiempo? Podría haber ayudado...y puedo...

Las palabras de Inzar sonaron muy intrigantes en los oídos de Nauj. Quieto en la cocina, dudó si entrar en el comedor e interrumpir la discusión, pero finalmente decidió esperar algunos momentos. Una mezcla entre curiosidad y pudor por no interrumpir paró en seco sus pasos.

Quizás no fuese de muy buena educación espiar charlas ajenas, pero el encapuchado se apostó cerca de la puerta, sin que madre e hijo le vieran, a la espera de ver por dónde iban los tiros de aquella conversación. Si ésta no continuaba o se oían pasos que viniesen hacia él, se dirigiría con naturalidad al comedor.

-Baja la voz, que hay gente durmiendo -le recriminó la mujer. Luego pemaneció en silencio unos segundos.

-La parca nos alcanza tarde o temprano, que venga antes por mi no es algo que puedas evitar de ningún modo. Es incurable, como casi todos los males de la sangre. Debería haberte dejado sin saber nada, aún no mauras bastante como para asimilarlo. Lo siento...pero así estan las cosas. Tengo poco tiempo y creo que me marcharé a Idú a aprovecharlo en algo positivo.

-Pero...

El muchacho buscó algo con lo que refutar aquellos argumentos pero no parecía encontrar palabras. La frase quedó sin completar, pero se escucho un seco golpe cuando su puño cayó sobre la mesa, en un intento de liberar frustración y rabia.

Tras aquel despertar y ya presentables, Seryu condujo a la muchacha consigo fuera de la habitación. Quizá algo de nervio flotaba en el ambiente, o quizá no, cada uno sabía lo que sentía. Bajaron andando las crepitantes escaleras, que de sobra habían anunciado su llegada. En la habitación contigua, podía verse que Inzar y su madre parecían estar manteniendo una conversación, aunque se centraron en ustedes apenas ingresaron.

-Esto...buenos días tíos -comentó el guerrero. Estaba algo despeinado, pero lo llamativo era que tenía los ojos brillantes, como si hubiese estado a punto de romper a llorar hacía unos instantes. No dijo nada mas, solo se giró hacia la cocina mascullando algo de poner la mesa.

Se escuchó el delator y ruidoso crepitar de las escaleras cercanas, indicando que alguien estaba bajando por ella. Tanto la mujer como el chico giraron la cabeza para ver aparecer por el umbral de la puerta a Syara y Seryu. Curiosamente, avanzaban sujetandose de las manos.

Inzar les saludó con un vago "Esto..buenos días, tíos" y se giró mascullando algo de poner la mesa. Y empezó a caminar hacia la cocina, donde estabas en aquel momento, sentías sus pasos acercandose.

 Sin dejar de tomarle la mano a ella, observa a Inzar. Sin duda, algo le había sucedido... era posible que hubiera tiempo para adivinarlo, mas tarde.

Sonrió a la mujer y le dijo agradablemente

-Buenos días. Si...bueno, molestamos o algo, nosotros podemos...ya sabe, marcharnos y esperar

Comentó, mirando por un momento a la muchacha: Suponía que ella lo comprendería.

Luego, dejó de apretarle la mano y la soltó. Con ánimo, se despidió de la madre de Inzar cortesmente

-Inzar, cuando acabes... bueno, solo marcha al portal que crearán en la ciudad para poner a salvo a la muchacha. Allí estaremos. Señorita..

Con el guiño de un ojo, y esperando que ella decidiera si consolar a Inzar o ir con el, marchó a la habitación de su compañero. Había sido una descortesía enorme dejarlo dormir solo, y, al menos, tenía que avisarlo de que ya emprenderían la marcha.

-Venga acá -dijo la mujer, como saliendo de un trance mientras Seryu emprendía camino- ¿vais a salir sin desayunar antes?

Mientras bajaba las escalas, no dejaba de sonreir y no apartaba la mirada nuestras manos unidas. Desde la noche anterior todo había sido como un sueño mágico y esperaba no despertar.

Los ruidos y las voces eran cada vez más audibles; estábamos próximos a la cocina y de enfrentarnos a la reacción de los demás. Al llegar a ésta y ver el rostro de Inzar, apreté ligeramente la mano de Seryu ¿Qué le sucedía? examino su rostro, lo miro un poco confundida.

Al escuchar la voz de Seryu, giro la cabeza en su dirección y noto algo extraño en su voz ¿Nerviosismo o quizás estaba incómodo porque tenía sostenida su mano? no, no podía ser, no tenía sentido pues lo habíamos hablado hacía unos minutos...

Su mano dejó la mía ¿Acaso mis dudas serían ciertas? mi corazón dió un vuelvo y lo miro confundida, frunciendo ligeramente el ceño ¿Qué sucedía? ahora mi mirada estaba en Inzar quien se había dado media vuelta ¿Que le sucedía a sus ojos? comenzaba a incomodarme y a sentir cierto nerviosismo, pero al fijar nuevamente la mirada en aquellos ojos tranquilizadores y ver ese guiño, desaparecieron esos confusos sentimientos.

Sin pensarlo, camino con paso rápido y decidio detrás suyo, sin mirar a Inzar y su madre, un gesto descortez de mi parte, pero mi lugar era con él.

-Iré contigo- pienso, comunicándome así con Seryu -no pienso quedarme aquí sin ti, lo sabes...- agrego a mi pensamiento y esucho la réplica de la madre de Inzar por nuestra acción ¿Me detenía o continuaba?

 El muchacho sonrió algo mas mientras que seguía caminando. Volteó por un segundo y la volvió a asir de la mano mirándola por un segundo. Luego le dedicó otra mirada a la madre de Inzar.

-Lo siento mucho, señora, pero ya hemos abusado de su hospitalidad demasiado. Además, tenemos que hacer un par de cosas antes de partir. Ha sido un placer, os prometo que su hijo volverá, junto a nuestro grupo, y entonces se quedará aquí, con vos, para siempre.

Luego volvió a girar y la dispuso a su lado, sin mover los labios, hablando con ella de aquel otro modo.

-No se porqué, me imaginaba que te quedarías conmigo. De cualquier modo, Inzar, a mi modo de pensar, necesita soledad para despedirse de su madre. Recuérdalo: Es posible que muchos no volvamos de la aventura a punto de embarcar. Habrá que aplicarse al cien por ciento para salir victoriosos. Vamos, tenemos que encontrar a Nauj y ponernos en marcha lo antes posible: Me gustaría examinar el tipo de magia que utilizan para abrir el portal y los procedimientos que se aplican para abrirlo. No te preocupes, será muy complicado que alguien nos separe. Además, tengo una sorpresa para ti.

Así, se introdujo en la habitación de Nauj esperando divisarlo sin dificultades y avisarlo de que se pondrían en  marcha de ipsofacto.

El muchacho se topó con Nauj antes de llegar al dormitorio, de hecho, al parecer este venía caminando hacia su pocisión. Se chocó con el en la cocina, contigua al comedor, a la par de Inzar que había tomado el mismo rumbo. El guerrero se turbo un instante, dandose cuenta de que si iban a irse antes de la comida no tenía necesidad de sacar nada, y finalmente se dio vuelta en dirección contraria andando hacia la parte de la tienda, anexada a la casa.

Nauj vio aparecer al mago en la cocina cuando se disponía a entrar en el comedor.

- Buenos días Seryu, sí que te has levantado temprano esta mañana ¿eh? Lo cierto es que me sorprendió encontrar tu cama vacía al despertar. Después cambió de tema.

- No he podido evitar escuchar que nombrábais el "portal". Me imagino que debe ser el mismo que yo te mencioné ayer. ¿Es por allí por donde continúa vuestro camino? ¿Habéis averiguado algo nuevo?

Le sonreí con entusiasmo al escuchar sus primeras palabras. Mis ojos brillaban al mirar los suyos, me alegraba que supiese que regresaría a su lado. Luego, asentí ante su argumento sobre Inzar, tenía razón, necesitaba de la soledad y quizás recuperaría su estado anímico, que aún no comprendía que le había sucedido.

Aquella alegre sonrisa comienza a desaparecer tan pronto como apareció por su comentario sobre la aventura. Negue varias veces con la cabeza, con el ceño ligeramente fruncido y apreté un poco mas su mano.

Nos encaminamos hacia aquella habitación. Suspiraba mientras caminaba, con el rostro inclinado hacia abajo, observando mis pies al caminar. Odiaba pensar en que las cosas salieran mal, en que nuestro camino juntos fera interrumpido, pero debía afrontarlo con serenidad e intentar no sentirme mal, pues, no quería que Seryu me viese de aquella forma... suspiro una vez mas, levanto el rostro y ahora tenía una ligera sonrisa dibujada ¿Fingida?

Al ver a Nauj, inclino un poco la cabeza, gesto de saludo. Siento como un ligero calor llega a mi rostro, especialmente a mis mejillas. Carraspeo y fijo la mirada en el suelo y permanezco en silencio, atenta a su conversación.

 El joven por un momento no supo que responder, aunque el momento de silencio quedó interrumpido por una sonrisa

-Si, bueno, Nauj, ha sido una falta de respeto hacia ti, espero que sepas perdonarme. Pero ahora todo está mucho mas claro.

Miró de soslayo a la muchacha, y luego volvió a mirar al encapuchado.

-No hemos averiguado demasiado mas, pero la clave de nuestra aventura sin duda está en atravesar ese portal y reunir las fuerzas suficientes para acabar con esto. Nos llevará tiempo, pero es el siguiente paso.

Luego comenzó a caminar hacia la puerta, esperando que el muchacho lo siguiera.

-Quiero conocer la magia con la que se genera el portal: Quizás de ese modo conozca la naturaleza mágica y la potencia de aquel que lo ha creado, y puede sernos útil para nuestra empresa.

En ningún momento se ruborizó ni mucho menos: Ella ya lo había hecho, pero sabía muy bien que el código de los hombres calificaba aquello como una muestra de debilidad, y, en aquel momento, su papel no era el de seguidor, precisamente. Así pues, comenzó a andar con la muchacha de la mano y sin esperar a Nauj, dando por sentado que viajaría con ellos.

Al escuchar las palabras seguras y firmes de Seryu, continuo percatándome de un cambio, un cambio positivo, sin duda.

El sonrojo en mis mejillas fue desapareciendo al tiempo que él intercambiaba palabras con Nauj. Yo, continuaba en silencio, prestando mucha atención acerca de la misión del portal.

Era complicado todo ese asunto y sabía que no sería algo fácil de conseguir, pero, pondría todas mis fuerzas y mi conocimientos para ayudar en la misión y así, entre todos, lograr nuestro objetivo.

Dejo guiarme por Seryu, lo sigo sin soltar su mano y al pasar junto a Nauj, le sonrío y esperaba que se uniera a nosotros -¿Esperaremos por Inzar? o ¿Sabrá donde encontrarnos?- le pregunto intentado caminar a su lado.

Cuando Nauj se percato de la presencia de Syara, le devolvió el saludo con otra leve inclinación de cabeza. Después escuchó las palabras del silfo.

- Parece ser entonces que nuestros caminos coinciden y, si no tenéis inconveniente, me gustaría acompañaros. -cuando la pareja comenzó la marcha añadió:- Ahora os alcanzo, querría despedirme.

El encapuchado franqueó la puerta que le separaba del comedor, saludó a Inzar y a su madre y les reiteró su agradecimiento por el hospedaje. Después de algunas palabras, se despidió y salió a la calle.

En el frescor de la mañana, recibió el caluroso saludo de "Manzana", que, meneando el rabo, se le echó encima, apoyando sus patas delanteras sobre él, y después se puso a dar vueltas, jugando, alrededor suyo.

- Listo para partir -les dijo a la chica y al mago.- ¿Inzar también viene? -preguntó.

Se le escuchó responder de forma apagada desde la otra habitación.

-Si...ya voy...

Dió pocas vueltas mas, recogiendo su espadón, y guardando algunos paquetes que seguramente fueran raciones para el viaje entre sus cosas. Cuando estuvo listo, espero sin decir una palabra que decidieran ponerse en marcha. Dirigió una fugaz mirada a su madre, pero nada mas.

Con aquel ambiente extraño en la casa de la señora Dhuftis, empezó el día, y en pocos instantes también la marcha. La mujer les despidió a todos por igual, exceptuando a Inzar al cual dió un único abrazo que duró unos instantes. A Manzana le rascó las orejas. Conforme les veía alejarse desde el portico, dijo, por toda despedida.

-Vivid mucho

Pese a que no sabían exactamente donde se abriría el transporte, entre preguntar e intuir creyeron encaminarse (al menos de momento) en la dirección correcta. Se suponía que quienes estaban trabajando en el portal se encontraban unos 40 metros alejados del perímetro de Seiní, pero si bien no en el extremo opuesto de donde se hayaban ellos mismos, bastante cerca del mismo. En aquel momento habían optado por bordear la muralla, y en aquel momento se encontraban recorriendola para llegar a su destino. El mercenario no había abierto la boca para nada hasta el momento.