Partida Rol por web

El Tapiz se entrelaza, usando hilos de destinos de las vidas de las razas del mundo, para dar vida al destino. Algunos hilos son normales, limpios, otros son cortados sin sentido, y algunos son de colores más brillantes. Esta es la historia de algunos de ellos. De sus decisiones, y suerte será como se entrelacen con el Tapiz del Tiempo.

Luego de algunos años de duro trabajo, esfuerzo y decisiones honestas, ayudando a desvalido y cumpliendo los términos para los que fueron contratados, han recibido una propuesta, finalmente, para hacer algo más que cobrar por simples trabajos y encomiendas. Se corre el rumor de que “La Alianza” está contratando gente para sus filas.
Que se sabe de “La Alianza”. El habitante común de los Reinos Meridionales utiliza los servicios de la Alianza de los Navegantes de forma común y usual. ¿Quieres llegar a un destino poco conocido? Contrata a un guía navegante. ¿Quieres que tu caravana lleve esa preciada mercancía a tiempo evitando a los bandidos? Usa entre tus filas un navegante. ¿Quieres asegurarte que el noble llegue a tiempo a esa ciudad sin que lo asesinen? Contrata el servicio de una nave voladora y su discreción mediante una generosa cifra de dinero, y llegara sano y salvo. Los Navegantes hacen todo lo posible y más, para asegurarse el término satisfactorio del contrato. Solo asegúrate de pagarles. Ah, y no se meten en la política, no transportan tropas, ni esclavos. Esas son las normas. Y los habitantes de las MegaUrbes, campesinos, comerciantes, y nobles se aseguran de cumplir adecuadamente su parte de contrato, o quedaran vetados de sus servicios en el futuro, y para siempre, como pena menor.
¿Que son los Reinos Meridionales? Son un conjunto de ciudades, catorce de cantidad, de enorme tamaño, cuyas poblaciones van desde los cien mil habitantes a más del medio millón, enormes urbes que datan de un pasado grandioso y ellas son las herederas del mismo. Enormes extensiones de kilómetros de cultivos sirven para abastecerlas y entre ellas existe tratados de mutua alianza y cooperación, militar y comercial… ante enemigos externos. Entre ellas casi siempre están intentando preponderar, sacar el mayor beneficio posible ante su rival. Rylond y Claroscuro, enemistadas por sus creencias, Gema y Haldaakar, por el dominio del comercio y las riquezas, y así podemos hablar de muchas más rivalidades, pero no es el objetivo de este cuento.
Pero los personajes saben más. Saben que la Alianza no se dedica únicamente a guiar gente a sus destinos por dinero o favores. No, y lo saben de primera mano, porque ellos han ayudado, de diversas formas. Algunas veces los contrataron para recuperar alguna pieza robada a un museo, pero no para devolverla al mismo. Tal vez, para custodiar a un erudito que llegue a una zona segura, y este hablo de más, sobre sus búsquedas en antiguas ruinas de civilizaciones pasadas. Incluso, para robar templos del mal, y entregar las reliquias a ellos, que, utilizando los extraños utensilios de la alianza, esos brillantes monóculos, o brazaletes con extraños cristales de cuarzo, empezaron a analizarlos en presencia de ellos. En otras palabras, se han probado en el pasado dignos de confianza, a lo largo de varios trabajos, y ahora es SU OPORTUNIDAD. Es el momento donde si pasan esta prueba, recibirán la posibilidad de ser parte de la alianza de pleno derecho, y con ello, los beneficios de pertenecer, y averiguar qué hay detrás de su fachada y todo su secretismo.
Los han citado en Rylond, la ciudad del Faro, quizás la MegaUrbe más dedicada a la expansión de la Cultura y las Artes. Ninguno la conoce bien, así que llegados a la misma luego de varios días de viaje por mar o tierra, acceden por la zona portuaria, al no tener ningún conocido que les permita acceder por las zonas reservadas a la nobleza. Un transbordador los hace pasar cerca de un islote donde una enorme estatua de una mujer, sostiene con el brazo derecho completamente extendido, alguna clase de linterna que, por la hora del día, esta atenuada, pero al parecer se enciende con fuerza de noche, para alertar a los barcos de los escollos, a modo de faro.
El puerto, también conocido como “Distrito de los Vientos de Madera”, es el lugar de acceso a montones de personas, y también una forma de ir interiorizándose en la Ciudad. Al parecer la mayoría de las calles hasta la mitad de la ciudad se inundan, de modo que las calles fueron reconstruidas para ser más altas, con puentes que interconectan la mayoría de ellas, dejando las calles con pequeños botes, de diversa naturaleza, para moverse por las calles, la mayoría con sus propios remeros, a modo de transporte público.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Las instrucciones eran sencillas. El tres de Denerum, o sea, al mediodía del día siguiente, recibieron la instrucción de presentarse frente al monolito rojo, que está en el Distrito de Cuerdas, y una vez allí, que les serian dadas más indicaciones.
El Remero guía, Wyllas, les recomienda pasar en la “Taberna del Dragón de los Tres Cuernos”, la más prestigiosa Taberna del Puerto, al verlos con algo de dinero, en sus ropas y modales de aventureros. Allí, comenta, se encuentra la “mejor hidromiel de la ciudad” junto con alguna de música de buen escuchar, así como también algunos consejos.
- No discutan con los Duelistas, son buscapleitos que no respetan la ley.-
- Los Bardos errantes, pueden ser buenos músicos, pero solo quieren sacarte dinero. –
- Que usen a su primo, Will, si desean internarse en la ciudad, que él les realizara un buen descuento. Si lo deseas, los esperara a la mañana siguiente en la posada.-
La Taberna del Dragón de Tres Cuernos, era un lugar acogedor, una estructura de madera con base en el agua, donde ya desde unos metros, se escuchaba música tranquila mientras desembarcaban.

Spoiler (marca el texto para leerlo):

El interior hacia olvidarse de que estaban casi en una taberna sostenida en el agua. Hecha con solida madera, parecía lo suficientemente seca, con alfombras y lámparas por dentro que iluminaban bien los tapices.
Debieron subir unas escaleras, que desembocaban en la clásica taberna, con una barra semicircular bien surtida de bebidas, varias mesas y una pequeña tarima que hacía las veces de escenario, con cortinas, y algunos pocos reservados. Una bonita muchacha de cabellos atendía el lugar, limpiando las jarras de madera con gesto ausente. Sin embargo, al ver a los posibles clientes, una sonrisa se dibujo en su rostro y los invito a pasar.
- ¡Bienvenidos al Dragón! – dijo, sus ojos brillantes luminosos.- Soy Sil. ¿En qué puedo servirles? – Sirvio una jarra de cerveza a cada uno. – ¡La Primer jarra la invita la casa! -

¡Buen día! ¡Muchísimas gracias! -me siento en la mesa mas próxima mirando hacia la puerta-. Mi nombre es Nomi, quería saber si por las dudas estuvo por aquí alguien llamado Corian, nos íbamos a encontrar en este lugar, pero seguramente está atrasado. ¿Qué tipo de aperitivos sirven junto a la cerveza? 

Había llegado la hora de dar el "paso final", había sido contratada en varias ocaciones por La Alianza para todo tipo de trabajos, algunas veces era simplemente "extraer" algún artefacto a cierto noble, otras había tenido que robar algo robado, en ocasiones me limitaba a seguir a caballeros que trasladaban a cierta persona a un lugar seguro.
Pero los trabajos mas interesantes y, mejor pagos consistían en adquirir artilugios de lo mas variopintos, nunca eran tareas fáciles y más de un vez casi se me había ido el pellejo en ello, pero la paga era buena y me gustaban los retos. 

Finalmente llego el día de "la prueba" consistía en realizar una tarea compleja, si lográbamos pasar esta proeza, formaríamos parte integral de La Alianza, ya había estado en un clan anteriormente, no como este claro, pero me hacia a la idea del trabajo en grupo, estaba un poco ansiosa por saber quienes eran mis acompañantes, ¿cuántas posibilidades había de conocerlos? En realidad la idea no era tan descabellada, quizás habríamos participado en algún trabajo anterior juntos.

La ciudad de Rylond era algo extraña para mí, había estado allí alguna vez, pero solo para trabajos en particular, sin tiempo de adentrarme en ella realmente, el puerto era un lugar enorme, lleno de gentes de todo tipo, era fácil perderse o caer en alguna trampa.
El viaje en barco habia sido tranquilo y mortalmente aburrido, pero rápido, había calculado la hora de mi llegada exactamente unas 24 hs antes del horario acordado para el encuentro, el remero era un hombre simpático, aunque yo no me fiaba mucho de ningún hombre (ni mujer), de todos modos había estado una vez en aquella taberna y sabia que era lo mejor, le sonreí de medio lado y también le dije que los servicios de su primo no serian necesarios para mí, podría arreglarme sola. Una vez deje el barco, me adentré en el puerto, dirigiéndome directamente a la taberna. 

Al acercarme pude oír la música de su interior, abrí las puertas de par en par y me quite la capucha, inspeccione las facciones de todos rápidamente y reconocí a Nomi al instante, había trabajado con ella al menos una vez en otra misión. Me acerqué lentamente, haciéndole un gesto a la tabernera con la cabeza, me apoye sobre un codo al lado de la maga. Supongo que estás aquí para otro trabajo ¿no? le espeté sin muchas vueltas, sentándome a su lado, bebí un largo trago de cerveza, mientras daba vueltas nuevamente al lugar con los ojos.

-Mphhh.... - el viaje la había mantenido en vilo, su rostro serio, frío, y esculpido había mantenido la misma expresión frente a los diversos papeles que leía, siempre que iba a algún viaje recababa toda la información posible, la analizaba en el trayecto, y luego la rellenaba con lo que podía confirmar en el lugar. Ninguna información indirectamente proporcionada era de fiar. Sólo viéndolo directamente podía saber si era verdad o no. 

Solo levantó la vista cuando aquella imponente estatua se situó frente a ella. Sus grandes y felinos ojos se abrieron sorprendidos. Rápidamente buscó la hoja en la cual había anotado los datos sobre ella. Era poco, casi todos rumores, pero su corazón latía deprisa con cada lugar nuevo, con cada camino que recorría. 

En el momento de encontrarse ya en tierra se frenó un momento, inspirando el aire del lugar un momento, aquel lugar era como muchos que había visitado alguna vez, lleno de almas vacías. La arquitectura del lugar era simplemente maravillosa, recorrió las calles con los ojos y un serio interés, hasta que llegó a "La Taberna del Dragón de los Tres Cuernos." Al bajarse le dio una recompensa al hombre por sus servicios, sabía que todo buen trato era a futuro un posible aliado, quedó de pie un momento observando aquella estructura. 

Abrió las puertas con toda su seguridad y paciencia, su cabeza en alto, sus ojos curiosos pasearon por el lugar, reconociendo unas caras familiares. Sus cejas, rectilíneas y arqueadas, formaban una fruncido ceño natural, el cual se acentuó con intriga. -"¿Será coincidencia?" - estos no podían ser sus posibles compañeros, sería demasiado absurdo, una broma del destino. Miró hacia el cielo, imaginándolo a través del techo, y resopló con cansancio como si le expresara a alguien omnipresente sus sentimientos. 

Con aquel caminar firme y sinuoso, al tiempo que saludaba a la joven que atendía con un asentimiento corto, se situó en la mesa donde se encontraban la maga y la encapuchada. Sin decir palabra alguna corrió una silla sentándose frente a ambas con los ojos cerrados y su, siempre presente, gesto serio y ceño ligeramente fruncido. 

- Tengo una firme certeza que todo esto ha sido orquestado adrede. - pronunció con aquella voz grave y ronroneante. Abrió sus marrones ojos felinos clavándolos en Nomi y Furya, cuando una media sonrisa de labios se poso en su boca. - Aún así he de admitir que es un placer volver a veros. ¿Tenéis alguna idea de a quién más esperamos? - inquirió acomodándose en el respaldo mientras tomaba un trago grueso de la bebida. 

_ Si las encuentro aquí, probablemente aparezcan mas caras conocidas, bienvenidas -Sonriendo, levanta el vaso de cerveza hacia ellas y toma un trago. No sabía que las volvería a ver, juntas, en una ciudad tan grande como Rylond, en el primer bar que decidía entrar, a poco tiempo de arribar al lugar. Eso le decía, que lo de la Alianza era popular, al menos, entre las personas que se embarcaban, como ella, a realizar trabajos "especiales". 

Se alegró de ver rostros conocidos, pero al mismo tiempo la preocupó, ¿debería sospechar que quien las convocó, las conocía o las había estado observando? Vuelve a tomar otro trago mientras observa a sus nuevas compañeras de mesa; se veían con ropas y cosas que la hacían presuponer que habían viajado como ella a ese lugar.

Nomi se acomodó en su asiento, mas relajada por tener a alguien conocido con quien hablar. Apoyó su espalda contra la silla donde tenía apoyada su capa y su bolsa de viaje, y sacó de una pequeña bolsa de su cinturón un juego de cartas, poniéndolo en el medio de la mesa, mientras esperaba que volviera la mesera con algo para comer y mas bebida.-

_ ¿quieren jugar? porque se ve que están esperando lo mismo que yo. 

Tras un trayecto en barco, con la preocupación en mente por dirigirse a una ciudad históricamente enfrentada a la suya, Leah StormCrow llegó a Rylond. La "Defensora" se había tomado las molestias para que no la identificaran por su procedencia. Ocultando los emblemas de su conocida guarnición y haciendo un transbordo de embarcaciones a medio trayecto, para que los marineros ignorasen que viajaba desde Claroscuro. Con ella viajaba su fiel corcel, "Bramante".  Y su dinero le había costado, pero lo material no era importante para la Caballero, ya que de no ser así habría ignorado aquel incómodo viaje y su propósito. Ingresar con pleno derecho en la organización de "La Alianza". Aquellos pequeños encargos que había realizado en el pasado, habían labrado un camino con el fin de llegar a la "Gran prueba". Si resolvía aquella próxima misión, las posibilidades de que su notoriedad aumentara serían notables. Su fama cruzaría los muros de Claroscuro, haciendo valer su "Código de Caballera" como ejemplo a seguir.

Con el vaivén de la embarcación sus dudas se apilaban, como el combinar su servicio con la "Legión de los Cuervos de Sombra" y el posible ingreso en "La Alianza". Esta temía que su dedicación con la nueva sociedad podría ser completa en un futuro, teniendo que dejar de lado en demasía su servicio con el regimiento militar. Por suerte estaban sus hermanos, que como ella se regían por el mismo Código, ellos se encargarían que la "Legión" siguiera por el buen camino. Gozando Leah de una merecida excedencia.

Era aquel un gran paso en su vida?

De repente todas las dudas desaparecieron al llegar a orillas del Distrito de losVientos de Madera, una luz la ilumino de lo mas alto. La descomunal figura de la femenina escultura referente en Rylond la deslumbró por completo. Dejando de lado su resintimiento por la ciudad, la caballero quedó asombrada por la magnitud de su belleza.

Aquella era una señal inequívoca, la Luz de la estatua guiaba su camino junto con el "hilo" de su Futuro. Y aquella nueva aventura acababa de empezar. Leah StormCrow esperaba estar a la altura.

Tras un aburrido viaje en barco pasado en el camarote de la capitana hasta que se cansó de ella y tuvo que esconderse en las bodegas para huir de su ira, Corian se animó cuando llegaron a la posada. Ahora sí, estaba en su salsa.

Sonrió a Sil cuando le pasó su jarra y casi como si fuera casualidad rozó sus dedos con los suyos, mientras le lanzaba una descarada mirada y le comentaba. Hola Sil, gracias por la jarra, pero no me gusta quedar en deuda, y menos con una chica tan guapa. ¿Cómo te podría pagar el favor? ¿Tal vez un baile? ¿O prefieres una poesía dedicada a tus preciosos ojos?

Una vez en tierra firme, Leah escogió un barquero al azar para llevarla a alguna posada donde dejar sus bártulos, ya que la cita con "La Alianza" era al día siguiente. El trayecto en barca fue corto, pero la caballera estuvo fascinada durante todo el viaje admirando la ciudad de Rylond. Se asombró por el mestizaje cultural y artístico, aunque Claroscuro tampoco se quedaba atrás, esta nueva urbe tenía tintes muy diferentes a su oscura ciudad de origen. El barquero, un tal Wylland, le recomendó la taberna del Dragón de tres Cuernos. También le comentó que este había sido un buen día de trabajo y que había llevado un buen número de extranjeros a tal taberna.

La Defensora, un tanto nerviosa, llegó a la taberna, pagó al barquero y tomó nota del pariente de este para hacer de guía por la Ciudad . Leah estaba ansiosa por impregnarse con la cultura local que podría ofrecer aquel establecimiento. Y con pie firme abrió la puerta. Ataviada de arriba abajo con una larga capa y encapuchada, temerosa por que la reconocieran como de Claroscuro. Hizo una rápida repasada observando a los parroquianos de aquel lugar. Sus ojos no daban crédito, allí se encontraban reunidos un grupo de conocidos que también habían colaborado para la "La Alianza" y con los cuales había tenido una aventurilla en Claroscuro.

Leah se acercó a ellos intentado no llamar la atención.

Buenas a todos, es un placer volver a verles a todos ustedes una vez más. La verdad, es que es de agradecer encontrar caras conocidas en esta ciudad.  La Caballera se sentó con el grupo tras el saludo. Yo también tomaré cerveza, brindo por ustedes y por nuestro Futuro.

Tras un largo y regenerador sorbo. Veo que Corian ya está haciendo de las suyas. Este hombre es incorregible.  Siéntate con nosotros bardo, para charlar un rato, y deja trabajar a la chica. Esta ya tendrá tiempo para tus jueguecitos cuando finalice su jornada. Me encantaría ponerme al día con todos ustedes. Y si es con una partidita de naipes me parece fenomenal. Pero sin dinero por en medio, disfrutemos relajadamente del azar de las cartas, cerveza y una buena charla.

 Solamente les pido una cosa, mantengan en discreto mi origen, los de mi ciudad no somos muy bien recibidos por aquí. Y no me gustaría tener otra trifulca tabernera.

Pero insisto, me alegro mucho de volver a verles, yo pago la siguiente ronda.

Al ver a Corian, esboza una sonrisa porque sabe que las risas han llegado al lugar, pero también, el Nº 1 en distraerse ante toda chica que ve cruzar. Al verlo intentar conquistar a la mesera, agarra una de las cartas, la pone de costado y con un movimiento ágil con la mano, apunta la carta a la cabeza de Corian, impactando en el centro de la frente.

_ ¡Corian amigo mío! deja a esa pobre chica en paz que quiero que me sirva la bebida y la comida en buen estado, ya hemos tenido problemas de comidas de dudosa procedencia por andar molestando a la gente que nos la da. Ven y siéntate al lado mío que te he extrañado mucho, y te estaba esperando. Ya que sé que donde hay muchas chicas sin conquistar, tu presencia es inevitable. Además claro de las cartas que te envié.

Luego al ver a Leah, Nomi se pone muy alegre al ver a su gran cómplice de aventuras, hicieron en el pasado grandes cosas para ayudar a mucha gente a lo largo del poco tiempo que se cruzaron. Se levanta de su silla y le da la mano con una gran sonrisa mientras dice:

_ ¡Buenos días Leah un placer verte! ¿Te ha llegado la correspondencia que te he enviado? Es difícil hacerlo con la gente como nosotros que vivimos viajando, pero me aseguraron que lo han hecho. No te preocupes no diré nada de eso -y le guiño el ojo-

Sil, la platinada posadera, los ve llegar y observa su comportamiento, normalmente divertida y alegre.
- Tengo bocaditos de queso, y pequeñas papas, todo con especias, para picar mientras beben y esperan el plato fuerte. - dice al tiempo que lleva algunas cervezas a otras mesas y responde con sonrisas a los locales.
Al llegar Corian, la muchacha pareció sonrojarse un poco, y al ver venir acompasadamente al semielfo, y se dio vuelta para arreglarse un poco las ropas y el pelo. Sin embargo, la actuación de las comensales no dio mucho pie a que le saliera bien su proceso de conquista.
- Parece que ya tienes mujeres que reclaman por vuestra audiencia, Maese Corian. Una verdadera lástima…- dijo guiñándole un ojo claro como el agua. – Iré a buscar los aperitivos. Con vuestro permiso…-

Al poco tiempo volvió con una bandeja llena de aperitivos y otra ronda de espumante cerveza. Cambio las jarras vacías por otras llenas y los observo en general… - Aventureros, ¿no es cierto? Últimamente he visto varios como vosotros…-
- ¡Ey Sil!, ¿tienes mas de ese brandy enano? Un amigo mio aquí presente quiere hacer una apuesta…-
La mujer se toco el brazo con tatuajes, y suspiro. – Con vuestro permiso… - y hablándole a los otros, indico- Marchando un barrilito de brandy enano! -

Reconocí al instante a Aleaysha, en el pasado también habíamos trabajado juntas, ademas de en aquella trifulca tabernera, en otras ocasiones estuvimos en las mismas misiones. Tome una bocanada de aire y me termine aquella cerveza.

Le devolví la sonrisa de medio lado, -Por supuesto que a sido orquestado adredre, no dejan hilo suelto, hemos trabajado juntos mas de una vez y seguro han pensado que la combinacion de nuestros "dotes" es en efecto muy buena, vaya a saber uno por qué...- Me encogí de hombros, -No tengo idea de quien mas podría aparecer aquí, pero estoy segura que será interesante- La taberna comenzó a llenarse lentamente, hice un ademan con la mano a la chica para que me trajera otro trago. Juguemos, dije, mientras daba vuelta la silla para sentarme con el respaldo de frente.
No habíamos empezado siquiera a jugar cuando entro el Bardo a la taberna, no reparo en nosotras, si no en la tabernera, yo no me metía en los asuntos de nadie, por lo que hice caso omiso al muchacho. 

Finalmente llegó tras Corian, Leah, me sorprendí un poco al verla, pero mi cara permaneció tallada en piedra, Aleaysha, ¿me acompañas con algo mas fuerte? mientras esperaba su respuesta hice una seña a la tabernera, la mujer asintió con la cabeza. Luego de unos minutos llego a la mesa con unos pequeñas copas a medio llenar de una sustancia verde, sobre ellas se apoyaban unas cucharas, no eran cucharas corrientes ya que tenían calados pequeños dibujos en su casoleta. Sobre ellas, descansaba un pequeño terrón de azúcar y todo esto venia acompañado de una jarra de agua fría. La mujer depositó las pequeñas copas sobre la mesa, yo miré a los demás en tono desafiante, -un juego de cartas no es lo mismo sobrio que medio ebrio- 

No esperé respuesta alguna de los demás, derramé el agua sobre el azúcar y la sustancia verde fue tomando, poco a poco, un color lechoso, cuando todo se mezclo y la copita estaba casi llena, de un solo trago me bebí todo el contenido. Quemaba como si estuviese bebiendo fuego, pero a los pocos segundos el escozor desaparecía. Una vez terminé mi bebida, sonreí a todos, -vamos que apenas es media tarde.-

_veo que tus costumbres de tomar siguen igual de firmes, envidio ese estómago de acero -digo mientras la veo tomar a Furya una de sus típicas bebidas de "media tarde". Junto las cartas de la partida anterior, las mezclo y las vuelvo a repartir. Mientras hago esto, observo mi alrededor la interacción entre mis compañeros de mesa, y los extraños que van llegando al bar. No hay señal de quien sea nos ha invocado al lugar, y por el ritmo de las bebidas que toman los de mi alrededor, para cuando llegue, podría haber poco entendimiento de lo que sea que tengamos que hacer. 

_yo prefiero seguir con la cerveza y la comida, no tengo esa fortaleza que tenés vos para las bebidas Furya -digo ésto mientras le alzo mi copa y asiento, en señal de respeto. _ ¿Cómo terminaron todos aquí?

Aleaysha reaccionó luego de un momento cuando la presencia de Corian se mostró en escena. Con la cerveza en mano, y su mejor cara de nada, lo miró fijamente y sólo pensó. - "No puedo creer que esta persona también esté aquí." - Inspiró con profundidad y tomó lo que le quedaba de bebida mientras asentía a la propuesta de Nomi sobre jugar cartas. 

Inmediatamente la figura de Leah se habia hecho dentro de la taberna, haciéndola enarcar una ceja con sorpresa. 
- Tienes toda la razón. - afirmó con seriedad a Furya, mientras le hacía una seña con la mano alzada a Leah para que las viera, si estaba aquí era porque sería parte de todo esto. - Desde el momento primero en pisar esta taberna estaba esperando que lo pidieras. - afirmó con una ligera sonrisa a la ladrona, conocida de antaño. 

Alzó su tarro vacío en saludo hacía Leah mientras Furya pedía los tragos fuertes. Al escuchar las palabras de la caballero apoyó su codo izquierdo sobre la mesa, sosteniendo su anguloso rostro en su puño, y descansó el derecho sobre la mesa enarcando una ceja y haciendo una mueca con los labios. - Ya me parecía raro verte aquí, pero veo que te lo has tomado en serio, y también precauciones si has llegado hasta aquí sin problemas. - le sonrió en una perfecta sonrisa de dientes al tiempo que le guiñaba uno de sus felinos ojos marrones. - Siempre tan astuta, Ser. - bromeó en aquel frío tono que le salía natural.
Miró al costado mientras la astuta y siempre ágil ladrona le ganaba de mano ya bebiendo su trago. - ¿Y a ti no hay quién te detenga, verdad amiga? - inquirió con intriga mientras volvía a enderezarse. Claramente haciéndose la desentendida de un gusto que ambas compartieron varias veces por el alcohol, aquel gusto que había sido causa de aquel hecho que los había juntado en Carloscuros.
Repitió el mismo proceso que antes había hecho Furya con su trago y lo bebió de una sentada, mas que el sabor de la bebida era aquella sensación de ardor la que le hacia adicto el alcohol. Luego hizo una seña y volvió a pedir otra ronda para ella y Furya. - ¿Que dice, Ser? ¿Quiere un puñetazo de alcohol a media mañana para la intriga que nos espera mas tarde? - inquirió a Leah con una sonrisa atractiva. Luego miró a la rubia ladrona con serenidad y la misma sonrisa . - Claramente ahora me acompañas a mi. - pronunció al tiempo que llegaban los tragos para las tres y Aleaysha, sin perder tiempo, volvía a hacer desaparecer la lechosa bebida entre sus rosados labios. - Me encontraba visitando a un viejo conocido, apenas me llegó el aviso subí a un barco, del puerto, llegué aquí con un remero de la misma forma que habéis hecho vosotros, creo yo. - respondió con serenidad a Nomi. 
 

Bueno quise editarme pero no me aparece la opción, solo la imagen e información de Aleaysha, so... hice la tirada aparte nomás. 

La charla no era precisamente mi fuerte, por lo que me limite a saludar los demás con un gesto de la cabeza, levantado la copa y sonriendo. En mi rostro se dibujo una gran sonrisa para Nomi y solté una pequeña carcajada, Siempre digo que es un don adquirido, si no tomas, no adquieres el don, digi al tiempo que le guiño un ojo. 

Mi cara vuelve a su forma normal de reposo, la bebida me quema el estomago, en ese momento me doy cuenta de que todavía no había ingerido mas alimento que el que tome en el barco, mas todos los tragos que ya había bebido a bordo. Me encojo de hombros, Por ahora nadie ha logrado detenerme realmente, contesto con humildad fingida. Mis ojos cambian de Aleaysha a Leah, la miro con gran interés, todas las molestias que se había tomado para que no la reconocieran como parte de su Guarnición y como todo aquello podía irse por el retrete si alguien se diera cuenta de ello. Era casi obvio para mi que La Alianza sabia de esto y nos cito aquí a propósito, pero no quería ser alarmista con mis simples conclusiones, aparte todavía no sabia que demonios veníamos a hacer en este lugar.

Querida... dije volviendo el rostro hacia mi compañera de bebidas, no querrás hacer que nos arresten nuevamente ¿no? digo bromeando a tiempo que me tomo el trago ni bien toca la mesa, luego de esto seguimos con la cerveza, digo con gesto serio, sabia hasta donde llegar y que lo mejor era no armar una revuelta, cosa que no podía asegurar si me pasaba de tragos. 

¿A un viejo conocido he? Sonrío de medio lado, yo me encontraba también visitando a un viejo conocido, aunque nunca logro encontrarlo, el muy maldito sabe perderme el rastro.

Corian aguantó el chaparrón de sus compañeros con estoicidad. No era la primera ni la última vez que sus propios compañeros intentaban sabotear su trabajo, habitualmente sin éxito. Sus esfuerzos solían hacer las cosas sólo... un poco más interesantes.

Lo primero que hizo fue coger hábilmente la carta que le había impactado en la frente, le dio un firme beso a la misma y la introdujo suavemente en el amplio escote de Sil con un giro de su muñeca. Tras ello le comentó mientras le guiñaba un ojo - No las había oído, la verdad. Estaba perdido contemplando tus bellos ojos y esa profunda sonrisa que tenéis.

Tras ello le hizo una amplia reverencia a la vez que pomposamente anunciaba: - Perdonad mis modales. Debería presentarme. Me llamo Corian BladeDecks. Muchos son los que proclaman que soy el mejor bardo de los Reinos Meridionales. También es cierto que en Rylond el rey tiene en su inmenso salón una silla a su derecha con mi nombre y en la que no deja que nadie se siente cuando no estoy. Pero no os aburriré con todos mis títulos y honores en el resto de los reinos. Hoy estoy aquí y me encargaré de que el nombre de la Taberna del Dragón sea recordado por generaciones por lo que ocurra esta noche. Del pago seguro que llegaremos a un arreglo más tarde.

Una vez cerrado ese flanco, se giró ampulosamente y dejando ondear su capa se volvió hacia la mesa con sus compañeras. Hizo un sutil pero digno saludo a Leah y se dirigió al resto en voz baja para que no le oyeran fuera de esa mesa. - Chicas, chicas, chicas. ¿Acaso os molesto cuando estáis probando una espada o una varita? ¿Acaso os increpo cuando buscáis un pardillo al que desplumar con las cartas? Si me dejáis trabajar esta noche cenaremos todos gratis y tendremos una buena habitación en la que dormir sin ningún coste.

Finalmente se subió a una mesa que estaba vacía y allí empezó su interpretación. Empezó a caldear el ambiente con las típicas canciones picantes de taberna para que los parroquianos las coreasen en voz alta. Eso siempre les dejaba sedientos y aumentaba las ventas de la taberna. Tras ello siguió con las aventuras del caballero Sir Korlean y sus victorias ante gigantes. Esta obra solía hacerse sentirse más importantes a los hombres, que creían vivir esas aventuras en primera persona y le solía ayudar a granjearse su amistad para pedir información más tarde. Finalmente cerró la interpretación con la trágica historia de Karos y Emeia, los amantes, que solía dejar enternecidas a las mujeres, y más fáciles para sus posteriores avances. Durante esta última hábilmente aprovechó los momentos más emotivos para lanzar a Sil miradas furtivas que fueron correspondidas en varias ocasiones.

La comida era rica, estaba bien hecha, y recién hecha, algo humeante aun, y largaba un olorcito delicioso. Sil termino de traer el pedido que había hecho Furya, y cuando lo hizo, hizo un guiño a Nomi, que indicaba precaución. Si no era claro, agito la mano dos o tres veces.
Luego, el bardo metió una carta en el escote de la mesera, que se dio cuenta, no fue quizás la reacción más adecuada… puesto que ella frunció el entrecejo. Estaba caminando hacia un lugar, cuando sintió como una de sus nalgas era pellizcada con ganas. No pudo evitar un respingo, aunque quizás pudo disimularlo. Cuando se giro, Sil, le arrojo la Carta de nuevo a el. Había sido una amistosa advertencia. El lugar era de ella, no de el. Luego, le tiro un beso.
Las bebidas en tanto, habían afectado a las mujeres, que hacía tiempo que no las tomaban. Sin embargo, ambas, si bien sentían como su alerta disminuía y podían relajarse más, no tuvieron mayor efecto. Aunque si seguían tomando, no podrían estar de pie en mucho. Era muy fuerte esa clase de licor verde, llamado “Esputo de Hada” en la taberna, pero era conocido entre los marineros como “afloja-piernas” o también, tal vez en su significado mas soez, “abretesesamo” En todo caso, harían bien en comer y beber algo más ligero.
La mesera desapareció, y al poco tiempo escucharon unas risotadas, y uno de los comensales había de los reservados había caído redondo, su rostro sobre un plato de lentejas, anulado por la poderosa bebida enana, mientras sus compañeros reían a más no poder.
Corian no dudo, y decidió, sin pedir permiso alguno, primero exagerar…, a lo que le respondieron de una mesa.
- Si eres tan bueno como dicen, Claroscurino, ¿Por qué no tienes la insignia de Maestro de Música? Cinco Partituras de oro a que no eres tan bueno como dicen…-
Así que mientras no estaba la platinada mujer, subió y empezó un repertorio de taberna local. Se dio cuenta de que el público no se ablando enseguida, los de Rylond no tenían fama de ser cultos porque si. Debía esforzarse al máximo y se desafío a si mismo, y pudo notar que solo dando el máximo de si, los empezó a animar. Quizás ser claroscurino, como le habían llamado, tenía que ver.
El tiempo fue pasando, y pudo notar como Sil volvia y se mostraba enojada de los permisos que se había tomado, poniendo de entrada los brazos en Jarras, pero luego, su expresión fue cambiando por una sonrisa, y lo dejo estar. Estaba a salvo por ahora.
Paso el tema, y paso el tiempo. La música daba resultado, y cuando finalizo, recibió varios aplausos. No fue todo lo efusivo que esperaban, pero había respeto en esa demostración, quizás el máximo que podía lograr siendo forastero.
Mientras tanto, algunos otros habían ido llegando. Tenían poco de locales, mantenían unas capas oscuras que ocultaban los rasgos de la mayoría, aunque el primero, un humano, asintió a los tramos finales de la melodía de Corian. Al tiempo que se quitaba la capucha y mostraba un cabello corto, le dijo.
- Nada mal, pero no veo en ti capa de juglar, ni insignia alguna. ¿De dónde procedes? – los otros tres, pasaron por detrás y se sentaron en un reservado.- ¿Te gusta apostar? Tengo ganas de escuchar una canción bien hecha, quizás tu puedas hacerla bien.. -

Miré a Corian enarcando una ceja, Creo que luego de esto tendremos que pagar el doble, respiré profundamente. La taberna comenzaba a llenarse cada vez más y las animosidades empezaban a ponerse a flor de piel, debíamos tener cuidado con no llamar demasiado la atención, apenas terminaba de pensar esto el bardo comenzó con un despliegue impresionante y, aunque había sido algo fantástico, no me pareció lo mas prudente. Ya lo habían marcado como claroscurino, ahora solo bastaría con que algún local bebiera de mas y recordara que tan mal le caían los claroscurinos... Cuando la interpretación llegaba a su fin, hice un ademán con la mano al Bardo, instándolo a que se sentara de inmediato, si era eso posible.

Creo que no has sido demasiado inteligente querido Corian, recuerda que aquí los Claroscurinos no son muy Bienvenidos, además estamos con Leah, que bien sabes pertenece a una Guarnición que no creo que caiga muy bien aquí, podríamos atraer problemas indeseados. No estaba criticando a Corian, solo ponía de manifiesto las cosas que eran obvias y las cuales podrían traernos problemas.

Luego de decir esto, me relajé, seguí bebiendo, aunque solo cerveza, pero primero llene el estomago a mas no poder. Los forasteros que entraron me llamaron la atención, por lo que me concentré en ellos, tratando de ver alguna señal que me diese una idea de quienes eran.