Partida Rol por web

Tras los aplausos Corian miró con un semblante pétreo al resto del populacho mientras destensaba lentamente su arpa. Los acordes habían sido perfectos, el rasgeado preciosista, los agudos y los graves no se apartaron ni un milímetro de los cánones más estrictos. Si eso era todo lo que recibía a cambio no tenía sentido que siguiera tocando en ese tugurio.

Como bardo había viajado por todas las ciudades de los Reinos. Rylond y Claroscuro le habían aclamado por igual, al igual que Gema y Haldaakar o el resto de las ciudades de los mismos. Ni se consideraba Clarioscuriano ni nada por el estilo, un bardo era de todos los Reinos y en todos ellos los respetaban por su capacidad para inmortalizar a los hombres cantando sus gestas (o de hundirlos cantando versos satíricos sobre ellos).

Al tipo que le preguntó le comenta. -No sé si podrás pagarme. La última vez que preparé una épica canción para el Rey Harald en su corte, éste me pagó con mi peso en plata. En esta ciudad no creo que me pudieran pagar ni mi peso en maiz, que es lo que comen los cerdos de los que la mayoría de sus habitantes parece vivir y que los ha acostumbrado a apreciar sus gruñidos en vez de la música que toco.

Nomi sintió ver un baile de variados temas con diversos vestidos, conforme fueron ocurriendo las situaciones, haciendo que su mano se ubicara en su frente y a veces ojos para disimular no querer ver, lo que veía; por un lado, dos compañeras de mesa que estuvieron al borde del colapso alcohólico, mientras Sil le hacía señas de la catátrofe que por suerte no ocurrió -al menos para Furya- y por otro lado a Corian, haciendo de las suyas, queriendo llamar la atención en un lugar que era mejor pasar desapercibido. Lo vio molestar a la mesera que trató de disimular el mal paso, luego adueñarse del lugar con su interpretación -una de sus mejores sin lugar a duda- que al no ver que el público le correspondió -ni Sil-, insulta a la primera persona que nos dirige la palabra.

Tomando aire y largándolo pesadamente, junta su mazo de cartas, se levanta, se pone al lado del encabronado Corian que no podía dejar de insultar al desconocido, y sonriendo muy alegremente, pone su mano con el mazo entre Corian y el desconocido, para luego ponerse ella entre ellos, diciendo _Depende de a quien le preguntes en esta mesa pueden o no haber apuestas. Pero te veo aburrido así que ¿quisieras unirte a jugar a nuestra mesa? Tus amigos también pueden hacerlo -vuelve a sonreír, y ya tapando totalmente el rostro de Corian y lo que sea que estuviera diciendo, le susurra al oído del hombre no hagas caso a mi amigo, el excelente alcohol de estos lugares parece haberlo afectado, eso y que se siente mal porque no parece haberle gustado al público su interpretación, por favor déjalo ser ¿si?.

Después de ello, lo mira sonriente, levanta la mirada buscando a Sil, le hace un gesto para que se acerque, y le dice _ Sil, por favor, podrías traer algo de alcohol que quieran tomar los caballeros? invito yo. Y también si puede ser algo para atenuar los efectos de lo que han tomado mis compañeras, no quisieran que se sientan mal. Ah y por cierto -guiñándole el ojo- me ha encantado la comida que has traído, hace mucho no comía algo tan bien elaborado.

Los Aplausos continuaron realizaron de forma cautelosa, hasta que el Bardo finalizo su actuación. El resultado no fue el esperado y empezó a actuar de forma agresiva para con su audiencia. El ambiente se enfrió en un santiamén.
El hombre de cabellos cortos soporto, estoico las palabras del Bardo que se encontraba molesto y despectivo. Sus palabras causaron que apretara los puños, y su mirada se hiciera fija, y estrecha, sin embargo, no realizo acción agresiva alguna, si no que, conteniendose, dijo seriamente.
- Los Bardos que yo conozco señor mío, se precian por su humildad y sabiduría, y dejan que sea su música la que hable por ellos. No sé quien será ese Rey Harald, pero pobre Rey es aquel que cobija necios en su recinto. – se giro hacia Nomi, quien parecía interesada en apaciguar las aguas.- Le agradezco, pero prefiero no pasar más tiempo en presencia de su buen “Bardo”. Con vuestro permiso – dijo, y se fue al reservado.
La bonita posadera, quien había estado yendo y viniendo luego de las primeras estrofas de la canción, llego para las palabras finales del insulto del Bardo.
- Pues si en esta ciudad somos todos cerdos, harás bien en buscarte un sitio donde dormir, pues aquí no tendrás alojamiento, y lo que pensaba invitarte por la canción, queda cancelado, mi buen señor. Termine su trago y vayase – dijo mientras limpiaba la suciedad de la mesa a la que el bardo se había subido en su afán por demostrarse digno. – Marchando, Señorita. – dijo recomponiendo la sonrisa para con Nomi.
Y por lo bajo, agrego, medio quejandose en voz alta. - ¿Para que me molesto en hacer una tarima si van a pisarme las mesas? -

Nomi apoya muy gentilmente la mano en la muñeca del hombre que le habló, sonriendo muy amigablemente _ Entiendo lo que dice Señor, Corian tiene graves problemas de actitud, pero ¿va a dejar que eso agüe el buen momento que pasó anteriormente, o capaz, el buen momento que podría pasar con nosotras? Vamos, siéntese en nuestra mesa, tome los tragos que le invito y pase un buen momento, que no queremos que se vaya con tan mal gusto en la boca 

Luego se da vuelta hacia Corian, con rostro de reproche, y antes que Corian diga algo le dice _Corian, discúlpate con Sil por haber dañado su mesa, y pregúntale sobre qué podrías tocar que le guste a los lugareños del lugar ¿ok? y de paso cuando hagas eso, hazlo con el público, -y acercándose, al oído le dice- que quiero poder dormir hoy a la noche, y no estar vigilando que hayan cuchillos cercanos a mi cuello, vamos, no me decepciones así -le dice emitiendo una sonrisa de complicidad-

Yo... No tenía palabras para esos dos idiotas, ¿deberia lidiar con un niño que no sabe aceptar su lugar y con una niña que intenta convencer a alguien visiblemente enojado con unos simples tragos? Hice acopio de todas mis fuerzas para no perder los estribos. Mire al bardo con ese brillo mortecino en los ojos, una palabra mas y terminaria el asunto.
Le hago una seña a Aleaysha, para que me ayudara con el forastero, y una a Leah para que controle a nuestros -acompañantes- es un gesto de la cabeza, casi imperceptible. Me levanto de la silla de una forma imposible de no mirar, mientras dejo caer la capa, mis ropas estaban apretadas a mí como una segunda piel, definiedo las curvas de mi cuerpo. Sin apoyar dedo alguno sobre aquel hombre desconocido, me acerco a él, dejando a Nomi casi detrás mío, ¿De qué se trataba esa apuesta querido? No te irás así, dejandome con la intriga... Quizas yo apueste contigo, le digo con voz dulce, guiñandole un ojo. No hagas caso a este... Señalo a Corian con la cabeza, mejor apuesta conmigo, nunca pierdo una apuesta.
Lentamente voy dejando a Nomi détras de mí, acaparando la atención del hombre antes de que termine de irse del todo. Esperaba que Aleysha comprendiera que estaba intentado hacer y me siguiera el juego.

- Soy Uther. - dijo el hombre joven, que tenia aspecto de luchador, bajo aquella capa. - No ha sido nada en serio, debo ir con los mios.- A pesar de sus palabras, parecia dubitativo.

Corian continua con la charla PRIVADA con ese desconocido.

Es normal que no conozcas a ningún bardo como yo, pues rompí el molde al nacer. Tampoco creo que le hiciera gracia al rey Harald lo que has dicho de él, pero dime qué necesitas y veremos si está a la altura de mis capacidades. Por cierto, nunca te has presentado. Yo soy Corian BladeDecks el mejor bardo de los Reinos.

La noche se animó con las baladas de Corian y sus "comentarios". Por suerte las compañeras de mesa de Leah no habían consumido tanto alcohol como para no controlar aquella situación. Y la caballero restó tranquila junto con su cena y las cartas. Sin beber aquel mejunje local para tumbar caballos, ella prefería no abusar del alcohol y tener todos sus sentidos en alerta.

La Claroscurina temía por que identificasen su origen y esperaba que aquella repentina actuación del bardo no los pusiera en peligro. Tal como comentó la bárbara. No te preocupes Furya, como ves he tomado medidas para que me no idetifiquen con mi guarnición. Aunque mi acento podría delatarme. La verdad es que no desearía que nuestra mesa fuera el centro de atención del lugar.

Pero tras la última nota musical de Corian, un personaje del público se enzarzó con el bardo. Por suerte sólo fueron palabras aunque el personaje parecía de lo más irritado. Aquel momento de tensión puso el corazón de Leah en un puño y temió lo peor. Agradeció la intermediación  tanto de Nomi como de Furya. Esta última con su estilo personal, llamando la atención del público con sus curvas y sabiendo de sobras su asegurado efecto. Alababa la impetuosidad de la guerrera, muy distante a las maneras de su Código. La bárbara era todo "fuego" y garra. Y con una sonrisa le devolvió el guiño de complicidad. Tranquila, todo controlado. Nomi no se quedó atrás con su astucia y también tomó "cartas"en el asunto. Estaba claro que la maga era el "cerebro"

La StormCrow temía por exponerse demasiado, pero su rectitud y su lealtad con Corian, le impidió quedarse de brazos cruzados como una mera espectadora ante aquella situación. 

Intentando evitar a la clientela de la Posada y sin interactuar con esta. La caballero se dirigió cautelosamente sin llamar la atención hacia la posadera. Y con toda la "etiqueta"y educación posible habló con la joven.

Disculpe dama Sil, perdone a mi amigo el bardo. Sus palabras no fueron acertadas ya que fueron fruto de su excitación tras la actuación. Seguro que su frustración por el efecto de la balada ante el público precipitaron su boca y la crítica de aquel señor le trasabalsó del todo. Corian es todo "corazón", y todos hemos observado que su canción se la dedicaba a usted. Con sus sensibilidad a flor de piel por su belleza el bardo no pensó en las palabras que cruzaba con el cliente. Sentía que lo avergonzaban ante usted y el simplemente reaccionó con fogosidad preso de sus sentimientos y no con la sesera. Le ruego que le de una segunda oportunidad y verá que sus sentimientos són aun mayores que su preciosa boca. Con estas monedas se puede pagar una ronda a toda la gente para que se calmen los ánimos. De parte de Corian el bardo. Y así podremos compesar el malentendido, mi vergüenza por lo sucedido y su oportunidad de poder conocer a mi buen amigo. Yo responderé por el.

Tras entregar el oro, la defensora volvió a la mesa con sus amigas, lo más discretamente posible.

Corian se tapó la boca tras el exabrupto. ¿En serio acababa de decir en voz alta lo que pensaba insultando al público y ofendiendo de paso a la mesera? No le había ocurrido nunca en su larga carrera. Múltiples veces pensaba mal de los que no le aplaudían suficientemente, pero nunca se dedicaba a insultarlos abiertamente, eso lo hacía en privado. Bueno, lo hecho, hecho estaba ya no podía dar marcha atrás así que más le valdría acabar pronto con los extraños y buscarse otra taberna esa noche en la que dormir o le tocaría dormir al raso y sin nadie que le calentase la cama.

Tras ello bajó de la mesa, y le comentó a su interlocutor:
-Es normal que no conozcas a ningún bardo como yo, pues rompí el molde al nacer. Tampoco creo que le hiciera gracia al rey Harald lo que has dicho de él, pero dime qué necesitas y veremos si está a la altura de mis capacidades. Por cierto, nunca te has presentado. Yo soy Corian BladeDecks el mejor bardo de los Reinos.

En voz baja y asegurándose de que nadie le oía continuó - Vamos a un reservado y me lo explicas antes de que el populacho se quiera cobrar los insultos en carne.

Ante la intervención general, Sil miro de reojo al Bardo, pero luego se relajo, en parte por lo mencionado
- Se habrá emborrachado antes de venir aquí.- dijo, terminando de limpiar con ganas la mesa donde se había puesto de pie Corian, hasta que quedo impoluta de nuevo. Luego, ya con esa limpieza, pareció relajarse, y una tímida sonrisa alumbro de nuevo su rostro.- Solo Sil. Nada de Dama. O Silvara. Como desees, pero no tengo ningún título…aunque vos si parece que habláis a la manera de los nobles- sonrio al recibir el dinero.- Una ronda para todos, invita la Dama.-
El malestar general, pareció calmarse y aparecieron un par de mozos de las cocinas con las jarras a rebosar. Limpiaron las mesas de los comensales, y pusieron jarras nuevas llenas de espuma. Sil en particular, puso una jarra de cristal con un líquido amarillento más espeso.
Muchos levantaron las jarras en señal de reconocimiento a la Defensora.
- Hidromiel del Norte. Una delicia de la casa, Mi Señora. – dijo, sonriente. – Os he reservado una habitación comunal para todos, si les parece. Son siete camas, con mamparas y baules particulares, también con dos baños de dependencia.-
En tanto, abordaban al muchacho joven, Nomi y Furya, una rebosante de inocencia, y amabilidad, y la otra desbordaba seducción contenida. Si bien, la ofuscación paso, fueron las palabras finales del bardo, quizás por el conjunto
- Creo que aceptare la invitación de quedarme aquí, Maese Corian. No podría despreciar el pedido de tan bellas damas- dijo en referencia a las mujeres. - Uther Andoran, Aventurero Profesional, a vuestro servicio- Deposito la pesada mochila, en la cual podía verse asomar parte de un pico, y un muy bien enrollado trozo de cuerda de seda. El hombre también desabrocho una espada, con su funda de cuero, y la deposito sobre sus rodillas, como si le costara desprenderse o alejarse de ella. – Gracias – dijo a Leah, al levantar la cerveza, y volviendo a Corian – Tocáis muy bien, permitidme decirlo. En la tierra en la que vengo, ganaríais mucho dinero. Aquí… creo que tendréis que defender ese título con el que os proclamáis. De todas formas, no me respondisteis, y mis cinco partituras aguardan respuesta-

Nomi se alegró de escuchar a Uther mas cómodo con la situación y se volvió a sentar a su silla. De lejos veía como Leah interactuaba amablemente con Sil mientras el resto de la taberna se calmaba tomando alcohol "nada que el alcohol no solucione, al menos en este ambiente" pensaba para si. Se sentía igualmente bastante molesta por la tosca actitud de Furya de anteponerse ante ella que se encontraba hablando con el desconocido, inclusive casi corriéndola del lugar. Y por otro lado, Corian, indiferente ante su pedido de disculpas a la gente, ignorando el esfuerzo y dinero que se estaba gastando por él por no saber comportarse. "Uno puede ser todo lo bueno y amable del mundo, pero no por eso va a dejarse tratar así" piensa para si.

Lo mira a Corian con enojo, se levanta con la jarra de cerveza en una mano mano, y apoyando la otra con el puño cerrado sobre el pecho de Corian, se acerca a su oído y le susurra: Espero que sea la última vez que me ignoras de esta manera. Has costado mucho esfuerzo y dinero al grupo y recién estamos llegando al lugar. El que te deje pasar un par de cosas no significa que me tengas que ignorar cual silla de taberna. Sino la próxima no me hago cargo de la turba enfurecida o de los familiares de tus amantes que quieran usarte de relleno de pastel. ¿quedó claro?

Se da vuelta y la mira a Furya interactuando con el hombre así que piensa para si "en otra oportunidad arreglo una charla con ella".

Vuelve a su asiento, termina de tomar de su jarra y la llama a Sil, a quien con una sonrisa y ya mas tranquila dice: ¿podría pedirte si hay alguna bebida suave lugareña que pueda tomar con los aperitivos que has traído a la mesa? Quisiera conocer mas cosas del lugar para ampliar mis gustos.

Corian se sintió halagado por las palabras del desconocido por lo que le regaló con un:-Querido Uther,si queréis apostar, hacedlo con Furya que es la apostadora del grupo, si queréis aventuras acompañadme a la próxima taberna allí podréis escuchar la fabulosa historia de Andeiron en su búsqueda del Santo pendiente de la Diosa Leiras entre otras muchas.

Tras ello se puso de nuevo su capa y se despidió del resto del grupo -Chicas, nos vemos mañana frente al monolito rojo, que está en el Distrito de Cuerdas. Tranquila mami Nomi que no te ignoro pero... ¡ Esta noche toca hundir Rylond !

Finalmente le lanzó un beso a Sil y salió de la posada.

Una pícara sonrisa fue toda la respuesta a Furya cuando habló de hacer que los arrestasen, honestamente, ni siquiera ella estaba segura de poder cumplirlo, pero tenía un objetivo muy valioso como para arriesgarlo así que eso era un buen incentivo a su carácter. 

Pero en cuando la conversación avanzó, al parecer, fue el momento en que el alcohol de aquel venenoso trago decidió subírsele a la cabeza. Sin siquiera saber cómo reaccionar frente a ella, el escenario tomó un rumbo que antes había contemplado, Corian tomándose permisos que no le correspondían, haciendo un acto demostrando su pomposo ego en todo su esplendor, de paso ofendiendo a los pocos que apreciaban su bello arte antes de ser desilusionados por su pobre carácter, tal como Aleaysha siempre se sentía junto a aquél bardo. 

Sin interés alguno en la escena que se sucedía en el bar, siempre y cuando no la involucrarán, continuó bebiendo cerveza con tranquilidad y acompañó a la rubia ladronzuela en la comida. En el primer bocado que tomó, el bolso de tela que descansaba sobre su regazo comenzó a removerse con efusividad y, asomando primero unas peludas y bien cuidadas colas, caminando hacia atrás se mostró Luna Wig, un pequeño kitsune de pelaje color crema que era cruzado por varias lineas de pelaje negro que formaban patrones arcaicos en éste, de grandes ojos negros y profundos, hocico fino, alargado, unas grandes orejas peludas y triangulares que se mantenían erguidas siempre moviéndose hacia todos los sonidos, el cuál terminó cayendo al suelo al salir fuera de las piernas de su dueña y amiga.

Así como cayó, se sacudió, y volvió a subir al regazó de su dueña sentándose sobre el bolso de tela que antes le había servido de cueva, apoyando sus patitas pequeñas en el pecho de la semi elfa acercó su pequeño hocico mientras olfateaba lo que su dueña comía, con un sonrisa Aleaysha le dió un bocado para que degustara. Todo esto mientras a su alrededor todos parecían discutir con Corian, y éste solo pensaba en Corian, no tenía interés particular en meterse en algo que no la incumbía, habían echado al bardo, no a ella, y al parecer sus amigas tenían un extraño interés por aquellos encapuchados. 

En cuando el joven de cortos cabellos se acercó a su mesa, para hablar con el único al que no poseía un mínimo de cordialidad, Aleaysha clavó sus felinos ojos directamente en éste, sin disimulo, enarcando una ceja como si le preguntará ¿en qué estaba pensando? Mientras acariciaba a Luna Wig con una mano, la cual se había enrollado nuevamente para comer un trozo de pan, con la otra seguía bebiendo en silencio sin dejar de mirarlo hasta que Furya le hizo una seña. Primero la miró sin emoción alguna, para luego sonreirle con pena, pidiéndole disculpas con la mirada al tiempo que levantaba su tarro de cerveza y le guiñaba un ojo deseándole suerte en silencio. Al ver que Leah también había tomado parte de toda la pantomima la semi elfa parecía mas divertida mirando con ojos serenos y una semi sonrisa de labios que participando, ya que el único acto que en ese momento deseaba era golpear a aquél impertinente bardo, cosa que claramente solo agravaría el problema. 

Estaba muy entretenida viendo como repentinamente la hidromiel aparecía en su tarro, siguió bebiendo gustosa hasta que frente a ella se sentó el joven por el cuál todos peleaban por mantener, con una sonrisa amistosa levantó su tarro con hidromiel hacia éste mientras sintió que el kitsune saltaba de sus piernas para ir directo a la mochila del forastero, olisquearla, y luego saltar sobre las piernas de éste para oler su espada y luego su cara.

- ¿Luna Wig? ¿Tú también? - Aleaysha se mostró ligeramente sorprendida con una ceja enarcada apoyó un codo en la esa, inclinando el torso ligeramente hacía adelante, apoyó el tarro sobre la mesa y miró con celos al kitsune. - Traidor. - murmuró como si fuera una niña estirándo ligeramente el labio inferior hacia afuera en un puchero molesto. Pero su atención se centro nuevamente el aquél idiota que, como ella sospechó, armó un escándalo, todos se pararon a defenderle, y éste, ¿qué hace?, las abandona proclamando en voz alta otro recinto, luego de haber ofendido a la dueña del que se encontraban, y ofrece información detallada de lo qué venían a hacer... ¿qué más idiota podía ser ese hombre? Ah, si, antes de salir, luego de ofender a los ciudadanos de Rhylond, PROCLAMA ABIERTAMENTE UN DESEO DE HUNDIR LA CIUDAD. 

Suspiró. Miró al joven de cortos cabellos y sonrió con cansancio mientras veía a Luna Wig apoyada en el pecho del joven, aún olisqueando su rostro y cabellos. - Perdona. - comentó señalando su kitsune. - Es raro que se interese en alguien, pero cuando lo hace, es difícil de persuadir para que se detenga. - miró a Furya y luego a Nomi, enarcando una ceja con picardía volvió a fijarse en el joven aventurero. - Creo que puedes notar cierto parecido. Hasta que estas implacables mujeres han podido sentarte, has ganado limpiamente a nuestro galante bardo. - comentó con serenidad, aunque su voz sonaba amable. 

Mientras esperaba la bebida de Sil, y escuchando otra frase explosiva de Corian pensaba en que si él llegaba a sobrevivir 2 días en Rylond, iba a ser por la conjunción de todos los dioses existentes en el mundo. Encima, abandonó el lugar solo, haciendo que su supervivencia bajara enormemente. "espero no tener que ir al día siguiente a un funeral" pensaba, mientras veía como Aleaysha, quien estuvo sentada tranquila en la mesa, hablaba con Usher, mientras su pequeño Luna Wig se encontraba husmeando al nuevo integrante de la mesa. Me puse a observar detenidamente los objetos que traía Usher, y si se veía alguna insignia o algo que nos dijera de él, o por qué Luna Wig parecía tan interesado en las cosas que tenía. Miré a Aleaysha que estaba un poco molesta de que Luna Wig hubiera ido hacia él, y el gesto que le hizo a ella, devolviéndole una sonrisa y gestos de resignación. Sabía que si Aleaysha hubiera querido tomar asunto cuando estaba Corian, hubiera terminado golpeado. "Supongo que las bebidas de acá, o ver como tratamos de arreglar el asunto fue mas entretenido que golpearlo" pensé, mientras seguía observando a Luna Wig, esa pequeña criatura que me despertaba mucha ternura, y a veces, me hacía reír con sus morisquetas. 

Mirando a Aleaysha, gesticulo hacia ella que averigüe quien era ese hombre, o, mirando a Luna Wig, que lo haga con él.

A mi lo único que me había interesado es no ver que el desconocido mate a Corian, pero ahora con el bardo fuera de escena, me daba curiosidad sobre si este hombre, había venido a hacer lo mismo que nosotros, que también me daba a preguntar, si todos estábamos ahí por casualidad, o, lo que era mas probable, si el que nos convocó aparecería en algún momento.