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Crónicas de los Condenados. [+18] Cap 2: Intrigas Palaciegas

[Cap 2]Cena en el Castillo Yannur

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23/03/2018, 20:09
Director

La cena a la que estaban todos invitados, transcurrió en el salón principal, del segundo piso. La habitación estaba construida de tal forma que grandes ventanales permitían el acceso a balcones, y desde estos, podía verse la luz diluyéndose en tonos rojizos mientras el horizonte se llenaba de atarceder.
Esta mesa estaba armada para todos, no como la ocasión anterior que se habían dividido en nobles y en comerciantes, aquí, en una de las cabeceras de la mesa, se encontraba sitio del Duque, con una silla de respaldo alto, al menos el doble que cualquiera de las otras que estaban hechas de madera negra barnizada y felpa roja, cómoda para sentarse allí.
Había un sirviente cada dos invitados, sentado respetuosamente atrás, con la libre amarilla ocre y marrón de la casa, a la espera de que sus invitados fueran llegando. Cuando ocurria, facilitaban el acceso a la silla y empezaban a acercarles bebidas ligeras y rellenar sus copas.

Primero fueron ingresando los comerciantes, que fueron siendo ubicados en en centro de la mesa, dejando los extremos para la nobleza.

Los primeros en llegar, dado su estatus, eran los comerciantes, que, vestidos con sus mejores galas, en muchos casos la ultima moda de los lugares importantes, vestían algo rimbombantes y fuera de lugar. La realmente regia, era la Señora Helenna Harper, que vestia con sus mejores ropas azules cerradas hasta el cuello, moño alto, monóculo, y perlas. Se sento en el centro de la mesa con una dignidad de una condesa, y uno de los siervos en librea hasta le acerco una silla. Ella se acomodo y puso las manos en la falda, cómoda.

Siguió un enorme hombretón, que sobrepasaba el metro noventa de estatura, y era considerablente grueso. Caminaba
con el paso de quien es normalmente un hombre de mar, no del todo cómodo con la tierra firme. Un Animal muy bien entrenado, un cuervo enorme, estaba aferrado a su hombro derecho. Su nombre era Ludovico, y sus ropas, a pesar de lo aguerrido de su aspecto, eran de buen corte y telas. Un sable con un nudo de paz era lo que tenia al costado, lo que levanto alguna que otra ceja, pero nadie impidió.

Siguio la Capitana Adara Seyah, una belleza imponente, morena de ojos verdes iguales a los de las aguas calidas, enfundada en un vestido de encaje blanco, que también rodeaba su cuello, y apretaba, pues no parecía exactamente para alguien de su voluptuosa talla, pero le quedaba bien. Igual que Ludovico, parecía su caminar algo extraño en tierra firme, pero ella lo disimulaba con un contoneo femenino que atraía las miradas.

Anric Savant, en representación del Señor Comerciante Uric, fue quien llego a su sitio, y se sento en su silla. Se lo conocía por ser su segundo, y a diferencia de este, era un hombre callado, silencioso, no del todo sociable. Observo a todos, hizo un par de asentimientos de reconocimiento y se quedo a la espera.

Poco a poco, empezaron a llegar el resto. Berinian, Alessio y Krista.

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25/03/2018, 12:21
Krista

Krista entró observando todo con sumo placer reflejado en el rostro, las cortinas.. los candelabros.. los cuadros.. todo tenía un valor muy alto e iba calculando en su cabeza, así mismo observaba si había salidas cercanas a las sillas en caso de que fuera una trampa.
Sus andares resultaban elegantes, Un vestido negro y rojo enmarcado su cuerpo, la parte superior estaba formada por un corset que elevaba sus pechos, negro como el carbón con la zona de las varillas en rojo carmesí, el cual hacia que su cintura se marcara muchisimo mas. La falda era lisa y de sedas, sin tul , y caía por sus caderas como una cascada de tela roja que enmarca sus movimientos , era una tela delicada.
Se dirigió a la silla qque estuviera mas cerca de la entrada y se sentó, a diferencia de en la posada, de una forma muy educada, civilizada y femenina, sonriendo dulcemente a todos los asistentes
- Parece ser que ya no nos haran esperar mas- Dijo a los que alli estaban - Alguna novedad? espero que podamos disfrutar de la presencia del conde y no nos mande a unos mensajeros tras arreglarnos tanto no?
 

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26/03/2018, 14:53
Alessio Montesco

Me vestí con mis mejores galas para la cena, cosa que en mi caso consistia en unos ropajes completamente negros. Todo era de excelente calidad y por supuesto estaba adaptado por si en algun imprevisto de la noche tuviese que realizar algun acto que no correspondia a lo que se puede esperar de una cena de gala. Era mucho mejor prevenir que lamentarse. No me quedó claro si habia que llevar armas en un sitio así... Lo que para algunos nobles locales podria ser considerado una demostracion de estatus para otros era una agresión, asi que me limite a mi habitual repertorio de pequeñas armas repartidas por mi atuendo... dos dagas en la caña de mis botas, un garrote en el cinturon... uno nunca sabe cuando necesita una ayuda extra en las negociaciones. Como pieza ornamental, llevé el estoque que me habian regalado en el viaje, su manufactura era escelente y daria un golpe de atencion a cualquiera que los dioses no lo quieran...decidiese retarme a duelo.

Los nobles en su extraña manera de ser se suelen contener bastante en sus bravuconadas cuando tenian un hombre bien armado delante...y habia que construir asi un personaje.

Por mi parte tambien llevé algo de mis productos por si necesitaba demostrar sus efectos...no hay mejor presentación que ver el resultado de las maravillas que vendo.

Así listo me adentré en la pequeña jaula de egos ...un bosque con mas lobos que ovejas a mi parecer.

A pesar de todo ahi estaba Adara para calentar las miradas...y tambien estaba Krista.

No me pasó desapercibido su excelente gusto para vestir y realzar las mejores partes de su anatomía, que podían invitar a olvidar mirarla a los ojos en una negociación.

- Estais bellisima mi vendedora de vinos...- dije con una sonrisa mientras la saludaba.

-Yo tambien espero que el conde tenga a bien en poder iluminarnos con su presencia... seria una pena desperdiciar la noche.- comenté mientras me sentaba junto a la mercader de vinos.

Mi cabeza iba haciendo recuento de armas y personas...y poco a poco iba buscando la mejor manera para estar ubicado en esta extraña partida de ajedrez que se desarrollaba ante nuestras narices. Nobles, mercaderes ... cada uno en su papel. Aunque no esperaba tener que hacer uso de mis habilidades quería asegurarme de tener todos los datos antes de tener que actuar.

 

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31/03/2018, 21:58
Berinian Kanan

Berinian accedió al lugar que el anfitrión les había preparado para cenar. Su traje de gala resultaba, exactamente, el mismo que empleaba de habitual, solo que este estaba impoluto y bien cuidado. Una casaca azul celeste con ribetes dorados. Pantalones del mismo color y una botas altas de cuero. El sombrero de ala, sin embargo, era el mismo. Un clásico uniforme de oficial marino que nunca pasaba de moda.

El meridianense no dejaba mucho espacio a la imaginación para la moda. El no era un mercader de telas ni trajes, por tanto no veía la necesidad de exhibir diversidad de modelitos. Con uno y bien correcto, le valía.

Pues sí, al final ha sido cena, recordó unas recientes palabras sobre el posible actuar, o no, del señor del castillo. Observó con detenimiento el lujoso salón, la larga mesa dispuesta y la presencia de diversos comensales. Algunos conocidos, otros no. Algunos vestían ricas vestimentas, otros más humildes. Todos aceptablemente.

Fue saludando educadamente con inclinaciones de cabeza y leve elevación de sombrero a los presentes, especialmente los conocidos.

- Es duque, Krista - le corrigió con una sonrisa sardónica a la joven pelirroja que habló junto a él -. Y, en efecto, esperemos que tus esfuerzos en acicalarte no sean en vano. Nos conviene a todos - asintió sonriente.

Barrió con la mirada la mesa y después de observar todas las caras frunció el ceño: la mesa seguía demasiado vacía, a su ver.

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05/04/2018, 21:18
Director

Los sirvientes se comportaban con modales afectados, sirviendo las bebidas a medida que se iban vaciando los vasos, encendiendo algunos calderos para aumentar la calefacción de la sala. Aun no había rastro de noble alguno, pero por el murmullo de la otra sala, parecía que estaban al caer.
El ambiente estaba tenso, quizás no para los recién llegados, como Berinian, o Alessio, o incluso Krista, pero para los que estaban ya allí, inclusive Adara, sintieron que a pesar de que intentaban tener una máscara de buen humor, o cordialidad, pero miraban recelosos, cautos y sonrían en exceso, como si temieran sentirse observados o atrapados en una situación inadecuada.

Sin duda, llamar conde a un Duque es cuanto menos una bofetada en su honor. Espabila Roja, o te trataran como marisco pasado.- dijo por lo bajo y algo cortante, pero amistosa, Adara.

La Señora Harper, quien se sentó al lado de Krista, le sonrió con algo que hizo que sus mejillas se notaran las finas arrugas de la edad, casi como si su piel fuera un ajado mapa con indicaciones, eso si, sus dientes estaban blancos cual perlas.
- Es usted una joya, un encanto…con ese cabello tan notorio, señorita…- dijo, con ojos brillantes por la inteligencia. – Recuerdo una época, no tan lejana, que me miraban con deseo como ahora hacen con usted. Me llamo Helena Harper. ofreció la copa para brindar con ella.
El hombretón de ropas amplias y un cuervo se atuso la barba y el frondoso bigote, pidiendo una cantidad de bebida de la cual siempre daba un poco a su animal, que bajaba el pico para bebar, ya fuera agua, o algún vino, sin que pareciera afectar a ninguno de los dos.
Se giro a Alessio, y lo observo con cuidado mientras disfrutaba de una copa.
- Sin duda usted no parece de aquí. Su tez es muy blanca. Me llamo Ludovico, y mi especialidad son las especias, y las conservas. ¿También trato con sedas del oriente. Y vos… a que os dedicáis?
Anric, observo a Ludovico, y a Alessio, y menciono rápidamente. ¿Es vuestra primera vez aquí? pero antes que alguien pudiera responder, el mismo dijo Es mi primera vez aquí. Mi Señor no se siente bien, asi que lo represento. Vendemos pieles, que por lo que veo, son bastante preciadas aquí… Observo a Krista, como si no quisiera venderle una.
Harper, luego de hablar con la pelirroja, le guiño un ojo a Berinian, aunque bastante inadvertidamente.

Notas de juego

Siento la demora, pero un cumulo de cosas me dificulto el posteo.