Partida Rol por web

Desde luego no son las formas que él hubiera escogido, pero había funcionado. Bien. Los criados podrían descansar y preparad las habitaciones para ellos para pasar el día. Mientras era momento de ponerse al día con las noticias de los viajeros y quizás, alimentarse brevemente en privado.

- Señores, si me disculpan, iré a escuchar las nuevas que traen los viajeros. Nunca se sabe cuando se puede escuchar algo de utilidad… - comentó dejando tiempo a replica a sus compañeros antes de separarse dispuesto a mezclarse entre los humanos y beber con ellos mientras escuchaba sus historias y les sonsacaba en aquellos temas que le parecieran más interesantes. 

Asiento satisfecho desde mi lugar y busco objetivos interesantes, tal vez unos mercaderes, o soldados, alguien que parezca en camino como nosotros, pero seria excelente que viniesen en dirección contraria.

La respuesta que esperaba, sin más. Y ahora que ya estaba todo solucionado, mis compañeros se disponían a disfrutar un poco del confort de una nueva ciudad; y como no, yo no iba a ser menos.

Desentendiendome de cualquier responsabilidad instantáneamente, olvido a mis compañeros que ya tenía más que aburridos después de las cíclicas conversaciones durante el viaje, y me dispongo a dar una vuelta por la pequeña urbe con la excitante incertidumbre de no saber quien sería el pobre desgraciado que decidiría acercare a mi esta noche.

Salgo de la posada con la barbilla elevada y con ganas de pasarmelo bien. Sabía por experiencia que tarde o temprano alguien se me acercaría; de lo contrario podía usar mi magnetismo mágico para atraerlos.

Quería conocer las gentes del lugar y pervertirlos ¿cuáles serían sus deseos más oscuros? ¿serían capaces de mostrarme sus secretos más íntimos si se lo pedía? ¿podría corromper su bondad pidiéndoles que hicieran alguna atrocidad por mí?

¡ja! ...hora de jugar.

Os quedais tu y Sherazina a solas en la habitación de la taberna.

Tras dar unos cuantos rodeos por la ciudad, habeis escuchado una historia sobre un gran cazador que protege la ciudad de los bandidos por las noches.

Tras dar una buena vuelta por la zona, apenas consigues nada de información util.

Al entrar en la habitación, haciendo gala de una perfecta caballería, Nádasdy había abierto la puerta para que la mujer pasara delante de él, luego la había cerrado tras de sí y, colocó la silla para que Sherazina se acomodase frente al vástago.

Matei se deshizo de la pesada capa de viaje para dejarla pulcramente colocada sobre la cama y entonces se sentó bien en una silla si hubiera otra o bien en la cama.

-¿Cómo estáis, señora? Estáis sufriendo los rigores del viaje u os encontráis cómoda?- preguntó sin maldad alguna, realmente interesado en su bienestar.

Bueno es saber que "alguien" protege la ciudad, cazar puede ser peligroso.
Ramírez decide intentar encontrar al cazador, quizas sea un mortal, o quizas un inmortal, merece la pena investigar.

Una vez he estado escuchndo conversaciones e intercambiando algunas palabras, os hago gestos para buscar reunirnos.

Markus regresa junto a sus compañeros aunque no tiene una cara satisfecha.

- Espero que sus mercedes hayan tenido mejor ventura que yo, pues no oí nada relevante de estas gentes... - comenta sin disimular su propia decepción en su tono.

Me siento en la silla que me ofrece Matei, la verdad es que había sido considerado desde el primer momento, era uno de esos hombres de honor que era realmente dificil encontrar.

Sí, mi señor, por ahora todo bien. Realmente no estoy acostumbrada a estos viajes, pero la compañía está siendo grata y el transporte es bastante adecuado.