Partida Rol por web

A mitad de la presentación de Meridie mi atención vuelve de las vigas del techo a ella

-Mi nombre es Giani Vitello- digo simplemente con una leve inclinación de cabeza, mas interesado en la respuesta que le den a Milos que en añadir algo mas ahora mismo

Al escuchar presentaciones tan simples de cada uno, pienso lo que debería pensar cualquiera de noble casta ante este grupo tan variopinto: que los modales se habían perdido.

Me quedo en silencio, escuchando la retahíla de nombres, intentando quedarme con las caras, los nombres y los clanes que van diciendo, con poco más que añadir a lo que se dice.

No obstante, la pregunta formulada por Milos me parece cuanto menos interesante. Me acomodo de pie, en una postura de espalda recta y mentón en alto, con los brazos cruzados delante, a espera de la respuesta, que probablemente fuera de lo más interesante.

"Monasterio Negro" algo así habíais visto que ponía en el mapa, pero quedaba la duda de si aquello era una errata, una mala traducción o una broma para disuadir a los viajeros mediante un adjetivo sombrío. Sin embargo cuando lo escucháis el nombre de boca de Lord Theron algo hace "click" en vuestras memorias muertas, como si hubieran girado la llave del oscuro rincón de los rumores y las habladurías.

No era la primera vez que escuchabais aquel apelativo. Se hablaba de él frente a las hogueras como una historia de miedo entre los mortales y una leyenda entre la estirpe. Las exageraciones estaban al orden del día y había versiones para todos los gustos sobre sus orígenes y cometido. Lo único que estaba claro era que se trataba de un enclave de vampiros en las montañas, pero nadie podía aportar hechos concretos.

Haberlo sacado del mundo de los mitos para encontraros ahora en su interior os arranca a ambos un escalofrío. 

 - ¡Eso es una buena pregunta! - exclama Frazier desde su rincón - ¿Somos fugitivos o terratenientes? Quizás tengamos un poco de ambas cosas.

La cordialidad y el tono de voz del hombre son cálidos y amables a pesar de su aspecto grande e intimidante.

- Y sobre lo que hacemos aquí, quizás podríamos haceros a vosotros la misma pregunta; pero puesto que habéis sido más rápidos os regalaré una respuesta: investigamos.

- ¡Oh, vamos, vamos! Seguro que hay alguna razón para que hayáis venido hasta nuestra pequeña residencia. No se arriesga uno a encontrarse con los Lupinos por simple curiosidad.

Interviene ahora el recién llegado dejando los guantes sobre un robusto mueble isabelino.

Tuerzo el gesto en una mueca de sospecha cuando los escucho hablar, a veces tan jovialmente en broma, a veces con palabras enigmáticas y frases a medias.

Doy un paso adelante. Me siento incómoda en un evento social como este con el mal porte que estoy presentando y empiezo a impacientarme. Necesito un baño y una muda.

- Buscábamos un ladrón de un ejemplar literario de cierto valor. - digo, sin tapujos, - Nuestras decisiones nos han llevado a este sitio, no sé si para buena o mala fortuna, pues el viaje en sí ha resultado demasiado duro, y realmente no sé si encontraremos aquí lo que buscamos.

Miro al resto del grupo. Ya me estaba imaginando la retahíla de preguntas: ¿Qué investigáis? ¿Hay alguien más a parte de vosotros de paso en el Monasterio? ¿Os suena el nombre de Giovanni? Y un largo etcétera.

- Podíamos conversar más largo y tendido en mejores condiciones, si somos realmente bienvenidos. Nuestras intenciones son buenas y no venimos a perturbar la paz.

No me gustaba el lugar y no me gustaba que Gianni hubiese liberado a nuestro "guía" antes de que este pudiese identificar a nuestro ladrón. Permanezco en silencio tras Aricia atento a cualquier movimiento de cualquiera de los vástagos presentes. Nadie iba a atacarnos sin que lo lamentase. Mientras tanto dejo que ella lleve el peso de la conversación sin interrumpirla.

Set protejeme de las lenguas desatadas y los amantes de la verdad desnuda .Es lo único que pasa por mi cabeza al oír a Aricia decir claramente cual es el  objetivo  que nos ha traído hasta su puerta .Observo atentamente las caras de nuestros anfitriones intentando ver alguna reáccion ante la mención del robo del libro

- ¿Buscábais a quién? ¿A caso nos habéis tomado por ladrones?

- Nuestra invitación es sincera, nos disgustaría en gran medida que os fuerais sin siquiera reparar en la verdadera recompensa que habéis pasado por alto y por ello os ofrecemos la hospitalidad de nuestro hogar.

Luego da unos pasos hacia el centro de la sala.

- Yo soy Alejandro del clan Lasombra y puesto que vais a hospedaros aquí os rogaríamos respetarais las normas de esta casa: para relacionarse con un ghoul hace falta el permiso de su amo. La diablerie está prohibida. Las disputas se resuelven pacíficamente con mi mediación o la de Lady Meridie. Todos los duelos tendrán lugar en el patio.

Unos ghouls aparecen silenciosos y esperan para guiaros a vuestros aposentos.

- Que Caín sea testigo de nuestros esfuerzos para que todos puedan hallar lo que buscan- Levanta la voz Vadislaba y luego añade- ...incluso aunque no sepan que lo buscan.

A su rezo le sigue un reverente silencio por unos momentos, y luego todos murmuran:

"Caín nos oye y nos bendice"

- ¿De que recompensa estáis hablando? - pregunto al tal Alejandro.

Como había temido uno de los anfitriones había entendido que les llamábamos Ladrones y a pesar de ello no había habido consecuencia ..aun .Este tiene aspecto de arrancarle la cabeza a cualquiera por un si o un no pero lo ha pasado por alto ?.De todas formas con los locos nunca se sabe que esperar .Miro a Sav buscando alguien que comparta mi inquietud .

Cuando Aricia menciona nuestro objetivo real la miro de reojo, "supongo que deberíamos haber planeado mejor que hacer o decir al llegar", tal vez todos esperasemos un conflicto con Ambrogino en vez de esta "comunidad", que por cierto ha evitado responder a la pregunta de Milos.

Tambien dan por sentado que vamos a aceptar su hospitalidad para recibir esa misteriosa recompensa. Aunque la opción ahora es salir a recorrer el bosque a pie cuando ya ha pasado buena parte de la noche

Manteniendome ligeramente aparte extiendo mis sentidos en busca de alguna trampa o traición

Ante la rápida acusación, mi mirada se torna severa, para luego ablandarse y mostrar una sonrisa cálida.

- Nada más lejos de la realidad. - digo al señor de la perilla. - Jamás he pretendido decir algo o siquiera insinuar algo así. Disculpad mis malas expresiones o mi lengua confundida. Sólo quería explicar que recorríamos el camino buscando un ladrón. Probablemente acabamos aquí por una mala decisión o un desvío equivocado. Eso es todo.

En seguida el otro hombre toma la batuta de la charla y parece bastante imponente con sus palabras. Las reglas son explicadas de golpe, impuestas demasiado rápido. Aquí dentro la cordialidad estaba simplemente como una máscara para todas esas reglas. Había que andarse con cuidado. Sobre todo con esos duelos de los que habla...

Pronto salta Sav en cuanto se menciona la recompensa. Sonrío disimuladamente. Ansia de riquezas y poder. Fácilmente previsible para llamar una rápida atención.

- Si me disculpáis, yo preferiría una ducha y un cambio de ropa. - digo, dirigiéndome a los ghouls. - ¿Quién de nuestros amables anfitriones me prestaría a su sirviente para mostrarme el camino? - pregunto, siguiendo las normas mencionadas, pues no quiero ofender ni con el más mínimo gesto.

Nuestra dama parece que salva de momento sus aristocratico cuello con sus ardides femeninos y su fina educación  pero veremos por cuanto tiempo.Aprovechando que el ambiente parece mas distendido me atrevo a preguntar .Disculpad mi osadia pero  podria preguntar si hay alguien de mi clan en este lugar?.Como hemos dicho no esperabamos encontrarnos con cainitas en este lugar y menos aun con un grupo tan numeroso pero viendo todos los que sois no seria descabellado que pudiese haber alguno .

- ¡Ja...! - una sonora y única risotada emergió estridente desde la garganta del gitano. No venía tildada de ironía, sin embargo, la duda generada de si Milos se burlaba o resultaba sincero era una de sus señas de identidad. - Así que sois un grupo de cainitas de diferentes clanes que vivís bajo el mismo techo, acatáis unas normas bien lógicas y sencillas al unísono y os autogestionáis a las mil maravillas. ¡Santo cielo... debéis de ser la envidia de todo el continente!

Milos se paseaba por la sala observando con deleite aquí y allá... tapices, mobiliario... e incluso algún ghoul especialmente apetitoso.

- Descansar en un lugar como este antes de proseguir nuestro camino... nuestra búsqueda... será un honor y un placer. Los que arrastramos nuestros huesos por este mundo durante tantos años rara vez encontramos un sitio dónde la paz sea tan evidente. Supongo que a eso os referís, Maese Alejandro, con el término "recompensa".

Sin más ceremonias una mano le da una palmada a Sav en el hombro

- Eso se enseña mejor que se explica. Ven. Vamos fuera y dejemos esta refinada charla para los débiles.

Un leve asentimiento por la tímida Melisandre basta para que de entre los sirvientes avance una chica de poco más de 12 años con el mismo uniforme que los demás, el del pez plateado y el rostro levemente empolainado. La ghoul se acerca a Aricia para bajar la cabeza en una reverencia.

- Me enaltece poder complacerla.

La chica coge suavemente a la Lasombra de la mano y la guía hacia las entrañas del monasterio

El siguiente en hablar es User, quien rápidamente obtiene una silenciosa respuesta pues los ojos de varios de los presentes se dirigen hacia una de las exóticas mujeres en particular.

- Las serpientes buscando nidos donde compartir su veneno- habla finalmente de una forma lánguida, como si saboreara las palabras antes de soltarlas.- Yo soy de tu clan, User.

El sarcasmo de Milos es recibido a partes iguales con aparente entretenimiento y diversión por Frazier y Theron, quienes sonríen satisfechos ante la teatralidad de las explicaciones del Ravnos, y con helada molestia por parte del interpelado Don Alejandro, quien permanece quieto como una estatua cuyos ojos siguen los movimientos de Milos por la sala

- Ni por asomo.

Responde seco y tajante el Lasombra cuando Milos ha terminado su exposición.

- Se me ocurren un par de antiguos que encontraron una paz muy evidente lejos de aquí y solo necesitaron un pedazo de madera afilada. Ja!

A su comentario le precede una mirada de reprimenda de Lady Meridie que intenta arreglarlo con diplomacia

- Por favor, no os quedéis ahí de pie, podéis poneros cómodos o ir a descansar a las cámaras que os hemos mandado preparar. Si el viaje ha sido arduo seguro que deseáis reposar.

la bella sirvienta te conduce por una de las puertas que conducen al claustro, de allí pasáis a un largo pasadizo donde ves algunos dormitorios para varias personas. Tras una de las puertas asoma luz. 

Cuando entráis, te encuentras con dos sirvientas más de la misma edad que la primera. Ambas parecen estar acabando de hacer una mullida cama con cuatro pilares alrededor y un intrincado cabezal barroco. La chica que te conducía se dirige a las otras dos en lo que te parece distinguir como francés y las tres se retiran en seguida.

Mientras regresan puedes fijarte que la habitación está exquisitamente decorada con cajoneras, mesas y candelabros. Sin embargo no hay ningún cuadro ni ningún armario a la vista.

Las sirvientas regresan pronto con una bañera y agua caliente. Si lo precisas, hacen el gesto para ayudarte a desvestirte y bañarte. Todo ello en el más absoluto silencio.

Si aceptas, sin mediar más palabra el desconocido te llevará por el camino que acabáis de tomar al entrar hasta quedar fuera de los muros exteriores, en un pequeño saliente donde se ven varios picos y cordilleras.

- ¿Y bien? - pregunto. Creo que no nos han presentado. - comento . Sav. - añado extendiendo la mano hacia el tipo.

Con un asentimiento de cabeza, acompaño a la sirvienta que me guía por los pasillos.

Recorro entre las paredes de piedra, mirando a todas las direcciones, procurando quedarme con el rumbo que tomo, de ser necesario salir y recorrer sin perderme este extraño edificio.

Al entrar en la siguiente sala, veo otras dos ghouls. Dos espías potenciales, hablando algo en francés.

Cuando traen la bañera y el agua caliente, sonrío complacida, sin mencionar palabra. Estiro los brazos, esperando la ayuda a desvestirme y luego introducirme en la bañera. El tacto del agua sobre mi piel destrozada por la intemperie, la tierra, el fuego y las heridas me hace soltar un ligero gemido de placer. Me dejo acariciar por las sirvientas, a medida que van limpiando cada rincón de mi piel, con los ojos cerrados, disfrutando el baño.

- Dadle a vuestros amos mi más sincero agradecimiento. Esta ducha vale más que todo el oro de Roma en este momento. - digo, en francés, ya que al parecer era su idioma. - Si tienen a bien conseguirme ropajes nuevos, por más simples que sean, por mi podéis quemar las ropas que traía. Id, id y dadles mis gracias, mientras yo disfruto de este baño.

Me sumerjo ligeramente en el agua, dejando que mi cabello flote. La sensación de no necesitar respirar era una de esas que no había terminado de acostumbrarme bajo el agua, ya que rara vez me sumergía completamente bajo ella. Pero allí me encontraba, en silencio y paz. Relajada. Liberada.

El imponente nórdico de casi dos metros de envergadura toma tu mano con determinación:

- Haakon Mortensen.

Es entonces cuando el particular brillo plateado de sus ojos bajo la luna traicionan su herencia Gangrel, entonces el chico voltea a ver el horizonte de nuevo.

- Ah, ahora es perfume, hermano mío.- sus palabras salen sinceras y naturales, con un exótico acento que no alcanzas a distinguir - Los aromas de la tierra y los pinos y el olor de los animales. Compadezco a quienes no lo han experimentado nunca, pues de verdad merecen caminar entre los muertos.

Sin dejar de pasear los ojos por las copas de los pinos prosigue

- Que nos hayamos rendido a la oscuridad no significa necesariamente que el mundo haya muerto entorno nuestro.