Partida Rol por web

Yo si sabía que venían, pensaba el piloto mientras seguía dándole vueltas a un objeto redondo en las manos. Su tiempo no iba igual que el resto. Así que tener una conversación lineal con el histriónico Malakias suele ser una problema. Piensa en cuatro dimensiones casi siempre, como si pilotara, y se mueve hacia adelante y hacia detrás buscando cosas interesantes.

A veces avanza hacia delante brevemente pero las nieblas de la diformidad no puede darle un significado claro, sólo el emperador al llegar al presente lo ilumina y lo hace cristalino. Un pena que no lo pudiera hacer un poco antes. Saber las cosas cuando pasan no tiene ningún mérito.

-Estoy de acuerdo, medicamentos, estos se mueren, y la estación nos vigila- responde, quien sabe a quien y a que pregunta formulada en la última media hora- ¿que hace esto aquí?

Los diversos planes parecían destinados a contener a una horda innumerable; y ese concepto, innumerable, era algo que espantaba a Baltar. Poseer la nave era vital para sobrevivir en aquel planeta, ¡pero ojalá el Emperador hubiera elegido a otro para esa tarea!

¿Qué quieres decir con la estación? -la mirada del doctor se posó en el loco- ¿El espíritu máquina de la nave está vivo?

Liam miró al piloto, Malakias, con el ceño fruncido. Dio un par de pasos sin perderlo de vista - ¿cómo? - preguntó sumándose a la pregunta lanzada por el doctor -¿qué dices? ¿qué estación? ¿de que puñetas hablas? - le preguntó con un nerviosismo nada disimulado.

-Entonces hay verdaderamente un nexo entre esas campanadas y aquella cosa-dijo el explorador, aunque pronto se vio interrumpido por el revuelo ante las enigmáticas palabras de Malakias. Miró al piloto, a la espera de saber a qué se refería con aquello de que la estación les vigilaba.

-Jaremias, ¿ese ser aparece en un punto en concreto o donde quieren que aparezca? Podríamos intentar hacer una incursión rápida, buscar medicamentos y volver, solo unos pocos, así si no lo conseguimos, pues no perderemos todo. Si me dices que no daría tiempo ni de coña, habrá que pasar la noche aquí y montar vigilancia.

Malakias levanta el pequeño objeto que tiene en las manos, una especia de maqueta de un pequeño satélite.

-Esta estación nos observa...- la vuelve a bajar y jugar con ella en las manos- pero que mas da, es sólo un cuento de niños- se gira, mirando al resto con el ojo sano, brillando extrañamente- ¿verdad?

También puede ser que sea un efecto de las luces del entorno...

Las palabras de Malakias hacen que trague saliva y mire a mi alrededor. 

- No me gusta esta nave - digo escuetamente. - Tenemos que encontrar los medicamentos y marcharnos. Esta nave sólo nos traerá desgracias. - digo y miro a mi sargento. 

Le dedicó una larga mirada a Malakias y luego terminó por bufar contrariado - tarado... - masculló de malhumor escuchando la pregunta de Stigga. Jeremías negó con la cabeza - he visto a demasiados morir por culpa de ese ser... si quieres arriesgarte, adelante, pero conmigo no cuentes - lo cierto es que el Montaraz no sabía la forma de aparición ni de su velocidad, solo sabe lo que puede hacer y eso es suficiente como para que le tiemblen las piernas y prefiera quedarse sentado.

 - Esta nave es lo mejor que tenemos, sinos vamos de aquí, dejamos que ellos se armen en condiciones y nos partan la boca a todos - volvió a negar con la cabeza - ¿es que nadie aquí ve esa importancia vital? - preguntó empezando a sentirse frustrado 

A mí, por el contrario, me gusta esta nave. Hay más Imperio aquí dentro que allí fuera.

Después apoyó los argumentos de Jeremías. El nativo había aprendido a sobrevivir por las malas y, como dijo un gran maestro: "Él ha aprendido. él nos puede enseñar".

Armand llevaba tiempo sentado en el suelo con la espalda apoyada, se encontraba bastante cansado aunque no sabía si la razón eran las heridas o si se debía únicamente al esfuerzo físico del día. Sin atender a las palabras de los demás miembros del grupo, cerró los ojos y comenzó a dormitar.

Stigga escuchó lo que decía Jeremías y alzó las manos de forma defensiva- Era una idea, pero me parece bien esperar. Creo que un día podemos esperar, y mañana a primera hora salir a buscar esas putas medicinas, ¿os vale?

Zora niega con la cabeza, parecía que a ella nadie la escuchara, quizás el Sargento estirado tuviera razón y fuera una sopa de Miso a la que nadie hace caso.
Pero ya valía de eso, así que por tercera vez dijo:- Jeremias, yo siempre he dicho que la nave es lo mas importante, mas incluso ahora que el planeta en el que estamos es tan atrasado tecnológicamente respecto a esta nave. quien posea esta nave y sus secretos ganara la guerra, o al menos la nivelara de primeras.
Luego viendo como el sargento cierra los ojos y se pone a dormitar exclamo:- La madre que lo pario, pues si que es un buen mando, pasando de toda la organización nocturna, anda y que le den! y de la misma sigo diciendo:- Bueno, yo haré la primera ronda, dormir tranquilos.
Dicho esto se sube a las cajas de un rincón del almacén y poniéndose en lo alto se echa al suelo con su rifle largo cargado y preparado para disparar a lo primero que se acerque.
Una vez colocada termina diciendo:- Esto... quien hara la segunda?

-Yo mismo haré la segunda guardia, no te preocupes-dijo el explorador. Aún le estaba dando vueltas a aquellas campanadas. Puede que se estuviera adelantando mucho a los acontecimientos pero, quizás, si lograban destruirlas, aquella cosa dejaría de aparecer.