Partida Rol por web

Haine se descolgó el arco de la espalda y trató de encaramarse a un árbol cercano para tener mejor línea de tiro, pero su cuerpo seguía sin ser muy ágil y al tercer resbalón tuvo que dejarlo,miró en derredor hasta dar con un montículo algo más elevado que el terreno circundante y allí que se fue.

Colocó la rodilla derecha sobre la húmeda tierra y descolgó una flecha de su carcaj y lentamente la colocó contra la madera posterior del arco. A todo esto, permanecía ajeno a las posibles estrategias que pudieran estar dirimiéndose alrededor suyo, sobre todo por parte de Gonzalo.

- Nadie pasará -murmuraba más para sí que para el resto, haciendo referencia a que asaetearía a aquel que intentase alejarse de la entrada de la cueva.

Hastiado de merodear en busca de nuestros contrincantes no puedo menos que sentir cierta excitación ante la pronta batalla, al fin y a la postre nos estamos jugando nuestros corazones cristianos, o al menos alguno sigue siendo cristiano.

Al descubrir a nuestros enemigos torno mi andar en cautela y me muevo agachado y en silencio, permanezco atento a las ideas de nuestro "jefe" Iktán. Aun cuando desde que le salváramos del reptil no me parece muy digno de confianza como líder del grupo. A buen seguro estaremos mejor dirigidos por Gonzalo Guerrero.

- ¿Cómo les encerramos en la cueva?... Le susurro a Iktán

Joao notó los nervios en sus manos y asió su lanza con fuerza, la acción que se aproximaba le hacía palpitar el pecho y estaba preparado. - Fuego !! - dijo Joao mirando a Guerrero - creemos un muro de fuego en la entrada de la cueva y se verán obligados a salir desorientados a través del humo o morirán dentro de la cueva.

Haced una tirada voluntaria de Conocimiento de área o Conocimiento mineral (CUL).

En base a lo que saquéis, te respondo, Joao.

Orazio era un tipo de acción, y la verdad es que aquellas "guerras floridas" le estaban resultando hasta el momento un poco aburridas. Tanta espera le estaba matando pero por suerte al parecer la situación tenia los visos de cambiar con premura.

El descubrimiento de enemigos, resguardados en aquella cueva, era el primer encuentro que habían tenido desde que su viaje había comenzado hacía ya varias jornadas y aquello despertó sus sentidos. Aferrando su arma se apostó apostó observando desde la distancia a sus adversarios.

Joao tuvo lo que a primera vista parecía una buena idea, pero cuanto su mirada escrutó la zona, no vio nada lo suficientemente seco como para hacer una fogata, así que no creía que la idea del fuego fuese factible. 

- No creo que podamos entretenernos en buscar materiales para hacer fuegos.- Respondió de repente rompiendo su cuasi permanente silencio.- Deben de tener guardias escondidos en algún sitio y en cuanto nos aproximemos para encender nada darán la voz de alarma.-

Volviéndose hacía Iktán, esperó a ver que opinaba el líder del grupo.

No veo muy claro lo de quemar vegetación sin que se den cuenta.

No, Orazio... -a Iktán aún le costaba pronunciar ese nombre "tan raro" para él-. He contado cinco, cuando os he avisado a mirar ésto... y cinco han entrado. No queda nadie. Tardaríamos mucho en hacer fuego, Joao, y la dificultad de que prenda es bastante grande... sólo si Itzán Ná quisiera prenderíamos un fuego en el acto, con uno de sus rayos, pero aún está ocupado poniendo su ojo en nuestras cosechas y nuestras mujeres... debemos actuar limpiamente.

En realidad sería algo así como "jugar limpio". Las guerras floridas podría ser un teatralización sí, pero, ¿y si algún enemigo pereciera con el humo? ¿Se enfadarían los dioses? No era conveniente arriesgarse.

Yo creo que debemos adentrarnos allí, adentrarno y prenderles* con sorpresa. Ni los Cocomes ni nosotros conocen esta zona, ni tampoco esa cueva: eso da ventaja y desventaja a ambos bandos. ¿Qué opinas, Gonzalo?

Gonzalo Guerrero se había ido conviertiendo poco a poco en su hombre de confianza.

No hay que pensarlo mucho... hemos de actuar -afirmó Gonzalo-. Se acaban de meter en el agujero de la serpiente, en la última balda donde anidan las crias de ratas. Seremos esa serpiente, ¡seremos el caimán que casi acaba con nosotros hace soles!

Guerrero era un hombre de acción, decidido.

Tantearemos la ruta, podemos ir en grupos de a dos, si es que fuera muy profunda. O todos juntos, ya lo iremos viendo. Es un buen plan por tu parte, pues éste es un buen sitio, Haine..., pero será mejor que vengas, Haine... no es muy seguro quedarse sólo aquí fuera, y no es bueno combatir con uno menos. La selva es lo que tiene.

Se quedó esperando a ver qué decía Haine, y el resto, claro.

- No perdamos más el tiempo entonces - dijo Joao mientras asía con fuerza su lanza - démosles un buen espectáculo a los dioses, que rían a carcajadas. 

Presto empuño mi lanza y hago un gesto de asentimiento voluntarioso hacia Iktán. Él lo entenderá como una muestra de mi disposición a participar a la lucha pero sólo yo sé que es una forma de reafirmarme en mi lucha diaria por llegar vivo hasta el fin de  esta humillante esclavitud.

Da un pisitón en la tierra a modo de protesta pero sabe que no tiene elección, además de que Gonzalo es un avezado estratega y combatiente y él no tiene ni la más mínima idea de táctica.

- Pero si vamos vayamos ya no se nos vaya a escapar alguno de la cueva mientras hablamos. ¿ Y cómo haremos sorpresa si los sonidos se amplifican en el interior de las cuevas?, como bien sabéis todos.

PNJOTIZADO.

Estoy dispuesto... -afirmó Orazio-. Podemos escondernos en la entrada de la cueva, por ejemplo, en algún abrigo de la roca, y esperar a que salgan... así no tendremos que rastrear su pista, que seguramente ahí dentro será difícil. Es una opción...

Carraspeó un poco y sopesó su arma.

Deberíamos ir ya, ¿verdad Iktán?

Bajásteis aprisa de aquel altillo estratégico, todos en tropel. Cuando ya se acababa la selva y comenzaba una pequeña vereda que acudía hasta la boca de la cueva, vuestros pasos se afinaron. Allí, delante de vosotros, la inmesidad de una cueva, con todo lo que eso representaba*.

Adentrémonos... Adelante -dijo Iktán haciendo de líder e internándose en vanguardia al interior-. Una vez en el interior no había nada, todo era oscuro. Sin duda alguna que los que allí dentro se hubieran internado estaban ya muy en el interior, pues era todo negrura. Acto seguido, Iktán sacó una especie de piedra grisácea rugosa, un cuchillo y unas hojas como de planta del tabaco, o algo parecido. Juntó todo en el suelo y extrajo una especie de bolsita muy pequeña de debajo de su falda. Era hule** líquido, fresco al parecer, y de alguna u otra forma en segundos prendió el pequeño montonzuelo que formó con las hojas.

Tras ello, cogió un par de palos de la entrada de la cueva, los calentó unos segundos en el fuego para que perdiesen humedad, y los impregnó de esa savia en una punta. Ahora ardían a la perfección...

No podemos esperar, Orazio. Les arrinconaremos... -y entregó una de las antorchas a Guerrero-. No os separéis... ¿de acuerdo? Yo iré adelante, pero, ¿quién cerrará la marcha?

- Será un honor cerrar la marcha Iktán. Pero... ¿Y si la cueva tuviera alguna salida a la selva por otro lado? a menudo las cuevas que bajan al interior de la tierra luego tienen otra entrada por la cara contraria- Haine se refería más bien a las cuevas peninsulares, las cuales había a montones y de muy diversos tipos, aunque que él supiera, en muchísimas ocasiones varias cuevas estaban "conectadas".

No albergaba tampoco muchas esperanzas de que alguien fuese a hacerle caso, de cualquier forma apostilló -  poca cosa puedo hacer con el arco con tanta oscuridad.

Iktán asintió ante la propuesta de Haine, y enseguida os pusísteis en marcha, en la medida que el fuego podía alumbrar la cueva donde os encontrábais. Comenzásteis a avanzar y notábais humedad allí dentro y constantes sonidos como de goteo. Atravesando anchos y angostos pasadizos, a veces de un tipo y a veces de otro, enseguida vísteis algunas zonas donde había estalactitas y había formados pequeños lagos y charquitos, los cuáles, en vuestra época de vivencia con los Tutul Xiúes, eran muy preciados por los tlamacazques mayas que hacían diversos rituales con ella, como por ejemplo acerca de la fertilidad.

A su vez, veíais algunas conexiones dentro de la cueva; parecía como si la ruta tan lineal que llevábais no fuera solo tal, y hubiera algún que otro pasadizo estrecho (veíais algún agujero que emergía de una pared y continuaba, cuyo interior era igual de oscuro). Cuando llevábais una media hora andando sin ver la luz del sol (y no es que andárais mucho, sino que lo hacíais muy despacio por si la cueva ofrecía algún peligro o si encontrábais a los enemigos), una tremenda imágen os impacto:

En medio del camino, en pleno suelo rocoso, había un brazo arrancado de cuajo, salido de un cuerpo, y no había nadaa más. Lo había desmembrado a la altura del hombro y éste tenía severos golpes, como de violencia. Iktán se mordió los labios, algo asustado.

Tirada de Rastrear (PER).

- ¿Qué diantres es eso?¿no se supone que hay que atrapar a los enemigos para luego sacrificarlos?... susurro en medio del silencio general.

Al momento me doy cuenta de la cara de preocupación de Iktán y comprendo que el tampoco entiende nada

- Maldito indio inepto, nos va a llevar a la muerte... pienso para mis adentros.

Intento buscar la causa olisqueando, escuchando y mirando a mi alrededor, mas desde que me fue arrancado el ojo mis sentidos no son los que fueron.

¿ Que clase de criatura había causado aquello ? - pensó Joao mientras no podía evitar acordase de las historias de los sacerdotes sobre gigantescos jaguares del color de la noche, y de fieros tigres dorados como el sol - Shhh, no hagáis ruido. - susurró Joao mientras se agachaba e intentaba identificar el tipo de arma o garras que había causado las heridas en el miembro amputado.

Sin poder quitar la mirada del miembro susurró a quién pudiera oirle

- ¿Es esto normal? ¿Qué clase de criatura puede arrancar un brazo así? Esta no es tierra de osos y los jaguares o pumas no viven en el interior de las cuevas...

No estaba seguro, pero que él supiera, ninguna de las criaturas que sabían que habitaban esta zona, podía haber hecho algo así.