Partida Rol por web

Las portezuelas tienen una manivela recta, a efectos visuales, una barra horizontal que sobresale de la puerta. Obviamente, no eres capaz de orientar donde está el norte, pues no tienes referencias (que me hayas dicho xD), así que te orientas por los números de las puertas*, te despertaste de frente a la puerta que tiene un 31 grabado.

-Creo que deberiamos intentar salir de aquí. Sea quien sea el que nos ha metido, nos ha raptado sin ningún miramiento, así que sus intenciones no deben ser amistosas. Deberíamos pasar a la siguiente celda. Si vamos siempre en línea recta, llegaremos a algún sitio. Yo creo que lo mejor es hacia arriba. ¿No te parece?-me empiezo a encaramar por uno de los laterales para llegar a la trampilla de arriba

-¿De que va este tio? Sabe mas de lo que dice, eso esta claro...
-¿Por arriba? de que hablas, ¿Podemos salir de aqui sin mas?-Digo dando la espalda a la puerta a la cual me habia acercado, observo algo sorprendido la facilidad que tiene mi compañero para escalar hasta arriba.

Pero si yo no he visto ninguna manivela...-Digo volviendo a mirar la pequeña compuerta, en la que ahora si parece a ver algo para girar o al menos agarrarse a el.-Ostias, es verdad, debo de seguir conmocionado. ¿Tu no te has despertado en esa habitacion verdad?-Le pregunto aun dandole la espalda e intentando girar de alguna manera aquella barra para que pueda abrirse, tal y como dice Jay.

-Vamos a ver. Me he despertado un rato antes que tú y he estado echando un vistazo, pero no he salido de esta celda. Me he asomado al lado, a ver que había, y hay otra exactamente igual: lo único que cambia es el color. Y supongo que ahí arriba habrá lo mismo- comento algo fastidiado, mientras bajo al suelo

-Ahora, razona conmigo. Uno.Si queremos salir de aquí, y yo por supuesto que quiero, supongo que debemos ir hacia la salida, porque si nosotros hemos entrado, por algún sitio habrán salido los que nos han traido. Dos. No pedí venir a este balneario, que yo recuerde, así que (sigo suponiendo)que las intenciones de nuestros anfitriones no son amistosas. Tres. Nos han desnudado y nos han puesto esta especie de ropa de campo de concentración-digo buscándome en los bolsillos-sin comida, agua, teléfono móvil ni hojas de reclamaciones. Así, que (sigo suponiendo)que deberiamos salir cuanto antes de aquí.

-Y la mejor forma que se me ocurre es hacia arriba, así que ven si quieres. Cuando llegue a algún sitio, pido que te manden unas pizzas aquí, a... la dimensión desconocida, sin número.

Y vuelvo a encararme para intentar llegar a la trampilla de arriba

Bentham trepa con agilidad, pero al segundo sus adormilados músculos le traicionan y resbala, cayendo de espaldas al suelo. Prácticamente a la vez la manivela de la puerta de arriba gira 360 grados sin que ninguno de vosotros la toquéis. La puerta se retira unos milímetros hacia fuera de la pared con ruido de descompresión y se mueve hacia un lateral para dejar libre un hueco de un metro por un metro del que cae una mujer rubia inconsciente. Antes de que la compuerta se cierre, también sola, podéis ver (más o menos) algo que parece una bola de demolición cruzando el vacío de la habitación.

La mujer rubia cae al suelo golpeando con aún más fuerza que Bentham, y se golpea la cabeza con el hombro de ése. Permanece inconsciente.

-Joder,¿qué era eso?- maldigo mientras veo cómo la compuerta se cierra. Me acerco a la señora rubia y comienzo a darle palmaditas en la cara.¿Me oye?-        

Te despiertas. Impresionada, abres los ojos como platos. Estás en una sala cúbica, compuesta por paneles cuadrados traslúcidos que emiten una molesta luz roja. En el centro de cada una de las paredes, incluyendo suelo y techo, hay una especie de compuerta con una manivela en el centro y un número grabado (los del título de la escena). Te miras. Llevas un mono gris y unas botas negras, con tu nombre bordado en lo que debería ser el bolsillo del pecho. Entonces te das cuenta de que no estás sola. Un hombre de unos 40 años, con el pelo cortado al estilo militar está de pie, frente a tí, y te mira sorprendido. Inclinado sobre tí hay otro hombre, más joven y bastante atractivo. Parecía estar intentado despertarte. Llevan exactamente la misma ropa que tú, a excepción del nombre bordado.

- Qué....qué....- balbucéa Belle mientras espabila.

Rojo... ¿dónde estoy? - se da cuenta de que le acompañan dos personas más. Impresionada y confundida, en un rápido movimiento para protegerse anda hacia atrás sobre sus manos hasta topar de espaldas contra uno de los paneles.

- Qué...qué...qué queréis!!! ¿Donde estoy? - grita asustada.

-Tranquila,no pasa nada. No vamos a hacerte daño.Cálmate,¿de acuerdo?- digo intentando tranquilizarla

-¿Qué ha pasado ahi arriba?

Mientras intento abrir la puerta, parece que ni siquiera se girar una maldita barra, algo cae del techo haciendo un ruido bastante estridente. Alarmado miro atras para descubrir que el amigo Jay se ha vuelto a caer pero esta vez con un regalito en forma de mujer rubia.
-¿Que coño, hay mas gente por aqui? Y que cojones es eso de alli.-Señalo aquel objeto oscilante antes de que la puerta se cerrara.

Sorprendido miro ambos que parecen entablar una conversacion momento que aprovecho para volver a la compuerta que me tenia ocupado, y tras intentarlo un par de veces con las manos, empiezo a darle patadas a la maldita entrada.
-Abrete de un puta vez, ¡Maldita sea! Porque ostias esta, no, se abre!!

La puerta se abre (antes de que te pongas a darle patadas xD) en cuanto la compuerta del techo se ha cerrado. A través de esa puerta se puede ver otra habitación, igual que las anteriores, pero con las paredes verdes.

Con las manos aferradas a la pared y el pie en alto, miro a traves de la puerta que al fin se ha abierto.
-¿Que? Esa habitacion es verde... Pero es igual... ¡Eh! Amigos, esta puerta da a una habitacion verde.-Digo al resto girandome para verlos.
-¡Rubia! Dime, ¿De que color era tu celda?

-¡Joder, Krauser, cálmate!. Poniéndote histérico no vas a solucionar nada-le agarro por la ropa y le vuelvo hacia mi.-Escucha, esta mujer ha estado en otra celda, y había algo. Vamos a calmarla y que nos cuente lo que ha visto. No sabemos nada de este sitio, pero ella ha visto algo y todo lo que podamos saber será de ayuda.

Me acerco a la mujer con pasos lentos y gesto amistoso-Señora, tranquila, no vamos a hacerle daño, de verdad.¿Podría contarnos que le ha pasado ahí arriba y que era eso que había dentro, por favor?-Estrecho su mano con suavidad, intentando infundirle confianza