Partida Rol por web

Tiene razon, señora. Disculpe las molestias- Respondio Zahra rapidamente con una breve reverencia, captando el tono de la embajadora. La mujer haqqislamita le echo un vistazo rapido al paquete intrigada, y lo guardo en un bolsillo interior de su gabardina, mirando a Vera.- Se lo daremos a Yorgos cuando volvamos a verlo, y que el se encargue.

Lo de guardarse el paquete no le pareció buena idea a Vera, y así se lo transmitió a su compañera:

-Creo que es un poco arriesgado. ¿Y si contiene algún tipo de localizador? Estaríamos diciéndole al terrorista todo el tiempo donde nos encontramos.

Señaló a uno de los agentes Tohaa con el pulgar de la mano.

-¿Y si hacemos que uno de ellos lo lleve al Coronel? Cuanto menos ellos podrían analizarlo más rápidamente y evitaríamos revelar nuestra posición si fuese algún tipo de señuelo.

- Dos...- añadió Won con persimonia.- Melisa, ¿has contado las obvias salidas de ventilación como posibles entradas o salidas de esta habitación, verdad?- le preguntó, interrumpiendo su actuación.- Porque recuerdo haberlo preguntado- añade.- El robot no servirá para acabar con el intruso, si esta en los conductos, debería subir yo, que no voy embutido en toneladas de metal- remarcó.- Reverenda, ¿podría usar los sensores láser de detección de impurezas de los sistemas de ventilación para localizar al intruso ya que Melissa parece ocupada?- comenta mientras utiliza una caja para acercarla al panel de ventilación.

- Ya me parecía silencioso ya...- se queja Won, ante la incompetencia de todo el mundo.- Mejor actuemos sin la IA. Reverenda, ¿Puede darme una ruta para llegar donde la embajadora?- preguntó, mientras usaba un complejo destornillador multiproposito de su cinturón para desmontar el panel de ventilación.

Si esto lo ha dejado un terrorista, debe ser un tipo tan idiota como afortunado.- Dice Zahra riendo.- Eso, o alguien tan astuto que ya estamos condenados antes ni si quiera de saberlo... No, es demasiado rebuscado.- La joven comprendia los temores de su compañera, pero su entrenamiento Hassasin le decia que era muy poco probable que aquel paquete fuera algo contra la embajadora Tohaa.

Encogiendose de hombros, Zahra saco el paquete del bolsillo y pidio por su comlog a Melissa.- Disculpa, Melissa, hemos localizado un paquete extraño. Podrias enviar a alguien para que lo recoja y se lo entrega a Yorgos y su gente? No podemos separarnos de la embajadora ahora mismo.

Melissa asintió y no tardó en encontrar a alguien que fuera a recoger el paquete...de hecho, al contrario que Zahra, vinieron un par de personas que trataron el objeto con todo cuidado, llevándoselo en una caja blindada.

Estaba claro que con las nuevas amenazas a la seguridad, Yorgos no iba a dejar ni un cabo suelto.

Mientras tanto la agenda de la embajadora continuaba, atareada. Deteniéndose sólo para que todos comieran algo.

Poco a poco se acercaba la hora del evento y no parecía que fuera a ocurrir ningún percance...

Melissa pareció un poco apurada ante la situación. -Yo, lo...lo siento.- Comentó mientras su representación digital bajaba la cabeza.-Si quieres te indico como llegar a la embajadora...-Añadió, intentando ayudar.

La Reverenda por su parte parecía ocupada en el artefacto electrónico, de origen claramente alienígena, que tenía frente a sí. Desde hacía unos instantes lo miraba fijamente con la mano extendida...parecía murmurar cosas para sí en una especie de trance.

Entonces volvió a la realidad con una expresión extraña, algo más expresiva de lo que parecía ser capaz de producir. Estaba sorprendida. -Por Santa María del cuchillo...

A medida que el dia iba pasando, y se acercaba el discurso, Zahra no pudo evitar sentirse inquieta. No se habia producido ningun incidente destacable en toda la jornada, lo cual no hacia mas que reforzar su temor de que los infiltrados enemigos eligirian ese momento para golpear. Se negaba a creer que hubieran desistido por las medidas de seguridad, era una ocasion demasiado buena para dejarla pasar. Los Hassasin desde luego no lo harian...

Ugh, odio la inquietud de la espera y la incertidumbre.- Murmuro la agente a su compañera mientras seguian a la embajadora y su sequito.- Se que el asesino va a intentar algo, lo presiento, pero no saber ni como ni cuando ni donde... Me pone de los nervios! Cuando termine este dichoso trabajo me pienso dar unas buenas vacaciones, en un buen spa. Y tu?

El Padre-Caballero chasqueó los labios, molesto por el exabrupto del subdito del Estado-Imperio. Todos sus instintos se revolvian ante la perspectiva de tener a un individuo de su calaña, fuera cual fuera esta, correteando por los conductos de ventilación de la Estación armado con un lanzallamas.

"Pero se nos acaban las opciones..."

- Melissa, descarga los holodiagramas de las rutas más probables para llegar al punto de reunión en nuestros ComLog...- Giró la cabeza para mirar al pequeño bot asistente antes de añadir.- Y en el Bot de mantenimiento de la Reverenda Bartosiewecz, si eres tan amable.

Alonzo se volvió hacia el señor Li.

- Muy bien. Tenga cuidado y pida ayuda si lo considera oportuno.- Palabra de circunstancia poco sentidas.- Y tenga cuidado con ese trasto. Las llamas en el espacio tienden a comportarse aún más erraticamente de lo normal. El fuego tiene vida propia... Y una vena malvada.

La exclamación de la hermana Bartosiewicz fue acompañada por un rápido giro del Padre-Caballero, que desenfundó su pistola aturdidora y encañonó la zona de trabajo, manteniendola dentro de la hipotetica area de fuego.

- ¿Reverenda? ¿Todo en orden?

Won pareció ignorar al padre caballero mientras trasteaba con la rejilla de ventilación murmurando viejas palabrotas en chino. Que tuviera cuidado... ¿Acaso creía que era idiota? Tenía no una sino dos pistolas de asalto, con lo que era prácticamente imposible fallar en un espacio cerrado. El problema era que también era un blanco perfecto para el alienigena. ¿Existiría la posiblidad de sellar los conductos de aire e inundarlos de gas venenoso? Con su suerte, seguro que la maldita estación no tenía conductos auxiliares. Al fin y al cabo, habían construido conductos por los que cabía una persona ¿Que clase de ingeniero tarado hace eso?

Desmontó la placa y apartó el panel, abriendo la literna y ajustandola a su pistola. No le serviría para ver el alien, pero le reconfortaba saber donde puñetas iba.

- Melisa, mantenos al tanto- repitió.- Si se abre algun conducto de ventilación en esta maldita estación, quiero saberlo.

Vere y Zahra no lo vieron venir, tampoco era fácil preveerlo. Normalmente por los pasillos y zonas comunes de la estación, la gente se apartaba del camino de la embajadora y sus guardaespaldas. Los soldados Tohaa desde luego emanaban una amenaza constante.

Pero en un momento dado una chica yu jing desvió su camino a pocos pasos de Seegur. Llevaba algo en las manos y cuando estaba a unos pocos pasos se lanzó a por la embajadora. Pero los Makaul estuvieron rápidos, el más cercano embistió a la chica antes de que llegara a la embajadora, haciendo que chocara contra una pared con un fuerte golpe y soltará un grito corto al quedarse sin aire. Al instante otro de los soldados se colocó encima de la agresora y la encañonó con su arma.

La embajadora soltó un grito en su lengua. Por el tono era claramente una orden para sus guardaespaldas. Si no hubiera dicho nada, sus tropas no hubieran tenido remilgos en disparar.

Lo que la chica llevaba en las manos era un simple cuchillo de cocina.

-Malditos alienígenas.- Dijo la chica, inmovilizada como estaba en el suelo.-¡Eran mis padres y los matásteis!

Mierda!- Murmuro Zahra cuando se produce el percance. Como no la habia visto venir!? la chica no habia sido precisamente discreta, pero la habia pasado completamente por alto hasta que habia sido demasiado tarde. Menos mal que los soldados tohaa habian estado atentos, pero desde luego la seguridad humana habia quedado en evidencia.

Inmediatamente La joven haqqislamita se acerco hasta la atacante y le arrebato el cuchillo que llevaba en las manos, dejandolo lejos de su alcance, el taser listo en la otra mano por si habia que calmarla por las malas...- Bendito sea el profeta, niña, que crees que estabas haciendo!? - Alzando la muñeca del comlog, Zahra añadio.- Melissa, necesito un par de agentes que se lleven arrestada a una joven. Acaba de intentar apuñalar a la embajadora Segur.

Vera estaba cansada de tantos juegos. Llevaban varias horas y la presa seguía sin aparecer. Ahora mismo le encantaría estar partiendo brazos y piernas o pilotar a toda velocidad una nave, pero no podía eximirse del deber. Aquel ataque hizo que el pulso de la joven se acelerase y su pelo se encrespara, pero había actuado demasiado tarde. Golpeó una de las paredes del lugar, abollándola, al descargar momentaneamente su adrenalina. Sus ojos brillaban y sus dientes se habían afilado considerablemente.

-Debemos pillar a ese malnacido lo antes posible. -observó con mirada malévola a la chica detenida, deseando al igual que los soldados alienígenas matarla en el acto. Jugueteó con la idea, pero la desechó en el acto. Llevaba demasiado tiempo dentro de aquella pecera gigante y notaba nuevamente la necesidad de cazar. Cada hora y cada día en aquel sitio pasaban factura a sus nervios, y temía explotar en circunstancias poco apropiadas de prolongarse mucho aquello.

Después la alarma inicial, la reverenda recuperó rápidamente la compostura.

-Todo en el Orden que nuestra Señora quiere para nosotros. Ese aparato de comunicaciones ha recibido hace poco un código 'Roshnii' desde alguna ubicación externa. También tiene varias cuentas de usuario, seguramente haya sido usado por varia de esa escoria alienígena. No han accedido a ningún control vital de la estación, pero si a alguna información de bajo nivel de seguridad, como la agenda pública de todos los dignatarios. Incluye a la embajadora Tohaa. Además ese dispositivo es capaz de enviar información a la superficie del planeta y está conectado a al menos ocho terminales como este en localizaciones cercanas. Eso es todo.- Ya había hablado mucho más de lo que solía hacer, resumiendo toda la información que había conseguido.

Won Li por su parte avanzada con dificultad por los conductos de la estación. Por desgracia (o por suerte) no encontró al alienígena por ningún lado. Lo que encontró fue la ruta de ataque hasta la embajadora. Después de un rato arrastrándose alcanzó la Esfera Arco de Plata. Los propios elementos decorativos del techo daban acceso al sistema de ventilación. Un lugar perfecto para un tirador.

- Oh Señor... ¿Se acabaran alguna vez las buenas noticias?- Replicó, sarcastico, al informe de la Reverenda. El sonido amortiguado del señor Li arrastrandose como la rata que era por los conductos de ventilación de la estación se hizo cada vez más debil mientras se alejaba de nosotros.- Muy bien, hermana Bartosiewicz, tenemos una cita con un ente terrorista alienigena y puede que con sus amigos.- Dijo el Padre-Caballero para, acto seguido, calarse el casco de su exo-armadura.

- Va siendo hora de que conozcan y vivan bajo el temor de Dios.- Con un sonido seco, Alonzo selló el casco.- Y, con suerte, mueran bajo su misericordia. En marcha, reverenda.

Con un gesto de la cabeza, el sacerdote panoceano la animó a unirse a él en la apresurada carrera que emprendió rumbo hacia la Esfera Arco de Plata.

"No hay tiempo que perder."

Won Li, sudando, acercó su muñeca al comunicador.

- Vale, desde aquí tengo un primer plano del escote de la embajadora perfecto para meterle un balazo- explicó.- Esto es un nido de tirador perfecto. Voy a intentar inutilizarlo.

Alonzo, acostumbrado a moverse por los pasillos de las Circulares con todo su equipo, no tenia problemas a la hora de avanzar por los pasillos de la Estación. El trayecto aparecía señalizado con claridad en el visor de su casco, gentileza de Melissa, facilitando el avance del Padre-Caballero.

La jadeante y algo chillona voz del subdito yuchino crepitó en el sistema de comunicaciones, arrancando un rictus del severo semblante del sacerdote panoceano.

- Guarde sus observaciones para el informe, señor Li. Limitese a dejar inoperativo ese nido de francotirador.

La arcada de la esfera donde se iba a celebrar la conferencia se abrió ante sus ojos y Alonzo apretó el paso.

"Donde te escondes, criatura del demonio..."

La embajadora contemplaba la estampa muy seria. No era la primera vez que le recordaban cuanto odiaba a sus hermanos traidores, aquellos Tohaas que habían perdido toda dignidad y se habían unido a las filas del Ejercito Combinado. Les deseaba lo mismo que aquella humana, de hecho seguramente les deseaba algo peor.

Mientras tanto la mujer no entraban en razón, seguía gritando contra la Tohaa aún cuando los agentes se la llevaban.- ¿Cómo podemos fiarnos de ellos? ¡Son alinígenas! Igual que el Ejercito Combinado. Fueron los suyos los que nos atacaron ¡Los que mataron a mi familia! ¡Todo esto no es más que una trampa!

Una vez se la hubieron llevado, la comitiva siguió su camino.- Es hora de preparar el encuentro de esta noche. Puede que sea a un más importante que el anterior.

En efecto ya no faltaba mucho tiempo. Pronto verían si serían capaces de detener el intento de asesinato contra la embajadora.

Won Li no tenía muchas herramientas a su disposición. Aún así se las ingenio para que fuera muy difícil acceder a aquel punto de tiro...o al menos muy difícil sin tomarse la molestia de desactivar ciertos 'regalos' que había dejado. Estaba bastante seguro de que eso impediría llegar a quien fuera a tiempo para atentar contra la embajadora.