Partida Rol por web

Lamentaba abandonar a mis compañeros sin darles alguna explicación de mi comportamiento, mucho más cuando vi a Tsumiko Komachi gritar con los ojos llorosos mientras las puertas del elevador se cerraban en su rostro, pero no tenía tiempo de pensar en ello. Así que aclaré mis pensamientos y me enfoqué en mi objetivo.

En cuanto las puertas se abrieron, corrí de inmediato en dirección al Despacho del Director en la Cuarta Planta. 

Mientras corría repasaba mentalmente las imágenes que las cámaras de Monokuma mostraron durante el juicio. Esa pequeña oficina con el piso empapelado con documentos y la extraña presencia de otro adolescente como nosotros, era lo que yo había estado buscando desde el primer día que desperté dentro de esta Academia. 

Al fin podría tener respuestas a muchas interrogantes o al menos eso era lo que yo esperaba. Tal vez la persona en esa habitación es quien está detrás de todo esto, o por el contrario, puede ser un estudiante de otra Clase el cual sobrevivió durante todo este tiempo. Poco a poco la excitación comenzó a apoderarse de mi cuerpo, al fin obtendría respuestas... La adrenalina alimentaba mi cuerpo para seguir corriendo. 

Cuando logré dar con la habitación que buscaba, abrí la puerta de par en par y grité: -¡HEY TÚ! ¿Quién eres y qué haces aquí?- 

Una pequeña osita bicolor rosa y blanca se giró sobresaltada y dejó lo que estaba haciendo. De su mano cayeron dos lápices de cera rosas con los que estaba dibujando corazones en los papeles e informes que estaban esparcidos por la sala.

¿¡Eh!? ¿Eh?  ¿Yo-o? Soy Monoane. La princesa Monoane.

Le miró desconcertada de arriba a abajo. Su voz sonaba dulce y relajada.

¿Co-como me has encontrado? ¿Eres tú el caballero de la leyenda que viene a rescatar a la damisela de la horrible torre en que se encuentra prisionera? ¿Eres tú el príncipe que me prometió Monopapi? ¿Lo eres? ¿Lo eres? ¿LO ERES?

La última pregunta sonó agresiva. Como si fuese una amenaza. La voz había cambiado subitamente y sonado grave y poderosa.

¡¡Lo eres!! - Saltó de alegría y su voz volvio a ser femenina, aguda y dulce. - ¡Llevo tanto esperándote! ¡Casi veinte segundos! ¡Ha sido horriblemente eterno!

La silla del despacho se giró de forma sorpresiva para todos los presentes, en especial para Monoane quien creía que era la única que se encontraba en aquel lugar; una vez que esta logró girarse por completo, Kazuhiko Yamada pudo reconocer a la nada sorpresiva figura de Monokuma en el regazo de la sí sorpresiva figura de Takumi Akio.

¡Upupupupu!

¡Pero si es el Tsundere que no recuerda que lo es!

¿Que haces en mi despacho?

¡Monopapi! - Dijo Monoane con alegría no fingida y su melodiosa y dulce voz.

¡Ha venido a rescatarme! ¡Es el príncipe que me habías dicho que vendría a por mi y al que le darías mi mano! ¿Verdad que lo eres? ¿Verdad? ¿Verdad? ¿VERDAD? - Una vez más, su voz se había transformado en grave y hostil al pronunciar la última palabra. Como amenazante o como si una verdadera naturaleza interior feroz y desalmada estuviese ocultándose bajo una linda fachada bicolor

En ese momento se fijó en Takumi Akio y preguntó con la misma violencia verbal

¿Y ESTE QUIEN ES? ¿EL CURA?

No pude ocultar mi sorpresa al escuchar la voz de quien respondía mis interrogantes. Algo de decepción junto con un poco de ira era el sentimiento que se podía ver reflejado en mi rostro, aunque debía aceptar que su meloso tono de voz me calmó en cierta forma. 

No era lo que estaba buscando. No vine hasta aquí para esto... -Tssssk- Empuñé mi mano. 

En un principio ignoré las palabras de Mono-iro, necesitaba tranquilizarme antes de hablarle. Sin pensarlo mucho, caminé hacia la figura que había en la habitación y de una fuerte patada tumbé al muñeco del adolescente que había llamado mi atención durante el Juicio.

Ya mucho más sereno sabía que no debía hacer oídos sordos a las palabras de la pequeña Panda, eso ya lo había aprendido desde mi encuentro con ToraKuma. Así que me acerqué a ella sin importarme mucho su repentino cambio en el tono de voz.

Me puse de rodillas frente a ella, para quedar a su altura y con un tono condescendiente le respondí: -Tranquila Mono-iro! Por supuesto que yo soy tu Príncipe, mi nombre es Kazuhiko, escrito con el Kanji de Sereno junto al de Príncipe. No existe otra razón por la que he de estar aquí.- 

En ese momento la estridente risa de MonoKuma rompió la tranquilidad del ambiente. Guardé silencio de inmediato e intenté guardar la compostura, ya que nada me sorprendía a estas alturas si es proveniente del Director. 

No había entendido por completo mi recorrido hasta aquí pero al momento de girar la silla estaba sentado apoyando mi rostro en mi brazo mirando la escena que estaba fuera de mi entendimiento, incluso en la situación coloque mi mano sobre la cabeza de Monokuma realmente era lo mismo que tocar un peluche.

Pero a pesar de haber cumplido uno de mis cometidos simplemente ignore la acción del pelirrojo y mirándolo con una cara inexpresiva,aún con cosas que quería decirle no pude evitar preguntarle de forma seca y un poco irónica -Principe Kazuhiko,¿como terminaste en este lugar? También veo tienes buena compañía de una tierna Barakuma- no sabía realmente como llamar a esa ayudante de Monokuma pero si tenía muchas interrogantes al ver esa escena y su obsesión por ser rescatada -¿Podríamos hablar en privado Príncipe?.

Sin retirar mi mirada de la pequeña Panda frente a mí, respondí a la petición que me realizaba mi compañero. -En Pri-va-do- Repetí gesticulando demasiado cada sílaba. Llevé mi dedo cerca de mi labio y mirando al techo de la habitación, añadí: -¿Acaso existe la privacidad dentro de la Academia?-

No esperaba respuesta a mi interrogante, ya que seguí hablando como si nunca la hubiese formulado: -Con todas estas cámaras, no creo que pueda acceder a su petición, Takumi Akio-kun.- Disfrutaba de sobremanera la peculiar escena que se desarrollaba en estos momentos.

Miré de reojo a Monokuma con severidad, gesto el cual cambió radicalmente cuando nuevamente mi mirada se posó sobre Monoane. Una amplia sonrisa iluminó mi rostro al mismo tiempo en que me dirigía a ella: -Que opina usted, Monoiro-hime, ¿Debiese abandonarla, para salir a hablar en privado con el chico que acaba de aparecer en escena? O ¿sería mejor que hablase frente a todos, total las cámaras no dan lugar a lo que él llama privacidad?.-

Monoane parpadeó desconcertada al no saber interpretar la intervención del extraño cura que Monopapi había escogido para oficiar la ceremonia.

Sin embargo, cuando su Príncipe se dirigió a ella en aquellos términos no pudo sino parpadear con dulzura.

Bueno... eso depende. Si quiere hablar de algo que es importante para ti, mi salvador, entonces es importante para mi.

Dijo con dulzura y delicadeza.

Si lo que vais a tratar es algún aspecto privado entre el novio y el sacerdote previo a la ceremonia del cual yo no me puedo enterar, entonces... ¡NI SE OS OCURRA DECIRLO FUERA DONDE YO NO PUEDA OIRLO!

​Una vez más, su voz se transformó.

Miraba con desprecio a esa panda,solo causaba problemas y no me dejaba hablar con Kazuhiko -Tienes razón príncipe en este lugar no hay privacidad- pensaba en que podría decir sin que a lo que a mí opinión fuera una actuación por parte del pelirrojo se arruinara y quedará a merced de esa panda -En ese caso me gustaría discutir un par de cosas contigo aún no respondes mi primera interrogante ¿Cómo y porqué terminaste aquí?- mientras pensaba cómo decirle de mi conversación con Monokuma más interrogantes se hacían en mi cabeza -Monokuma-san ¿donde están los demás estudiantes?-.

Esperando por una respuesta solté una duda que tenía rondando mi cabeza desde hace varios días -Kazuhiko recuerdas la nota que me diste? ¿Aún tienes la otra?.

¡Ufff!

¿Quien soy yo para negar la Unión de mi pequeñina?

¡Ah! ¡Ya me acorde!

¡SU PUÑETERO PADRE!

¡ALÉJATE DE MI PEQUEÑINA SI NO QUIERES QUE TE CONVIERTA EN BOLSO!

¡Y EN EL BOLSO ESTARÁ EL RESTO DE LO QUE QUEDE DE TI!

El dulce timbre de la osita bicolor volvió cuando esta expresó su sorpresa por la decisión de su papi.

Pe-pero... ¡Monopapi! ¡Me lo prometiste!

Y empezó a realizar pucheros.

-Que, ¿cómo llegué aquí?- suspiré. -Mhm... Yo sólo oí el grito de auxilio de una damisela en peligro y acudí a su rescate.- Guardé silencio por un momento y llevé mi mano cerca de mi boca cubriéndola por completo, una mirada de extrañeza apareció en mi rostro al mismo momento que añadí: -O algo por el estilo, en realidad no lo recuerdo muy bien.-

Mi compañero le preguntó a Monokuma, algo que para mí era bastante obvio, por lo que respondí sin pensarlo: -Los demás deben estar en la entrada de la Academia, intentando tomar las medidas necesarias para que nadie salga de aquí y condene a los demás. O bien, en sus habitaciones maquinando un nuevo asesinato, es bastante sencillo pensar en esas 2 posibilidades.- Al terminar mi frase me doy cuenta que hablé de más, y la imprudencia de mi respuesta podría traerme consecuencias, así que me callé y guardé nuevamente la compostura.

Finalmente Takumi Akio me preguntó directamente sobre una nota de la cual no recordaba, así que debía ser algo intrascendente, por lo que me encogí de hombros y permanecí en silencio observando lo que acontecía. En ese momento la actitud de Monokuma llamó mi atención. 

Así que este es el tipo de relación que tiene Monokuma con los MonoKubs, no me lo esperaba. No pude ocultar una fugaz sonrisa que intenté aplacar de inmediato, no deseaba que el Director viese a través de mis actos. Creo que me divertiré un poco más e intentaré sacar algo de ventaja de esta situación.

Yacía de rodillas frente a Monoane, cuando melodramáticamente retiré mi mirada de la panda mostrando mi descontento por las palabras de Monokuma. Llevé mi puño a mi pecho y con desconsuelo señalé: -Siempre los romances prohibidos terminan en la trágica muerte de uno de ellos, Momo-iro... y yo valoro demasiado mi vida como para pasar por algo como ello. Tampoco podría soportar tu pérdida, así que es mejor escuchar la voluntad de Monokuma.- 

Cabizbajo tomé su garra, y alcé la mirada: -Al menos hasta que el mismo Director lo apruebe, o bien.- cerré mis ojos, lamentando mis siguientes palabras: -No esté aquí para presenciarlo.- Giré mi rostro para ver la reacción de Monokuma, mientras una maquiavélica sonrisa lucía en la parte de mi rostro que Monoane no podía observar.

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que los presentes se giraran hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen podéis ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habíais visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante. Aprovechando que ya habías salido al pasillo, logras ver una pantalla.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-Ahem, ¿Puedo tener vuestra atención, por favor?. Ahora mismo son las 10:00 P.M.  Entramos en el "Tiempo de Noche". La Cafetería está fuera de los límites y la puerta se cerrará momentaneamente. Y con eso os deseo buenas noches, que tengáis dulces sueños...

Esto no llegaba a ninguna parte,la conversación que tenía con Kazuhiko parecía que no estaba avanzando aunque realmente esperaba la respuesta de Monokuma la respuesta del pelirrojo antes quizás me hubiera permitido contradecirlo y reprenderlo pero en este punto no podía aceptarlo -Debes tener razón estarán preguntándose donde estás y la forma de evitar que alguien la crucé- Aún sentado en la silla como si fuera hecha para mí no pude fijarme en esa molesta panda que cada segundo que pasaba sentía que la incomodaba con mi presencia aunque debía admitir que sentía lo mismo.

Pero en este punto debía seguirle el juego para dejar el claro odio mutuo -Tristemente no poseo el título de Juez,me llamo Takumi Akio,Takumi de artesano y Akio de hombre viril,pero es no es lo importante- sabía me iba a arrepentir de lo que estaba apunto de decir al punto de querer morder mi lengua hasta que sangrara.

le pedí a Monopapi traerme para ayudar con mi capacidad como sastre por si su linda hija quiere algún accesorio ¿Verdad,Monopapi?- Aún con mi mano en la cabeza de ese oso empecé a presionar realmente si pudiera despedazar a ese oso hilo a hilo no duraría ni un segundo.

¡A mi no me metas en tus mentiras, Sastrecito!

Lo que me pediste fue: "Llévame junto Kazuhiko, no quiero que el salga, que siga conmigo para SIEMPRE"

O algo así...

Monoane vomitó del estupor.

Por un momento pensó que le habían traído a aquel sacerdote para confeccionar su vestido de novia, pero las palabras de su Monopapi revelaban que aquel sacerdote venía a robarle a su príncipe.

Bleeergh bleergh bleergh. Vie...ne...a...por... ¡¡¡¡¡¡MI PRÍNCIPE!!!!!!

Y se desmayó.