Partida Rol por web

No esperaba encontrar a Kazuhiko-kun mientras salía de su habitación aunque tampoco sabía si tendría la suerte de encontrarlo ya que no tenía ni idea de dónde estuvo el día de hoy después del juicio, aunque se le veía más calmado lo que realmente me sorprendió es que el pudiera hacer bromas de ese tipo al cual no pude evitar soltar un poco la risa -Bueno ya no se puede hacer nada mi plan fracaso te mataré otro día.

Notaba que mi compañero pelirrojo algo apresurado aún más después de su explicación que aunque quería contestar con más calma no quería quitarle tiempo si tenía tanta prisa -Bueno yo creo ya te haces una idea pero,quería hablar contigo,ver cómo estabas e intentar convercerte nuevamente que aceptaras el compartir habitación conmigo teniendo en cuenta la situación- respondi moviendo mi cabeza a los lados y desviando la mirada para no fijarme en su rostro cuando responda.

Mi conjetura era la correcta y una disimulada sonrisa lo hizo notar. Para mi fortuna Takumi no me estaba mirando en ese momento, por lo que no se enteró de la fugaz aparición de ésta en mi rostro. 

Como no tenía otra opción, me encogí de hombros y me quedé conversando en el pasillo frente a la puerta de mi habitación. Allí estaba, parado, apoyado en la madera con la marca del cuchillo de aquella noche, escuchando lo que tenía que decir mi compañero. 

Tras las preguntas de Takumi el tiempo pasó a un segundo plano. De un momento a otro no necesitaba llegar a mi destino con tanta prisa, ya que me llamaba más la atención otra cosa. Mi caprichosa personalidad nuevamente frustraba los planes que tenía en mente, pero a fin de cuentas, esto podría ser divertido.

Con bastante decisión respondí a su pregunta, sin dejar de mirarlo directo a los ojos. Sabía que eso lo incomodaría y quería disfrutar el momento: -Yo me encuentro bastante bien, mientras mantenga mi mente entretenida en otros asuntos, nada me afectará... a menos que la propia muerte venga a golpear mi puerta. Eso sí me perturbaría de gran manera.- Afirmé en tono de broma. Tal vez tomarme a la ligera la muerte, era la manera de sobrellevar esta situación, porque algo estaba claro, mi sentido del humor cada vez afloraba más con el transcurso de los días. 

-Y con respecto al otro asunto, seré enfático: No he cambiado de opinión, prefiero dormir solo.- Sentencié, sin dar pié a réplica alguna. -Pero algo ha cambiado desde la otra vez. Como mencioné anteriormente, si gustas puedes pasar la noche en mi habitación.- Me giré sobre mí mismo y extendí mi brazo en señal de que podía entrar allí cuando quisiese. -Nada te lo impide, desde que Monokuma ha habilitado todas las habitaciones de la Academia, nadie puede prohibirte el ingreso a una de ellas.-

-Si me lo preguntas, creo que es una decisión terrible pasar la noche junto a otra persona. Eso incentiva un asesinato doble. El número mínimo de personas con las que deberías dormir en la misma habitación asciende a 5, incluyéndose uno mismo. Y sabes ¿Por qué?- Ahora era mí turno de hacer las preguntas, algo que disfrutaba bastante. Pero no esperaba una respuesta a cada una de ellas, simplemente el hecho de dejar sembrada una interrogante en la mente de otra persona me bastaba. -¿Acaso sabes lo que teníamos ayer y que hoy el asesino anhela?-

Dejé que la pregunta se desvaneciera en el aire y continué luego de unos segundos. -Ayer planear un asesinato estaba al alcance de tu bolsillo. Podías forzar a tu víctima a estar en un lugar preciso a una hora determinada. Todo según un plan perfectamente elaborado, que fue lo que realizó Nagory Zinc.-

Levanté mi palma izquierda: -Por otro lado, puedes ir directo a la habitación de tu víctima y dejarle un mensaje escrito. Obviamente esta alternativa es para los de la vieja escuela, alguien extravagante que le interesa el estilo, como fue el caso de Neku Sakuraba.-  

-Bueno ahora nada de eso es posible, y si tomas las medidas necesarias podrías evitar ser la próxima victima.- Llevé mi mano cerca de mi boca, estaba algo nervioso. Lo que había señalado era bastante alentador, pero en el fondo sabía que le estaba mintiendo. Le ocultaba algo que desacreditaban mis dichos, pero consideré que no era el momento propicio de mencionarlo. Así que continué: -Hoy has venido a matarme.- Intenté guardar la compostura al decir aquella frase y por primera vez, miré a Takumi de pié a cabeza, mientras mis ojos buscaban algo que no daba crédito. -Obviando el hecho de que no trajiste ningún arma para realizar tu cometido, no dudaste en venir primero a mi habitación. El porcentaje de éxito de tu plan, descontando que estás desarmado, es elevado, considerando que todos piensan que su propia habitación es un lugar seguro para pasar la noche. Es más, tal vez te encuentres con otra persona adicional dentro, eso haría tu labor mucho más sencilla y de un momento a otro, hay 2 nuevas víctimas.- Respiré profundamente, necesitaba una pausa para llenar mis pulmones de aire y, obviamente, aumentar el dramatismo, algo preciso en esta situación. -¿Qué ocurre en caso contrario, si yo no estuviese en mi habitación? ¿Qué harías?... ¿Me buscarías por toda la Academia o matarías a la primer victima que vieras?-

Me incliné hacia delante, acercándome a una distancia prudente y levantando mi dedo índice, susurré: -Todo dependerá del criterio del asesino y sus principios.- Puse mayor atención a su expresión. Disfrutaba ser un idiota y nunca hablar las cosas directas, no lo podía evitar.  

Aunque comportarme de esta manera, dejaba mucho que desear. En el fondo quería que Takumi aprendiera por él mismo el adverso momento en que nos encontrábamos. Así él tendría las herramientas necesarias para tomar una decisión, de la que no se arrepintiera en un futuro.

Sin detenerme seguí preguntando: -Dime, ¿Qué parejas crees que son las más peligrosas: Las con un grado de compatibilidad mutua de 20 o las con una cantidad inferior?.- 

-Acaso ¿Un fuerte sentimiento de confianza te hará dar el paso de cometer un crimen juntos?... Convirtiéndolos a ambos en cómplices del otro, confiando ciegamente en ese lazo de amistad.
¿O es la falta de confianza lo necesario para realizar un asesinato?... Total no tienes nada que perder, la persona a tu lado no te interesa, sólo es un medio para lograr un objetivo.- 
  
-Ahora piensa: ¿Quiénes quedaron más afectadas emocionalmente para que su mente sea resquebrajada por las garras de Monokuma? Serán ellos los que asesten el primer golpe, o es tan evidente que serán ellos, que hay que aprovechar la ocasión para hacerlo uno mismo. Así el resto sospechará de otras personas...- 

-En fin.- Suspiré. 

Metí mi mano al bolsillo, buscando algo que no se encontraba allí. Cuando me percaté de ello, hice caso omiso. No quería alargar más la conversación, y aunque disfrutaba de ella, me sentía un poco culpable al mencionar todo esto de un momento a otro. Miré directo al suelo, me sentía impotente tras mis palabras, además, no quería mirar el rostro de Takumi cuando enunciara lo siguiente: -Todos esos factores que indiqué, ya fueron considerados por el Director. Éste sólo está disfrutando de un juego que ya está decidido.- La pesadumbre de mis palabras era notoria, y el brillo de mis ojos se habían esfumado con la última frase. Detestaba verlo de una forma tan pesimista, pero era la realidad y eso me frustraba de gran manera. 

Me odié al decir lo último en voz alta, tal vez no era necesario, pero las palabras se escabulleron entre mis labios. Así que de inmediato añadí: -Pero, nosotros debemos pensar en contra medidas para lidiar con ello, esa es nuestra labor.- 
 
-Además, si deseas sobrevivir el tiempo necesario para poder encontrar una salida a nuestra situación, debes pensar como alguien que cometerá un asesinato. Por lo que mi consejo es el siguiente: Vela por tú mismo por tu vida, duerme donde estimes conveniente, no leas ninguna nota que no te pertenece y por ningún motivo...- Me detuve para mirarlo fijamente a los ojos: -Hagas alguna tontería de la que te arrepentirás, menos por otras personas.-

Me sentía incómodo podia sentir como Kazuhiko-kun no dejaba de mirarme aunque una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al escuchar que su estado había mejorado bastante al parecer aunque mi sonrisa desaparece mientras la conversación seguía avanzando y salía los comentarios de que la muerte llegaría a nuestras puertas solo pudiendo dar un suspiro ante la broma de mi compañero pelirrojo.

Mientras escuchaba sus afirmaciones y decisiones de hecho sabía que aún preferiría dormir solo pero en mi opinión no perdía nada intentando convencerlo nuevamente pero la conversación tomó otro rumbo ahora no se trataba de quien dormiría con quién y dónde sino de cómo Monokuma destruyó un posible medio de defensa que era estar dentro de las habitaciones,esto era el posible inicio a una discusión de opiniones -Aunque tienes razón en que los asesinatos podrían ser más frecuentes pero también serán más complicados de realizar esto se convirtió en un juego de supervivencia ahora mismo no dudo que haya alguien planeando un asesinato o buscando la manera de defenderse si alguien intenta atacar.

Cita:

Ante ese comentario palidecí en ese momento no sabía si Kazuhiko había tomado mi broma como algo real o solo era un ejemplo bastante incómodo pero no pude voltear a mirarlo directamente tras ese comentario, a pesar de que sus palabras siguen me quede callado mirándolo no sabía si debía decir algo o no mi cabeza era un total desastre en ese momento pero no podía quedarme callado asi que decidi contestar sobre mi opinión sobre como Monokuma arreglo las parejas ignorando todo lo que me pusiera como un asesino -De hecho hay muchos factores a tener en cuenta si preguntas eso una pareja tan incompatible como la de Shimada-san y la de Mori-san es más probable que terminen sin saber que hace el otro o que sean asesinados por su pareja,mientras una con mayor compatibilidad podrían evitar matarse entre sí pero las posibilidades que maten en pareja o para proteger a otro aumentan bastante.

Me sentía algo frustrado Kazuhiko tenía razon ahora la amistad y la confianza estaban por los suelos y la gente solo se mantenía junta forzadamente aunque pareciera que mientras capitulaba como era lo que debíamos hacer para sobrevivir una pequeña sonrisa apareció parecía que me daba consejos para sobrevivir,simplemente no podía seguir callado sobre al situación siendo yo el asesino no pudiendo evitar dejarme llevar para acercarme a Kazuhiko y darle un pequeño abrazo para hablar -Te equivocas para mi matar no servirá de nada,si matara a alguien y soy descubierto tambien moriria no creo que haya un crimen perfecto quizás antes sí una forma de salir victorioso en un juicio y si no hay testigos creo que lo que para Monokuma sería muy aburrido,si por ejemplo de las 12 personas que somos si una amta a las 11 restantes ganaría automáticamente,en el caso de querer dejar a alguien con vida deberá dejar vivir a 2 personas como mínimo para que haya un juicio para convencer a uno de los dos de que el otro es el culpable,pero creo eso seria muy aburrido para Monokuma.

Me quedé callado un momento era una situación horrible en la que me encontraba -Kazuhiko no quiero que nadie más muera pero se que eso es imposible en este punto- mi rostro estaba rojo por la vergüenza y mis ojos parecían cristalizarse mientras hablaba a la vez que mi voz se quebraba -No quiero que mueras- después de decir eso me solté del abrazo y limpie mis ojos para después dejar la pintura a un lado de mis pies mientras me enfocaba en abrir el botiquín sacando un montón de vendas hablando mientras las desenvolvía -La última persona que quiero que muera eres tu,te lo dije me preocupo por ti pero ahora hay que tener mucho más cuidado no sabemos quien puede intentar matarnos- finalmente había retirado todas las vendas dejando ver una jeringa y un bisturí médico -Yo pienso vivir,matar a alguien es un suicidio y estar con alguien es muy peligroso pero estar solo también lo es- afirme envolviendo nuevamente las vendas para meter todo dentro del botiquín.

En el preciso momento en que su tono de voz cambió, alcé la mirada. Noté que sus ojos brillaban de forma inusual. -¿Acaso eso eran lágrimas?- Pensé al mismo tiempo que cerraba mis ojos. -Esto no puede ser...-

Era evidente que en mi arrebato de hablar sin preocuparme por los demás, había causado un efecto negativo en mi compañero. Fue innecesario decir todo lo que dije, fui un idiota que no considera a los demás y que actúa sólo para su beneficio propio. 

Nuevamente volvía a ocurrir, como siempre en mi vida. 

Debí callar y sólo decir lo justo y necesario. No medí mis palabras y al igual que otras veces era muy tarde para remediar mi actuar. 

Como no era ajeno a este tipo de situaciones, en donde mi memoria o mi personalidad me jugaba una mala pasada, el caos en mi interior no se reflejaba en mi pétrea expresión. Huí a mis pensamientos y ni siquiera noté lo que Takumi Akio ocultaba entre las vendas, estaba más ocupado en pensar una solución para esta situación.

Mis labios permanecieron cerrados durante los siguientes minutos y mi inexpresivo rostro era una máscara tan perfecta, que era imposible no pensar que lo estaba forzando. Conocía mi error más no tenía la capacidad de disculparme abiertamente. No era el orgullo lo que me impedía hacerlo sino que no me sentía digno de que Takumi me perdonase.

Con gran parsimonia abrí mi libreta de notas y comencé a escribir. Durante esos momentos parecía que nada podía perturbarme, y de un momento a otro tenía dos planas escritas. Arranqué ambas hojas y me tomé mi tiempo para doblarlas. 

Extendí mi mano ofreciéndole ambas hojas, pero a último minuto me arrepentí y conservé una de esas hojas. Ahora sí, le ofrecí la misiva a mi compañero. -Léela antes de dormir.- Señalé. Tras aquello comencé a caminar por los pasillos, debía aclarar mis pensamientos antes de irme a dormir. 

¿Que fue lo que pasó por mi cabeza?- me había dejado llevar cualquier otra persona me habría empujado tan solo con intentar acercarme no sabia como reaccionar aún más esperaba ver la reacción de Kazuhiko que solo se quedo ahí de pie sin decir nada pero no podía leer su inexistente expresión ¿estaba enojado?,¿confundido? cada segundo que pasaba se volvía mas mas incomodo hasta que lo vi sacar su libreta y escribir de forma que aunque hubiera una explosión no quitaba la mirada de las hojas en las que escribía.

Abrí mis ojos algo sorprendido Kazuhiko me entregó dos notas no sabía qué pensar me aterraba leerlas,leerla ya que mi compañero pelirrojo se arrepintió tomando una de las notas darme una instrucción e irse -porfavor cuidate Kazuhiko- volvi a tomar mis cosas para irme a mi habitación para mi no era el momento para seguirlo ambos necesitamos aclarar nuestras ideas,en especial debía ver que era la nota que me dio aunque también tenía mucha curiosidad de que tendría escrito la que se llevo.

Habitación: Kazuhiko Yamada

Los últimos sucesos acontecidos en la Academia habían sido tan intensos y en un periodo de tiempo muy corto, que estaba exhausto luego de la Ejecución de Edward Shimada. Estaba tan cansado que ni siquiera me di cuenta que caminé en dirección a mi habitación, en otras circunstancias hubiese ido a otro dormitorio a pasar la noche. 

Al abrir la puerta, con ayuda de mi PDA, me doy cuenta que estaba en mi habitación. No era tan tarde para cambiar de parecer, pero el cansancio me obligó a entrar y tenderme sobre la cama. 

No sé si el juicio había sido lo que me agotó mentalmente, o tal vez todas las muertes, pero me sentía terrible. Tanto así, que hasta me cuestioné de que sería mejor ser la próxima víctima, así todo acabaría de una vez por todas...

Había tocado fondo y ni siquiera lo sabía. Desconocía quien era, si realmente era el psicópata que todos pensaban que terminaría asesinando a todos, con MonoKubs incluidos o la inocente persona que demostraba ser. 

Poco a poco me fui quedando dormido, tal vez esperando a que alguien entrase por la puerta dispuesto a tomar mi vida, o simplemente a abrir los ojos para encontrarme nuevamente en esta maldita pesadilla. 

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que se girara hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen podía ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que os torturaba en vuestro encierro, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-Ahem, ¿Puedo tener vuestra atención, por favor?. Ahora mismo son las 10:00 P.M.  Entramos en el "Tiempo de Noche". La Cafetería está fuera de los límites y la puerta se cerrará momentaneamente. Y con eso os deseo buenas noches, que tengáis dulces sueños...

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que te giraras hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen puedes ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habías visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-¡Buenosos días a todos!. Son ahora mismo las 7 A.M. y el "Periodo Nocturno" ha acabado oficialmente. ¡Es el momento de levantarse y saludar al nuevo día con una amplia sonrisa. Upupupu...

Tras eso la pantalla se apaga.

El aviso de Monokuma te sobresalta; levantándote de la cama sudando. ¿Qué diablos?. Si apenas te habías acostado hacía un par de horas; ¿como es que ya sonaba la alarma?. El cansancio acumulado no se había ido del todo, y los músculos aún estaban tensos, la noche de sueño no había sido ni buena, ni larga ni mucho menos, reparadora.

Pese al cansancio que acumulaba mi cuerpo, no deseaba estar en mi Habitación. Es más, no deseaba ni siquiera pasear por la Academia, pero el sudor recorriendo mi cuerpo junto a mis sábanas empapadas en este, no eran una sensación que deseaba seguir sintiendo. 

Un tanto disgustado me levanté, todavía no creía que la noche había pasado. Estas 9 horas de sueño no reparador, pasó en un pestañeo. Me dirigí al baño, deseaba eliminar esta horrible sensación de mi cuerpo. 

Tras una corta ducha, me decidí a salir de mi Habitación. Por más que me negaba a usar la MonoMachine, ya era tiempo de usar la docena de Monocoins que tenía en mi poder.

Habitación: Kazuhiko Yamada

Otro sonido inundó la estancia, unas campanadas hizo que te giraras hacia una de las pantallas de la estancia; en la imagen puedes ver el logo de la academia y tras este a aquel oso que ya habías visto con anterioridad, al parecer quería dar un anuncio importante.

Diiiing - Dooong - Diiiing - Dooong

-¡Buenosos días a todos!. Son ahora mismo las 7 A.M. y el "Periodo Nocturno" ha acabado oficialmente. ¡Es el momento de levantarse y saludar al nuevo día con una amplia sonrisa. Upupupu...

Tras eso la pantalla se apaga.

La ida a la Tienda de la Academia no había hecho nada por mí, seguía ofuscado y sin ningún artefacto de la MonoMachine en mi poder, como me había prometido desde el primer día.

Al llegar a mi habitación me sentía más solitario de lo habitual. Entre menos quedábamos con vida, la Academia parecía cada vez más grande y pese a ser una persona que siempre buscaba estar separado del resto, sumergido en mis propios pensamientos, la compañía que nunca busqué pero que de alguna u otra manera encontraba, era la cuota mínima que necesitaba como ser humano, al fin de cuentas somos seres sociables. Ese puñado de palabras que intercambié con Yoshida Tadayo ni siquiera lo consideré como una interacción con otro ser viviente. 

La soledad en esta situación agravaba más mi frágil estado mental. En un comienzo, la idea de no saber quien era me daba la fuerza necesaria para perseguir una meta a la lejanía: Saber quien era Kazuhiko Yamada, pero tras esto todo cambió. Las pasadas semanas me refugiaba en entretener mi mente con ello, pero ahora esa sensación había muerto paulatinamente con cada cadáver encontrado en la Academia. Sinceramente ya no me interesaba saber quien demonios era y me aterró darme cuenta de esta situación.

Abrí la puerta sin siquiera prender las luces, la oscuridad amenizaba la morada. Caminé en dirección a la cama y me tendí escondiendo mi cabeza bajo la almohada. Deseaba gritar... Tal vez Ainam River pasó por lo mismo antes de tomar su fatídica decisión.

Intenté liberar mi mente de estos funestos pensamientos, pero era una tarea imposible debido a que afloraban en cada rincón de mi cabeza. Ahogado en mi propia miseria intentaba llegar a una solución, si esto sigue así no duraré más que un par de días...

Abrí los ojos, la imagen de un Panda me daba los buenosos días que me dejaban más dudas que otra cosa. Al parecer me había quedado dormido sin notarlo. A mi lado había una Libreta de Notas bastante familiar, no recordaba haberla dejado allí, nunca dejaría algo así tirado en la cama. No me cuestioné mucho ese asunto y leí atentamente lo que estaba escrito en la última página.

Comprendí la situación en la que me encontraba, o al menos eso intentaba pensar, porque la realidad era que no tenía la más mínima idea. Un tanto confundido me dirigí al lavado para refrescarme un poco, al ver mi reflejo en el espejo, un brillo peculiar en mi rostro llamó mi atención. Bajo mi cabello rojizo que cubría mi mirada, un resplandor dorado destacaba en mi semblante. Sólo sonreí y me dirigí al Comedor. Un nuevo día llegaba y con ello una nueva forma de afrontarlo.

Habitación: Kazuhiko Yamada

Cuando Takumi Akio fue a llamar la puerta, notó como esta se abría lentamente, pues al parecer, no estaba cerrada ni con llave ni sin ella, tan solo meramente apartada para simular que, en efecto, esta estaba cerrada; un sentimiento de preocupación inundó el corazón de Takumi al ver esto.

Tratando de echar un vistazo desde el pasillo, no logró ver a nadie, ni signos de pelea o forcejeo en la habitación. Era una habitación normal, con la única peculiaridad de que esta tenía la puerta entreabierta o nunca estuvo cerrada, sea como sea, ahí se encontraba el Ultimate Tailor, frente a la puerta entreabierta.

Mientras caminaba por el pasillo llegando a la habitación del pelirrojo saque de mi botiquín la jeringa para llenarla del líquido de la caja fuerte sería una rápida inyección.

Mientras caminaba al ver la habitación de Kazuhiko abierta corrí rápidamente sacando el arma de mi bolsillo,entrando a la habitación del pelirrojo esperando que se encontrará bien.

Entrar de golpe a la habitación no fue la mejor idea, puesto una vez que atravesó el umbral de la puerta, un golpe de kárate fue a parar al cuello de Takumi Akio, lanzándolo al suelo, y mientras este caía la jeringa se le era arrebatada de su mano. Antes siquiera de poder caer al suelo y ver a su atacante, la puerta de la habitación se cerró de un portazo.

Un adolescente siniestro se encontraba frente a la puerta cerrada, con la jeringa cargada en la mano; el frasco ahora estaba en el suelo, esparciendo el valioso líquido por el suelo de la habitación de Kazuhiko. La siniestra sonrisa del alumno al igual que un ligero silvido cuando respiraba por la nariz hacía la escena aún más tétrica de lo usual.

Hola, Takumi-Kun...

No esperaba volver a verte aquí...

¿Has visto a Kazuhiko-Kun?

No lo he visto en toda la noche...