Partida Rol por web

La gran envergadura del bárbaro proveyó cobertura al guerrero y a la exploradora que había avanzado hacia el en un intento infructuoso de sacarlo del lugar donde iban a caer los cascotes. La piedras cayeron sobre los duros músculos de King. La mayoría revotaba sin problemas aunque algunos con extremos afilados hicieron pequeños cortes en la piel de casi acero del gigante.

Lance no desaprovecho la oportunidad, como si su lanza de un bate se tratara golpeo con gran fuerza a la criatura que yacía cercana y sin moverse. El kobold salio volando para impactar contra su compañero inmovilizado por la flechas que había lanzado Marianne, justo momentos antes de que  pudieran levantarse, una pila de piedras cayó sobre ellos haciendolos explotar en unas nubes de gruesa ceniza que poco tardaron en disiparse.

En la parte trasera los cascotes habían caído sobre la maga, si bien la mayoría habían sido interceptados por la maza de Gerda, muchos otros cayeron sobre la desprotegida espalda de Vivienne dejando moratones en una piel mucho más fina que la del curtido bárbaro.

Cuando finalmente las rocas dejaron de caer se hizo el silencio en el corredor. No quedaban enemigos en la zona y no parecía haber ningún sonido que alertara de alguno más cercano. Un momento de tranquilidad en el calabozo. En el suelo se encontraban los restos de vuestra pelea. Aparte de los cascotes podíais ver las diversas piedras mágicas que habían dejado caer los Kobolds al ser eliminados así como varios objetos, posiblemente botines de las propias criaturas.

Mi martillo apaga su brillo mientras observo que los cascotes no parecen haber impedido a ninguno de mis compañeros. Incluso King, que por un momento parecía que iba a ser enterrado vivo al intentar parar con su cuerpo las rocas, se ve capaz de salir prácticamente impune de aquello. La visión del polvo depositándose lentamente haciendo aparecer uno a uno a los compañeros me dejaba con una sensación híbrida de estupor y admiración. "Aquel era nuestro equipo, como todos unos profesionales"

Tras esos breves instantes de parálisis, pienso que lo que se ve puede no ser todo, alguno puede haber sufrido heridas internas o, como Vivienne, golpes que puedan perjudicar los movimientos al causarles molestias.

¿Puedo probar una cosa contigo? Digo a nuestra maga, que, pareciendo algo desconcertada, me da pié a que me explique un poco más Creo que podría aliviar tus golpes pero no estoy seguro de si funcionará estando tan lejos de Eris... Si funciona, cuando seamos heridos podré ayudar al grupo curándoos y así seguir avanzando...

El combate había terminado de una forma tal que los riesgos se han reducido y King los había protegido de aquel destino que era de alguna manera inevitable. El grandulón se arriesgó por ellos y es algo que al menos Marianne nunca olvidaría en su vida. Esos buenos gestos son los que crean de alguna manera vínculos leales, sostenidos después a través del tiempo. 

Una vez ya de nuevo activa, me acerco a Vivienne que al parecer fue la más afectada de todos y agradeció que el bueno de Gerda quiera ayudar. 

—¿Cómo estás? ¿Quieres que Nieve siempre te acompañe así te cuida?

Quizás con el lobo, no se le acercarían tanto y de alguna manera ella podría usar su magia sin tener que cuidarse tanto la espalda. Era una oferta de corazón. 

Para opinión de Lance su actuación como equipo aun tenía bastantes fallas, no obstante la actitud demostrada y la falta de heridas graves junto con varios enemigos muertos se podía considerar un éxito rotundo.

-Gracias por la cobertura - Comentó sonriendo a King mientras le daba un golpecito en el hombro, era agradable ver que no había sido gravemente herido cubriéndolo. Luego dirigió una mirada hacia los miembros de la retaguardia, claramente la maga se había llevado la peor parte.- Cúrala a ella, yo estoy bien. -Comentó brevemente hacia Gerda “Mejor guardar los hechizos para cuando los necesitemos”.-Recojamos el botín y revisemos estrategias, creo que Viv haría mejor de centro con su alcance para empezar, siempre que no nos entierre vivos claro.

King se quito las rocas y polvo que le quedaba encima, el daño tanto de las criaturas como de las rocas había sido mínimo aunque si que el impacto que había causado tal situación era asunto diferente. Movió levemente su cuello mientras mostraba una mueca indiferente ante la situación, le había parecido más molesto aún que las criaturas desaparecieran y ni sus huesos pudiera utilizar para algún tipo de recuerdo o armadura. -Solo estabas cerca. -Luego miro hacía la Maga y también a Gerda, no podía ubicarse o moverse de buena manera en el terreno de batalla mientras peleaba. -Si se mantienen cerca puedo recibir los golpes, si se mantienen a distancia no puedo ayudarles. -Sabía que aquello era algo peligroso e incluso se daba la contraria a si mismo, el ser de distancia pero a la vez estar más cerca del mismo ataque, pero si les atacaban por ambos flancos era dificil el poder defenderles adecuadamente estando tan alejado. Apunto a Lance con el pulgar dandole la razón. -Pienso lo mismo. Solo no me hechices el trasero. 

—Probar... ¿lo qué? —pregunto desconcertada, pero luego mis ojitos se iluminan por el asombro al ver desaparecer la mordedura horrible que me hicieron en la pierna.
—Anda, ¡y nada de cicatrices! ¡Gerurun, eres genial! —exclamo abrazándolo alegre.

Lo suelto enseguida, que hay que ponerse en marcha y pensar un curso de acción, y...
—Señoritos, lo que están diciendo no es muy diferente a la formación que propuse —respondo sonriente—. Lancy, no quieres que te dé órdenes, pero ¿las acabas acatando de todas formas? Hm... Quizás sí haya un chico bueno escondido allí dentro.

Aunque, sí, debo tener más cuidado, nunca pensé que mi magia se fuera a volver tan potente como para derrumbar escombros sobre nosotros. Debería probar alguna otra cosa luego, para ir conociendo más qué cosas puedo hacer.

—Gracias a la sanación que me dio él estoy de maravillas, Mari, descuida.
Siendo sincera, el lobo ese me sigue dando miedito y preferiría que me cuide el enano, pero más allá de eso pienso que el animal se ha portado bien de bien y nos ayudó a pelear, así que no sé qué decir.
—Creo que es mejor que vaya delante acompañando a los muchachos, ¿no te parece? —digo entonces—. Nosotras iremos detrás, bien pegaditas a ellos, y Gerurun cuidaría la retaguardia.
Pienso otro poquito más y agrego:
—Aunque como Nieve puede desplazarse ágilmente, podría también intercambiarse de posición en cualquier momento según sea necesario, ¿a que sí?

La “magia” de Gerda actuó rápidamente, todo síntoma de mal estar parecía haber desaparecido de Vivienne. Fue entonces momento de respirar tranquilos, aunque fuera solo unos momentos. Según planeabais nuevas estrategias recogíais los objetos dispersados por el campo de batalla.

Pero había algo notable de lo que os fuisteis percatando todos. Cada vez que intentabais apartar alguno de los cascotes caídos del techo, estos parecían pesar más.  No fue hasta que uno de vosotros fue a mover uno de aquellos pedazos y no pudo que os disteis cuenta de que ocurría.

Aquellos pedazos de piedra parecían estar hundiéndose lentamente con el suelo. Como si el propio material del calabozo volviera a fusionarse con este. De la misma manera pudisteis ver como muchas de las marcas mas pequeñas que habían estado en el corredor parecían haber disminuido o desaparecido.

Lo que habían comentado sobre la regeneración del calabozo era cierto. Como si de una criatura se tratara las paredes habían comenzado a repararse. Aún quedaban bastantes tramos por regenerarse y teníais tiempo, pero como mínimo era algo para anotar aquella primera vez que bajabais allí.

Ya de vuelta en forma y sana levanto mi bastón del suelo y pregunto a los demás, acomodándome el sombrero:
—¿Qué les parece mejor? ¿Avanzamos a probar con algo nuevo o esperamos a que vuelvan a aparecer kobold para pulir nuestro desempeño?

Mantengo el tono amable de siempre, pero se ha vuelto mucho más severo, dada la seriedad del asunto.

—Quiero decir, estuvimos lejos de lo perfecto y, si con estos bichines nos pasa así, enfrentarnos a algo realmente duro podría traer muchas consecuencias adversas que con algo más de entrenamiento seguro evitaremos. En mi humilde opinión, no deberíamos descender más hasta no poder acabar con al menos tres kobold por persona sin que lleguen a tocar a ninguno de nosotros.

Hablo por mí misma también, que me mordieron por boba y no hubiera pasado de haber prestado más atención. No se repetirá.

Ante la opción de ir adelante con los chicos, no lo vio mal pese a que bueno la maga es la que se ha expuesto muchísimo durante todo este combate y justamente era la que más recibió. No obstante Marianne asintió a las palabras de la peliblanca y se quedó pensando en ello. 

—Yo avanzaría, si recomiendo que no te arriesgues tanto Viv—dijo sincera—. Creo que a los demás no fue bastante bien, sin ir más lejos estoy intacta. Por eso lo importante es que te cuides, más allá de que tenemos una mole como King que nos protege, está el hecho de no aventurarse más de lo que uno puede con sus habilidades. 

Tras decir aquello, pensó en algo más. 

—Eres muy buena en lo tuyo, solo que debes estar protegida. 

Luego de comentar aquello, estaría más que preparada para seguir el camino. Esto no era nada, más allá de que era muy consciente de que un paso dado, más dificultoso se pondría. 

Ante las palabras de Vivienne y Marianne pienso en que, realmente, es MI papel el que ha sido el problema. Mi posición no era la adecuada, mi rol no era el adecuado. Quizás el "éxito" de mis golpes y el poder que Eris había canalizado a través de mi me había embriagado... "He fallado al grupo pero no volverá a pasar" 

Marienne tiene razón, a partir de ahora yo cuidaré la retaguardia, no permitiré que os hagan daño desde vuestro punto ciego y solo abandonaré la formación si necesitáis que os cure. Si lo hubiéramos hecho así desde el principio no habría pasado esto. Lo siento equipo.

Tras lo cual agacho la cabeza, pues no puedo mirarla directamente pensando que es MI culpa que el grupo sufriera más daño del que debería.

Lance prefirió ignorar el comentario de Vivienne sobre ser un buen chico, estaba empezando a entender que era mejor quedarse con los comentarios útiles e ignorar las tonterías para no perder los estribos.

-Nah, la maga diciendo “yo cojo la retaguardia” y luego King y yo dejando que nos pasen ha sido también una gran cagada. –“Aparte de varias otras” Dijo hacia Gerda mientras se rascaba la cabeza, no era un intento de consolarlo realmente, más bien sólo estaba narrando la realidad- Por el momento sigamos un rato por aquí, aunque sea para hacer funcionar algo parecido a una formación estable. Vamos con la formación de Viv, yo me moveré entre la primera línea y el centro según sea necesario, así King solo se tiene que concentrar en aplastar lo que tiene delante.

—Hehe, ¡gracias! —respondo a Marianne con una risilla—. Todos ustedes son muy buenos también, mucho, lo único que nos falta es trabajar de manera más prolija y eso estoy segura de que lo lograremos a medida que nos conozcamos mejor, ¿a que sí?

Doy unos golpecitos al suelo con el bastón para ver si capto la atención de los demás.
—¿Nos animamos a avanzar un poquito entonces? ¡Pues adoptemos esa formación y vamos! Pero prometamos entre todos que, si se complica de verdad, retrocederemos, ¿de acuerdo? ¡Lancy y King al frente! ¡Gerurun detrás! ¡Mari y yo seremos las torretas en el centro y el lobito tendrá posición flexible, acomodándose a la situación!

Y de nuevo con el bastón señalo hacia adelante, o más bien, hacia la abertura por donde entramos, para seguir hacia otra parte.
—¡En marcha!

Si había algo que le disgustaba es que le dijeran que hacer o como formar, no era los que seguían a los demás, ordenes o simplemente trabajaba en grupo, obviamente cuando debía defenderles lo haría con todo su cuerpo como ya había demostrado pero no tenía pensado decirlo jamás. Tal como habían llegado allí el pelinegro volvió a emprender camino hacia donde pensaba que estaba el siguiente lugar que debían investigar, aunque por el momento la batalla les había sido algo dificil no habían sufrido daños mayores por parte de los Kobold, se preguntaba si en algún momento podrían encontrar algo a lo cual si poder hacer sangrar como le gustaria. -Vale. Vamos. -Pronuncio mientras se adelantaba a todos, aunque no lo demostrara estaba bastante feliz con el grupo que le había tocado, ninguno de ellos había demostrado ser un lastre para los demás y cumplian con sus funciones a cabalidad.

Tras aquel pequeño descanso, finalmente decidisteis seguir avanzando. En las posiciones que habíais acordado, os movíais atentos a cualquier movimiento en el calabozo. Tras varios sustos girando recodos y encontrándoos a otros aventureros, empezasteis a pensar que quizá lo que acababais de ver había sido una anomalía. Allí no había tantas criaturas. ¿Habríais tenido la suerte o mala suerte de haberos encontrado hace un momento en el lugar equivocado?

Según avanzabais por aquellas galerías os disteis cuenta de que de alguna manera, casi todas acababan en el pasillo principal por el que habíais accedido. Probablemente aquella era una de las razones por las que Aranis no había hecho mucho énfasis en mapas en los primeros pisos.

Exceptuando algún que otro grupo grande que pasaba por el pasillo principal de camino a otros pisos, los aventureros que os ibais encontrando por los lugares secundarios parecían ir solos o en parejas. Si el grupo de monstruos con el que habíais peleado se encontrara con un único aventurero este podría pasarlo realmente mal.

Llevabais ya casi veinte minutos rondado por aquel piso y no habíais conseguido encontrar ningún grupo de enemigos. Al menos así fue hasta que escuchasteis un aullido traído por el aire.  Era el mismo que había sonado cuando peleabais contra los Kobolds, así que no dudasteis apuraros en ir hacia esa dirección con la esperanza de encontrar algún otro grupo de enemigos.

Cuando finalmente doblasteis el recodo os encontrasteis con  una pequeña estancia en la cual una aventurera peleaba con dos Kobolds, parecía algo fatigada y por el suelo había un par de piedras mágicas informando que ya había derrotado a algún enemigo y también lo que parecía una de las hombreras de la armadura de la aventurera.

La joven aventurera de pelo castaño  y ojos verdes blandía una fina espada con la que había repelido a una de las criaturas antes de propinar una patada al otro para alejarlos. Uno de sus hombros el cual había perdido su armadura, parecía tener una herida, pues la tela que lo cubría parecía rasgada y el color de la propia parecía empezar a teñirse de granate.

Pese a ello, la joven seguía defendiéndose bien. Ni los Kobolds ni la propia joven parecían haberse percatado de vuestra llegada.

Lance se paró a lo lejos observando la pelea unos instantes, puede que otro se hubiera lanzado a ayudar sin más, pero el chico ya había considerado varios aspectos determinando no hacerlo.

Para empezar la chica parecía estar haciéndolo bien en solitario incluso con la herida, intervenir sin más podría ser considerado robar a sus presas o podría distraerla lo suficiente para hacer que la mataran. E incluso si realmente necesitara ayuda, no sabían de sus circunstancias, intervenir sin que ella lo pidiera podría herir su orgullo como aventurera.

El joven hizo un gesto silencioso al grupo señalando la salida, una oferta clara para irse de allí y no interrumpir a la aventurera. Si sus compañeros decidieran quedarse observando no opondría resistencia, pero tampoco iba a permitir que intervinieran sin más.

—¿Estará sola? —pregunto preocupada mirando a la muchachita—. De cualquier forma, ayudarla ahora sería consentirla y no le hará bien, pero opino que deberíamos quedarnos cerca por si se le complica de verdad y su vida peligra.

No es sólo eso, es extraño que no venga acompañada, podría tratarse de una trampa, nos advirtió Aranis de esto. Puede que sus compañeros estén escondidos y ella finja estar en aprietos para que saltemos a ayudarla sin pensar, luego nos emboscan para quedarse con nuestras cosas o tal vez algo peor.

Niego con la cabeza. También puede ser que se haya separado de su grupo en un piso más profundo y haya conseguido a duras penas llegar hasta aquí. ¿O pudieron haberla traicionado? No quiero ser pesimista, pero nuestras vidas dependen de formular todas las variables posibles y prevenir antes que lamentar.

—Me enfadaré si deciden pasar de largo ahora mismo, podemos esperar y ver qué sucede. Por cierto, Mari, ¿serías capaz de percibir si hay alguien más aparte de ella? Puede que además esa herida la tenga desde antes y no haya sido hecha por los kobold.

Encontrarse con aquel combate dejó un tanto pensativa a Marianne, era evidente que no se metería en ello a no ser que fuera una cuestión en donde peligre la vida de aquella aventurera. Y por eso, asintió con la mirada a Lance cuando hizo aquel gesto y prefirió continuar el camino ya que no tenía tampoco intención de rastrear aquello porque revelaría la presencia del grupo. 

—No lo haré, sigamos. 

Y sin más, prefirió seguir los pasos del rubio mientras se encogía de hombros. Tocaba seguir explorando, hacer más cosas que no tengan relación con aquella joven. Era muy probable que Vivianne los regañe, pero tampoco es que le importaba mucho ya que quería avanzar y no meterse en el camino de nadie. 

¿Qué? Pero... Angustiado por la idea de dejar allí sola a la aventurera que, aun que parecía defenderse muy bien, tenía signos de haber sufrido alguna herida sería. 

Sin embargo, no tenía claro qué hacer pues interferir en una lucha de otros aventureros podría estar infringiendo alguna norma del calabozo o del gremio "Maldita sea, por qué me saltaría la primera clase de Aranis... Seguro que hablaron de esto. Mis compañeros no parecen querer interferir ¿Será por que no nos está permitido inmiscuirnos?"

Ante la duda y sin saber qué hacer, hinco una rodilla en el suelo y, agachando la cabeza, miro atentamente mi amuleto y le susurro: "Mi diosa, te lo ruego, guía mi mano en la dirección correcta. Para hacer justicia a tus preceptos ¿Debemos interferir o seguir?"*

Tan pronto como pediste consejo a Eris unas raíces invisibles se empezaron a desplegar desde el collar. A diferencia de como había ocurrido en el gremio, ahora no había varias con diferentes direcciones. Una única raíz avanzaba por el suelo a una velocidad vertiginosa.

Su primera parada fue la hombrera que había cercana al combate. Cuando las raíces llegaron a esta la rodearon y como si de una diana intentaran marcar algo, un círculo enfoco lo que parecía ser un emblema. Desde aquella distancia no podías distinguirlo claramente pero era… ¿Una balanza? ¿Quizá el símbolo de la familia de esa aventurera?

No te dio mucho más tiempo a fijarte, pues la raíz continuo avanzando hacia la aventurera aunque cuando paso por la zona del combate tras hacer un pequeño serpenteado, no se detuvo en la propia joven, si no que continuo hacia sus espaldas cuando había pasado ya un par de metros la aventurera la raíz  marco lo que parecía un trozo de tela antes de subir aproximadamente un metro de altura respecto al suelo y bajar repentinamente, como si se introdujese en el suelo desapareciendo.

La zona en la que lo había hecho estaba oscura pero ahora si podías ver un trozo de tela desgarrado en el suelo que no parecía ser de la aventurera que estaba peleando. Por otro lado la raíz había desaparecido hacia abajo… ¿Quizá allí habría un hoyo?

Aun estabas pensando en que querría decir todo aquello cuando la pelea de la aventurera continuo…

Mientras quedabais a una distancia prudencial del combate, aquella aventurera parecía seguir peleando. No mostraba tener problemas para contener a aquellos dos Koblods, aunque tampoco podía conseguir una oportunidad para eliminarlos. Aunque si había algo raro, para aquellos que se fijaban en el combate fue evidente que algo más aparte de la pelea recorría los pensamientos de aquella muchacha.

Nunca se aparta la vista del enemigo en mitad de un combate y aquella joven ya lo había hecho dos veces. Cada vez que conseguía repeler a las criaturas. Su mirada iba hacia detrás de ella, a una zona sin iluminar de la sala en la cual poco se podía distinguir más que oscuridad.

Solo había dos posibles razones para apartar la mirada de un oponente en mitad de una pelea, una amenaza mayor o algo valioso que no querrías perder de vista. El cuál era la razón para que la muchacha descuidara su pelea en ese momento no lo sabíais. Aunque si podíais identificar que parecía preocupada.