Partida Rol por web

Y ya está, adiós lagartos horrorosos. Me quedo mirando muy ofuscada y con los brazos en jarra al último de ellos desvanecerse, pero enseguida me empieza a arder el brazo y me lo agarro entre quejidos.
Inmediatamente me acerco a Gerda, tendiéndole justo donde tengo la herida y mirándolo con ojitos tristes y los mofletes inflados. Creo que no haría falta decirle nada para que se de cuenta que le estoy suplicando que me sane, que me duele mucho.

La muchacha que apareció no deja de preocuparme, si hubiera querido hacernos daño, ya lo hubiera hecho sin mostrarse, ¿por qué se ha dejado ver? No, me interesa también qué clase de daga lleva. Detecté un objeto mágico con ella, debería tratarse de su arma, supongo, así que, como puedo y desde donde estoy, trato de verla con mayor detenimiento.

La amenaza de los lagartos había sido neutralizada y con ello la atención del guerrero se movió de nuevo hacia la acosadora. Posicionandose con la guardia alta junto al enano y la maga que se habían llevado la peor parte, está vez podría intentar defenderlos en caso de que un nuevo monstruo o la aventurera atacasen.

-Manteneos atentos pueden salir más- Su cabeza ya estaba habituando a eso de que el laberinto tenía la mala costumbre de atacar en cualquier momento y por ello alerto a sus compañeros de no bajar la guardia.

El porque no los había ayudado no le importó a Lance. Eran sus enemigos no los de ella, al fin y al cabo ellos habían estado a punto de actuar igual con la aventurera de los goblins antes de que fuese secuestrada. El problema era la otra pregunta.

-¿Te has perdido? Creo que deberías estar bastantes pisos más abajo en vez de acosando gente en los primeros pisos.

La joven se encogió de hombros ante la pregunta de la peliverde. No parecía molestarle aquella actitud agresiva.

—No era mi pelea. Además, mejor así ¿no? Si hubiera intervenido habría que pelear por el botín.

Cuando el Guerrero hablo la joven sonrió ante sus palabras y rio levemente.

—No es acoso si nadie se da cuenta.— Comenta divertida mientras guiña un ojo.— Pero buen punto, créeme que me gustaría estar en cualquier otro lugar, pero las ordenes son ordenes.—Dijo mientras estiraba sus brazos adelante.—No está de más ser precavidos ¿no? Después de todo, una familia que vuelve después de tantos años a la ciudad levanta sospechas.  Algunos se toman muy en serio la seguridad de la ciudad para que no vuelva a ocurrir otra tragedia.—Aquella ultima parte la dijo totalmente seria mientras os miraba y se cruzaba de brazos.

— De todas formas, creo que ya vi suficiente. Me abría marchado mientras peleabais, pero ya que me descubristeis lo menos era despedirme formalmente.

Sin decir nada mas hizo un gesto de despedida con la mano y se dio la vuelta. En cuanto su primer paso se completo, su figura desapareció abruptamente como si nunca hubiera estado.

—¡Oye! ¡Espera! —Me adelanto para intentar detenerla, pero tarde, ya se esfumó. Quedo allí mirando el sitio que antes ocupaba.

—No puedes soltar eso y luego irte así sin más —murmuro muy seria, sin apartar la vista de ahí.
Cruzo los brazos, pensando, agacho la mirada mientras intento comprender.

—Espero que lo haya dicho sólo para intentar sembrar cizaña entre nosotros —comento, sin dirigirme a nadie en particular, mi sonrisa se ha borrado mientras explico y mi mirada se ha vuelto más afilada—. Porque, al menos yo, no pienso estar trabajando para una diosa problemática. Si esta muchacha tanto quiere evitar "otra desgracia", entonces haría algo más para conseguirlo, nos hubiera dejado más datos, porque no se la notaba con mucha prisa. La información ha sido vaga a propósito.

Observo ahora al resto del equipo, posando los ojos en uno por uno.
—Opino que volvamos ahora, cobremos la recompensa y tengamos una conversación con Eris. No me gustaría dejar que se fermente mucho tiempo esta duda, no sea cosa de que estén buscando que nos rebelemos contra la jefa.
Me agacho para recoger la cola y las piedritas y meter todo en mi mochila, volviendo a sonreír con ternura.
—Y no te preocupes, King, siempre podremos bajar de nuevo en otro momento y nos sigues demostrando lo fuertote, valiente y superior que eres, no necesitas hacerlo todo hoy. No todo es romper huesos, también debemos hacernos cargo de otras cosas cuando formamos parte de una familia, como por ejemplo entendernos; hasta opino que es más importante que nuestras relaciones funcionen, entre nosotros y con la diosa, antes que estar en este laberinto llenándonos de sangre, sudor y mugre.

Puso los ojos en blanco ante la actitud de la chica y luego no cambió la expresión al escuchar lo que decía Vivienne. 

—Y yo opino que dejes de exponerte cuando eres tan vulnerable. ¿Acaso no piensas que es riesgoso lo que haces Viv?—dijo un tanto ofuscada—. Diriges, sugieres, opinas, pero no te cuidas en absoluto y no se puede estar pendiente de ti en todo momento. Eso no es trabajar en equipo. 

Tras decir lo que venía pensando hace rato, suspiró por lo bajo y no dijo nada sobre Eris, lo que sea deba saber será de cara a ella y no alimentando dudas en el grupo. Ya con Lance habían descubierto algunas cosillas, solo era cuestión de tiempo que la verdad salga por si sola. 

—De todos modos, vamos si—agregó—. Eres muy inconsciente. 

Sin más, observó el camino y junto a Nieve iniciaron la marcha. 

—Alguien tiene que hacerlo —respondo, suspirando—. Que yo haga eso que dices no quita que ustedes también puedan hacerlo, y de hecho lo hacen. Todos proponemos lo que se nos ocurre y entre todos decidimos qué es lo mejor. Si tú no tienes nada que opinar o iniciativas que sugerir, pues no hace falta que digas nada, nadie te obliga, pero no reproches a los demás por intentar algo. 

—Te agradezco que me hayas dicho lo que te molesta de mí, es eso precisamente a lo que me refiero con tratar de entendernos. —Le sonrío, intentando demostrarle que no estoy enfadada, ni con ella ni con nadie—. Tenemos que decirnos las cosas y no guardarlas, porque eso genera malos entendidos. Y sí... lamento haberme expuesto demasiado, intentaré resguardarme mejor detrás de los chicos, lo siento, de verdad. Pero no dejaré de intentar dar indicaciones, me parece algo esencial, aunque, si prefieres, podemos decidir ahora un líder, elegirlo entre todos, y así nadie se queja de estar recibiendo órdenes de quien no quiere, pero opino también que si a quien escojamos no sabe valerse de una buena táctica y nos acaba poniendo más en peligro, debería ser suplantado por otra persona. Es un orden que deberíamos tener para que no nos pasen por arriba, el mismo orden que se lleva en la milicia y en el ejército.

—También pido perdon por haber sido sarcástica con King, me inquieta un poco esa sed de sangre suya y su manía por querer pelear con todo lo que se mueve. También Lance, subestimé su habilidad, pensando que era puro fardar, pero demostró ser un guerrero excelente, me equivoqué y pensé mal de él, lo siento. Pese a todo, nuestra primera vez en este pozo ha sido espectacular y me siento honrada de formar parte de un equipo tan bueno.

Respiro hondo, me duele la cabeza ahora.

—Subamos, por favor, sí. Me ha dado hambre además y necesito un baño. 

El combate había terminado y la misteriosa mujer bestia había dejado en el aire cosas demasiado abiertas. Las dudas me hacían quedarme pensativo mientras mis compañeros decidían sobre los próximos pasos a seguir. Ciertamente subir parecía la mejor opción pero no sabía si sacar aquel tema a Eris sería lo correcto... Si quisiera decirnos algo nos lo diría, pero de todos mantendré el perfil bajo en este asunto pues, fuera lo que fuese a lo que se refería esa aventurera que nos seguía, Eris era la Diosa a quien he jurado servir y así será.

Si alguno necesitáis una curación decirlo ahora y os intentaré tratar las heridas, mejor aquí que durante un asalto fortuito mientras subimos. Digo esperando por si alguno responde, antes de continuar el camino.

El cumulo de distracciones en aquella situación no me había darme cuenta del estado de Vivienne. Al echar un vistazo mientras esperaba puedo ver en su expresión que ella necesita claramente de atención y casi al mismo tiempo de que ella abriera la boca para decirlo, me dirijo a su posición para intentar sanarla.

En un primer intento ni si quiera logro que deje de sangrar.

"Venga Gerda PUEDES HACERLO" pienso intentando concentrarme para volver a lanzar el conjuro que, esta vez sí, logra ser lo suficientemente efectivo para que nuestra compañera pueda subir sin demasiado riesgo.

Sin embargo el esfuerzo de lanzarlo tan seguido agota parte de mi poder y detengo mis sanaciones al marearme ligeramente.

Tras lo cual, parpadeando repetidamente para centrarme, miro al resto en silencio esperando por si alguien necesita que lance mi conjuro sobre él con la esperanza de que no noten que sería intentar forzar un poco el don que Eris me dio.

-Relajaos ambas, por ahora subamos y canjeemos el botín, en casa nos tiramos la mierda y hablamos de lo ocurrido, no vaya a ser que a alguien le de por atacar por la espalda en este sitio.- Comentó intentando que la pelea entre las mujeres no fuera a más, ambas llevaban su parte de razón pero no era el momento de discutirlo- Y  olvidaos de un líder, no funcionaría en este equipo.- Añadió sin molestarse en explicar el porque de su opinión- Tampoco esperéis que Eris diga mucho sobre sus intenciones, “sus motivos son los de sus hijos” – La misma frase que le fue respondida a él fue comunicada a sus compañeros dejando el tema zanjado por su parte.

-Y Viv- Cuando ya había dado un par de pasos siguiendo a la peliverde se detuvo y miró hacia atrás con una risa burlona- Sólo voy a volverme más genial desde ahora, no vayas a enamorarte ahora que te has dado cuenta.- La disculpa a su primera impresión de él no parecía haberle ofendido y no dudó en burlarse de la peliblanca antes de continuar hacia la superficie riendose.

—Gracias, Gerurun, has estado de maravillas.

Mi sonrisa se vuelve a borrar por unos instantes. Cuando Lance me dice aquello, no puedo evitar que se me forme un nudo en la garganta, el pecho me duele y se me escapa una lágrima.

—No, lindo, este corazoncito sólo le pertenece a una persona, que... —Bajo la vista, para que el ala del sombrero me cubra la cara. Me quedo así, una pausa larga.

No, no lo ha hecho adrede ni con mala intención, él no lo sabe y sólo ha sido una bromilla. Nada malo.

Niego con la cabeza.

—Nada, subamos.

Vuelvo a dedicarle una sonrisa al chico, pero él ya está avanzando más adelante y con la vista al frente, sólo puedo ver su espalda.

—Alcancémoslos, Gerurun.

Con todo el grupo de acuerdo para volver a la superficie, el bárbaro no pudo hacer otra cosa que encogerse de hombros y seguiros.

Así empezasteis el viaje de vuelta. Vivienne se encargo de ir al frente revisando si había peligros por exactamente el mismo camino que habías tomado cuando os adentrabais en las profundidades. Tras apenas una hora estabais ya saliendo por la gran puerta de roca labrada que había en el piso inferior de la torre. Nuevamente estabais en la superficie.

Allí mismo había varios puestos donde el gremio se encargaba de canjear los materiales y piedras mágicas recogidas en el calabozo. Solo teníais que ir y entregar los materiales que quisierais vender al gremio.

Por el momento la zona estaba tranquila, había aventureros por la zona, unos preparándose para bajar, otros celebrando la vuelta y contando monedas. El ambiente era mucho mas respirable que la tensión que habíais mantenido en el calabozo, de una forma u otra, aun con las puertas del calabozo a vuestra espaldas, en aquel lugar se respiraba seguridad.

Doy un suspiro largo cuando finalmente noto el aire de la superficie, estirando los brazos para desperezarme. Al fin salimos del pozo mugriento ese, necesito un baño urgente, ni mi conjuro de aseamiento podrá ayudarme con esto.
—Aguarden mientras voy a llevar la cola y las piedritas. ¿Alguien más ha recogido cosas? Cambiémoslas ahora, así repartimos cuanto antes el botín.

Al final conseguimos una sola cola para el encargo, ¿será suficiente? Espero que puedan permitirnos continuarlo y bajar a por más en otro momento, a menos que encontremos algo que nos sea más provechoso, pero, de todas formas, me gustaría dejar al cliente satisfecho.

Después, me acerco nerviosa a Marianne, intentando tímidamente entablar conversación.
—Em, Mari, perdona que te haya molestado. Creo que empezamos con el pie izquierdo y, pues, me gustaría que pudiéramos llevarnos mejor —le digo, titubeando con los dedos—. Más tarde me gustaría ir a recoger a Vilfi y salir a comprar unas cosas. Necesito algo de protección, verás, algun justillo de cuero, botas, y, bueno, pensaba que tú podrías acompañarnos y recomendarme algo, ¿te parece bien? También quería enseñarle al pequeñín la ciudad, recorrer un poquito. Digo, si estás de acuerdo, claro. 

Me vuelvo hacia los demás, tratando de conversar con ellos también.
—Podríamos pasear todos juntos, charlar, conocernos más, ¿qué dicen? 
Bajo bastante la voz a continuación:
—Lo de Eris, Lancy tiene razón, deberíamos tomarlo con pinzas y no apresurarnos demasiado. Me precipité porque estaba nerviosa, lo siento.

—Yo tengo algunas colas, quizás sirvan para vender. 

También opinó Marianne cuando salieron de aquel lugar y pudieron respirar un poco de aire puro, ya fuera de los peligros que acechan ahí dentro y quizás con la mente un poquito más despejada ya que era la primera vez que trabajaron como equipo todos juntos. 

Ya con Nieve a quien llenó de caricias y le agradeció el haber estado con ella en todo momento, alzó la mirada porque estaba de cuclillas con su lobo y se preparó para hablar con Vivienne, era cierto que habían comenzado con el pie izquierdo, aunque como todo siempre existía la posibilidad de que aquello cambie. 

Al escuchar la propuesta de la chica, asintió con un ligero movimiento de cabeza y después se dispuso a hablar. 

—Es verdad, somos muy distintas de alguna manera y la situación allí abajo es bastante intensa, me disculpo si he sido un poco descortés contigo—respondió sincera y agregó—. Claro, me gustaría acompañarte y conocer un poco más junto al pequeño. Creo que será una buena forma de entendernos. Gracias por la idea. 

Luego cuando se dirigió a los demás, asintió y la peliverde se acercó a Lance tras darle un pequeño toque en el hombro. 

—Deja de ostentar belleza, que yo te gano—dijo y le sacó la lengua—. Ya tendrás admiradoras que no sean imaginarias, sé que lo deseas. 

Se rió por ello y acompañó a Viv minutos después a entregar las colas. 

La propuesta del paseo me levantó el ánimo y mi expresión por fin cambió a algo más alegre al tiempo que decía sin si quiera pensarlo: Me gusta lo del paseo.

Tras lo cuál me rio un poco, "por lo bajini", del comentario de Marianne sobre Lance. Aquel ambiente parecía habernos completamente a todos. "Sin duda necesitábamos más adaptación, tanto al entorno como los unos a los otros. Pero iba a ser toda una aventura digna de experimentar descubrir nuestros caminos juntos..."

Me quedo mirando absorto al grupo siguiéndolos y riendo con ellos.

-Tu espera y verás, pronto me saldrán admiradores de debajo de las piedras- Continuo bromeando Lance ante las palabras de peliverde, aunque su tono arrogante lo hacia sonar en parte como una promesa que pensaba cumplir.

-Y cuando pensaba que íbamos a tener una reunión para lanzarnos pullas...en fin, mete algo de comer o unas cervezas y me apunto al paseo- Dijo dando su bendición al plan del Vivienne, esperando que el botín de los goblins y los kobolds diera para permitirse dicho plan. Lo de conocerse no iba a ser instantaneo, pero aquella primera incursión como equipo había sido un buen comienzo, y si podían limar las asperezas surgidas con un paseo y una copa sería mejor continuación. De lo de la acosadora y los secretos de Eris, ya se ocuparian.