Partida Rol por web

Con el goblin ya bien atado, recojo mis boleadoras mientras el estaliano y Gerard rebuscan entre los muertos y apresuro el paso para ponerme al lado de Hans. - Informa- le digo en un susurro cuando llego a su lado- El cabo acabará por matarse si no le ayudamos, y puede ser una buena fuente de información.

Detengo mi marcha  y de mala gana   meto la mano entre  mis ropas para sacar  un pañuelo decorado con garabatos  y símbolos extraños.Extiende  la mano Digo casi en un susurro  antes de dejar  el trozo de tela en su  palma  y abrirlo para que vea  los colmillos  y las  hojas  que contiene. Aquí pasan cosas  extrañas , vampiros  , goblins,  profetas , y ahora esto .Lo encontre donde estaba   nuestro amigo el  chillón y tiene  toda la pinta de  ser  una protección contra brujas .Entiendes  mi preocupación , no?

Asiento con la cabeza y una mueca de disgusto aparece en mi cara, Hans tiene razón.- Sí, Hans la entiendo. Lo que está pasando aquí tampoco me gusta nada.- Cierro el pañuelo y se lo devuelvo junto con su contenido.

Mantenté alerta- le digo más por costumbre que por necesidad real, el iniciado sabía perfectamente como actuar.- Intentaré ver que podemos sonsacarle al cabo.

Me separo de él y cargo mi ballesta mientras me acerco al enano y a los dos soldados.

Y allá atrás quedaban los valientes y aguerridos cazadores de brujas, libertadores de inocentes y asesinos de herejes... todos rodeando a un mísero goblin y dándoselas de héroes mientras aún quedaban enemigos que matar correteando a apenas unas yardas de distancia. Escupí al suelo y le pateé al goblin aturdido la cabeza, sin pasión alguna, por pura frustración y para asegurarme que seguía inconsciente a mi regreso, pues aquellos goblins aun no había tenido la ración pertinente de acero que les pertocaba

Miré por encima del hombro y gruñí un quedo asentimiento al cabo y al humano que lo sigue mientras me encamino hacia los goblins restantes, ballesta en mano... apuntando con calma y precisión al goblin más alejado, con el fin de dejar al más cercano para un nuevo disparo si acaso lograba derribar a mi primer objetivo o, incluso, a merced del cabo y el soldado próximos viendo como el maldito virote pasa a escasos centímetros del cuerpo del primer goblin, haciéndome errar nuevamente el tiro.

¡Por las barbas de Grugni, maldita sea mi puntería!- maldigo mientras veo claro mi siguiente paso a dar... mientras escucho como Borki se mofa de mi, comparando mi puntería a la de una mujer, encendiéndome aun más los ánimos

¡Al próximo lo pienso partir por la mitad!- me giro para replicarle, gritándole a la nada de mi izquierda, antes de notar el tranquilizador tintineo de mi hacha colgada al cinto.

El estaliano seguía ojeando entre los goblins con la esperanza de encontrar cosas de valor, desde coronas hasta alguna joya que pudieran vender para financiar "sus actividades", pero siempre sin perder un ojo de lo que pasaba a su alrededor, y en caso de ver algún goblin despistado mas, sin duda se batiría con el como ya había hecho con varios con resultados muy favorables.

Sus compañeros habían atado al goblin, por lo que el sería de mas utilidad consiguiendo algunas monedas o información, incluso alguna recompensa por haber hecho frente a los goblins casi en solitario, dado que los guardias habian dejado bastante que desear en combate (aunque sus compañeros tampoco lo habían hecho demasiado bien...).

- Espero que nos paguen por esto, en dinero o en mercancía. Viendo como han acabado algunos de los guardias mas me valdría hacerme con algo de armadura, algo ligero para las piernas estaría bien.

Se tocó la chaqueta de cuero que aún no había recibido ningún golpe en toda su andadura por el norte y musitó:

- Vamos a ver si seguimos sin la necesidad de utilizarte- dijo acompañando sus palabras con una sonrisa.

¿Leo, te ocupas de este pequeño cabron? - Le pregunto mientras le ofrezco el extremo de la cuerda. Mientras mis compañeros se encargan del goblin atado y se dirigen a la herrería me doy la vuelta y veo los cuerpos inertes de los otros asaltantes en el suelo. Un poco más alejado, el enano sigue cazando goblins, y el espadachin por su parte ya ha comenzado a saquear los cuerpos. Bueno, veamos que encontramos. Con toda naturalidad de quien hace aquello miles de veces, rebusco entre los cadáveres en busca de algo de valor y de paso busco un escudo, aunque sea de manufactura pielverde, para ir tirando.

Una vez terminada la faena me acerco a la casa a ayudar al enano, buscando al Cabo con la mirada. ¿Donde te has metido? No puedo dejar que mueras, son ordenes de Otto.

El grupo se disemino por la zona buscando algo que agenciarse o mas gloria para ellos mismos, y si eran solo goblins pero si estaban suficientemente chalados para entrar en una ciudad Imperial, quien se extranaria si dieran la vuelta derrepente, para volver a tomar la casa media quemada y derruida por culpa del incendio. Locos!! hubiera dicho el mas sensato.

Kurdrim siguio buscando la manera de guardar su honor, el de los clanes y el de cualquier enano que seguro que habia tenido algun "rifi-rafe" con los apestosos goblins, su virote volo no muy por encima de los goblins, pero esto hizo que se esforzaran al maximo para salir de alli mas rapido, aunque parte del botin estaba desperdigado por el suelo debido a las prisas, aun mantenian bien sujeto el barril con un contenido misterioso. La guardia miraba de reojo a la casa, no parecia que hubiera nadie o que salieran mas goblins, pero nunca se estaba seguros.

Aldalberto no utilizo las manos para registrar aquellos cuerpos, pero con la espada pudo obtener una cadena de oro algo gruesa que saco de una muneca de aquel cadaber, y medio cuerno de algun animal astado que en su centro tenia un anillo. No era una obra de orfebreria de la maxima calidad ni mucho menos, alguien habia puesto aquel anillo alli empujando hasta dejarlo bien anclado.

El resto de cazadores de brujas recogian sus bartulos despues de la pequena batalla, Hans y Otto se susurraban mientras andaban, y Gerard que queria ir a ayudar al enano con presteza preguntaba quien queria coger la cuerda. Entre una cosa y la otra un grupo de soldados a caballos casi estaban a su altura, eran cinco y uno de ellos tenian una armadura que le cubria piernas y cuerpo,muy ornamentada y una pluma en el yelmo que portaba. No podiais evitar ser observados por la mirada impertinente de este hombre.

(continua...)

Hans te muestra un panuelo sucio, con garabatos pintados posiblemente con carboncillo que representan algun tipo de simbolo que no conoceis ninguno de los dos, pero por los anos de servicio puede ser algo que se utilice como "amuleto de la suerte" o proteccion sobre algo concreto.

Hay un buen punado de colmillos en su interior.

Con la ballesta cargada llegué hasta donde estaban Kudrim y el cabo de la guardia. Apunté y disparé a unos de los goblins que se alejaba con el barril.

Deberías mejorar tu puntería Kurdrim, o te tocará correr eternamente tras los goblins.- Sonréi pensando en las maldiciones que saldrían por su boca gracias a mi comentario.

- Otto Schöeder - me presenté mientras de forma discreta, pero totalmente pensada debaja a la vista mi insignia como cazador de brujas- Buen combate cabo. Usted y sus hombres han peleado bien esta noche, sin ustedes esos pieles verdes habrían hecho estragos en el pueblo. - Que mejor que unos pocos halagos para hablandar la lengua, luego miré a los hombres a caballo y añadí en un susurro solo audible para los más cercanos- Mientras otros tienen siempre la fortuna de llegar cuando se ha terminado la lucha, para llevarse el mérito.

Ahora que estamos más tranquilos, ¿puede contestarme a las preguntas que le hice antes? - se las repetí por sino se acordaba- ¿Quién causo el fuego? ¿Y qué hacían los pieles verdes dentro del pueblo?

Miré como un virote ajeno impactaba en el cuerpo del goblin al que había intentado dar caza del mismo, haciendo que me girara solo para escuchar los comentarios afilados de Otto. Apreté y rechiné los dientes

¡¡Háyase visto semejante insolencia!!¡Las armas a distancia son para los elfos!... los enanos preferimos el duro cuerpo a cuerpo- añadí serenandome de golpe mientras le ofrecía una sonrisa que me otorgaba más la apariencia de un maníaco que la de un tipo cuerdo

Como le he dicho a Borki...- le dije mientras le ponía de forma brusca mi ballesta en las manos a Otto - ¡Al próximo lo pienso partir en dos!- añadí antes de girarme tan rápido como lo permitía mi cuerpo e iniciar una carrera en pos de los goblins cargados con el barril, dispuesto a hundirles el hacha desde el esternón hasta la columna

Y sin decir nada más emprendí mi particular persecución hacia aquellos goblins huidizos, al más puro estilo de un demente matador, no pudiendo soportar la idea de dejar escapar a aquellos bribones estando tan cerca y, además, cargados con su particular botín

(¡Así habla un dawi, Barbahierro)

¡Ja, ahora nos vamos a divertir!- repliqué al comentario de mi camarada...

¡Kudrim!¡Al menos podías habérmela dado cargada! - Dije colgándome su ballesta al hombro, pués sabía que por mucho que refunfuñara si la perdía o permitía que la dañaran estaría toda mi vida recordándomelo. Mis palabras fueron dichas ya a su espalda pues se había dado la vuelta y cargaba contra los goblins como un demente hablando con su amigo invisible.

Tres contra uno- le dije al cabo mientras esperaba su contestación- Esos goblins están muertos.

El cabo te miro de arriba abajo y de abajo arriba, cambiando su cara de expresion y terminando en una sonrisa que se intenta aguantar, para contestar -vaya momento para que aparezcan ustedes- dijo levantando una mano dubitativo -todos hemos luchado bien esta noche, pero daria mi mano derecha por tener un par de enanos como ese en la guardia de la ciudad- dijo senalando a kurdrim que se perdia en la oscuridad buscando donde ender su hacha.

Unos quejidos procedentes de los goblis empezaron a sonar, el virote habia clavado la mano de uno de ellos al barril, entre los quejidos de uno y las risas de sus dos companeros se habian parado en el sitio. Uno de los goblins empezo a pegar con una cachiporra al otro que se reia, obviando por completo que un enano malumorado se acercaba con no muy buenas intenciones.

-Comprenda porque no le conteste antes, habia que defender a los pueblerinos por encima de cualquier cosa- dijo muy consciente de su trabajo -no sabemos que ha pasado nunca tuve noticias de un hecho asi, entraron desde el bosque y tomaron la casa, al cavo de un rato aparentemente ellos mismo prendieron la casa-dijo esbozando una sonrisa -pense que moririan todos dentro y nosotros dormiriamos mejor el resto de noches- haciendo un gesto con la barbilla hacia el lugar del bosque donde escapan -pero no ahi se vuelven ahi tan rapido y extranamente como han aparecido, espero que el senor Uwe no de orden de seguirlos por cierto por ahi viene- dice senalando al grupo de soldados a caballo que se acercar.

Abro la puerta de la  herrería  con el pie  y tiro al goblin al centro de la habitación .Tu -digo al herrero - aviva el fuego  luego cierra la puerta   y dejanos  solos .Cuando el  el hombre  se va   comienzo a  caminar  a su alrededor  sin dejar  de sonreir .Bien,voy a suponer  que me entiendes  y si no es así estaremos perdiendo el tiempo.¿Atacar un pueblo?.Ridículo y estúpido , no es que os tenga por unos genios pero  no me cuadra.Callo durante unos segundos .¿por que habéis atacado este lugar?.Saco el pañuelo con la mano izquierda y se lo muestro .¿Sabes que esto?.No creas que mi amabilidad es  debilidad  pero es que me desagrada tener que usar ciertos métodos.Camino hasta  le fragua  sin dejar de vigilar  al goblin. Agarro las tenazas  y  cojo un carbón al rojo vivo .Hay otras maneras   si prefieres.

La herreria a aquellas horas de la noche, era un lugar ciertamente siniestro con armas y armaduras colgadas aqui y haya, entre las sombras pudiste ver una buena coleccion de clavos, y herraduras listas para utilizar colgadas en unos soportes en la pared. El goblins totalmente derrotado ante la situacion, aun luchaba vivamente pero cuando te acercaste con aquella ascua ardiendo dejo de ensenar los dientes, y vio dos cosas claras mas claras que nada en hacia mucho tiempo; primera que no estabas de broma cosa importante, y segunda que aunque no te entendia nada por la expresion estupida de sus ojos iba a prestar mucha atencion en donde colocabas aquel carboncillo ardiendo.

Cuando le ensenaste el panuelo no hizo ningun ademan ni siquiera parecio sorprenderse, probaste a mover los dientes pero miraba con mucha mas atencion y en silencio aquel brillo sobre su cara.

Al  cabo de 15 minutos  salgo de la herreria con la frente perlada en sudor   y cara de  pocos amigos .Maldito goblin vaya manera de hacerme perder el tiempo .Limpio el martillo contra una saco  y me dirijo a reunirme   con el resto del grupo

¡Vaya lo que he encontrado!, la suerte sonríe hoy al saqueador de tumbas.- ¡GERARD!, ¡HE ENCONTRADO TÚ ESCUDO! ¡ACERCATÉ POR ÉL SI LO QUIERES! - Chillé mientras recargaba mi ballesta, en ese momento se me ocurre una cosa.- ¿Sabes recargar una ballesta muchacho? - le digo al soldado acompañante del cabo entregandole un virote y la ballesta del enano- Te aconsejo que la trates con cuidado o Kudrim te añadirá a su lista de agravios.

No se preocupe maese Mäller, le comprendo perfectamente, - vuelvo a hablar con el cabo- lo primero son siempre las vidas de los pueblerinos... Ya hablaré con el señor Uwe en su momento, pero antes dígame ¿Qué nuevos rumores se corren sobre la aldea de Tauer?

Otto parece estár tranquilamente hablando con el cabo cuando en un momento dado chilla para que todos sus compañeros puedan oirle.

¡GERARD!, ¡HE ENCONTRADO TÚ ESCUDO! ¡ACERCATÉ POR ÉL SI LO QUIERES!

El estaliano no perdió el tiempo a la hora de saquear y rápidamente se agencio un par de "tesoros" goblins entre los cadáveres. Con la velocidad que le caracteriza y un golpe de muñeca guardó su botín para evitar que cualquier otro soldado reclamara lo que por derecho era suyo. Si a cualquiera de esos soldaduchos se le metía en la cabeza que el botín era suyo (cosa que tranquilamente podía pasar) pudiera ocurrir que les "confiscaran" las piezas encontradas.

Cuando levantó la vista se quedó anonadado: llegaba una comitiva liderada por un jinete con una armadura pesada de gran calidad, probablemente un noble importante, a donde ellos se encontraban. El duelista se quitó el sombrero y saludó a la manera estaliana, esperando siempre a que los nobles preguntaran para luego responder. Probablemente venga a recompensarnos, Adalberto, así que saca pecho, que de lo que ha ocurrido aquí tu tienes gran culpa.

El saqueador estaba buscando entre los cadáveres cuando llegaron aquellos hombres a caballo. ¿Y estos quienes serán?. Se dijo mientras levantaba la vista, distraido de su examen en busca de cosas de valor. En ese momento escuchó el grito de Otto. Un escudo! Justo lo que necesito. Si los goblins han sido un desafío, los "vampiros" lo serán aun más. No quiero continuar sin un valioso escudo...

Mientras pensaba, miró hacia la casa en busca del enano. Supongo que podrá protegerse solo, mientras no se meta en muchos líos. - Dijo sonriendo. Al fin y al cabo entre el y el estaliano habían acabado con casi todos los pielesverdes. Dando la espalda a aquella zona se aproximó hacia donde estaba su lider, sin dejar de mirar de reojo a auqellos caballeros recién llegados.