Partida Rol por web

Una solitaria nube aparecio en lo alto de la clara noche, las dos lunas seguian alli ocupadas en sus asuntos sin molestar a nadie, pero abajo en la tierra de los mortales un pequeno infierno verde seguia desatandose. Entre el bosque aparecio un relampago ...

...pero no se escucho el trueno, lo realmente extrano es que aquel relampago habia sido verduzco y se dirigia hacia el cielo. Cosa extrana puesto que los rayos caen a la tierra y no al reves. La bien venida a aquel pueblo habia sido interesante, calles vacias, tabernas vacias, ventanas sin rostros pero un monton de goblins correteando por todos lados, como si los pueblerinos echaran de comer a palomas hambrientas, pero que en este caso eran verdes con orejas, sonrisas, y dientes picudos. Nada bueno podia pasar en estas tierras. Nada bueno podia esperar el Imperio si seguia permaneciendo impasible y ageno a lo que aqui ocurria.

Leo no tenía mucho interés en los goblins más allá de mirar de recuperar alguna flecha que aún pudiera ser servible*, y no le hizo demasiado caso a la llegada de casi media docena de soldados, más allá de fingir que le prestaba atención porque daba la impresión de ser de los que necesitan ser el blanco de toda la atención por la autoridad que tiene (o cree tener).

Pero lo que si le llamó la atención fue el rayo verde que se elevó hacia el cielo. Estaba claro que el chaman goblin había escapado, y esa era una señal que no iba a dejarles el resto de la travesía en paz. ¿Que relación tendría todo eso con los vampiros que querían exterminar el grupo de cazabrujas que les precedía? Entonces volvió a mirar al soldado uniformado, y se preguntó si por algún casual tendría alguna respuesta para ellos...

El ¡clank! del virote al clavar la mano de uno de aquellos miserables seres al barril que transportaban fue como música para mis oídos. Ahora al menos sabía que uno de ellos no podría huir, con lo que apreté el paso hacia su posición haciendo caso omiso a las palabras de Otto y mucho menos a las risotadas histéricas de los compañeros del goblin herido. Aquello iba a ser justo lo que necesitaba mi humor para retomar el tono huraño habitual... más cuando apenas faltaban unos pocos pasos para alcanzar a mi primera presa (el goblin más cercano al bosque, obviando al que está clavado al barril) un rayo verduzco surgió de mitad del bosque hendiendo los cielos

(Eso no es un buen augurio, Barbahierro)

¡Déjate ahora de monsergas y cierra el pico, tengo goblins que matar! Ya nos preocuparemos después por la dichosa magia- repliqué alzando el hacha e irrumpiendo en mitad de la precaria formación goblinoide con el arma dando tajos a diestra y siniestra

¡Veamos si ahora os reís tanto, escoria gobri!

Los soldados a caballo se pararon a la altura del grupo para echar un largo vistazo a lo que alli habia, y para preocuparse por el herido, su jefe a todas todas por la hermosa armadura y por varias pistolas que colgaban de su caballo miro de reojo y sin andarse con rodeos:

-Ques zon uztedez?- dijo con un seseo nada comun, que ayudaba la falta de una de sus paletas y sus dientes malamente colocados.

Era un hombre con buen porte, pero tenia una ligera expresion estupida ayudaba que estuviera un poco fondon.

Sus hombres rodearon al grupo y esperaron una respuesta. El noble desesperado vio el gesto de Adalberto y senalandolo:

-Tu rezponde- dijo entrecerrando un ojo como intentando exprimir la informacion que dabais.

Y haya fue Kurdrim, el cabo quedo boquieabierto por la furia y la determinacion del enano, del soldado salio como un susurro -esta loco- algo que quedo en el aire mientras se escuchaban los sonidos de guerra proferidos por el enano en su antiguo idioma. Aun asi sus manos no estaban ociosas y ya recargaba la ballesta con buena mano.

Estos goblins no se achantaron y comenzaron a danzar comicamente a saltitos intentando evitar las acometidas de kudrim pero este seguido por la furia irracional, ya habia malerido a uno de ellos.

Aquella mezcla de carne y hierro a caballo se acercó y habló, aunque nuestro Bilbaliano se tuvo que tomar unos segundos para "descifrar" lo que había salido por aquella peculiar cavidad a la que seguro que el mismo cada mañana la denominaba "boca".

He de tener cuidado de no ofenderle, seguro que tiene algún tipo de complejo, yo probablemente en Bilbali ni saldría de casa por miedo a los cuchicheos del barrio portuario... Pero parece que aquí en el norte se puede ser noble y feo a la vez...

El estaliano se tomó un instante mas para carraspear y adecentar su voz para la presentación, dado que la primera imagen determinaría si caian en gracia del noble, aunque seguro que serían recompensados por la defensa a ultranza que habían hecho hoy aquí. Entonces empezó a hablar:

- Mi señor, somos una partida de viajeros que al llegar al pueblo, al ver la columna de humo hemos corrido a socorrer a las fuerzas del orden de la ciudad, como bien podrán corroborarle las mismas, creo que su oficial se encuentra con nosotros- señala en la dirección del líder de la milicia - De hecho, y espero no resultar grosero, si se encuentran con nosotros ahora mismo es por la presteza con la que llegamos y actuamos- se toma un segundo para respirar- Y perdone la ignorancia de este lejano viajero pero, a quien tengo el honor de saludar hoy?

El estaliano, aun con el sombrero en la mano esperó la respuesta del noble con una pose que denotaba respeto y sumisión.

Con la ballesta ya cargada apunto al combate cuerpo a cuerpo, aunque está luchando contra dos pieles verdes, Kudrim ya ha dejado a uno de ellos malherido con un buen golpe de su hacha, podría disparar contra el otro, pero sabía que eso solo conseguiría enfadarlo por haberle quitado la diversión.

Decidí que era mejor acabar con aquel a quien había clavado la mano al barril. Un certero disparo a la entrepierna acabaría con su vida y lastraría aún más el barril que intentaban llevarse.

Mala cosa lo del shaman- le dije al cabo cuando ví el rayo verde salir del bosque hacía el cielo. - ¿Contáis con algún hechicero en la aldea? - Sabía que la respuesta sería negativa, porque era muy raro verlos fuera de las gruesas protecciones de los colegios de magia e incluso si contaban con algún dotado para las artes arcanas no instruido en los colegios tampoco me lo dirían, pues mi deber como cazador de brujas era acabar con él.

Sí- le digo al cabo- parece que los rumores sobre esa aldea han llegado incluso al cuartel de mi orden en Altdorf, pero me gustaría contrastarlos con alguien de la zona.- bajo el tono de voz para que mis palabras solo las escuche el cabo y miro con algo de desprecio hacia el noble que está hablando con mis hombres en lugar de combatir contra los pieles verdes - Alguien que sabe lo que es un buen combate y no tiene miedo en mancharse la ropa con sangre verde... Alguien que sabe distinguir el grano de la paja cuando escucha un disparatado rumor.... Alguien que es capaz de descubrir quién es el lider de un destacamento de cazadores de brujas y habla con él, en lugar de con sus subalternos.

Parecía que nos habíamos ganado la confianza del cabo y era el momento de obtener información. Como te enseñan durante tu periodo de instrucción en la orden, la adulación era igual o más efectiva que la totura; sobre todo si no puedes torturar a quien deseas que hable.

El hombre te miro de arriba abajo, y mirando de reojo a Uwe:

-No sois los primeros que pasais por aqui de vuestra orden- dijo dubitativo -pero se de buena tinta por un primo por parte de mi mujer que en Tauer hay problemas, problemas que no todo el mundo esta dispuesto ha admitir- dijo acercandose a ti -problemas de corrupcion y de mutacion- dijo haciendo un gesto para espantar los malos ahugurios por lo que habia dicho, -mi primo politico trabaja en los establos, es un poco regordete y calvo pero si les decis que vais de mi parte, os contara lo que el mismo me ha contado a mi con mas detalle- mientras decia esto se sacaba un medallon que tenia bajo la camisa colgado, se destrabo una llave gorda de acero y la entrego rapido y con disimulo, con los ojos como platos te dice -entregadle esto para que sepa que vais de mi parte y porfavor cuidaros las espaldas- dijo nervioso, ya estaban pasando suficientes cosas raras en Bissendorf como para preocuparse de Tauer, pero estando tan cercas uno nunca sabia que podia pasar, y mas a las puertas del invierno.

Gracias Elrum- le dije guardandome entre las ropas el medallón- Eres un buen hombre y un buen ciudadano imperial. a partir de hoy cuentas con un amigo entre la orden de los Templarios de Sigmar.

Las risotadas de los goblins parecían haber cesado tan pronto como el hacha hendió la carne de uno de ellos, haciendo saltar la sangre y que los pieles verdes se pusieran a intentar golpearme pero, tan erráticos y desesperados eran sus golpes que ninguno logró encontrar donde herir y todos pasaron lejos de mi cuerpo.

- Ahora os enseñaré como se hace, renacuajos verdosos- gruñí disponiéndome a lanzar un nuevo ataque pero, justo entonces, el sordo sonido de un virote al hundirse en blando y el chillido ahogado del goblin clavado al barril me hizó mirar de reojo, sin descuidar el combate, solo para ver como un nuevo virote le había crecido en el cuerpo

O te das prisas o se convierten en erizos antes de que acabes, perezoso- me arengó Borki provocando únicamente una retahíla de palabras malsonantes sobre los cabezas huecas que disparan a un cuerpo a cuerpo con una ballesta.

Así, sin más dilación, volví a descargar el hacha sobre el goblin herido... pero el disparo al goblin y los chillidos de este lograron ofuscarme lo justo y necesario como para hacerme que golpeara el aire para mayor frustración

El hombre temeroso en este caso de no ayudar lo suficiente hace un gesto de asentimiento con la cabeza. Ha enmudecido por un segundo e intenta concentrarse en lo que estaba haciendo, ver si quedan intruso en la casa y es lo que va ha hacer lentamente.

Los goblins ya no tenian mas ganas de reirse, y se habian tomado muy en serio la defensa de aquel barril. Aunque su "companero" moria desangrado lentamente mientras lastraba el barril de una de las manos de su companero que no tuvo mas remedio que soltarlo.

Aquellos se les complico a aquellos dos pillos verdosos, pero parecia que de momento veian bien el enfrentamiento un dos contra uno siempre es un buen numero y era cuestion de tiempo que aquel enano doblara una rodilla. Una lanzada paso de largo por encima de la cabeza de Kudrim mientras, un cuchillo fallo buscando el abdomen del enano, el enano tenia una determinacion de hierro, gracias al peso de siglos de rencillas con estos seres y los lazos negativos que se habian asentado en sus corazones.

Aquel senor se subio apenas el visor del yelmo para ver a Adalberto perfectamente despues de aquella impertinencia:

-No zuelo precentarme a zubordinadoz o a mequetrefez maleducadoz- dijo muy grosero sabedor de su posicion en aquel momento y en aquel pueblo-pero yos Uwe Pästch zoy conosssedor de cuando estoy en precccenssia de hombrez valientez- dijo relajando el tono ligeramente.

Hizo un gesto a uno de sus hombres que iban tan bien pertrechados como el, para que se adelantara:

-Ahoras no tezgo tiempo para uztedez pero ...-dijo bajandose el yelmo mientras acababa la frase -zi me indicaz que haceiz aqui y en que puedo ayudazr hare algo al rezpezcto- dijo esperando una contestacion rapida.

El resto del grupo quejo en silencio, menos Hans que ya habia llegado a la altura del grupo, y podia incorporarse a la conbersacion si asi lo deseaba. El goblin capturado no dijo, "ni esta boca es mia" y permanecio en un increible mudismo.

Los pieles verdes seguian en sus trece sobre mantener el botin en su poder pese a que otro de los suyos habia muerto... Aunque no bajo mi hacha. Aprete los dientes, maldije para mis adentros y aferre mis armas dispuesto a despellejar a aquellos dos microbios verdes.

Uno muerto por mis saetas y con Kudrim enzarzado en combate contra los dos goblins, es el momento de ayudarle. Recupero la ballesta del enano de manos del soldado y sin pensarmelo demasiado apunto al goblin que no está herido y disparo al cuerpo a cuerpo.

En el momento que el proyectil abandona la ballesta y veo su dirección, me pregunto como se tomará Kudrim que haya puesto en serio riesgo su vida.

Adalberto escuchó las palabras del noble, en una posición de absoluta sumisión para compensar su previa impertinencia. Realmente no sabía que hacer ni responder al respecto, así que decidió simplemente decir la verdad e intentar conseguir la necesaria información para llevar a cabo su misión en el frío norte y marcharse de allí cuanto antes.

- Mi señor Pästch, somos un grupo que se dedica a dar caza a las oscuras criaturas que moran todo el Viejo Mundo, con la esperanza de mantener a salvo a sus gentes. Hemos sabido que nuestros superiores mandaron a otro grupo antes que a nosotros, y nos gustaría saber si fuera posible, si usted sabe algo de ellos o de la amenzada a la que nos enfrentamos. Algo reseñable?- Tomó aire antes de seguir hablando - Además de esa ayuda, cualquier otra del tipo suministros o herramientas de trabajo que se nos puedan facilitar ayudarán enormemente a que nuestra misión llegue a buen puerto.

El estaliano hacia claramente referencia a algún tipo de emolumento por parte del noble para poder financiar su estancia en el norte, y probablemente conseguir mejor equipo de cara a enfrentarnos a una amenaza mayor.

- Y por cierto, que ha traido a los goblins atacar esta aldea? De hecho se lo ibamos a preguntar a éste, pero parece que habrá que hacerle hablar...

Leonard desistió de la búsqueda en cuanto llegaron más "invitados", casualmente una vez había terminado la "fiesta". No dijo nada, se limitó a escuchar la conversación de Adalberto mientras no le quitaba el ojo a los recién llegados...