El Caballero alzó la espada y apretó el paso... calculó que se encontrarían ambos contendientes a la vez y el aspecto de aquel tipo, desencajado y fuera de sí, le sobrecogió. Pero su determinación no menguó ni un ápice... si conseguía pararlo... si lograba aplacar sus primeros golpes podría hacerse con él en poco tiempo. La armadura del contendiente no eran más que unos harapos y, aunque la del santiaguista distaba mucho de estar en su mejor momento, el sable del otro podría hacer mella en la carne de Aleixo si tenía suerte. Pero si Aleixo lo vencía, entonces habría una posibilidad de rescatar a Don Carlos y darle al pobre Roderigo un entierro cristiano.
- Antón... ¡ve a por el cura!
Perdón por el retraso. La semana pasada tuve curro a tope... esta ya no :(
Antón blandió su acero con la mano diestra mientras miraba enfurecido al cura. Escuchó las palabras de Aleixo y se dispuso a enfrentarse con el supuesto hombre santo pues, ahora que estaba seguro que no era tal, estaba dispuesto a verter la sangre de aquel hombre en nombre de Dios.
Pues eso, gasto el turno en ir como ya habia declarado :)
El fanático ya a distancia "buena" para pelear gira sobre sí mismo cual grácil bailarín y golpea con la hoja de su espada en plena cara del Santiaguista, saltándole tres dientes y haciéndole un corte en la lengua, de manera que ésta aunque permanece en la boca queda casi partida por la mitad. El golpe es tal, que Aleixo trastabilla y apunto está de caer al suelo del golpe y sobre todo del acuciante dolor que haría desmayarse a cualquiera, pero el de Santiago es un jabato y aguanta en pie como buenamente puede, mientras tanto, Antón se coloca frente al sacerdote, muy cerca de los dos hombres y de Don Carlos, que con la cabeza gacha no dice nada.
Uno de los dos hombres, al ver a Don Antón tan cerca, desenfunda una almarada que lleva al cinto y ataca al de Muel pero la Coracina detiene prácticamente el impacto, llevándose su cuerpo una mínima parte del navajazo.
Motivo: ataque 1
Tirada: 1d100
Resultado: 7
Motivo: ataque 2
Tirada: 1d100
Resultado: 74
Motivo: local daño 1
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: daño 1
Tirada: 1d6
Resultado: 3(+1)=4
Motivo: daño 1
Tirada: 1d4
Resultado: 4
Motivo: secuelas cabeza
Tirada: 1d10
Resultado: 6
Motivo: desmayo Aleixo?
Tirada: 1d100
Dificultad: 42-
Resultado: 37 (Exito)
Motivo: ataque 1 hombre
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 17 (Exito)
Motivo: local 1
Tirada: 1d10
Resultado: 8
Motivo: daño
Tirada: 1d6
Resultado: 6
daño 8 x2 = 16
Bacinete pierde 16 (réstatelo)
Aleixo pierdes 12 PV te quedas a 2 PV (réstatelo)
Secuelas: Lengua cortada, el golpe te rompe varios dientes y te corta la lengua. elocuencia, mando, cantar y hablar cualquier idioma se reducen a 0. En definitiva, todas las competencias de COMunicación a 0, pero no el atributo que sigue igual.
Antón tu coracina pierde 6 de res (réstatelos) y tú pierdes 1 PV (réstatelo también).
Turno:
Aleixo
Antón.
Pero antes de que pueda suceder algo más, al fondo de la pequeña "plaza" de arena frente a la iglesia, aparecen a la carrera Samuel y Yejiel que vienen como alma que lleva el Diablo. Los dos hombres llegan a tiempo para ver cómo Aleixo recibe un espadazo en toda la cara de un malnacido con pinta de peligroso y de cómo Antón recibe una cuchillada en el estómago, muy cerca de donde está el de Muel está Don Carlos acompañado por un gañán que le hace de guardián, el de Mayoral va atado con una soga... frente a ellos y bajo el arco de la Iglesia está el sacerdote apóstata, el tal Lope que comienza a gritar a los presentes.
- ¡ POR DIOS Y POR LA VIRGEN! OSÁIS PROFANAR ESTA SAGRADA TAREA - señala a una pira en la que se está consumiendo el cuerpo del pobre Roderigo entre llamas y luego señala otra pira apagada pero preparada para Don Carlos -LA IRA DE DIOS YA HA COMENZADO Y ACABARÁ CON TODOS VOSOTROS. ¡ QUE NO QUEDE NINGUNO EN PIE PERO NO LOS MATÉIS DEL TODO! ¡ LAS LLAMAS HAN DE PURIFICARLOS!
Fue en éstas cuando el de Mayoral levantó la vista, miró directamente al arco de la Iglesia y comenzó a murmurar algo que no escuchábais, acto seguido gritó Matamoros y sorpendente e inexplicablemente, la escultura de Santiago Matamoros que había sobre el arco de la iglesia se desprendió de forma súbita y cayó sobre la cabeza del Sacerdote, se escucharon los chasquidos de los huesos del cráneo y el hombre cayó allí mismo.
-¡No oseis mencionarlos pues vos trabajáis para el mismísimo diablo!-gritó Antón enfurecido por aquella blasfemia. Ni siquiera había visto lo que le había ocurrido al caballero pero en ese día acabarían con aquella locura aunque cayesen en el intento. Tras descargar el golpe sobre aquel hombre abiró los ojos al ver lo que acababa de suceder sin poder explicarlo.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Dificultad: 78-
Resultado: 5 (Exito)
La otra acción es parar con la espada por si me atacan.
Creo que 5 es crítico asi que le hago 11 puntos de daño si no me equivoco.
Falta la localización Antón.
Joder... ni siquiera he hecho declaración de intenciones. ¿Ni derecho a esquivar o a detener?
El Caballero quedó perplejo ante la fuerza y la violencia con la que el tal Honesto había arremetido contra su persona. La boca se le llenó de sangre y con ésta la furia se inflamó en su interior. La capacidad asombrosa por no desfallecer hizo que el Santiaguista permaneciese en pié y con suficientes redaños como para dirigir dos poderosas estocadas al atacante. La primera en el vientre del oponente y la segunda en pleno torso. Probablemente aquellas estocadas no habrían sido de lejos las más limpias y bien colocadas de su vida de guerrero al servicio de la Iglesia... pero probablemente fueron de las más llenas de ira e instinto homicida.
Motivo: Ataque
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 49 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Motivo: Mod. Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Motivo: Localización
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Motivo: Ataque 2
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 40 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 1d10
Resultado: 7
Motivo: Mod. Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5
Motivo: Loclización
Tirada: 1d10
Resultado: 4
A partir de ahora me abstengo de llevar "la voz cantante"... y el que se dirija a mí como "el mudo" lo rajo de arriba a abajo. :P
El Vizconde Atraviesa de parte a parte el pecho del hombre que acaba de rajarle, en una estocada perfecta, de espadachín consumado. El de Muel pese a tener un brazo inerte con el otro se maneja la mar de bien, y a las pruebas nos remitimos... pero sorprendentemente, aquel aldeano que no tenía ni media hostia, se mantiene en pie mientras la vida se le sale entre las costillas, eso sí, el hombre empieza a respirar con dificultad y Antón tiene que hacer verdaderos esfuerzos para retirar la espada de entre las costillas del hombre.
Aleixo enarbolando su espada describe un acto perfecto rajando el abdomen del tal Honesto en su primer golpe y atravesando el pecho en su segundo,clavando la punta de su espada justo debajo de las costillas, por debajo del hueso que llaman esternón.
Honesto se desploma como un fardo y en pocos segundos su sangre riega la tierra de la plaza.
Motivo: secuelas pecho
Tirada: 1d10
Resultado: 4
Motivo: desmayarse?
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 40 (Exito)
Motivo: secuelas honesto
Tirada: 1d10
Resultado: 8
Motivo: desmayarse honesto?
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 51 (Exito)
Motivo: secuelas honesto 2
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Hombre 1 res 4, herida en abdomen.
Honesto res 20 -12= 8, herida en pecho.
Honesto res 8 -12 = -4 , en 16 turnos morirá, inconsciente.
Pueden actuar ahora
Samuel
Yejiel
Ante vosotros véis una plaza de tierra circular en la que hay una iglesia, en la puerta de la iglesia hay un sacerdote, frente a él a poca distancia está Don Carlos maniatado y escoltado por un hombre que llevaba a Don Carlos a una pira sin encender a su izquierda, junto a esa pira hay otra encendida en la que está ardiendo el cuerpo de Roderigo (la luz que vísteis), Aleixo cuando llegáis casi muere por culpa de un hombre con el que traba combate, mientras que Antón combate con un hombre que va armado con una daga.
Ahora Aleixo ha tumbado al hombre contra el que luchaba y Antón ha dejado muy malherido al suyo. Hay otro hombre junto a Don Carlos y el sacerdote yace despatarrado en la entrada de la iglesia, aplastado por la imagen de Santiago.
Esa es la situación.
Llegamos a tiempo para ver lo que habían hecho al pobre Roderigo aquellos malnacidos. Puede que fuera un bribonzuelo pero con nosotros siempre había sido honesto, desde luego no se merecía morir así. La situación era tensa, mientras Aleixo, que parecía herido, daba cuenta de su enemigo con el acero que tan bien manejaba, Don Antón peleaba con tesón contra uno de los gañanes.
Con el arco entre las manos, tomé una nueva flecha y disparé al infeliz que luchaba contra Don Antón, seguramente mi señor los eliminaría pronto pero no había tiempo que perder, cuanto antes temináramos con aquello antes podríamos marcharnos para no volver jamás a aquel maldito lugar.
Motivo: Disparo Arco
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 89 (Exito)
Motivo: Daño
Tirada: 2d6
Resultado: 8
Motivo: Localizacion
Tirada: 1d10
Resultado: 2
*Jajajajaja Casi fallo, madre mia jajajajaa
El hombre recibe la visita de una flecha en su brazo, que parece que se instala para quedarse. No puede resistir otra herida más y se tambalea, da dos pasos hacia detrás y cae de rodillas, ahciéndose un ovillo acto seguido y perdiendo el sentido.
Turno de Yejiel, recuerda que estás a distancia, tendrías que emplear todo el turno en acercarte.
Parecía que mis compañeros se habían encargado de sus problemas. Así pues, me tocoba a mí la misión de ayudar al líder de todo esto.
Así, me aproximo hacia éste, mientras comienzo a tantear mi talismán, para tenerle preparado. Mientras lo hago, grito—. ¿Y después de lo visto seguís pensando que actuáis bajo el amparo de Dios? ¡No seáis necio, soltad a ese hombre y salvad la vida!
Seguramente no convenciese al hombre con mis palabras, pero le daría credibilidad al asunto que venía después.
Motivo: Elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 42 (Fracaso)
Pues nada, si tengo que emplear todo el turno en acercarme, me acerco. Eso sí, tiro comunicación mientras lo hago, para intentar hacer algo útil.
Si no puedo, ignora la tirada, aunque fallo de todas maneras.
Las palabras de Yejiel parecen terminar de persuadir al hombre de que no era buena idea seguir allí ahora que el sacerdote - que era realmente el instigador de todo - había muerto en tan extrañas circunstancias. El hombre no había tenido tiempo de plantearse si había sido el Altísimo el que había castigado al sacerdote por apóstata, simplemente tenía miedo y su propio instinto de conservación hizo que echara a correr, aunque no todo lo rápido que debiera.
Motivo: correr
Tirada: 1d100
Dificultad: 35-
Resultado: 76 (Fracaso)
Si Samuel quiere abatirle, ahora es el momento. Si no es así, acaba el combate y podéis actuar libremente.
Maniatado de manos y de pies, que apenas podía andar levantó la cabeza sin creérselo del todo y susurró de nuevo una plegaria tras lo cual gritó
- ¡ SANTIAGO! ¡ SANTIAGOOOOOOOOO!-era un grito de desesperanza más que otra cosa. Don Carlos ni siquiera reparó en vosotros, ni en nada de lo que le rodeaba, parecía como ido...
El Caballero de la Orden de Santiago meneó la espada en el aire. Aún seguía henchido de ira y haber acabado con Honesto no le había saciado. Sin embargo el combate había finalizado. El último de aquellos gañanes huía despavorido ante el impasible Samuel que, ahora generoso, le perdonaba la vida cometiendo una imprudencia crucial.
Aleixo fue a hablar para advertirle del error que cometía al dejarlo libre pero el dolor volvió con más furia acompañando una densa bocanada de sangre amarga y el recuerdo de que jamás volvería a articular palabra. Rodilla en tierra escupió la sangre y se cubrió la cara con la mano para limpiarse y así ocultar una velada lágrima. Mudo... ¿sería ese el castigo a tanta confesión vana? Tras años y años de matar, ¿se había cansado Dios de oírle en falsas y vanas confesiones sobre el arrepentimiento de sus crímenes? Quizá era así... quizá era lo más apropiado para alguien como el Caballero.
Docenas de veces había andado aquel camino y sin embargo ninguna había sido como aquella. Aún tenían jornadas por delante... si conseguían salir vivos de las tierras de Maragatos... pero aquella vez, aquel Camino, cambió la vida de Aleixo d'Ocampo para siempre.
Haciendo fuerzas de flaqueza el santiaguista se volvió a poner en pié, envainó la espada y comenzó a correr en dirección a Don Carlos. Había que hacerle callar... había que levantarlo aunque fuera a rastras y había que buscar unos caballos para huir lo más rápido posible. No era momento de venirse abajo.
Al pasar por su lado escuchas a Honesto susurrar entre dientes
-El caballero de la piedra, mi amo...diario...
El Caballero parece que escucha algo procedente del cuerpo inerte de HOnesto... algo murmura con el último hálito de su vida. Aleixo se arrodilla y le zarandea. No termina de entender el objeto de sus palabras.