Partida Rol por web

- En ese caso, ya - dijo Itsua recogiendo todas sus pertenencias -. Y Vladymir, la disciplina de Arlesha es la que ha hecho que Tercio y yo sobrevivamos y en consecuencia, que la misión tenga más posibilidades de éxito. Una vida a cambio de dos - dijo fríamente -. Pero sea como sea rezaré al emperador para ver cómo la recriminas. Mejor eso que llorar sobre su cadáver. Bloque habitacional 7-17 - concluyó escuetamente en referencia a la dirección a la que debían dirigirse.

Tercio pudo oír lo que dijo Arlan, pero no dijo nada. "¡Más bien todo lo contrario! Es la disciplina de Arlesha la que hará que todos acabemos como ella si la seguimos".

- El grupo de cinco Acólitos (o más bien cuatro y un Aspirante) abandona el Hostal.

- Entiendo que lleváis todo vuestro armamento y la mayor parte del equipo.

- Las calles están totalmente a oscuras por lo que se hace necesario el uso de quimilámparas o linternas. Eso a su vez os hace visibles (o al menos a vuestra luz) desde una gran distancia.

Itsua estaba preocupado. La misión y el salvamento de la arbitradora parecían ahora inextricablemente unidos. Si daban con su paradero, sabrían donde estaban aquellos monstruos y su misión habría avanazado enormemente en su resolución. Y aunque la prisa le carcomía, no había lugar para las improvisaciones ni los riesgos innecesarios, así que avanzó andando hacia el mercado con una linterna en su mano izquierda y el arma láser en la derecha.

La preocupacion por la situacion de la arbitradora era un factor presente pero mas bien secundario ante la perspectiva de la mision y su posible fracaso. Eso no era tan así para mi, pues sentia mucho aprecio por ella y al ser miembro del grupo al que pertenezco, pasaba a ser de alta prioridad su sobrevivencia. Quizas por mi personalidad mas bien fraternal o por la educacion valorica recibida en un mundo mucho menos hostil que el promedio de los planetas humanos, siento la necesidad de rescatarla y dar todo de mi parte para cumplir los dos objetivos, sin tener que elegir uno de entre ellos.

Es por eso que marchaba rapidamente a la derecha de Arlan, con mi revolver en la mano derecha y mi espada desenvainada en la mano izquierda, guiandome por la linterna del Psiquico, al que le hablo en voz baja:

 - "Sé que no podemos ir sin luz, pero somos un blanco muy facil asi. No solo debemos preocuparnos por los mutantes, pues el Magistratum tambien caerá sobre nosotros si nos ven."

Le sigo de cerca, atento a cualquier cosa que pudiera suceder.

- No tenemos opciones, Tauron. Y todo Coscarla es un puto agujero de podredumbre. Cualquiera que pulule por sus calles de noche solo puede ser presa o depredador. Yo he elegido ser depredador. No puedo permitirme otros lujos. Verás, durante nuestro entrenamiento antes de llegar a aquí, fracasé. Y fue duro. Si volviera a hacerlo, sufrir de nuevo esa humillación, ese dolor, aquellas torturas... Antes prefiero morir. Estos monstruos a los que nos enfrentamos... mi entrenamiento casi fue un aviso de lo que podía ocurrirme aquí. Ver el cadáver de Saúl Arbest fue una cosa. Haber visto hoy a esas criaturas, ser testigo del horror que emana de su presencia, su fuerza, su poder. Pensar que podemos acabar siendo víctimas de tan horrible atrocidad, pensar que otros pueden llegar a serlo, desequilibrando el orden natural del imperio. Tauron, esto es una afrenta al mismo Emperador. En tu lenguaje, un verdadero anatema, una herejía. Así que si hemos de ser un blanco atractivo para la escoria de este lugar, lo seremos, si con ello conseguimos destruir a esos monstruos y sus creadores. Y si conseguimos salvar a Arlesha, cosa que dudo, será un logro añadido. Si no, le daremos la muerte que ella se merece. Una muerte digna - dijo el psíquico con una voz en las que sobrevolaban la rabia y el deseo de venganza.

Respondo a las palabras de Arlan, pues nada de eso es lo que me preocupa:

 - "No me interesa la basura local, pero si los Agentes del Magistratum nos intentan detener, ¿Que haremos? ¿Tenemos permiso para acabar con Agentes de la Ley y el Orden Imperial? Eso es lo que me molesta, no saber qué puedo y no puedo hacer. Imagino que a falta de indicaciones precisas, la responsabilidad cae en nuestro lider actual."

Sigo con mi camino, distraido de la conversacion para mantenerme atento a lo que nos rodea.

- Tauron, hablando del Magistratum, ¿por qué te ordenaron volver al hostal? No es una pregunta gratuita. De tu respuesta y de lo que te cuente, pueden depender varias cosas, incluso el qué deberemos hacer si un Agente del Magistratum se interpone en nuestro camino.

Vladymir comprobó el estado de su quimilampara, colgando del cuello sobre su pecho. Combatir en esas condiciones iba a suponer un duro trance para el maltrecho grupo, pero la perdida de un miembro seria igual de devastador en su debil moral. Quizas el hecho de que el miembro en peligro fuese feminino aviva ciertos instintos irracionales que durante tanto tiempo habian prohibido la presencia de mujeres en unidades militares mixtas. Eso y las violaciones, claro.

"Guardad la chachara epica para cuando nos den medallas, hagamos nuestro trabajo lo mas rapido posible y lo mas cautelosamente que podamos. ¿Por donde es?" -espetó secamente Vlad mientras avanzaba en dirección a la plaza sur.

Con las palabras de Arlan recuerdo que no tuve oportunidad de contarle a ellos mi inquietud, por lo que comienzo de inmediato:

 - "Tuve que ser muy conciso cuando hablé con Arlesha pues era seguido de cerca por el Agente. Estaba haciendo la guardia cuando se me acerco visiblemente alterado y apuntandome. Comenzó a interrogarme sobre qué es lo que hacia allí parado, a lo que mentí diciendo que iba a ver a un amigo que vivia hace tiempo en ese bloque pero que parece que ya no estaba. Él ignoró mi respuesta y me pregunto sobre el grupo que venia conmigo desde el tren, a lo que contesté que eran mis compañeros mercenarios, ex-compañeros desde que yo sufriese un accidente que me dejase como un cojo. Me preguntó donde estaban y respondí que en el Hostal, por lo que me ordenó que volviese al Hostal bajo pena de arresto. Mientras caminaba, el tipo me seguia visiblemente desconfiado, por lo que mi mensaje fue tan poco informativo, pero todo fue muy perturbador, porque nos hace pensar que, o el Magistratum sabe de las desapariciones y eramos sospechosos, o esta metido en eso y no quieren que interferamos. Aun asi, quedé con la impresion de tener que preocuparme mas de los Agentes de lo que pensabamos en un principio."

Miro hacia atras, para asegurarme que nadie nos siga.

Itsua miró a Valdymir durante una sola micra de segundo. Le resultaba evidente que su súbito ascenso en el escalafón lo iba a amortizar rápidamente estableciendo sus propias reglas, paridas por un cerebro establecido entre sus nalgas y que en ocasiones solo vomitaba mierda. Si no sabía dilucidar la verdadera razón de su conversación con el acólito, es que era más estúpido que sus propios bigotes.

- Tauron - susurró al acólito de tal modo que solo él pudiera oírle -. Lo que me dices me hace aún más evidente que el Magistratum está implicado en todo esto. De algún modo ha caído bajo la corrupción y basura que constituyen los cimientos de Coscarla. Reflexiona. Lili nos dijo que cuando alguien denunciaba una desaparición, también desaparecía. Una forma de eliminar a indeseables que exigían una investigación. Ella estaba en el bloque habitacional del que te despidieron, asegurándose de paso que llegabas a tu destino. La mujer había dormido en el apartamento de su hermano, lo cual le había salvado la vida, pues había comprobado aquella mañana que, por la noche, alguien había asaltado su apartamento. Tras tu marcha, y justo oscurecer, hicieron su aparición dos de esos monstruos buscando nuevamente a Lili. Estoy convencido de ello. Tú no estabas, pues el agente te había mandado de allí sin razón alguna, salvo que supiera que esas criaturas iban a hacer acto de presencia. De algún modo te salvó la vida, pero también hizo desaparecer a un potencial testigo. Tauron, el Magistratum o al menos sus agentes de Coscarla son fruta podrida. Si se cruzan en nuestro camino, sé lo que debemos hacer. Pero también que debermos obtener pruebas para exculparnos y demostrar su colaboración en esta atrocidad.

Me acerco a Arlan para que nadie mas escuche la conversacion y le respondo:

 - "Es justamente lo que pensé. Ahora que pones tu perspectiva vivida ahi, mas las evidencias que tenemos, esta mas que claro que estan corrompidos y son herejes. Solo son dos los factores que me inquietan: ¿Que tan arriba en la escala de mando del Magistrutum llega la podredumbre? y por otro lado, la increible atencion que tenian de nosotros me hace plantearme algo malo, pero que veo muy dificil: ¿Habrán obtenido informacion de nuestro arribo, desde alguien que supiese de nuestra venida antes de comenzarla? Lo veo improbable, pues es mas factible que hayan sido puestos sobre aviso cuando presentamos nuestros pases para venir a Coscarla, o al momento de bajar del tren. Aun asi es una posibilidad."

Mantengo el paso junto al Psiquico, pues en su charla encuentro mayor complicidad que en la brutalidad innecesaria de nuestro nuevo lider.

- Dudo que la corrupción haya traspasado las fronteras de Coscarla - murmuró a Tauron -. Este es un pozo infecto, fácil de controlar, donde la gente vive con miedo y donde rápidamente han aprendido a callar y a esconderse. Es un lugar de experimentación y sea con el miedo o con dinero, han logrado la connivencia del Magistratum local. Controlar las entradas y salidas de la estación es muy sencillo. A partir de ahí es fácil limitarse a vigilar a quien haya llegado y pueda ser considerado como un factor de riesgo. Puede que nuestras identidades sean secretas, que realmente podamos pasar como mercenarios malencarados, pero no por ello dejamos de ser un grupo llamativo y sobre el que ejercer una vigilancia preventiva. Imagino que ha sido el Agente Locan quien te echó del bloque habitacional y es el agente local del magistratum. Si hoy no conseguimos nada, Tauron, él deberá ser nuestro objetivo. 

La pérdida de Arlesha le irritaba, pero no en la misma forma que a los otros. Para Tercio, había dos clases de soldado que morían: los héroes y los inútiles. Y cuando uno de esos soldados estaba al frente de una unidad, sección o destacamento, lo normal era que lo arrastrara con él en su destino. Por eso, aunque el rescate de Arlesha era un paso necesario en su misión, si Arlesha estaba aún viva o muerta era secundario, e incluso si de algún modo les había dado tiempo a modificarla y aumentarla y tuvieran que enfrentarse a ella, Tercio no dudaría en disparar.

Tercio avanzaba decidido con el grupo, una mano con la quimilámpara, la otra sujetando su rifle.

Aunque en un principio habían avanzado bajo el amparo de la oscuridad, Tercio acababa de encender su quimilámpara, convirtiendo la noche en sombras amenazadoras. Pero al menos ahora podían ver si algo los atacaba.

Lazerus caminaba en silencio junto a sus compañeros, que se internaban en las calles de aquella apestosa y sucia ciudad, sin dejar de mirar a un lado y a otro, en previsión de la emboscada que, estaba seguro, sufrirían en breve.

Sus manos biónicas aferraban con determinación la carabina láser, el tenosacerdote moviéndose el el mayor silencio de que era capaz, imaginandose que aquella situación podía zanjarse mediante simples ecuaciones matemáticas, si lograba abarcar todos los factores y variables intervinientes. Y por ahora, carecía de muchos de ellos.

Un breve vistazo atrás, permitió ver a Itsua que el equipo se mantenía apiñado y que nadie había quedado atrás. Frente a ellos, el mercado con sus tenderetes ahora vacíos de la mísera mercancía que en ellos se vendía, así como de gentes. Su quimilámpara iluminaba escasamente unos pocos metros.

- Avancemos juntos Tauron. No te quedes atrás. Aquí, la oscuridad no es amiga de nadie.

Me mantengo al lado de Arlan para guiarme por su luz, y le respondo a sus palabras:

 - "Gracias Itsua. Sé la luz que guie a mi mano, junto con la de nuestro Dios-Emperador, que nunca nos abandona."

Camino siempre a su lado, preparado para responder a cualquier ataque.

ASALTO 37:

- El grupo entero avanza en la ocuridad hacia el mercadillo ahora desierto.

[Vamos, no debemos quedarnos rezagados] musitó el tecnosacerdote a Tercio, siguiendo el rápido ritmo que sus otros dos compañeros imponían.

El haz de luz de la quimilámpara seguía colocando al grupo en una posición vulnerable, mas poco podían hacer al respecto...