Partida Rol por web

- ARLAN y TERCIO fueron ingresados con múltiples heridas de bala. Afortunadamente en ambos casos fueron heridas limpias, que un mes después y con los mejores cuidados disponibles ya están prácticamente del todo curadas.

- Puede que quede alguna cicatriz, alguna marca, aunque en general ambos fueron los que mejor parados salieron físicamente.

Arlesha entró en la sala en la que estaban los demás. Andaba despacio, cansada y seria. Se sentó junto a Tercio y lo miró con una leve sonrisa igual de cansada que ella -Ese vocalizador no tiene la culpa de que seas tan bueno en combate pero tan torpe con los informes. Si te puedo ayudar con algo, dímelo.

Arlesha se recostó en el asiento y se quedó pensativa, casi sin esperar la respuesta de Tercio. En su mente aún resonaban las preguntas repetitivas del interrogatorio y las dudas planteadas sobre ella en sí misma. A partir de ahora tendría que cargar con la duda de su lealtad, y de su interior, para siempre. Posó su mano sobre su estómago y la dejó allí, tal vez sintiendo algo de lo que ya era parte de ella, algo que ya no producía dolor físico, pero si emocional.

- "Veo que ya puede caminar sin ayuda, Señorita Rais. Lo celebro." -

Cuando Tercio me hacia ver su punto de vista optimista, siempre lograba sacarme una sonrisa y creo que de a poco comenzó a subirme el animo, aunque yo solo queria sumirme en mi frustración. Su terapia daba resultado y para cuando Arlan nos fue a visitar, mi animo ya estaba más recuperado:

 - "Hola Itsua, me da gusto verte bien. Me encuentro mucho mejor y mi pierna no está peor, por lo que puedo estar conforme."

El recordatorio de mi informe de misión me devuelve a la realidad y me levanto con mi pierna a rastras para encontrar lo necesario para escribirlo y entregarlo. Me siento y comienzo a redactarlo, haciendo callar a todo el que meta ruido con el tipico sonido entredientes.

A su lado resuena la voz del Adepto -Gracias Adepto Asclates...

El informe...

No sabía si sería capaz de hacerlo, de hecho, no estaba segura de poder hacer nada más que no fuera hacerse a la idea de la situación actual...

- "Por el estado en el que llegaron, sé que han sufrido mucho durante el transcurso de su última misión. Personalmente, no puedo evitar sentir compasión y solidarizarme con ustedes. Lamentablemente, los Sagrados Ordos a los que fielmente servimos no se rigen por los sentimientos o la misericordia..." -

- Me alegra saberlo - respondió el psíquico al Iniciado -. Y me consuela también saber que cuando me persigas para exorcizarme y quemarme en la hoguera por herético, correré más que tú - dijo con una media sonrisa. Sí, las cosas parecían haber cambiado. Hacía unos meses, un comentario similar estaría cargado de intención. Ahora simplemente, subyacía la camaradería propia de los miembros de un equipo -. Arlesha, veo que tú también estás en pie. Eso es bueno - un simple cabeceo afirmativo acompañó sus palabras. El recuerdo de Lazerus perviviría en el tiempo, mientras ellos siguieran vivos. Esa era ahora su principal misión, su objetivo. Recuperarse y sobrevivir -. Adepto Asclates - saludó ante la inesperada presencia de este, guardando un momentáneo silencio a continuación -. Quisiera formular una petición personal. ¿Podemos organizar una comida o cena privada para nosotros, para los cinco? Necesitamos hablar, necesitamos despedirnos..., necesito despedirme de alguien que ya no está aquí, pero fue uno de los nuestros.

Tercio avanzaba lentamente con su informe. Tras la oferta de Arlesha se dió cuenta de que en sus maltratos había un punto de frustración por la pérdida de Lazerus, en parte por no obedecer sus órdenes y en parte por no poder darle las órdenes adecuadas. El fallo de Lazerus y su pérdida era responsabilidad de Tercio al ser él el lider en aquel momento y eso le afectaba. Tercio necesitaba olvidar todo aquello...

- Tienes razón, Arlesha... - su tono serio cambió por otro mucho más cálido... - Sí, sí que puedes ayudarme... - una sonrisa se perfiló en su rostro, una sonrisa que implicaba segundos pensamientos.

Vladymir repasó por una vez mas su bigote. Tras las multiples operaciones e intervenciones quirurgicas avanzadas, su profusa barba habia sido exterminada hasta unos pocos pelos que terminaron siendo arrancados por clemencia y estilo. Ahora su bigote era lo unico que lo acompañaba.

Si exceptuaba la horrible cicatriz que el impacto de revolver le habia dejado en el rostro. Una placa metalica con remaches la cubria la parte izquierda de la mandibula inferior. Trozos de piel sintetica, cultivada o transplantada de un maciliente color amarillento le cubrian retrazos de la mejilla, menton y cuello para rematar el salvaje remache que adornaba ahora su cara.

La comisura del labio inferior habia quedado para siempre estabilizada en un ligero rictus de desaprobación. No es que el combate hubiese dejado una actitud desaprobatoria perpetua en Vlad, sino que parte de la piel habia cedido ante los remaches metalicos que sujetaban ahora el hueso.

Unicamente un leve vendaje en la parte anterior del craneo, probablemente donde el cartucho habia entrado, terminaban de determinar que Vladymir habia vuelto de un letal enfrentamiento con el enemigo. Por lo demas, parecia ser el primer dia de entrenamiento en aquella luna. O quizas no.

Realmente, esta sería la primera vez que Vladymir podria hablar con sus compañeros de misión sin la presión del fuego enemigo a cada instante. Y lo unico que sus camaradas podian preveer en su rostro era un cierto disgusto. Pero quizas era unicamente la cicatriz.

"- ¿Una cena romantica, Arlan? ¿Participas en un asalto suicida y ya te sientes con autoridad para vestirnos de nobles y fingir que nos gustan los chistes sobre plebeyos? Al menos mi cara estará a la altura de tamaña ocasión, ya tiene ornamentos metalicos y todo.”
Vladymir trató de sonreir, pero no podía imaginarse que el gesto resultaba inquietante con la chapa metalica y el rictus de desacuerdo permanente. Como el gesto le dolio levemente dejo de hacer tal tontería y observó a los presentes.
“-Vaya, Arlesha. Me alegro de verte ya cosida. ¿Vuelves a estar lista para el combate? Por unos instantes creía que te perdíamos allí abajo.”
El vostroyano afirmo con la cabeza y se quedó callado al observar a Tauron. Un dolor seco le cruzo la cabeza, y apartó la mirada.
“-Adepto, tendrá su informe a primera hora del siguiente ciclo solar. Trato de esforzarme por recordar los instantes anteriores al “incidente”.”

- "Petición concedida, Acólito Hex. Recuérdeles a sus compañeros que deben apresurarse a entregar su Informe de Misión. El Círculo Interior de Interrogadores los quiere para ayer." -

- Gracias, Adepto Asclates - dijo Itsua ante la afirmativa respuesta del mismo -. Sí, Vladymir, una cena romántica. Para los dos. Tú y yo. Ese nuevo rostro tuyo te acerca a mi ideal de belleza masculina. Solo de pensar lo que tu mandíbula puede llegar a hacer, siento escalofríos. De tu boquete en el cráneo, mejor no hablo - respondió ácidamente haciendo un obsceno gesto con un dedo, pero con una mueca divertida bailando en su rostro.

El Adepto Asclates se retira para dejaros intimidad.

Poco después, los servidores lobotomizados sirven la cena.

Arlesha asintió con un gesto a Arlan y no pudo evitar simular que tenía un arma entre manos y disparar a algo detrás de Vlad al escuchar la bienvenida de ambos compañeros.

-Poco a poco Vlad, aun duele -dijo señalándose- pero creo que antes tendrás que concederle una cita a Arlan. Se vuelve loco por cenar contigo -dijo, añadiendo un gesto claro que completaba al realizado por Arlan- menuda pareja más rara que haceis, pero sobre gustos no hay nada escrito...según dicen -soltó una carcajada.

- La cena está lista.

- Los servidores se retiran.

La cena transcurrió agradable y calmadamente. Finalmente llegó el turno de las infusiones y el alcohol. El humo del Ilho flotaba en el aire y, por primera vez, estaban todos juntos.

Itsua se puso en pie, carraspeó ligeramente y pareció que buscaba las palabras correctas.

- Todo ha acabado. De momento. Y estamos vivos y todo lo bien que podría esperarse. Pero ha caído un hermano - dijo con notable seriedad -. Nuestro hermano Lazerus, cuyo nombre desaparecerá y solo permanecerá en nuestros recuerdos y por un tiempo limitado. Cayó en acto de servicio, cumpliendo la voluntad del Emperador y en lucha contra la herejía que corrompe nuestro amado orden. Sacrificó su vida por un bien mayor, derramó su sagrado óleo. Una gota en el mar. Perdimos aquella batalla, pero no la guerra y es lo que debemos pensar. Su pérdida no fue inútil y solo espero que las alas del imperio ahora lo guarden por siempre. ¡Por nuestro hermano Lazerus! ¡Por el Emperador! - brindó alzando un vaso de licor y bebiéndolo de un trago.

Tercio escuchó a Arlan con algo de escepticismo. Pensaba que le daba demasiada importancia a la pérdida de un compañero. Tercio había sido soldado. Y había visto caer a muchos compañeros soldados. Soldados que simplemente eran reemplazados por otros soldados. Lo único que cambiaba era el nombre, poco más que unos sonidos que Tercio ni siquiera era capaz de transcribir aún. La Guardia de Mordia no valoraba la individualidad, eran entrenados para eso. No importaba la vida de uno mismo, o la de los compañeros. Y nada le hacía pensar que la Inquisición fuera a ser distinta, más allá de las escuetas muestras de solidaridad del Adepto Asclates y las buenas intenciones de Arlan.

En el caso de Tercio había una circunstancia excepcional. Tercio había sido un soldado raso su "larga" carrera, nunca había ejercido de oficial. Su primera vez haciéndolo había perdido a un agente. Era un duelo que debía superar él solo, y no tenía que (ni debía) afectar a otros.

Pero no era su responsabilidad denunciar eso, y contaban con el beneplácito del Adepto Asclates. Tercio trató de relajarse y participar en esa pantomima como los demás.

- ¡Por el Emperador!

Vladymir comió sin tanta reverencia como el resto de sus compañeros. La placa metalica aun le desconcertaba a la hora de masticar, por lo que trató en lo posible de comer utilizando el otro lado del maxilar.
Sus compañeros parecian compungidos, probablemente afectados por la muerte del mecanico. Vlad no habia presenciado el combate, apenas recordaba demasiado de lo sucedido tras el impacto de bala.
Pero aplicando algo de logica militar, 3 hombres se habian enfrentado a un pequeño contingente hostil. Y solo habian sufrido una baja.

A Vlad aquello le parecia un exito, y la ausencia de Lazerus un sacrificio necesario para haber acabado con esa amenaza.
Pero claro, los presentes no eran militares, o no recordaban demasiado bien como era la guerra.

"-Hicisteis lo que debisteis, si él no esta aquí hoy es porque todos los demas; en especial Arlesha, podemos luchar un día mas por el Emperador. No hay gloria sin sacrificios. No hay honor sin sangre."

El guardia bebió un trago de vino tras semejante sentencia, como si una especie de salmo acabase de recitar.

"-Ahora no os puede abatir la pena, todos sabiamos a que nos enfrentabamos al aceptar esta posición. Somos agentes inquisitoriales y nuestro objetivo no es sobrevivir y hacernos viejos con una paga imperial. Nuestra gloria es acabar con el enemigo, aun que eso nos cueste parte o todo de nosotros mismos. Lazerus lo sabia, y cumplio su destino con honor. Que ello os enaltezca el espiritu, hemos de honrar su sacrificio, no avergonzar su memoria con lagrimas o falta de moral."

Vladymir recogió los cubiertos y se cruzo de brazos.

"-Pero no podemos ignorar que nuestra supervivencia en la ultima misión fue muy ajustada. Demasiado para mi gusto. Hemos de corregir las asperezas que casi nos cuestan la vida a mas de uno si no queremos tener que repetir estas cenas de luto mas a menudo."

El vostroyano miró a todos un instante antes de levantarse una vez finalizada la cena.

-¡Por el Emperador! ¡Y por Lazerus! -Arlesha levantó su vaso y brindó junto a los demás.

-Vlad, entiendo tu punto de vista, pero creo que no perjudicamos la memoria de Lazerus si le echamos de menos. Cada uno lleva estas cosas como puede y quiere. ¿Crees que habrá una siguiente misión para todos nosotros en grupo? No se a vosotros, pero yo he pasado por el mismo interrogatorio una y otra vez, realmente, no se que pensar -desvió su vista de Vlad para centrarla en Arlan- Creo que ahora puedo imaginar lo que se siente siendo un psíquico. Ahora ando por ahí sabiendo que tengo dentro de mí algo de lo que la gente, aunque acepta no comprende o no entiende o ...sinceramente tienen que aceptar porque esas son las ordenes aunque consideren que es algo malo, oscuro. Por ahora me han permitido seguir con vida y conservar todo eso dentro de mí, pero no se si me permitirán realizar otra misión. Esperemos a la lectura de mi informe y a como se van desarrollando las cosas.

Llenó de nuevo su vaso y lo levantó en el aire -¡Por todos los que me salvasteis la vida y por mi cirujano favorito! -dijo mirando a Arlan y brindando con él.

Mantuve silencio reverencial durante toda la velada, hasta que Arlan convocó a un brindis por la memoria de nuestro camarada caido, momento en el que respondi con mucho orgullo:

 - "¡Por el Dios-Emperador y por Lazerus!"

Luego me senté hasta que sentí que era el momento de dedicar unas palabras para la ocasion:

 - "Compañeros y amigos, siempre debemos recordar a nuestros aliados caidos pues asi como recordamos a los cayeron antes que nosotros, asi nos recordarán los que nos sucedan y eso es lo unico que queda de los hombres valientes y gloriosos una vez que parten para siempre de este mundo. Lazerus fue un hombre, por lo menos parte de uno, pero luchó con valor y no retrocedió. Encontró un final como el que probablemente todos nosotros encontremos en el ultimo de nuestros dias, y asi como el lo debe sentir ahora, nosotros debemos sentir orgullo por su ofrenda hacia el Imperium y su todopoderoso Dios-Emperador, que ha cobrado su vida para el más noble de los servicios, que es el de proteger y luchar por el alma de la humanidad en contra de las oscuras e inmundas garras de la depravación heretica. Siento orgullo por su entrega y siento orgullo por haber servido a su lado, asi como espero que sientan quienes permanezcan una vez que yo me vaya."

Bebo un poco para aclararme la garganta y continuo:

 - "La verdad es que esta ha sido la mision mas desafortunada que hemos tenido, pero a pesar de eso, todos los que estamos aqui sentados tenemos la bendición de continuar con nuestra vida para poder luchar otra vez en nombre de la humanidad y de la Sagrada Inquisición. Eso no es gratuito y Lazerus es el mejor ejemplo, pero no solo él debe llevarse la gloria de nuestra sobrevivencia, sino que tambien la luz de nuestro Dios-Emperador que siempre nos vigila y nos protege, aun en el abismo más oscuro y pestilente, su atenta mirada guia nuestras voluntades y nuestros corazones por el camino más adecuado para su voluntad. Ademas de eso, debo destacar el papel que jugaron nuestros heroes sentados aqui, Itsua y Tercio, a quienes debemos nuestra sobrevivencia. Aplaudo sus valientes actuaciones y aunque pueda sentir que no lo merezco, tambien aplaudo la voluntad de vivir de quienes llegamos aqui en peores condiciones, especialmente de Arlesha, nuestra sobreviviente. Si es cierto que debemos pulirnos más tanto individualmente como un grupo, estoy seguro de que el Todopoderoso Padre Soberano nos permite estar aqui porque no duda que lo lograremos y haremos que todos se enorgullezcan de nuestro progreso. Cada dia que lucho junto a ustedes me convenzo más de que mejoramos a cada momento y algun dia, más pronto de lo que esperamos, seremos un celula completa y eficaz. Propongo un brindis por todos nosotros, ¡Por los que fueron heroes y los que fuimos lastre!"

Termino mis palabras poniendome dificultosamente de pie con mi copa en la mano y riendome de la broma que me juego a mi mismo con el mejor de los humores que he tenido en mucho tiempo.

Tercio también se levantó cuando Tauron terminaba su discurso alzando su copa, uniéndose al brindis.

- No se debe nada, Tauron, todo lo que he hecho para salvaros el culo, básicamente matar herejes y abominaciones, lo he hecho con gran placer, jajaja. Y ahora brindemos, celebremos que estamos vivos y recordemos a Lazerus, pero si olvidamos que ninguno es irreemplazable, ni siquiera importante, que tan sólo somos útiles al servicio del Emperador, estaremos sirviendo mal a la Inquisición y al mismo Emperador.

Y Tercio creía en ello salvo por un matiz: él mismo sí que era irreemplazable y de la mayor importancia, al menos para sí mismo.

- Eso sí, tratemos de sobrevivir todos a la próxima misión y también disparémonos menos entre nosotros, que al fin y al cabo mientras estamos en el hospital o se entrena a nuevos agentes los enemigos del Emperador conspiran y se fortalecen.