Partida Rol por web

Me acerco a los asientos, le indico a Arlesha que tome asiento del medio. Me siento en el asiento de la derecha y dejo el asiento de la izquierda para cualquier otro de mis compañeros que quiera.

"Arlesha representa la ley, mientras que yo represento la Fé. Cualquiera puede sentarse en el otro, pues todos representamos a la Inquisicion."

Espero a que se siente otro de mis compañeros y le hablo al Comisario:

 - "Comisario, es un gusto saludarle. El Dios-Emperador nos sonrie en este dia. Somos los enviados por la Gran Inquisición para prestarle toda nuestra ayuda. Cuentenos la situacion y nosotros haremos todo lo posible por demostrarle que la Inquisicion esta a la altura de cualquiera que desafie la voluntad del Imperio."

Le sonrio al Comisario mientras espero su respuesta. 

Conociendo el desapego que la mayoría de los mortales sentían por el Culto Mechanichus, Lazerus optó por situarse de pie detrás de sus comnpañeros ya sentados, evitando tener que convertirse en uno de los portavoces, de paso.

El joven tecnosacerdote aprovechó para oservar con atención la estancia del comisario.

Dos escritorios, y un puñado de sillas. Sólo lo indispensable. Este hombre se debe dedicar tan sólo a su labor, como buen comisario. Me temo, sin embargo, que no estará complacido con nuestra presencia...

Itsua sonrió ante la ácida respuesta de la arbitradora.

- Es justamente lo que espero que hagas, Arlesha. Avisarnos para ponernos a salvo - dijo sin sqarcasmo alguno y con un tono de presunta inocencia -. Y prometo honrar tu memoria - apostilló con seriedad y un leve roce en su brazo, a modo de respuesta al guiño de la mujer, un gesto al que no podía responder de igual manera debido a sus mecánicos ojos.

Una vez traspasó la escotilla, el psíquico la siguió. La habitación, por llamarla de algún modo, mostraba un rancio aire militar exento de todo ornato. Tres sillas para siete. El juego psicológico resultaba evidente a ojos de Itsua. Y Tauron había respondido a él de forma inmediata. Hubiera debido mantenerse en pie, junto al resto de sus compañeros, pero en su afán por demostrar su posición dentro del mismo no había dudado en marginar, sin sutileza alguna, a los demás, por más que hubiera tendido un asiento a la arbitradora. Somos un equipo, pensó rememorando las propias palabras del novicio, al tiempo que una sonrisa socarrona se dibujaba en su rostro.

Devolviendo a su rostro una expresión neutra, Itsua se acercó a la silla que supuestamente habría de quedar libre para ser ocupada por uno de ellos y tomándola con una delicadeza casi exagerada, la dejó junto a una de las paredes, y regresó al lugar que antes ocupaba la silla.

- Comisario Político - se limitó a decir a modo de saludo.

Tercio dudaba de si tomar el sitio libre, pero entonces Arlan quita la silla y se queda de pie frente al comisario, más alto que Arlesha y Tauron que se habían sentado, y adelantado con respecto a todos los demás. Tercio frunció el ceño al ver que se quedaba ahí. "¿Y este tio nos está dando todo el rato la paliza con el mal grupo que somos? Sabía que la iba a liar"

Pero no dijo nada, y se quedó con los demás en posición de "pasar revista".

Muy sutil, nada directo, noooo. Es inteligente el tio.

Arlesha sonrió interiormente al ver como Itsua retiraba la silla y permanecia de pie junto a ella. Una buena jugada. Para todos, no solo para el Comisario.

Como Tauron ya los habia introducido y roto el hielo, ella solamente saludó con una leve inclinación de cabeza, esperando a que el Comisario les pusiera al dia de lo que habia pasado y de lo que se esperaba de ellos.

El Comisario entrecruza los dedos de ambas manos mientras os examina detenidamente.

- "Bien, supongo que han sido enviados por la Inquisición, tal y como ha afirmado su compañero. Me dijeron que pronto acudirían en nuestra ayuda, pero he de admitir que nunca dejo de sorprenderme al ver el tipo de agentes de que disponen. Estoy seguro de que están ustedes sumamente cualificados para la tarea que nos ocupa, así que vayamos al grano y terminemos con esto cuanto antes, ¿de acuerdo?

Como puede que ya sepan este planeta es esencial para los intereses comerciales del sector, y todo lo que ponga en peligro este mundo supone una amenaza para la comunidad galáctica. Por eso, cuando las actividades de los renegados de este planeta provocaron la destrucción de instalaciones valiosísimas y, en opinión de ciertos individuos, irreemplazables, se juzgó necesaria una exhibición de fuerza y la erradicación de todos los insurgentes de la mina Gorgónida y sus inmediaciones." - Al decir esto, describe un amplio gesto a su alrededor con el brazo.

- "Como era de esperar, encargarnos de un puñado de rebeldes fue tarea fácil; esos granujas carecían de agallas, liderazgo y entrega a su causa. En cuestión de horas ya habíamos asegurado el lugar, capturado algunos prisioneros y preparado nuestro regreso. Pero en una de mis inspecciones del terreno reparé en algo curioso. Uno de los rebeldes llevaba consigo un fajo de documentos. Los examiné por encima y me parecieron bastante extraños, seguramente copias de originales, pero el caso es que en ellos se describían actos inenarrables. Era evidente que aquellos rebeldes no eran más que soldados de infantería de una fuerza mucho peor." - 

- "Conozco bien mi deber, así que envié a una docena de mis hombres a la mina. Muchos de nuestros enemigos habían huido de una muerte segura ante nuestra superior potencia de fuego y se habían resguardado en las galerías de la mina.

Todo fue tal y como me temía. Los guardias imperiales descendieron a las entrañas del lugar, y regresaron al cabo de tres cuartos de hora con numerosas bajas y la moral por los suelos. Me informaron de la presencia de mutantes deformes, demonios y seres aún peores, por lo que decidí cerrar la mina y aguardar la llegada de refuerzos y ayuda capacitada.

Está claro que el Inquisidor no comparte mi preocupación... sin ánimo de ofender. Es sólo que esperaba un grupo más... numeroso para encargarse de esta situación. Pero en fin, ¿quién soy yo para cuestionar los métodos del Ordo, no?

Eso decía. Aquí tienen un mapa. Si siguen las indicaciones, les llevará a través de los niveles superiores de la mina Gorgónida. Mis hombres no encontraron nada de interés en ellos, pero cuando entraron en la zona conocida como la Escombrera - dice señalando un lugar en el mapa - fue cuando todo empezó a ir mal.

- "He de advertirles de que se requiere mucho tiempo y esfuerzo para levantar el sello. Huelga decir que les dejaremos salir cuando terminen, pero tardaremos un buen rato, así que procuren no venir con prisa.

Supongo que irán armados, ¿no? La verdad es que no parecen llevar encima gran cosa. Es una lástima.

Vayan a ver a nuestro Furriel, él se encargará de suministrarles algo de equipo. Reúnanse conmigo en el sello dentro de una hora; pueden verlo desde la puerta. Hay una media hora de caminata hasta él, asi que más vale que no se entretengan." -

El Vostroyano se había mantenido en un juicioso segundo plano desde que el asunto de los abrigos estuvo arreglado. Incluso decidió no darle importancia al tema de las sillas al punto que, para cuando el Comisario terminó de hablar, Vladymir había sacado el rifle ornamentado de su funda impermeable y usaba la sobrante para apoyar el arma y poder exáminarla.

El Guardia Imperial miró al comisario y le sonrió. - Vuestro celo por nuestro bienamado Emperador ha quedado más que demostrado al ir más allá de vuestro deber e investigar lo que os pareció sospechoso. Seguramente lo que habeis descubierto terminara salvando a este planeta, una vez que hayamos erradicado la fuente de la corrupción. Desde un punto de vista estrictamente militar no puedo hacer sino congratularlo por la decisión tomada, intentar enfrentarse a semejantes enemigos con tropa no preparada sería una sangría para el imperio. Por eso creo que sería poco sabio de nuestra parte internarnos en las minas mal equipados y poco informados. - Dijo el enorme vostroyano volviendo la vista de una filigrana a la cual le hacía falta una pulida - ¿Habrá alguno de los supervivientes que esté en condiciones de describirnos a los enemigos, y decirnos que tipo de castigo son capaces de aguantar? Como bien decís, parecemos carecer del equipo necesario, y sería importante llegar al furriel con una lista al menos comprensiva de lo que nos falta. - Sacó un trapito de uno de los bolsillos de su uniforme y procedió a pulir la filigrana y pasarle una fina capa de aceite. Miró el resultado y asintió satisfecho, luego volvió a meter el cañon en su funda. Volviendo a mirar luego al Comisario y esperando una respuesta.

- "Las sectas son su problema, no el nuestro. Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, ahora les toca a ustedes hacer el suyo." -

VLADYMIR:

- Es necesario recordar que en el fondo eres un Guardia Imperial con Rango de Recluta.

- A un Guardia Imperial nada le aterra más que un Comisario.

- Un Guardia Imperial jamás le hablaría a un Comisario de igual a igual, o con ligereza, por mucho que además de Guardia sea también Acólito de la Inquisición.

- La diferencia de rango sigue siendo enorme y en la mentalidad feudal del universo de Warhammer 40.000 eso es algo muy a tener en cuenta.

[Sugiero que nos dividamos en dos grupos.] comentó Lazerus-20-Silon, hablando por primera vez desde hacía ya un buen rato. La extraña voz metálica que resonaba procedente del vocosintetizador resonó en la acústica de la tienda, que de vacía que estaba permitía unn eco considerable. lazerus reguló el volumen para continuar hablando. [El primero debería interrogar a los sectarios cautivos, ahora que el Comisario ha reconocido nuestra jurisdicción sobre ellos. El segundo, entre los que me incluyo, iremos a ver al furriel para aprovisionarnos. Ganaríamos tiempo y acometeríamos ambas tareas.]

El Comisario se levanta, algo tenso.

- "Les veré dentro de una hora en el sello, no se retrasen." -

Tras eso, el ordenanza os acompaña a la salida del edificio.

Tenían poco tiempo y había que organizarse. Lazerus tenía razón, habría que dividirse.

- También hay que interrogar a los supervivientes, si quedó alguno más. Yo iré con el grupo de interrogar. De equipo, no sabemos en qué estado se encontrará el interior o hasta dónde tendremos que bajar. Deberíamos conseguir más mapas, cuerda, picos o piquetas, linternas, bengalas, cascos, comunicadores, y por supuesto otras armas y armadura no nos vendrían mal. ¿Alguna otra idea?

- Coincido con Tercio - dijo el psíquico una vez en el exterior del edificio del Comisario -. Debemos recabar el máximo de información posible de todos los flancos. Y eso incluye, tal y como señala, a los supervivientes, no solo a los rebeldes. Eso implica formar tres grupos - dijo Itsua -. Uno destinado a conseguir el máximo de material. Como dice Tercio, un mapa de la mina, iluminación, cuerdas y más munición, así como algunas granadas serían los mínimos a intentar obtener. El segundo grupo debería interrogar a los cultistas rebeldes y el tercero, a los supervivientes de la mina. Lazerus irá donde el furriel y debería ir acompañado al menos de uno más. Vladymir sería una buena opción, pero queda en sus manos. Por mi parte, me encargaré de los cultistas. Arlesha, podrías acompañarme. Tercio, tú podrías interrogar a los supervivientes. Y que Tauron te acompañe. He visto cómo le miran los soldados de la guardia imperial. Confían en él, su fe es fuerte y es muy posible que se abran a él. Por contra, los cultistas son herejes que niegan la divinidad del Emperador Dios. No creo que fuera buena idea que Tauron se encontrara con ellos. Y la sororita. Bueno, ella irá donde desee ir, y entiendo que ese lugar será aquel al que vaya nuestro novicio. ¿Estáis de acuerdo? De ser así, nos encontraremos dentro de una hora en el sello.

- Para los siete es evidente que este es un momento clave.

- Arlan está actuando como un líder, tomando decisiones. ¿Le aceptarán los demás como tal?

Salgo junto con mis compañeros una vez que nos guian a la salida, una vez ahi escucho las palabras de mis compañeros y agrego:

 - "Arlan tiene toda la razon, los fieles al Emperador estaran contentos de verme, mientras que los paganos asquerosos no cooperarian en nada frente a mi. Probablemente para visitar a estos soldados, la presencia de Vladymir nos ayude, pues su estampa de guerrero curtido le dará seguridad a los hombres de estar en buenas manos y estoy seguro de que Tercio es mas que experto en equipamientos de toda clase. Aun asi, yo iré a ver a los sobrevivientes, agradecería a la Hermana Scythia que me acompañe y a cualquier otro que guste."

Espero las respuestas para partir a ver a los soldados sobrevivientes.

-Perfecto entonces, te acompaño Itsua. Creo que será interesante intentar sacarles información a los de ese grupo, en especial a aquel muchacho....

Arlesha comenzó a caminar hacia la dirección en la que habían venido antes. Se volvió un segundo hacia Lazerus -Lo de las granadas que ha sugerido Itsua, con precaución y cuenta gotas. No tengo ganas de enterrarme viva en la mina. Es un arma que puede volverse en nuestra contra, pero echa algunas. Y unos buenos comunicadores con baterias de reserva, por lo menos uno por cabeza y aparato. Por lo demás lo que habeis hablado tu e Itsua está perfecto. Y suma todo lo que veas interesante...

-¿Itsua?, cuando quieras. Los cultistas nos esperan.

Scythia, como era ya costumbre, callaba y observaba.

Observaba como de nuevo, un gesto tan nimio como sentarse en una silla, se convertía en una batalla en la que volver a tensar el ambiente.

Observaba como se esforzaban en dividir una y otra vez el ¿grupo?, esta vez en representantes y representados ¿habrá tontería mayor que poner tres representantes para un grupo de seis? Si al menos hubiese sido uno que llevase la voz cantante, para aunar la de sus compañeros...pero no. Además, no iba a ser un debate, iban a recibir información, así que a ellos, en este momento, no les tocaba hablar.

Suspiró, de forma insonora, mientras se mantenía en pie, escuchando al comisario. Les iba a tocar a ellos ir a la mina, llena de demonios y bestias al parecer. Ellos serían el cuchillo que limpiase la zona podrida de esa manzana alegórica que era el planeta Sepheris Secundus...pero, a los ojos de Scythia, eran un cuchillo pequeño para algo que, en poco tiempo, había esquilmado físicamente, y asesinado psicológicamente a soldados entrenados. Le parecía bastante locura, pero no estaba en su mano decir aquello o desobedecer las órdenes dadas...

Aquella mina, solo sería la punta del iceberg.

Tensó su postura mientras el comisario iba hablando, y al finalizar, escuchó al grupo y lo que tenía que decir. Ya le habían asignado sitio, y le tocaba hablar con los prisioneros.

- No es por llevaros la contraria, pero mis dotes sociales no brillan por su ausencia...Creo que sería bastante más útil como recolectora de armamento. Mis músculos dicen más que mis palabras, generalmente. Pero si quiere que le acompañe, Novicio, iré encantada con usted.

[Hermana, me vendría bien su ayuda, si el Furriel no está acostumbrado a tratar con los de mi... condición.] dijo Lazerus una vez más, ya que los allí presentes parecían dudar en qué grupo de los tres decididos debían ubicarse, y el Comisario había sido muy específico con el tiempo de que diponían.

[Seguro que el Novicio Tauron podrá arreglárselas sin su cooperación, pero puede que yo no] aseveró para no tener que esperar ni un minuto más. Así eran los frágiles egos de los jóvenes de hoy en día. Necesitaban saber que eran indispensables, aunque no lo fueran. Si un pequeño elogio a la Hermana la ponía en marcha, se la elogiaría.

[Vámonos, pues, no podemos perder más tiempo. Recordad, en una hora en el sello]

El grupo se divide en tres:

- Lazerus-20, Scythia, Vladymir: A ver al Furriel.

- Tauron, Tercio: Supervivientes.

- Arlan, Arlesha: Prisioneros.