Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Caso de Nav Hidad

Capítulo 2. Una Extraña Prisionera.

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23/12/2017, 09:19
Director

Pocos minutos después llegaron a una aldea. El carruaje viró hacia la derecha y Cavatina desde su posición pudo observar lo que parecía ser el interior de un pueblo rodeado por una muralla. Ningún soldado o miliciano hacía guardia en la entrada y a juzgar por la escasa afluencia de viandantes, parecía ser que se trataba de una pequeña villa o una aldea casi despoblada.

El carruaje se detuvo junto a una destartalada casucha de madera. Los tres ocupantes del mismo descendieron de éste y pasaron a la parte trasera donde portaban la mercancía que debían entregar. Cavatina se encontraba magullada y frustrada, aún cubierta por la red, atada y apresada por los pesados grilletes. Toda precaución era poca teniendo en cuenta lo que sabían de lo que aquellos elfos oscuros eran capaces.

Fue Rahill Rakro el primero en subir a la parte trasera del carruaje. Rannarg permanecía de pie junto a este y mirando de reojo a Cavatina. Su conversación con ella le había costado una dura reprimenda por parte de Tak durante el resto del trayecto. Se le veía dolido y con cierto resquemor hacia la elfa oscura, pues sabía que sin duda había tratado de embaucarle.

Voran Tak se introdujo en la casucha. Un escudo grabado en un cartel de madera pendía del lateral superior derecho de la puerta de entrada. Unas inscripciones en unos caracteres que no conocía debían indicar el lugar donde se encontraba. Aunque Cavatina comprendía alguno de los idiomas de la superficie, no conocía el lenguaje escrito, muy diferente a las runas élficas y a las grafías que su pueblo utilizaba. No obstante, era evidente que se encontraban en un cuartel militar o una oficina de la guardia de aquel lugar.

Cerca de un minuto después Tak salió al exterior acompañado de otro anciano de cabello desordenado y larga barba blanca. Fue entonces cuando por fin quitaron la red de encima de su magullado cuerpo y Rannarg y Rahill la ayudaron a descender de forma rápida y contundente del carruaje.

Mientras tanto Voran parecía discutir con el guardia local algo en un dialecto local que Cavatina no tenía la suerte de conocer. Parecía que el guardia no tenía demasiadas ganas de trabajar, o que tenía algún problema con el procedimiento, pues gesticulaba con las manos y negaba constantemente con la cabeza hasta que finamente y tras un suspiro dejó pasar a los tres vigilantes de los caminos y ala prisionera al interior del cuartel.

El interior de aquel cuartel no era un recinto realmente muy grande. Tan solo una pequeña oficina, llena de archivos, una mesa de madera, un par de sillas, además de un pequeño banco anclado al suelo y junto a unos ostentosos grilletes enganchados a los barrotes de éste. Una única puerta parecía dar a una habitación situada tras la mesa y de la cual parecían provenir… ¿Cacareos de gallinas?

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23/12/2017, 09:19
Ehaes Vadrud

- Ponedla allí. – Ordenó el guardia de la localidad señalando el banco metálico anclado al suelo.

Rahill y Rannarg obedecieron de inmediato y procedieron a engrilletar a Cavatina al banco, y posteriormente a retirar los grilletes que originalmente anclaban sus manos. Sin posibilidad real de fuga, ahora al menos se sentía algo más cómoda. Un juego de grilletes la anclaba a cada lado del banco ligando sus muñecas a éste. Pero al menos tenía algo más de capacidad de movimiento que antes.

- ¿Cuál es tu nombre, querida? – Dijo el guardia local con un tono de voz demasiado dulce para ser verdad. - Yo soy Ehaes Vadrud, guardia de Nav Hidad. ¿Entiendes mi idioma? - Le preguntó suavemente mientras extendía un rollo e pergamino sobre la mesa y agarraba pluma y tintero.

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27/12/2017, 13:36
Cavatina

Se mordió el labio inferior, bastante fastidiada, ese bestia humano la había interrumpido, si la hubiese dejado dos minutos más hablar con aquel criajo... lo tendría comiendo de la palma de su mano. Dejo que la ayudasen a bajar, ya que sola no podía si quiera moverse, por fin le quitaron aquella molesta red. Cuando bajaba miro al criajo intentando mostrar su mejo cara de resignación hacia su destino.

Cuando entro y vio a.... otro viejo, pero bueno, este parecía, más amable pero no dejaba de ser  un humano viejo y olía raro, arrugo la nariz, hasta que este le pregunto, ladeo a cabeza y con un fuerte acento, aunque melódico, hablo -¡¡por supuesto que entiendo vuestro primitivo idioma!! ¿como me llamo? pues no se.... parece ser que en su idioma mi nombre es zorra, bruja, pues no han dejado de llamarme así tooodo el viaje, si tratan así a todo el mundo no me extraña que esto este desierto- 

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28/12/2017, 13:48
Ehaes Vadrud

El guardia escuchó sentado tras la mesa del escritorio todo lo que Cavatina tenía que decirle sin mover un solo músculo y sin variar ni un ápice su expresión hasta el momento en que su exposición pasó al tema de cómo la habían tratado los guardias y como la habían llamado. Fue entonces cuando bajó la cabeza y clocó la punta de la pluma sobre el pergamino comenzando a escribir.

- Doña Zorra Bruja. – Repitió aquel hombre mientras apuntaba lo que acababa de decir en la hoja.

En ese preciso instante, los vigilantes de los caminos comenzaron a reír ante la incredulidad de Cavatina y el, por llamarlo de alguna forma, sentido del humor del guardia de Nav Hidad. Tan Voran Tak parecía realmente eufórico con la idea de registrar a aquella prisionera con aquel nombre tan original, mientras que sus compañeros dejaron de sonreír pocos segundos después y adoptaron un tono serio cuando captaron que las risas desmesuradas de Tak podían acabar por causar un problema si la cautiva se ofendía.

- Raza: elfa oscura, complexión delgada, pelo blanco, ojos rojos, procedencia… - El guardia de Nav Hidad seguía inscribiendo datos en aquel pergamino hasta llegar al punto de la nacionalidad de la joven rea. - ¿De dónde eres, bonita? 

Notas de juego

Puedes inventar el nombre del reino, republica, imperio... lo que sea... de donde procedes. Su situación geográfica debe compartir al menos en parte, las fronteras del reino de Athellolis, aunque eso me lo puedes dejar a mi...

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28/12/2017, 14:40
Cavatina

Si estaba molesta, que lo estaba, no dejo que se viese demasiado, pues sabía que cuanta más rabia acumulase, más fuerte serían sus golpes contra aquellas ratas blancas, miro al hombre viejo cuando apunto eso y sonrió falsamente -Primero, mi cabello no es blanco, es plateado, segundo, mis ojos no son rojos, si no carmesí y tercero, se que envidiáis mi color de piel frente al enfermizo vuestro- una vez más sonrió exageradamente -y visto lo visto , dado que va a apuntar lo que le salga de las narices, seré de donde usted quiera, bonito- dijo con rintintin.

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29/12/2017, 08:01
Ehaes Vadrud

Aquel anciano la miró esbozando una sonrisa. Sus ojos se quedaron fijos en los de Cavatina por un tiempo demasiado largo en el que imperó el silencio y que incluso a ella, una experta en el arte de la intimidación y el vilipendio, acabó por incomodar. Finalmente y sin dejar de mirarla apuntó con la punta de su pluma hacia la boca del tintero bañándola en tinta y agrandado su sonrisa hasta mostrarle su mellada boca a la que faltaban varias piezas dentales de primer orden.

- Desconocido… - Dijo el guardia mientras inscribía en el pergamino su lugar de nacimiento y nacionalidad. - ¡Está bien, vamos a ingresarla en el calabozo! – Dijo al fin poniéndose en pie y haciendo un gesto a los vigilantes para que le acompañaran hacia la parte trasera de la oficina.

Rannarg y Rahill la sujetaron por debajo de los hombros y le ayudaron a ponerse en pie ante la atenta mirada de Tak mientras acariciaba sutilmente el pomo de su espada, pero lo suficientemente a la vista de Cavatina como para que aquel gesto pudiera asemejarse a una amenaza.

Una vez en la parte trasera de la oficina, el guardia abrió la puerta de un enrejado. Ante su sorpresa, Cavatina fue testigo de que en el interior de la celda se encontraba una decena de gallinas, las cuales campaban a sus anchas. Tanto el banco destinado a su pernocta, como el suelo, estaban plagados de caca de ave, así como de paja mojada que olía de forma nauseabunda.

- Éstos serán tus aposentos, querida. – Dijo el anciano. – Tendrás que compartirlo con las aves. Espero que nada les ocurra por tu culpa. – El guardia se dio media vuelta dejando que los vigilantes fueran los encargados de introducirla en la celda, pero entonces volvió a encarar a Cavatina levantando un dedo mientras parecía recordar algo. – ¡Por cierto, se más amable mujer! ¡No cuesta nada! – Le dio en tono de consejo.

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29/12/2017, 14:19
Cavatina

Miro una ultima vez al anciano -No pienso dar un trato amable a quien no me lo ha dado o a quien me encierra por mi condición, sin tener pruebas de que acusarme- le dijo seria.

Entro a aquella especie de celda/gallinero, y con algo de repugnancia vio en que estado se encontraba donde teóricamente tendría que sentarse, miro a las gallinas -¿que os parece si pasamos unas de las otras? vosotras no me molestáis y yo no hago caldo con vosotras, sin duda podíais haber tenido esto algo más limpio, guarras- podía pensarse que al hablar con las gallinas se estaba volviendo loca, pero no, nada más lejos, tenía que pensar como salir de allí y necesitaba silencio, cosa que sus compañeras de celda no le proporcionarían. Se fue a la esquina más oscura, pues la oscuridad era donde más cómoda se sentía, por sus ojos, entre otras cosas, nada se veía en esa esquina mas que unos ojos rojos brillantes, que por cierto ella veía perfectamente en esa oscuridad.

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02/01/2018, 16:42
Director

No le fue difícil a Cavatina encontrar la oscuridad, pues lo cierto era que la noche le proporcionó cobijo muy rápido. En aquella latitud de Gea anochecía muy pronto y más aún cuando reinaba la temporada más fría del año, que era el caso. Con la marcha de Seyran, el cacareo de las gallinas cesó de golpe y la elfa oscura logró al fin concentrarse en sus pensamientos y en su objetivo de escapar de aquella fría celda.

Escuchaba a los vigilantes conversar con el guardia de la ciudad en la habitación contigua. Al parecer esa noche la pasarían en la aldea y no sería hasta el día siguiente cuando emprenderían la marcha hacia la capital de la comarca, una ciudad llamada Aedai a escasos tres días de camino. Tiempo más que suficiente como para trazar un plan y evitar que fuera presentada a disposición del magistrado de la capital de la comarca y condenada por una ley totalmente injusta y arbitraria.

La mujer se puso en marcha y comenzó a examinar los barrotes de la celda. Se trataba de un material resistente y muy difícil de doblar. Entre barrote y barrote no era posible pasar, pues cada pocos centímetros se encontraban barrotes transversales que impedían todo intento de escurrirse a través de ellos. Quizás la parte más endeble fueran los anclajes con el suelo y el techo, aunque lo cierto era que se necesitaría de bastante fuerza para tarar de que el grueso muro cediera.

Quizás a golpe de cincel y martillo lograría desencajar los barrotes suficientes como para poder escapar. No obstante, no tenía martillo, ni cincel, ni tiempo suficiente como para realizar aquella proeza y además sin duda alguna el ruido provocaría que de inmediato se personara uno de aquellos guardias alertado por el intento de huida. Quedaba tratar de abrir la cerradura, aunque lo cierto era que parecía bastante complicada de forzar.

Fue en ese momento en que la conversación de los vigilantes y el guardia la sacó de sus pensamientos. Los vigilantes parecía que se despedían del guardia hasta el día siguiente y que buscarían alojamiento en una posada cercana. El ruido de la puerta al cerrarse de un portazo confirmó que el anciano se había quedado solo.

Totalmente inmóvil tratando de escuchar algún sonido o algo que le desvelase alguna nueva información acerca del paradero del guardia, se sobresaltó de lo lindo cuando éste abrió la puerta de par en par portando consigo un cuenco humeante, posiblemente su cena. Aquel hombre le miró y le sonrió para acto seguido sentarse frente a ella sobre una silla situada tras un pequeño mueble escritorio. 

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02/01/2018, 16:42
Ehaes Vadrud

- Mi nombre es Ehaes Vadrud. – Sorbió un poco de sopa y tras depositar el cuenco sobre la mesa, Cavatina observó que había derramado parte del contenido sobre su frondosa barba blanca. – Seré tu carcelero hasta mañana. Me has dado la noche Bruja Zorra… - Dijo aquello en tono de broma y concluyó su chanza con una desdentada sonrisa. – Tomo sopa porque tengo pocos dientes y lo que tengo los quiero conservar y no les doy mucho trabajo.

Se puso en pie y se acercó hasta la celda guardando la distancia lo suficiente como para que Cavatina no pudiera alcanzarle. Abrió la boca de par en par mostrando que le faltaban las dos paleta superiores y una de las inferiores así como la mayor parte de los incisivos y las colmillos. Sin duda era un desastre de boca.

- ¿Seguro que no tienes otro nombre? – Le dijo sonriente tras cerrar su fétida boca. – Podemos llevarnos bien. La típica relación amistosa entre encarcelada y carcelero. Podemos incluso compartir parte de la sopa si te portas de forma razonable… - Hizo una pausa mirando de forma algo extraña hacia su pecho, como si se hubiera percatado en ese preciso momento de su existencia. - ¿Qué me dices? – Pronunció sin retirar la vista del escote de la elfa oscura.

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02/01/2018, 19:20
Director

Tras conversar con Branda, Shalt y Ripp se dirigieron al patio trasero en busca de algún indicio, huella o vestigio que pudiera aportar algo de luz a aquel turbio asunto. Parecía mentira que quien fuera que se había llevado a la pequeña Siria, no hubiera sido detectado por nadie ni hubiera cometido fallo alguno. Eso suponiendo que realmente la niña no se hubiera marchado por su propio pie.

Estuvieron rastreando la escena del crimen durante casi treinta minutos sin hallar pista alguna. Algo frustrado, el shaltiano decidió entonces volver tras sus pasos en busca de Vadrud, quien se encontraba sin duda en la oficina cuidando de sus gallinas. Poco más hacía ese hombre en su labor diaria de guardia. Sin embargo conocía como pocos a la población de aquella pequeña aldea, así como todos sus recovecos y entresijos. Si alguien podía saber algo acerca de los cascabeles que se escucharon ese no era otro que Ehaes.

Shalt regreso acompañado por Ripp a la oficina con tal de entrevistarse con Ehaes Vadrud. Ciertamente tenía la esperanza de que tuviera algún indicio que pudiera proporciónale nueva información acerca de los cascabeles. Melannyn y Roht ya se estaban encargando de entrevistarse con los vecinos de la zona, así que ese asunto quedaba cubierto por el momento.

Nada más encarar la calle que les conducía a la oficina del alguacil, Shalt observó un carruaje tirado por un solo caballo y como entraban en la taberna El Reposo del Minero, al otro lado de la plaza, tres hombres ataviados con uniformes consistentes en una chaqueta tres cuartos azul marino, unos calzones oscuros y botas negras hasta las rodillas. Los tres iban armados con espadas en envainadas  a la cintura. Se trataba inequívocamente de vigilantes de los caminos al servicio de su majestad real.

Shalt abrió la puerta de la oficina y observo que nadie se encontraba en su interior, no obstante escuchó hablar a Vadrud en la sala anexa a la recepción, justo en la sala donde guardaba a sus gallinas encerradas en la celda destianda originalmente a los detenidos.

- ¿Seguro que no tienes otro nombre? – Le dijo entendió Shalt que decía el ancino. – Podemos llevarnos bien. La típica relación amistosa entre encarcelada y carcelero. Podemos incluso compartir parte de la sopa si te portas de forma razonable… - Hizo una pausa - ¿Qué me dices? - Extraña conversación para mantener con un ave.

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02/01/2018, 23:40
Shalt Goldfind

A Shalt le parecían bastante insoportables esos vigilantes de los caminos. Desde que desempeñaba las labores de guardia en el Nav había podido comprobar como los integrantes de aquel cuerpo solían tratarle con desdén y, pese a que sus funciones eran compartidas en algunos casos y complementarias en los otros, lo solían mirar por encima del hombro, cosa que a Shalt lo sacaba de sus casillas, y más cuando normalmente se habían demostrado bastante ineptos. Que estuviesen ocupado un taburete de la cantina no era nada extraño. Lo realmente fuera de lugar era lo de Vadrud.

Extrañado, Shalt encaminó hacia la zona de calabozo, sin tener muy claro lo que allí iba a encontrarse.

Notas de juego

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03/01/2018, 12:23
Director

Shalt miró a Ripp invitándole a acompañarle a la sala contigua a la recepción de la oficina del alguacil. El shaltiano había notado algo extraño en aquella conversación incluso para ser su compañero Ehaes Vadrud quien la estaba manteniendo. Aunque lo cierto era que la presencia de Vigilantes de los Caminos en el Nav podían darle una pista de lo que estaba sucediendo.

Nada más abrir la puerta que daba acceso al calabozo observó cómo su veterano compañero se encontraba sentado sobre una banqueta mirando hacia el interior de la celda y sorbiendo un plato humeante de sopa. La llegada de Shalt sobresaltó a Vadrud que se puso en pie de inmediato vertiendo parte del contenido de su sopa sobre si mismo y también sobre el suelo.

En ese momento Shalt centró su mirada e en las ocupantes del calabozo. En su interior se hallaban como de costumbre las gallinas de Ehaes, las cuales lo habían puesto todo perdido de pienso, paja mojada y excrementos. Pero lo que realmente captó si atención fue que tenían una nueva compañera.

Una desafiante elfa oscura, de piel azabache, cabello planteado y ojos rojos le miraba desde lo más oscuro de la celda. De dónde había salido, era un misterio, pero la presencia en la aldea de los vigilantes y su carruaje a las puertas del cuartel, sin duda tenían algo que ver.

Notas de juego

Ripp, presupongo que sigues a Shalt.

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03/01/2018, 12:35
Director

La puerta que daba acceso al recibidor del cuartel de abrió de pronto y sin previo aviso. En ese momento el guardia que se encontraba sentado sobre un taburete mientras sorbía la sopa de forma bastante escandalosa y trataba de entablar conversación con Cavatina se sobresaltó levantándose de un respingo y derramando parte del contenido del cuenco sobre su barba y sobre el suelo.

Del otro lado de la puerta aparecieron dos humanos. Uno de ellos era un joven de larga cabellera, atletico y con buena planta. El otro era un hombre enorme, calvo, de mirada oscura y penetrante, larga barba y una anilla colgando del centro de su nariz.

Notas de juego

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03/01/2018, 12:40
Ehaes Vadrud

- ¡Maldición Shalt! - Exclamó Ehaes. - ¡Casi me paras el corazón del susto! - Dijo un sonriente Vadrud. - ¿No te han enseñado a llamar antes de entrar?

Tras la pregunta el veterano se percató de algo. La mirada de Shalt no se centraba en su conversación sino en la nueva inquilina de la celda. Era normal, pues no solían recibir demasiadas visitas de ese estilo. Por ello que Vadrud utilizará los calabozos como gallinero. Tantos años de servicio le habían válido para casi considerar aquel cuartel como si propia casa y hacia y deshacía como le daba la gana.

- ¿Es atractiva, verdad? - Preguntó de pronto. - No me la trabajaría ni pagando, a saber que enfermedades lleva encima. - Le susurró a Shalt aunque lo suficientemente alto como para que la elfa lo escuchara todo. - Dije llamarse Zorra Bruja. - Se detuvo un momento a pensar. - O al revés... Bruja Zorra, no me acuerdo, lo he apuntado en el libro de registro...

Notas de juego

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03/01/2018, 13:55
Cavatina

Una vez más le quitaban la posible diversión que le daba un humano estúpido, podría haber jugado con él y sin duda lo habría engañado muuuy fácilmente, estos humanos eran tan subceptibles ante la lascivia..... pero no, entraron dos humanos más, aunque estos tenían algo... diferente, parecían sutilmente más inteligentes, casi interesantes.

Miro a los tres hombres, si, sin duda eran distintos, cuando el desdentado se refirió a ella como portadora de enfermedades lo miro entrecerrando los ojos -¿Enfermedades? dijo el hombre al que le falta media boca, no podría pegarte nada que ya no tuvieses, además dudo que tengas nada ahí abajo, no eres suficiente hombre- se burlo.

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03/01/2018, 19:17
Shalt Goldfind

Al asomar la cabeza por la puerta arqueó las cejas sin disimularlo ni un ápice al ver a la exótica muchacha que hacía compañía a las aves de corral.

-Demonios, Vadrud... ¿como tratas de esta manera a una invitada? ¿Acaso has peridido los modales junto con el color de tu pelo?

A medida que se internaba en la estancia repasó de arriba a abajo con los ojos a la prisionera.

Shalt se consideraba un hombre de mundo, había pasado la mayor parte de su juventud viajando de un lado para otro pero lo cierto es que hasta ese momento aún no se había cruzado con ninguna elfa oscura.

-Vamos a ver, pelo de plata... y disculpa que te llame así pero ese que dices que es tu nombre me resulta... algo vulgar. ¿Que te trae a una aldea perdida como esta? ¿Acaso esos idiotas vestidos de azul marino se han portado de forma descortés con una dama como tú?... Que esto quede entre tú y yo, pero yo tampoco los soporto...-dijo acercándose más aún a los barrotes, para poder decirlo en un tono de voz más bajo.

Se giró hacia su superior por veteranía.-Vadrud, ¿Te parece que yo la custodie mientras tú te encargas de toda la horrible burocracia con los vigilantes de camino que tenemos llenándose la panza en la posada?

Lo cierto era que la aparición sorpresiva de una Drow por aquellas tierras debía estar relacionado de algún modo con la desaparición de la niña, en un lugar tan aburrido como ese no pasaban dos cosas en un día si no estaban de algún modo unidas.... y menos hechos de aquel calibre. Era del mismo Vadrud que había aprendido que cuando uno había acabado de sacar información a un sospechoso, el camarada debía tomar el relevo de forma disimulada y por ello esperaba que el veterano guardia lo entendiese de aquel modo.

 

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04/01/2018, 15:41

La opinión de Ripp sobre los guardias reales, en cambio, era más favorable que la que tenía sobre la guardia de Nav Hidad. Ehaes Vadrud era un ejemplo claro de lo vagos e indisciplinados que se habían vuelto. Pocos guardias había formando parte del cuerpo que pudieran presentar batalla a un soldado mínimamente preparado. Shalt era uno de los pocos que parecía distinguir por qué lugar pinchaba la espada y por qué lugar se blandía, de modo que le dejó tomar la iniciativa a él. 

Al fin y al cabo, tampoco es que supiera nada de interrogar a un sospechoso. Porque, sin duda alguna, la drow era una sospechosa. Ripp no estaba lo suficientemente enajenado para pensar siquiera que ella podía haber raptado a su hija. Pero los demonios de la Infraoscuridad, como muchos los llamaban, siempre eran sospechosos. 

Pero no sabía hasta qué punto esto iba a convertirse en una pérdida de tiempo. Cosa que no tenían.

Se cruzó de brazos y dejó hacer a Shalt, con gesto de impaciencia.

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08/01/2018, 14:09
Cavatina

Sonrió y se apoyo el los barrotes viendo que la admiraban, sin duda había gente que aun no los conocía, leyendas los llamaban. Miro a los ojos al hombre que le hablaba -Hummm... pelo de plata, me gusta, no no, no he dicho que me llamase así, solo dije que así me denominaban mis captores, mi nombre real es Cavatina, si no lo he dicho antes es porque no se me ha preguntado como se debía y este sitio...- miro con repugnancia a las gallinas -tampoco me han tratado como la invitada que decís que soy, de hecho casi me abren la cabeza- dijo mirando al viejo.

-Pues yo estaba tranquilamente paseando, cuando un bruto me golpeo con una maza y casi me abre la cabeza, lo siguiente que recuerdo es que no me trataron bastante bien y la verdad no había hecho nada malo, solo por mis rasgos me condenan, que sepas que me quieren colgar y soy completamente inocente- no se lo creía ni ella, inocente no era una palabra que existiese en su lengua materna, pero sin duda ese humano "especial" era su salvoconducto y haría lo que fuese para salir de allí.

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08/01/2018, 15:16
Ehaes Vadrud

- No tengo intención de irme a casa con mi señora esta noche, Shalt. – Dijo entonces el veterano Vadrud. - ¿Quién querría? – Sonrió ante su propia broma mostrando su desdentada boca. – Pero puedes interrogarla si quieres y encargarte de ella mientras me hecho una siesta.

Aquel hombrecillo sorbió de un trago el resto de su sopa para acto seguido ponerse en pie, dejar el cuenco sobre una mesa y caminar hacia una pequeña habitación contigua donde se encontraba una cómoda butaca que Vadrud solía utilizar muy a menudo, no sin antes aprovisionarse de una gruesa y peluda manta, sucia como una rata de cloaca.

- Cavatina… - Repitió el anciano para sí. - ¡Ja! ¿Qué clase de nombre es ese? – Meneó la cabeza en señal de incomprensión, sin borrar la tonta sonrisa de su rostro. 

Notas de juego

Ripp y Shalt os dejo a vosotros encargados del interrogatorio si eso queréis hacer.

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08/01/2018, 20:27
Shalt Goldfind

el Shaltiano sonrió satisfecho al ver que el veterano guarda abandonaba la estancia.

De un rincón  agarró un pequeño taburete de madera de tres patas bastante destartalado y lo llevó hasta la altura de los barrotes, para poder sentarse lo más cerca posible de la Drow, adoptando una postura desenfadada.

-Vamos a ver, preciosa... como ya te he dicho, la fe que les tengo a nuestras fuerzas del orden estatales es más bien nula... soy plénamente consciente de su falta de aptitud.

-Una drow sola, por un camino de la superficie, sin hacer nada a nadie... Gente como esa no se lo creerían nunca...  se encogió de hombros.-Pero ¿sabes? yo te creo... ¿ Por que no?

Se rascó el lateral de su barba incipiente con el dedo índice.

-El principal problema es que no soy yo el que tiene que creerte, si no ellos...-Señaló con la cabeza hacia la puerta de la estancia, refiriéndose a sus captores.

-Échame una mano y yo te echaré una a tí, ¿comprendes? necesito tener algo que esgrimir para poder dejar mal a esos inútiles en favor tuyo.

Se levantó y agarró los barrotes, acercándo su rostro a la separación entre dos de los barrotes, aparentemente sin demasiado cuidado.

-Estas son gentes sencillas... sin más mundo en sus suelas que la aldea donde nacieron... los forasteros les dan miedo, ¡ no digamos una Drow! Y claro, apareces tú y empiezan a faltarles niños y claro, los dedos enseguida apuntan al extranjero... tú vienes del exterior, dame algo, alguna información útil al respecto de todo esto... una habladuría del camino, alguien con quien te hayas cruzado, algo que se comente fuera de aqui... lo que sea, pero necesito algo para poder ayudarte.