Partida Rol por web

Tras el fútil desayuno estaban listos para seguir con su búsqueda. Pocas eran las pistas que habían logrado encontrar. La historia de Ripp acerca de unos sucesos similares en Keatar hace algún tiempo. La figurita tallada en madera de conífera que podía situar su origen en algún lugar cercano a la costa. El sonido de cascabeles y la posible apariencia del autor, un hombre vestido con pieles que portaba un saco, o bien un hombre vestido de rojo.

Las pocas huellas o indicios que pudieran haber quedado en las inmediaciones habrían desaparecido por completo tras una larga noche de intensa lluvia, por lo que la labor de la supuesta rastreadora drow no sería productiva de momento. Debían empezar a pensar en por donde continuar su investigación, pues poco o nada tenían de momento.

Por el contrario, Shalt sospechaba que los Vigilantes de los Caminos no se habrían rendido tan rápido y posiblemente aún no habían dicho la última con respecto a la elfa oscura que se había convertido en su inesperada compañera. Parecía que lo más lógico sería regresar a la oficina de la guardia. Stan Nargead, el jefe de la guardia de Nav Hidad posiblemente tuviera algo que decir en todo eso y de hecho había dicho que se marchaba a investigar por su parte.

Era muy posible que sus investigaciones por el mundo onírico no hubieran dado demasiados frutos, no obstante, era su deber presentarse ante su jefe si deseaban cobrar el semanario. Podía ser incluso que hubiera alguna que otra novedad que Ehaes o el mismo Stan tuvieran que compartir con ellos.

- ¿Qué hacemos ahora? – Dijo Ripp con una expresión de severidad que se calvaba sobre los tres miembros de la guardia. No parecía haber dormido demasiado dadas las profundas ojeras que mostraba y parecía aún más enfadado e irritable que de costumbre.  

Una vez amanecieron y por fin fue desatada, no le paso desapercibida la caricia que el guaperas le propino a su "nudo" en al baja espalda, aun así no dijo nada y sonrió, se froto un poco las muñecas -yo siempre hago que valga la pena- susurro, justo para que él lo oyese.

Se levanto y contoneándose fue hacia él -estoy siendo una invitada modelo, me estoy portando m-u-y bien- se sorprendió cuando le dio una capa, no esperaba nada por parte de él, o por lo menos no un regalo, y aun le gusto mas la contestación como razón al regalo, sonrió de lado y lo miro a los ojos -seguro que mi suave piel estará protegida con esto, pero... ¿seguro que quieres que me tape?-

No mucho más tarde, una vez hubieron tomado el desayuno, salieron en buscar de la niña de Ripp, pero realmente tenían poco que ayudase a ello, ya que todas las huellas que podía haber habido estaban borradas debido a las fuertes tormentas que habían embarrado todo le camino.

Negó -De aquí no se puede sacar nada, si había huellas ya no están- dijo agachándose para examinar mejor, movió el tobillo, que muy generosamente Shalt había atado una cuerdecita de su muñeca  al tobillo de ella, para que no pudiese escapar, algo que ella aprobó, siempre que le dejase la suficiente cuerda para poder examinar tranquila sin tener que estar tirante, todo era mejor que estar atada.

-Esperad. Me adelantaré hasta la oficina y me aseguraré de que nuestro queridos guardias no estén hacechando.

Si no regreso en breve, volved a mi casa. Y si por lo que fuese os cruzáis con ellos, más os vale convencerlos de que la acabáis de capturar y la traíais al calabozo.

Sacando una cuerda corta se acercó hasta la drow.

-Esto es más por guardar las apariencias que por otra cosa, te las dejaré sueltas.- El tono del shaltiano había abandonado momentáneamente el tono bromista habitual en él.

Tras rodear dos veces sus muñecas sin apretar las cuerdas, hizo un intrincado nudo que acabó dejando su extremo en la palma de la mano derecha de la drow.-Si estiras de aquí el nudo se deshará.

Dicho lo cual, alzó la mano derecha a modo de despedida y emprendió la carrera en dirección al cuartelillo

El enorme trasgo asintió a Shalt, su compañero.

- Descuida, te esperaremos aquí. - Le dijo.

Cuando Shalt se fue en dirección a la oficina, Roht aprovechó para hablar con el resto de los presentes, pues había mas de un cabo suelto, aún.

- Muy bien, Cavatina. Si no hay huellas que seguir, ¿Qué pistas se te ocurren que podría haber dejado el secuestrador? Después de todo, ¿si tu hubieses raptado a un chiquillo, donde lo esconderías en el bosque? - Preguntó el gigantón a la drow, sin ton ni son.

Shalt se apresuró para llegar a la oficina. No tenía muchas ganas de perder el tiempo, pero tenía que comprobar que todo estaba bien. Recorriró el espacio entre su casa y su puesto de trabajo en menos de dos minutos. Lo cierto era que todo estaba cerca en Nav Hidad.

Una vez frente a las puertas de la oficina todo parecía normal. No había ni un solo indicio de que lo que fuera a encontrar en el interior del cuartel destartalase sus planes. Por lo tanto empujó confiado la puerta de entrada del cuartel y penetró en el interior como si nada extraño hubiera pasado durante la noche anterior.

Sin embargo, nada más acceder al inmueble se topó con el rostro serio del jefe de la guardia. Stan se encontraba sentado tras su escritorio con expresión de pocos amigos. En un lateral, algo compungido se encontraba Ehaes, quien alzó los ojos para mirar de reojo a Shalt y volver a enfocar la punta de sus botas de inmediato.

- Siéntate Shalt… - Dijo en tono tranquilo pero tajante. - ¡Siéntate de una jodida vez, Shalt!

Aquello confirmaba que Stan Nargead no era tan estúpido como parecía. De hecho esa mañana parecía estar hasta sobrio, lo que denotaba que tenía ciertas preocupaciones rondándole la cabeza, lo que no era para nada una buena señal para el shaltiano.

- ¡Llegas aquí y te crees que eres la punta de lanza! – Comenzó abroncando el jefe de la guardia. - ¡Los jodidos Vigilantes traen a una delincuente común y tú la sueltas orquestando un descabellado plan para encontrar a una niña que ya está más muerta que viva! – Golpeó con la rabia la mesa.

- Señor yo… - Trató de excusarse Shalt.

- ¡Cierra la maldita boca, Shalt! – Le recriminó el jefe. - ¿Qué debo hacer contigo, Shalt? – Meneó la cabeza. – Joder, joder, joder… - Chasqueó la lengua. - ¡Si no fueras uno de mis mejores agentes! ¿Sabes que creo? Has cogido mucho estrés en los últimos días. – Se puso en pie acercándose al shaltiano y mirándole de cerca a los ojos. - ¿Por qué no te coges unas semanas libres?

Enseguida entendió - o creyó entender- lo que el veterano estaba tratando de decirle.

No estaba seguro si aquello era una especie de permiso especial para poder dedicarse al caso sin otras preocupaciones o realmente Stan lo consideraba algun tipo de castigo contra el shaltiano. En el fondo le daba igual.

-Tienes razón, Stan. Es lo mejor que puedo hacer...No se en que estaba pensando.

Con tu permiso.

Abandonó la estancia en dirección al grupo.

- Yo creo que deberíamos dirigirnos hacia la costa a investigar más sobre la estatuilla tallada en madera, pues las pistas del bosque están bloqueadas. 

El hombre o sea quién sea el raptor quizás contaba con el factor clima de antemano, con lo qué seguramente es alguien que conoce bien la zona y el bosque pueda que sea una falsa pista.

Si la elfa no puede encontrar nada, nosotros menos. - discurrió Melannyn según iba pensando en voz alta.

¿No estáis de acuerdo? - inquirió finalmente.

Negó -sin duda no es una criatura de la infraoscuridad, no entiendo para que pueden querer una niña humana además, tienen poco donde alimentarse y son bastante inútiles siendo humanos pequeños, no entrenáis a los niños como nosotros por ejemplo- miro a Ripp -¿que sabemos? ¿porque estaba la niña sola? ¿donde? ¿que hacia?- dijo mirando al hombretón.

-Sin duda las pistas del bosque ya han desparecido, pero dudo que la costa tenga muchas más pista, te recuerdo que la costa no es un lugar cubierto, por lo que las mismas pistas estarán borradas al igual que aquí, con la diferencia de que le bosque tiene mucho mas lugares donde esconderse que la costa- miro a los lejos -mejor esperemos a ver que trae el guaperas de información, si es que trae algo- 

Stan pareció complacido ante la aparente sumisión mostrada por Shalt. Posiblemente fuera una mera apariencia y supiera que realmente no le iba a hacer caso alguno, pero mientras le demostrara obediencia, a ese hombrecillo le bastaba.

- Cierra la puerta al salir, Shalt. – Dijo Stan Nargead sin levantar la cabeza del escritorio. – No querrás que Vadrud y yo nos resfriemos. – Bromeó.

Shalt cerró la puerta y regresó rápidamente con sus compañeros. No habían avanzado demasiado desde que el saliera camino de la oficina. De hecho todavía estaban frente a la puerta de su humilde pero funcional chabola.

- Si alguno conoce estos bosques, tal vez podríamos echar un vistazo. ¿Qué decís? - Preguntó Roht al resto.

Lo cierto era que había muchas opciones y no tenía ninguna clara. Tan pronto podían buscar en el bosque como en la playa, como en un pozo. El pobre no daba para más en su cabeza de gran trasgo.

-Bueno, por mi parte decir que no he podido dar con los guardias del camino por el pueblo ni en nuestro cuartel. Sugiero que nos movamos con cautela.

Miro al trasgo, según sus sugerencias  a los demás después -Yo conozco bastante bien el bosque, aunque ya os digo que no es poco terreno el que ocupa, es bastante extenso, ahora bien si decidís ir por la costa, no os podre ayudar, mis ojos no reaccionan bien a la luz, por eso prefiero ir por el bosque, también iremos más resguardados por ahí- miro a los demás, esperando contestación.

-No se si sería adecuado separarnos en dos o tres grupos para abarcar más posiblidades...dijo adoptando una pose pensativa.

- Dado que podrían darse nuevas desapariciones y que realmente no tenemos ninguna pista fiable del paradero de mi pobre hija, creo que lo más prudente es que alguien permanezca en el nav. – Dijo Ripp ofreciéndose explícitamente a dicha misión. – Tengo una corazonada acerca de que habrás más raptos. Prefiero seguir al lado de mi mujer mientras vosotros peináis el bosque.

Nadie pudo replicar a Ripp aquel razonamiento. Al fin y al cabo Ripp era un civil y su decisión no era competencia de los miembros de la guardia, que por otra parte se habían saltado por completo el orden de mando y estaban haciendo realizando las funciones propias de su cargo fuera de su horario. Todos salvo Shalt, a quien esa mañana le tocaba turno junto a Vadrud. Si había llegado a un acuerdo con él o el jefe de la guardia para ausentarse, sólo lo sabía el mismo.

Mientras conversaban sobre las posibilidades que tenían para investigar los alrededores y la zona boscosa próxima a la aldea, no se detuvieron y siguieron avanzando. Pronto se encontraron en el camino próximo al lindero del bosque. Se trataba de un bosque espeso de grandes árboles de hoja perenne cubiertos por la nieve.

Cavatina, que iba tapada como un monje, pues ocultaba su rostro bajo una capucha oscura y sus manos negras en el interior de la túnica que le habían facilitado,  no se había despegado del grupo cumpliendo su parte del trato. No obstante, era ahora cuando debía demostrar sus dotes de rastreadora, si es que realmente las tenía.

Miro a Shalt -parece que estas al mando ¿que dices separarnos o no?- miro al interior del bosque -yo sin duda iré por el bosque, mis ojos son más útiles sin sol- cambio el peso de un pie al otro -pero el bosque es grande, no se que vamos a encontrar con esta nieve, quizás huellas, la nieve nos facilita eso, pero no se si el captor de la niña de Ripp habrá salido, aunque sin duda necesitara alimentarse al menos- miro al enano y al trasgo -es posible que no sean unas panderetas, el sigilo es importante-

Ante las palabras de la drow, el trasgo se miró la armadura sin comprender muy bien aquello de las panderetas, pues no entendía muy bien la ironía ni el sarcasmo.

- Pero, no llevamos ninguna pandereta encima, Cavatina. ¿Para que las necesitamos? Solo harían ruido, alertando a nuestro malvado secuestrador... Podemos buscar todos en el bosque, tu vista será mucho mejor que la mía, aunque yo puedo ver en la penumbra. Si lo prefieres, iré en la retaguardia, guardando vuestras espaldas. Shalt irá contigo,en vanguardia. ¿Os parece?

- Yo prefiero estar en el grupo de la playa. Sé que lo más probable es que el secuestrador se refugie en el bosque, pero aunque sea una opción menos probable la costa es aún una opción posible y por lo tanto, importante.

- Creo que no podemos obviar la pista de la estatuilla. ¿Viene alguien conmigo o voy a ir solo?  ¿Nadie más piensa como yo? Si vamos por separado avanzaremos más rápido y eso es crucial para el éxito de la misión. - razonó Melannyn.

Se cruzó de brazos, pensativo.

-Vista nuestra situación quizá si que sea adecuado el separarnos... En casos como estos el tiempo es un aspecto primordial y sin duda abarcaremos mucho más terreno si nos centramos en ambos escenarios a la vez.

Se rascó la cabeza.

- Y en cuanto a lo de las panderetas, tengo entendido que se han escuchado como cascabeles o no se qué cosas, supongo que Plata se refería a eso.