Partida Rol por web

[D&D 3.5] El Festival.

Acto II. La Propuesta.

Cargando editor
08/03/2021, 20:43
Akta

- Vos no lo sabeis... y yo tampoco y además es la primera vez que lo siento... - Le confesé a Mitil y sentí como me tocaba el pelo. Jamás le había dado tanta importancia a un gesto tan sencillo como aquel y todo era porque lo había hecho él. Cuando guardó silencio para definirme, no esperaba que soltase aquellas palabras de aquella manera. - Y es por eso que me oculto bajo la armadura. - Y le sonreí tímidamente. - ¿Qué hubiese sido de mí si anoche hubiese cruzado la ciudad con esta ropa en lugar de usar la armadura y el casco? - Estaba claro... el alcohol y la libido disparada hubiesen hecho que un grupo me cogiese y me violase hasta el amanecer... si es que había un amanecer para mí después.

Y a mi cabeza volvieron las palabras de Tilla, diciéndome que yo no había sido la única y me pregunté si con todas se había portado igual. Sabía lo que mi belleza causaba en los hombres. Ya lo había visto en los suyos y anteriormente. Tenían la necesidad de meterse conmigo en la cama. Daba igual como fueran, quienes fueran... eran todos unos pesados y unos babosos. Pero Mitil era distinto. Al menos se controlaba y eso solo podía significar una cosa: que su corazón pertenecía y pertenecería siempre a la misma mujer. A aquella por la cual quería venganse. Pero aquel acercamiento me confundía, pues ya sabía que me tenía, que no le iba a fallar. No necesitaba engatusarme más.

Cuando dijo lo de la protección le miré de reojo. Me costaba mirarle a pesar de estar a solas, sentía que tenía más miedo que antes, porque veía el daño que podía hacerme con una sola palabra, con un solo gesto y eso me asustaba. - No he dicho que no sepáis protegeros... ni lo he insinuado si quiera. Lo que quiero es que no os pase nada esta noche, de la mano de los fieles a Seyran. De Crodos o de mí misma. Es de eso de lo que quiero protegeros... - Y habló con dolor de su esposa y sentí como me dolía a mí verle así.

Al agachar la cabeza, se la sostuve con ambas manos y recuperando algo de valor le hice alzarla y mirarme a los ojos. - No sé como ocurrió, pero está claro que la amáis y que de haber podido hacer algo, ese canalla no hubiese logrado su propósito o bien no estaría hablando con vos ahora mismo, sino con vuestra esposa. Así pues, no os culpéis por ello. Sin duda fue un golpe bajo de ese cabrón... sí, las sacerdotisas también decimos palabrotas. - Le sonreí de medio lado mientras que aquel dolido hombre guardaba silencio.

Y sus siguientes palabras me enorgullecieron e hinché mi pecho al escucharle decir que no iba a tomarse la venganza atacando a su mujer o hijas. Sino que iría a por su cabeza. - Conozco la ley y las doctrinas de Seyran y hay conflicto entre ambas...

Y de pronto, sin venir a cuento para mí, Mitil cogió mis manos y sentí como si el mundo se parase en ese momento y solo existiésemos los dos. Sus dedos... podía sentir como acariciaban las palmas de mis manos y como me derretía por dentro. Si podía leer o ver lo que sentía como decía, se iba a sorprender aún más cuando sintiese aquello salir de mí. Le mirada embobada hasta que pronunció mi nombre y me tocó reaccionar deprisa.

- Pues... no conozco la distribución el local, ni cuantos serán de cada bando. Ojalá supiese usar mi físico para intentar seducir y sacar al exterior a Von Kammerstein... Salvar a una sacerdotisa de un intento de violación no le restaría puntos, sino que se los sumaría... - Dije lamentándome de ello y dejando que Mitil siguiese tocándome así. Le miré a los ojos y luego a los labios. Realmente no necesitaba hacer aquello... ya me había comprometido a ser el cebo para atraer a la presa. ¿Por qué ahora se comportaba así? Quizás pensase que esa era la mejor manera de agradecerme las cosas, pues ya era tarde para manipularme. Más no le dije nada, puesto que estaba a gusto con aquellos gestos que no había obtenido antes de ningún hombre y junto con lo que sentía por él, me hacía volar muy  alto...

- No puedo mentir, lo sabéis... así que si queréis que salga, necesitaré un buen incentivo para que lo haga... vos le conocéis. ¿Qué le puede enfadar tanto como para que se centre en mí y se olvide de los demás? Porque si encontramos que le puede hacer olvidarse de todo y hacerle salir, cuando esté fuera, vuestros hombres podrán entrar a ayudar a los demás y a evitar que salgan a ayudarle los suyos y solo vos y yo sabremos lo que ha pasado ahí fuera... Mi espadón y mi magia estarán a vuestro servicio, pero el golpe de gracia será vuestro y de nadie más. - Me quedé pensativa unos instantes, perdiéndome en su mirada.

- Vuestro amigo Zhaghun, sin duda debe tener el mejor oído de toda la zona... deberíamos tener un plan B por si no le puedo sacar... ¿Qué os parece que si grito: "por Seyran, Von Kammerstein os ejecutaré esta noche", sea el aviso de que algo va mal y entreis con vuestros hombres? Yo seguiré tratando de aislarle y de que venga a por mí... y como dije, salvar a una sacerdotisa de Seyran, aunque esté todo planeado y no sea más que... teatro para que podáis vengaros y quedar en paz con vos mismo y no os ocurra nada malo después, seguramente haga que vuestro pasado criminal o parte de él se olvide. Pues mi orden si es justa y sabe premiar a quienes ayudan y salvan a sus siervos.

» Más Crodos no debe saber nada de este plan ni del tema de la venganza. Yo hablaré con los míos, si es que realmente les puedo llamar así, y decirles que quiero la cabeza de Von Kammerstein para mí, precisamente por vos, porque os he dado mi palabra de que le ejecutaría por sus actos y tratar así de que no le toquen... no estaría mintiendo, solo eludiendo parte de la verdad. - Sonreí más tranquila a Mitil viendo que todo tenía sentido y que había un camino que se podía seguir. - Ahora solo necesito saber que puedo usar contra él para que se fije en mí, se centre en mí y en nadie más. No puedo mentir y decir que tengo a sus hijas o a su mujer fuera... tiene que ser algo que le moleste, que le duela tanto como para que quiera matarme y no puedo amenazar con ejecutar a su familia tampoco... - Suspiré. - Os toca pensar a vos pues sois quien le conocéis.

Cargando editor
08/03/2021, 23:01
Crodos Mornward

— Comprendo, comprendo... A veces, los caminos de Seyran son inescrutables... — dijo afirmando al sacerdote. — Me desasosiega profundamente la situación en la que se encuentra esta bella ciudad. — sintió el impulso de preguntar por Akta, pero resistió. Apenas había pasado unas horas desde que se separaran. No quería parecer lo que no era... o eso creía. — Thoriac, os agradezco que hayáis respondido a nuestras preguntas. Por favor, no quisiera robaros más tiempo, continuad con los cuidados del templo. Dedicaré mis oraciones al restablecimiento del orden y la Fe de Encrucijada Vieja. — dijo inclinando la cabeza, pensando en que pronto dedicaría su espada también.

En otro tiempo hubiera declarado apasionadamente su intención de purgar el mal de la ciudad y castigar con puño de hierro a los responsables. Pero en estos tiempos oscuros y complejos había aprendido que era mejor ser prudente y hablar de menos -que no mentir- en lugar de llamar la atención de oídos indeseados contando los planes en voz alta. Nunca se sabía quién podía estar escuchando, incluso en la casa de Seyran.

Crodos miró a sus compañeros por si tenían algo más que decir antes de marcharse, pues por su parte ya tenía la información que necesitaba.

Cargando editor
09/03/2021, 08:36
Lerissa

Todas aquellas tonterías sobre el bien y el mal, lo perverso y lo placentero, la verdad es que traían sin cuidado. Lo que hiciera cada uno dependía únicamente de ellos y si se dejaban arrastrar por estúpidas creencias, era cosa suya. No veía la necesidad de pelear expulsar lo que formaba parte de los corazones de la gente, por mucho que desearan ocultarlo.

Seyran podía decir lo que quisiera, pero al final, era todo una lucha de a ver quién tomaba el pelo a más gente o mejor. 

Pero... mientras pagasen, a mí me valía.

-Eso es, mi querido Crodos. Seguro que gracias a tu oración todo marcha mejor -comenté son sarcasmo, mirando en todas direcciones y viendo exactamente lo mismo.

Nada de interés.

En cualquier caso, si él necesita orar, adelante, no sería yo quien se lo impidiese.

-Pues si hemos terminado aquí, esperaré fuera a que todos terminéis vuestras plegarias. Mucha suerte con vuestros seguidores, Thoriac. Seguid así.

Cargando editor
09/03/2021, 10:10
Mitil Ironsar

Von Kammerstein es un hombre perverso y egoísta. - Comentó. - Lo que más le importa, incluso más que su esposa y no se si también sobre sus hijas, es su estatus. Mantener su estatus se ha convertido para él en una obsesión. Creo que le importa incluso más que las comodidades y cosas que pueda comprar con todo ese dinero que expolia al pueblo. Es un hombre horrible Akta... - Le miró a los ojos al decir aquello y también apretó sus manos. - Créeme, el mundo estará mejor sin él. Aunque... - Chasqueó la lengua y frunció el ceño algo defraudado consigo mismo. - No sé como eso podría ayudarte. 

Mitil soltó entonces las manos de Akta y se llevó una de ellas al mentón. Pensativo se recostó sobre el respaldo de la silla y permaneció en silencio unos instantes. Finalmente, alzó un ceja a la vez que ladeaba la cabeza y volvió a apoyar los codos sobre la mesa.

Si se ve amenazado, lo más mínimo, saldrá. - Determinó Ironsar. - De hecho, dudaría mucho que no tuviera ya un plan para escapar predeterminado. Es un hombre astuto y cobarde, Akta. No se expondrá si tiene otra opción mejor. Lo del grito... - Asintió con la cabeza. - Puede funcionar. Puede que eso baste para que salga al exterior y Akta... - Rió de forma breve. - Ese tipo saldrá. Es escurridizo. Mucho.

Mitil mantuvo la mirada unos momentos fijada en los dorados ojos de Akta. A ella le costó, pero finalmente pudo no apartarla. Los ojos de Mitil experimentaron un cambio, sus pupilas se dilataron enormemente. Finalmente Ironsar sonrió y se puso en pie rompiendo aquella magia surgida entre ambos.

Habla con los tuyos, Akta. - Le dijo. - Yo estaré aquí todo el día, por si me necesitas. Si todo sale bien... - Suspiró, pero no acabó la frase. - ...esperemos que todo salga bien. - Concluyó.

Cargando editor
09/03/2021, 10:28
Thoriac

Un placer conversar con buenas gentes. - Comentó el clérigo. - Si, voy a seguir con el mantenimiento del templo. - Comentó risueño. - Otrora había muchos fieles que me ayudaban en mis tareas, pero hoy en día, salvo los miembros de la orden, raro es aquel que pasa por aquí en busca de algo que no sea ayuda o consejo. - Sonrió de forma melancólica. - Que Seyran os proteja, hemanos.

Notas de juego

Si Lasar no tiene nada más que añadir, ya me diréis a donde queréis ir. Estáis cerca del mediodía.

Cargando editor
09/03/2021, 13:22
Akta

- Necesito ser su obsesión, Mitil. - Respondí al hombre usando por primera vez su nombre. - Si no huye, que me siga al menos... que me odie tanto como para querer matarme y se olvide de todos los demás. No quiero desperdiciar tan buena baza y si es lo que vos deseáis y ansiáis desde hace tanto tiempo, será el mejor regalo que os pueda hacer. - Sentí como apretaba mis manos aún y como me ponía cada vez más colorada y era incapaz de sostenerle la mirada. Pero al menos era capaz de seguir hablando. -Se que vos no me véis igual... no, verme me véis, lo dejasteis claro... no sentís lo mismo que yo hacia vos y... admito que duele, más ahora mismo solo quiero dos cosas: salvaros de la condena que os pueda caer por vuestros actos y haceros un regalo que os haga feliz. Pues veros feliz me hará sentir felicidad a mí y que sigáis con vida... es mi prioridad.

» Viendo con quien se va a aliar, entiendo que Von Kammerstein es un peligro y una grave influencia para estas tierras. Ya os dije que no sobreviviría a esta noche y haré todo lo que esté en mi mano para que sea así. Pero para ser el mejor cebo, pues a fin de cuentas eso seré y poder llevarle hasta vos o colocarle en una situación ventajosa para vos, mi señor, necesito esa información para atraerle como a una mosca a la miel y que se quede pegado a ella. Como os digo, si supiese como usar mi físico como arma, le atraería de otra manera... más yo no entiendo de los asuntos del corazón ni de las artes de seducción. Simplemente... - Guardé silencio. Aquello era demasiado íntimo como para contárselo a aquel hombre y más aún cuando sentía todo aquello por él. Algo que veía que crecía sin control a cada segundo que pasaba a su lado.

- Pues si es tan cobarde, quizás lo mejor sea dejarle una de las salidas de la posada libre. ¿Cómo es el edificio? Normalmente tienen dos entradas, la principal y una trasera. Si vuestros hombres y los míos bloquean la salida trasera, entrando por ella en el momento oportuno, solo podrá salir por la delantera... si huye, yo iré tras él y que el resto de vuestros hombres entren según salgamos los dos, evitando así que los míos me sigan. En el exterior tendré que conseguir que me odie tanto como para que se vuelva hacia mí y no tener que correr tras él con mi pesada armadura... - Respondía mientras iba pensando y sopesando las palabras de aquel hombre. - Siendo en la entrada principal, habrán testigos... y si se encara a mí, lucharé como os dije a la defensiva... dadle tiempo a que se canse y permaneced oculto... luego id a mi auxilio. Si hay testigos de como ocurrió todo mejor para vos. Mitil, si todo sale como espero... me dejaré caer al suelo... quedaré completamente expuesta a él y a su arma...

¿Tan fuerte era lo que sentía por él como para cometer aquella locura sin sentido por un desconocido, un criminal al que no volvería a ver jamás después de aquella noche? Si es que sobrevivía a ella...

Ambos nos miramos a los ojos. Yo estaba decidida a cumplir con lo dicho y él parecía estar leyéndome la mente o más bien lo que sentía. Buscando algún resquicio o alguna explicación de porque era así. Pero solo Seyran tenía la respuesta a aquella pregunta y no nos respondería aún preguntándole directamente. Cuando Mitil se puso en pie, sentí que todo se acababa ahí y eso me hizo sentir mal. Pero peor fueron las palabras que le acompañaron.

- Necesitaré ayuda para ponerme de nuevo la armadura... al menos las dos malditas piezas... salvo que me dejéis una capa con capucha y salga así al exterior. Llevaré mi espadón y esperaré que Seyran me proteja mientras les encuentro en la ciudad, pues no se donde estarán... más tarde regresaré para coger el resto del equipo si no me lo llevo ahora. - Dije refiriéndome a la armadura, la cual estaba claro que en aquel momento me daba pereza ponerme. Era la primera vez que me sentía verdaderamente cómoda y a salvo sin ella en un lugar desconocido, con un verdadero desconocido.

Dudé unos instantes tras mis palabras. - Mejor será que me marche con ella puesta y... que no vuelva a veros en el resto del día. - Dije sintiendo dolor en mi interior. Un dolor que si Mitil era capaz de percibir las emociones de los demás, sentiría el también. - No porque no quiera volver a veros ni estar con vos... sino porque es arriesgado... si me ven entrar y salir de aquí, en la posada se darán cuenta de que hay algo raro... además, cuanto más tiempo paso a vuestro lado... - Sobraban las palabras. Mitil lo sabía y yo no quería sufrir gratuítamente. Le sonreí. - Haremos justicia, restableceremos el Templo de Seyran cuando acabe esta noche... cuando acabemos con Von Kammerstein, vos seréis el héroe local de los seyranitas... será un nuevo resurgir y el pueblo recuperará la fuerza que necesita para expulsar la corrupción y a esa diosa del placer y el dolor que tanto daño está haciendo a vuestra tierra. Y lo más importante, después de esta noche, vuestro corazón descansará en paz sabiendo que vuestra venganza habrá sido legítima en vuestro reino y frente a quienes sean testigos de ella. Mis rezos y mi fe se encargarán de pedir perdón a Seyran por lo que estoy dispuesta a hacer y si mi Dios no lo entiende, es que no era el Dios que creía conocer.

Y me puse en pie cogiendo aquel racimo de uvas que no llegué a comer. No había desayunado y mientras me cambiaba, me vendrían bien. Sonreí a Mitil y le miré antes de suspirar, no queriendo alejarme de él y regresé a ponerme la armadura. Era pesado, desnudarse, ponerse toda aquella tela y luego la coraza... me preguntaba si no sería mejor salir con la capa que le pedí y volver más tarde a ponerme la armadura... pero siempre tenía la misma respuesta: quería volver para verle y estar entrando y saliendo de aquel lugar no era bueno para el plan. Era mejor salir lista para el combate de aquella noche y volver con los demás, aunque eso hiciese que me tuviese que tragar mi orgullo... ese si que pesaba.

Cargando editor
09/03/2021, 17:41
Lasar Etreri III

Habiendo terminado nuestra visita al templo y siendo casi el mediodía, hora del rancho, comenté la idea de ir a comer algo. Todavía teníamos tiempo antes de que llegara la hora pactada para encontrarnos con esa gente.

-"Hasta pronto Thoriac, que la buenaventura esté con vos." Le dije al sacerdote.

-"¿Y bien? ¿No os morís de hambre? El estómago me ruge y eso quiere decir que se acerca la hora del mediodía. ¿Queréis que demos una vuelta por la ciudad y comamos algo en algún puesto ambulante?" Les dije a mis compañeros.

Cargando editor
10/03/2021, 03:16
Mitil Ironsar

Eso haremos entonces. - Dijo objeto del deseo de Akta. - La sala de la posada no es demasiado grande, pero como decís, tiene dos salidas. La propia entrada y otra lateral. Sin duda alguna elegirá una de las dos para huir y estoy casi convencido de que será la puerta lateral. No escogerá una mesa central, sino una cercana a la puerta. - Se llevó la mano al mentón pensativo. - Como he dicho, es un hombre astuto y a la menor sospecha de que algo raro sucede, huirá. Aprecia demasiado su vida como para jugársela por un simple trato...

Ironsar acompañó a Akta hasta la habitación donde se había cambiado y comenzó a ayudarle con la armadura. Allí de pie y teniendo que tocar por fuerza su cuerpo para ayudar a encajar las partes de la armadura, empezó a ponerse algo nervioso. Akta lo notó enseguida, pues aunque no era una experta en el comportamiento humano y las relaciones que había tenido con hombres no habían sido demasiadas, no era estúpida. Notaba como Mitil respiraba de forma entrecortada, notaba como la miraba y notaba que tragaba saliva nervioso. Además, era ahora él quien apartaba la mirada de ella y no al revés, era como... si la desease. 

Lo primero es acabar con Von Kammerstein. - Dijo entonces Mitil sin venir a cuento, pero autoafirmando sus propios pensamientos. - Espero Akta, que esta no sea mi última noche, ni la vuestra. - Le dijo y pareció sincero. - Espero que sólo sea la primera de muchas. - Le dijo mirando ahora si a los ojos a la sacerdotisa. - Pero lo primero es Von Kammerstein...

Cargando editor
10/03/2021, 03:28
Narrador

Finalmente el grupo salió del templo con alguna información obtenida que podía ser importante o no, todo según para quién. A Lerissa poco le importaban las actividades de Von Kammerstein o de la iglesia de la Diosa del Dolor y del Placer. A la tiefling, lo que realmente le importaba era que iba a hacer un trabajo que les reportaría unos muy buenos beneficios y con ellos podría comer durante mucho tiempo y le sobraría para comprarse algo bonito. En cambio a Crodos le había servido para reforzar su creencia en que estaba haciendo lo correcto y finalmente a Lasar... Lasar sólo sabía que tenía hambre...

Al salir al exterior, volvían a encontrarse en aquella plaza y casi por casualidad, observaron una taberna con muy mala pinta junto al templo. No tenía ningún cartel con su nombre, ni que la identificara como una posada, tasca, taberna o similar, pero entraban y salían beodos, por lo que igual hacían comida; que vendían bebida era un hecho irrefutable. Al acercarse a aquel edificio, observaron como en el interior del mismo había una amplia sala con mesas y una barra. Sin duda habían llegado a una taberna. 

No eran muchos los clientes que se encontraban en el interior, siete u ocho hombres de los cuales solo dos estaban sentados en una de las mesas y el resto en la barra consumiendo bebidas de apariencia alcohólica. Un aroma a comida surgía del interior de la cocina. Eso indicaba que allí se podía comer, aunque, dado lo sucio que estaba el suelo y el cargado ambiente de tabaco que había en el interior del local, donde prácticamente podía cortarse el aire con cuchillo, podía ser que a aquel grupo de refinados viajeros, no le hiciera demasiada ilusión probar los manjares que allí se cocinaban.

Cargando editor
10/03/2021, 11:24
Crodos Mornward

Cuando salieron del templo, Crodos miró a Lerissa con profunda compasión. Su sarcasmo anterior no lo había pasado por alto, pero tampoco le había molestado en absoluto. A Lerissa la veía más bien como un alma descarriada que había que ayudar.

— Lerissa, os comprendo, pero sabed que las oraciones tienen más poder del que pensáis. Os tengo por una mujer práctica, pero tal vez si abrierais vuestro corazón y dejarais que entrase más luz... Quizás así vuestra carga fuera menor. — le dijo amablemente mientras se acercaban a la taberna sin nombre.

Cuando estuvieron cerca y comprobaron como era el sucio establecimiento, Crodos hizo una mueca de desgrado. Al refinado paladín efectivamente le disgustaba un lugar así, pero entonces recordó:

— Ah Lasar, estoy de acuerdo con que podríamos comer algo... Y un puesto ambulante me parece sin duda mejor opción que este antro inmundo. Pero... acabo de recordar. — bajó la voz y se acercó confidente a sus compañeros Esta taberna sin cartel debe ser la taberna ilegal de la que nos habló nuestro patrón. "La Rata Ahogada". Jamás en mi sano juicio entraría en este establecimiento repugnante, pero ya que la reunión se celebrará aquí... Quizás no sería mala idea comer algo y aprovechar para obtener más información. Nada de preguntas, solo observar... ¿Qué pensáis? ¿Creéis que nos reconocerían de algún modo?

Cargando editor
10/03/2021, 13:21
Akta

- Por eso saber que odia, para convertirme en su centro de atención. - Le respondí a Mitil. - Si huye, quiero que pare y se encare a mí. Quizás por ser mujer y creer que puede conmigo y que vea que pertenezco a la orden de Seyran y me vea sola, sea suficiente como para que le frene... y que le diga que le perseguiré hasta darle muerte, esconda donde se esconda... puede que llegue... Y si creéis que usará la puerta lateral, pues cambiamos la distribución del plan. Que vuestros hombres entren por la principal y le empujaremos a salir por la lateral, yo le seguiré y cuando ambos estemos fuera, que otro grupo de vuestros hombres cierre el paso de esa salida y que todo se centre en el interior de la posada. Vos y yo no encargaremos de ese cobarde que solo sabe atacar a mujeres en el exterior.

Y sí, no me había dado cuenta, pero aquella era una buena ventaja. Ser mujer.

No creí que Mitil me fuese a acompañar hasta la habitación. La verdad era que creí que esperaría en el salón y que tendría que acudir yo a que me ayudase con la coraza, básicamente porque me tenía que desnudar primero para quitarme aquellos ropajes, viejos pero útiles y ponerme los de la base de la armadura.

Le miré al verle quedarse en la habitación conmigo y me senté en la cama, quitándome las botas y viendo como me ponía colorada por lo que iba a decirle. - No me importa que estéis presente, mi señor. No seríais el primer hombre que me ve desnuda, pero dadas las circunstancias, preferiría que os diéseis la vuelta hasta que me cambie de ropa y requiera vuestra ayuda con la armadura. Y no, no hace falta que salgáis. Sabéis que me agrada vuestra compañía. - Sonreí. - Es evidente que no puedo ocultaros nada.

Y para cuando terminé de decir aquellas palabras, me había retirado las botas y puesto en pie, para quitarme el pantalón y la parte superior de mis ropajes. Luego me puese aquellas gruesas telas. - No se si deciros que podéis giraros ya... o manteneros así un rato más... pues las telas que llevo puestas en este momento no son precisamente algo que le quede bien a nadie. - Le dije a Ironsar dándole así permiso a que se girase si quería.

Y el metal comenzó a sonar según lo recogía y lo empezaba a emplazar en su lugar correspondiente. Mitil se giró y comenzó a ayudarme a ponerme la armadura sin decir nada. Daba igual la pieza que fuese, sus fuertes manos estaban ahí, ayudándome a prepararme para salir. Sabía que me tocaba sin querer algunas zonas del cuerpo, para ayudarse a hacer presión y que las piezas encajasen y que apesar de la tela que cubría mi piel, era capaz de sentir su mano en mi nalga al presionar la pieza de pernera o como sin querer al ir a colocar la coraza, rozó uno de mis voluminosos pechos. No le dije nada, puesto que aunque me hubiese agarrado un pecho con descaro, de él hubiese pensado que lo hacía por ayudarme a ponerme la armadura. No le veía como esa clase de hombres. No después de sus palabras a sus matones y de saber que solo había una mujer para él además de su hija.

Pero si empecé a notarle nervioso y esta vez su seguridad en sí mismo se  había esfumado. Le miré con curiosidad y vi que ahora yo si era capaz de sostenerle la mirada porque él reuía la mía. Sonreí para mis adentros puesto que sentía que le atraía. Claro que, era difícil que no atrajese a ningún hombre... el problema era quisiera conmigo algo más que lo que acostumbraba a tener, una noche de placer... y es que lo que sentía por aquel hombre era mucho más. No le deseaba para una noche, le quería para más y más.

Y fue el mismo Mitil quien rompió el silencio entre ambos. Un silencio que no estaba segura de como acabaría si no hubiese hablado el hombre en aquel momento. - Eso espero yo también, que ambos sobrevivamos a esto. - Aunque todo acabase ahí y luego, recuperar el Templo de Seyran y expulsar a aquella diosa de aquel lugar fuese solamente tarea de Crodos y mía, al menos estaría feliz sabiendo que él viviría. Pero sus siguientes palabras me desconcertaron y me quedé pensativa tratando de entender el mensaje implícito en ellas mientras me miraba a los ojos, para recalcar la prioridad de la muerte de Von Kammerstein. - No os preocupéis. Considero que el plan es bueno y mientras Crodos no sepa lo de la venganza y si lo averigua, se lo tome por otro lado, yo cumpliré con mi parte, aislaré a ese hombre para vos y os cederé su muerte y vos... podréis descansar tranquilo esta noche y las siguientes.

Quizás eso era lo que Mitil quiso decir con sus palabras. - ¿Os importa que deje aquí lo que no vaya a usar durante este día, como la tienda de campaña, la manta, la red de pescar...? Cuanto menos peso lleve encima mejor será para mí y en combate notaré la diferencia. Puedo recogerlo cuando acabemos el encargo o venir mañana a por ello... cuando gustéis. - Le pregunté cuando me encontré perfectamente equipada y lista para combatir. Los rollos de pergamino irían conmigo, así como la mochila vacía, por si encontraba algo útil... pero antes debía vaciarla.

Sobre la cama descansaban solamente mis guanteletes y mi casco. Dependiendo de la respuesta que Mitil me diese, cogería todo, acabaría de equiparme y me marcharía o dejaría parte de mi equipo allí antes de ponerme los guanteletes y el casco y dejar atrás a aquel hombre que me hacía sentir tantas cosas a la vez que no llegaba a entenderlas.

Cargando editor
11/03/2021, 04:58
Mitil Ironsar

Creo que puede funcionar, Akta. - Le dijo muy seguro de sus palabras al reorganizar el plan. - Pero no olvides que ese hombre es mucho más astuto de lo que puedes llegar a imaginar. - Añadió. - No posee dones arcanos o divinos, pero eso no quiere decir que no sepa utilizar trucos mágicos. Es huidizo como una culebra... - Inspiró profundamente. - Espero equivocarme, pero estoy convencido de que todo lo que podamos planear es poco. Espero sinceramente que logréis captar su atención. - Se mantuvo pensativo. - No se muy bien como ayudaros a averiguar que es lo que más odia. No estoy en su mente. Sólo se que su mayor miedo es a perder su estatus, aunque no se como podríamos utilizar eso contra él...

Luego llegó el momento en que Mitil ayudó a Akta a ponerse la armadura. Fue una situación difícil para ambos, pues Akta deseaba que aquellas manos tocaran más de lo que lo hicieron y de seguro que Ironsar también hubiera deseado que aquella "ayuda" hubiera decantado en otro tipo de actividad. No obstante, ambos estaban centrados en lo importante y además Akta no iba a conformarse con una relación de una noche, aunque quizás Mitil tampoco pensaba aquello en esos momentos. Él estaba centrado en una única cosa, su obsesión de los últimos años de su vida, Von Kammerstein.

- Puedes dejar lo que no necesites, claro... - Le respondió Mitil a Akta. - No hay problema alguno. Y si, es un buen plan. Saldremos de ésta. - Asintió con la cabeza mirando fijamente a la aasimar. - Saldremos de ésta... - Repitió.

Cargando editor
11/03/2021, 07:06
Akta

Miré a Mitil con intensidad con sus palabras. Le deseaba como jamás había deseado a nadie. Sus ojos, su mirada, me hipnotizaban al igual que perturvaban mis emociones y sus voz calaba con fuerza dentro de mí corazón. Más sus advertencias no caían en saco roto. 

- Sois vos. - Dije al fin con un brillo en mis ojos que avivaban el color dorado de los mismos. - A quién más puede odiar, es a vos, Mitil. ¿No lo veis? Mató a vuestra esposa porque no os pudo matar a vos. Vos sois la clave... Sólo decirle la verdad... Que os amo... y que voy a vengar la muerte de vuestra esposa en vuestro nombre. Puesto que como sacerdotisa de Seyran, puedo ser juez y verdugo de sus actos. Si con mi muerte cree que puede haceros daño, se encarará a mí. Más aún si ve que soy una amenaza que le perseguirá siempre, esconda donde se esconda. - Le dije ya no solo segura de mis palabras, sino que entendiendo que me estaba pasando con él.

Sentir las manos de Mitil, aunque solo fuesen sobre aquellas gruesas telas, apoyarme en él según que piezas de la armadura poníamos, tocarle por primera vez... Todo aquello me excitó y pensé que si hubiese sido todo de otra manera, quizás me hubiera dejado llevar por mi instinto más primario. Más yo deseaba a ese hombre de una manera distinta a las demás. Sabía que con una noche en su cama no sería suficiente.

Sonreí con timidez a Mitil cuando me permitió dejar parte de mi equipo allí. Si salíamos de aquella, al menos me quedaba el consuelo de que le volvería a ver una vez más. Y sus palabras fueron como si me leyese la mente. Y por instinto, acaricié su rostro con la calidez de lo que sentía por él. - Con que sobrevivais vos y pueda vivir para ver como cumplís vuestro sueño, seré feliz, Mitil... Me iré feliz y en paz.

Retiré mi temblorosa mano de su rostro y aparté mi mirada, inclinando mi cabeza hacia abajo, sonrojándome por todo lo que acababa de hacer y decir. Mis ojos se centraron en los guanteletes y el el casco. - Creo que... más no os puedo decir... Cogeré lo que necesite y me marcharé antes de que sienta que no puedo hacerlo.

Y es que acariciar su rostro de esa manera, me hizo desearle más y reprimir unas intensas ganas de besarle. Eran tan fuertes que sentía que si me quedaba allí mucho más tiempo, me lanzaría a sus brazos y estropearía todo.

Prefería marcharme con la duda de si le atraía o no que salir de allí con el corazón roto.

Cargando editor
11/03/2021, 15:37
Mitil Ironsar

Mitil se quedó en silencio y pensativo ante las palabras que acababa de dedicarle Akta. Sin duda alguna no se esperaba aquello y debía asimilarlo. No es que Mitil Ironsar fuera un estúpido, todo lo contrario, pero nunca hubiera llegado a la conclusión de que lo que más odiaba el bastardo de Lucius Von Kammerstein era a él. Aunque quizás, le verdadera sorpresa que se acababa de llevar, no era otra que la confesión de Akta acerca de sus sentimientos.

¿Era verdad aquello? ¿Se había enamorado de él aquella joven aasimar de ojos dorados? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Era posible que hubiera sucedido tan rápido? Desde luego gestos y acciones que indicaban aquello no habían faltado desde que se vieran por primera vez para que Mitil pudiera poner en duda aquella revelación. Cierto era que Akta se había enamorado de él a primera vista y que no se trataba de una pura atracción física. Algo había pasado entre ellos, algo que había cambiado a Akta para siempre y quizás también a Mitil Ironsar.

Quizás tengas razón, si... - Dijo finalmente Mitil. - Puede que si le revelas eso, es más podrías incluso decirle que yo también te amo. Puede que sus deseos de arrebatarme a otra mujer a la que amo, provoquen que cometa un error. - Tomó aire y se acercó a Akta. Entonces posó su mano en la nuca de ésta y la abrazó colocando el lateral del rostro de la aasimar, contra su pecho. - No sé que ha sucedido, pero algo ha pasado entre nosotros, ¿verdad? - Le susurró. - Espero que ambos lo contemos para poder descubrir que es.

Cargando editor
11/03/2021, 16:45
Akta

¿De verdad me amaba o simplemente lo decía por decir? Quise preguntarle por ello, pero temía que solo fuese una ilusión, una falsa esperanza. Además, ignorando la verdad y con esas palabras, estaría diciéndole la verdad a aquel hombre y la verdad, si venía de una sacerdotisa de Seyran, siempre era más creíble que una mentira.

Eso es lo que espero. Eso y que mi juventud le haga creer que soy fácil de vencer. Pues él no sabe que fui entrenada desde pequeña y, aunque me deje vencer, será todo por vos.

Cuando Mitil se acercó hacia mí, sentí mi cuerpo temblar. Su mano en mi nuca me produjo una placentera sensación, pero la que más me gustó fue la que sentí al apoyar mi cabeza sobre su pecho. Era cálido y sentía su corazón latir con fuerza. Entonces mis brazos le abrazaron y sentí lo inevitable: no quería separarme de el.

Escuché sus susurros y sentí como me ponía más nerviosa aún. - Yo no comprendo cómo ha sucedido y se lo que me está pasando por lo que otros me han contado... Como se sienten cuando aman a alguien, que desean para esa persona y... es la primera vez que me siento así y creedme si os digo que ahora mismo soy feliz en vuestros brazos.

Era fácil confesarle aquello con mi cabeza sobre su pecho, sin mirarle a los ojos. - A mi también me gustaría descubrir que me pasa y saber que más cosas me hacen sentirme bien y feliz a parte de estar entre vuestros brazos y con mi cabeza apoyada en vuestro pecho.

Sacando fuerzas de flaqueza, me separé de Ironsar. Realmente no quería hacerlo, pero debía... Miré a aquel hombre a los ojos, puesto que quizás fuese la última vez que lo haría. Los dioses eran caprichosos a menudo y Seyran podía creer que traicionaba mi fe y amor hacia él enamorándome de Mitil con aquella facilidad.

Volví a dejar una suave caricia en su rostro mientras le hablaba. - No quiero separarme de vos... Ya no. Pero debo hacerlo. Necesito estar centrada para esta noche y vos... Si pudieseis leer mi mente ahora mismo, creo que os escandalizariais simplemente con lo que estoy pensando ahora mismo. Además, debéis preparar a vuestros hombres y yo encontrar a los míos... Los cuales no se ni dónde están y este lugar no es precisamente pequeño. Al menos sabré donde encontraros está noche.

Y mis ojos miraron sus labios con deseo y tuve que sacar más fuerzas para no besarle en aquel momento. Y mi mirada delató el pesar de no poder hacerlo.

Cargando editor
12/03/2021, 02:26
Mitil Ironsar

- Por desgracia así es, Akta. - Le dijo mucho más serio que momentos atrás. - Tenemos que centrarnos en lo de esta noche. - Comentó. - Hay que librar al mundo de un ser tan despreciable como es Von Kammerstein y si todo va bien...

Sonrió y volvió a acariciar el rostro de la aasimar. Tuvo que contenerse de no besarla, pero logró contenerse. No era el momento. No podía despistarse con ese tipo de distracciones. No antes de la batalla, pues había hecho un juramento y hasta que no estuviera cumplida su venganza, no invertiría esfuerzo alguno en otra cosa que no fuera culminar su objetivo. No ahora que lo tenía tan cerca.

Si todo va bien, tiempo habrá pasa otra cosas. - Le dijo con férrea determinación. - Eso te lo aseguro.

Entonces, armado con su sed de venganza, pudo hacer frente a sus más bajos instintos y logró finalmente separarse de aquella mujer que lograba que tantos sentimientos antaño olvidados, resurgieran en él. Como bien había dicho, tiempo habría para todo después de acabar con aquel hombre que tanto había marcado su vida, pero no antes.

Voy a hablar con mis hombres y les explicaré lo que hemos hablado. - Le dijo a Akta. - Lo que deben saber, está claro y nada más. - Asintió. - Deberías hacer lo mismo. - Le sugirió. - Nos veremos al anochecer. Gracias por todo. 

Entonces se dio media vuelta y salió de aquella habitación dejándola completamente sola.

Cargando editor
12/03/2021, 08:22
Akta

La seriedad de Mitil en ese instante hizo que mi corazón se enfriase. Supuse que era un acto reflejo y defensivo de mi propio cuerpo. - Tranquilo. Lo haremos. Aunque sólo sea por vos, no permitiré que escape. No dejaré que siga respirando. Os lo prometo, mi señor.

Y sentí su caricia sobre mi piel y entendí que si bien seguramente no me amaba, si había despertado algo en él, puesto que nunca antes me había tocado hombre alguno de aquella manera, ni se había contenido en besarme. Siempre era todo al contrario y su abrazo... Fue una pena llevar la armadura puesta cuando me lo dio.

Me costaba pillar las indirectas, más aún en temas amorosos y supuse que se refería a realizar otro encargo.  - Debemos restaurar el Templo de Seyran o al menos yo me quedaré a hacerlo y dudo que Crodos se marche. Así sí, por aquí estaremos un tiempo hasta que nos necesitéis de nuevo.

Y nuestros cuerpos se separaron y me sentí sola sin él. Sus palabras me sonaron lejanas y le sostuve de la mano antes de que se marchase y le miré a los ojos. - Creo que se me va hacer eterno este tiempo sin vos cerca. - Y le solté la mano y dejé que mis dedos rozasen los suyos hasta separarnos.

Y me quedé sola. Por dentro y por fuera.

Cogí lo básico para pasar el día en la ciudad y entrar en combate al caer la noche. Nunca pensé que añoraría tanto a alguien que acababa de estar a mi lado. Cuando estuve lista y tras comerme aquellas uvas, salí de la habitación, con los guanteletes y el casco puestos. Era lo mejor para evitar tentaciones, aunque las miradas  seguirían ahí.

No tardé en llegar a la sala común y miré quien estaba presente para despedirme de ellos antes de salir. Iría primero al Templo de Seyran a presentar mis respetos a mi Dios y pedirle perdón y clemencia por lo que iba a permitir esa noche.

Cargando editor
12/03/2021, 18:05
Lasar Etreri III

La idea de Crodos no me pareció mala. A decir verdad, yo estaba más o menos acostumbrado a entrar en tugurios así. En más de una ocasión mis pasos me habían llevado a llevar mi talento a oídos menos refinados, que mataban solo con la mirada.

-"No veo mala la idea, Crodos. Entremos y escuchemos u observemos qué tipo de gente y de cosas se cuecen ahí dentro. Echaros la capa por encima, para ocultar que sois paladín de Seyran. Y vos, querida... bueno vos ir como queráis, no creo que levantes sospechas de nada. Yo ocultaré mi rostro bajo mi sombrero, que seguro que alguno me reconoce, ya que tengo gran prestigio en todo el reino. Y aunque este sitio no entienda de música, mi reputación me precede."

Me dirigí hacia la entrada de la taberna.

Cargando editor
12/03/2021, 19:15
Lerissa

Aquella visita había sido una pérdida de tiempo. Estábamos solo llenando las horas hasta que nos reuniéramos de nuevo y fuésemos a aquel encuentro ultra-secreto. Pero lo peor de todo para mí fue tener que aguantar las estupideces santurronas de aquel sacerdote primero, y de Crodos a continuación.

-No tengo ninguna carga, Crodos, y de llevar alguna, me gustaría que fuese con monedas y no con aire, porque entonces no tendría que estar dando vueltas y entrando en templos. Vos llevad vuestra vida como queráis que yo llevaré la mía a mi estilo. Procurad no darme lecciones sobre ello.

En ese momento, llegamos a la entrada de aquella taberna y ya fuese por hambre o por aburrimiento, o en el caso de Crodos y Lassar, por obtener más información, parecía claro que aquel sería nuestro destino.

-Supongo que con tanto festival, tres personas más no llamarán la atención. Echaros esa capa por encima como sugiere Lassar y vos, Lassar, por favor, no cantéis. En cuanto a mí, no me importa hacerlo. Si alguien se acerca sin ser invitado, simplemente le recibiré como se merece. En todo caso, dudo que las tiefling tengamos una buena reputación, por lo que no creo tampoco que me haga daño que me vea. Así que vayamos al interior.

Y me encaminé junto al bardo, hacia el interior.

Cargando editor
12/03/2021, 20:18
Director
Sólo para el director
- Tiradas (4)