Partida Rol por web

Aunque el ogro azul había desaparecido, las partículas doradas que flotaban en el aire, fruto del conjuro que acababa de lanzar la pequeña Yoon-Shun, comenzaron a posarse sobre una enorme silueta. La del ogro. Seguía ahí, aunque se había vuelto invisible. 

Tarkhan bufó despectivamente cuando reconoció las sílabas de un conjuro de invisibilidad. El ogro estaría cubierto por las relucientes partículas del conjuro de su discípula: de poco le serviría volverse invisible cuando su contorno estaría perfectamente delineado por el hechizo. El ogro tenía la memoria suficiente para albergar un encantamiento de la segunda esfera, mas carecía de la mentalidad estratégica para utilizarlo adecuadamente.

Y hablando de estrategia...

—¡Valyevan, se tarda en abrir una cerradura y tenemos a los ogros encima! —le llamó la atención Tarkhan—. ¡Encárgate de ellos y abriremos las celdas!

Él desde luego no iba a sacrificar su posición y arriesgarse a ser convertido en pulpa por un ogro mientras hurgaba en una cerradura. El Gato Sonriente de Anza comenzó a tejer un complejo conjuro: sus manos se deslizaban en complicados bailes gestuales por el aire, mientras sus pies trazaban los símbolos del encantamiento en el suelo... 

Tarkhan está lanzando Convocar Monstruo III como acción de asalto completo.

Necesitamos una acción de asalto completo para intentar abrir la puerta, y después tenemos que pasar la CD. Tarkhan tiene bastante Inutilizar Mecanismo (+14) pero aún así, puedo fallar. No es algo que nos podamos poner a hacer en mitad de un combate con los ogros tan cerca.

Valyëvan observó a través de la puerta hasta el fondo del pasillo, donde se encontraba la segunda puerta. Su intento por bloquearla con su espada, había quedado en saco roto. Pero las verdaderas prisas no llegaron hasta el momento en que vio, como uno de los ogros, posiblemente seguido por el segundo, aunque a éste no lo veía por las enormes dimensiones del primero, regresaban hacia su posición con cara de muy pocos amigos.

Mientras Tarkhan conjuraba, Aenifer trató de cerrar la puerta de la celda donde se encontraban los dos ogros, uno de ellos cegado e invisible, aunque su contorno se diferenciaba bien gracias a las múltiples partículas doradas que se habían posado sobre su silueta. No obstante, aunque cerró la puerta, no tuvo éxito con sus herramientas de ladrón para manipular la cerradura y dejar encerrados a los ogros.

Fue entonces cuando la puerta se abrió de golpe y un enorme y feo ogro, armado con una gran clava, descargó un poderoso golpe con ésta, que golpeó con dureza sobre el hombro de la pícara. No sería un golpe mortal, pero sin duda le había dejado malherida.

Nada más asomarme, vi que venían un par de ogros. Solo veía a uno, pero dudaba que donde estuviese aquel trozo de carne con ojos, no le acompañase otro similar, así que ni me lo pensé.

-¡Ya vieneeeeeeeeen! -grité, mientras apuntaba y disparaba, dando justo en el blanco, aunque mucho me temía que aquel enorme bicho necesitaría bastante más que una simple flecha para caer.

Mientras, a mi espalda, oí un golpe y un quejido. No había sonado nada bien, así que supuse que teníamos enemigos tanto fuera como dentro.

Y nosotros, mientras tanto, en una jodida ratonera. Ahora no me parecía tan buena idea haber ido hasta allí, pero... qué más daba ya.

Al parecer ya habían perdido la ventaja de la sorpresa, ya nada importaba el sigilo, y pese a que eso significaba que iban a tener problemas con al menos tres enormes ogros, a la enana le parecía una gran liberación poder moverse sin temor de que su armadura hiciese ruido.

 Habia que preparase para luchar, y Beblara  susurró unas palabras arcanas, abarcando todo con sus brazos y extendiendo sus dedos mientras las cuentas y abalorios de su barba tintineaban. Una agradable calidez envolvió el cuerpo de cada uno de ellos, vigorizando los músculos y haciéndoles sentir coraje.

La sorpresa que sentia cuando se abrio la puerta de golpe me dejo perpleja lo suficiente para que aquella bestia descargara su furia contra mi.

El golpe me hizo chillar a la par que sentia como la mitad de mi vida se iba en aquel impacto. Solo un instante me tomo asimilar el dolor, una vez mas no era el momento de preocuparme de mis heridas, no habia sido lo suficiente rapida con la puerta y me deje sorprender tontamente en la entrada y frente a mi dos ogros o mejor dicho uno y otro que al parecer habia desaparecido pero su silueta titilaba de manera que en otro momento hubiese sido graciosa se preparaban a aplastarme con todas sus ansias.

- Hoy no.... gemi en Silvano sin darme cuenta.

Una energia envolvio mi cuerpo dandome ciertas fuerzas o impetu que habia perdido. Podia sentir que era un efecto magico, tal vez no por Yoon, no se sentia igual, pero de seguro era algo de mis compañeros y con una sonrisa picara en mi rostro me lance sobre el orco que tenia frente a mi.

La daga en mi mano iba hacia su piel mientras solo esperaba sentir como penetraria su carne y todo el dolor que yo sentia habria valido la pena.

Yo no podia vencer a los dos simultaneamente pero si mantenia al ogro visible frente a la puerta el de atras no podria salir y no podria atacarme, o al menos eso esperaba.

- ¿Aenifer? - Una voz conocida surgió a través de la puerta de la última celda situada a la izquierda de Aenfier. - ¡Aenifer! - Gritó entonces Alex. - ¡Sal de ahí! - Le gritó. - ¡Corre Aeny, corre!

- ¿Aenifer? - Otro conocido se encontraba en la celda contigua a la del viejo. No era otro que Eliferum Abajo. - ¿Qué puñetas haces aquí? ¡Cuidado con ese ogro, no puedes con él!

Aenifer trató de alcanzar al ogro con su daga, sin embargo el filo de su arma no pudo traspar la gruesa armadura del ogro.

Yoon-shun lanzó un bufido desesperado, ella no era ninguna combatiente, ¿por qué ningún combatiente peleaba?

-Usemos un poco la materia gris -gimió mientras veía lo que le estaba pasando a Aenifer. Alzó las manos y lanzó un rayo contra el ogro. Luego pasó por detrás de la muchacha para dirigirse a las celdas e investigar las cerraduras-. ¿Donde estáis? ¿Cómo se abre esta cosa?

El ogro que se había ocultado de forma no muy eficaz con un conjuro de invisibilidad, no parecía tener demasiadas ideas sobre que hacer a continuación, por lo que simplemente esperó acontecimientos.

Mientras tanto, los dos enormes ogros corrieron hacia la puerta defendida por Valyëvan y trataron de abrirla empujando. Sin embargo, y pese a que colaboraron ambos en tratar de sobrepasar la puerta, la norteña resistió y pudo dejarlos del otro lado.