Partida Rol por web

[D&D 3.5] En Busca de Feyrya.

Prólogo 1. Dificultades al Alba.

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25/01/2019, 13:49
Narrador

Antecedentes. Los Amarillos y la llegada del embajador del Gran Reino de Anza.

Es de conocimiento popular que un grupo de viajeros anzanos se perdió hará casi dos décadas en un viaje comercial que realizaban desde Arthanis hacia el sur de Harvaka. Aquella pequeña comunidad acabó por alguna razón en el norte, rodeada de montañas y entre grandes comunidades trasgoides y enanas en continuas contiendas bélicas.

Tuvieron suerte de que el primer contacto con seres pensantes en el continente fuera con el clan de Zurbar el Mediopelo. Pues su batallador general tras un minucioso estudio decretó que aquellas gentes no eran trasgos y que posiblemente fueran humanos amarillos, por lo que les dejaron asentarse en la zona concediéndoles unas tierras en las que se asentaron.

Por lo que fuera, aquellos seres de piel amarillenta cayeron en gracia al pueblo de Nugo. Sin duda alguna, la alimentación de los llamados “amarillos” era mucho más variada y exótica que la cocina tradicional enana, basada únicamente en carne y verdura. Por ello, cuando en el año 512 de la p.e.H Belgarosh marchó sobre las montañas Sangrientas, se llevó consigo a una parte de aquella extraña población, la cual se asentó en la ciudadela convirtiéndose en ciudadanos de primer orden dentro del krakado.

Y es así como años después llegó Tarkahn a la región. Venía en representación del Gran Reino de Anza, del cual Belgarosh había escuchado hablar en boca de los “amarillos”. Aquel convincente y sonriente hombre, muy pronto embaucó son su verborrea al Krak, quien confundido, entendió que la figura de Embajador, significara lo que significara y fuera lo que fuera, tenía que ser un nexo de unión y hermandad entre el reino humano y el reino de Nugo y desde entonces, Tarkhan el Gato Sonriente de Anza, ejerce su ministerio en los salones de Karak-Belgarosh y hace y deshace a su gusto.

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28/01/2019, 15:48
Narrador

Primer mes del invierno del año 522 de la primera edad de la Historia.

El mes de Yggan estaba siendo asombrosamente caluroso ese año y eso que ya se encontraban en el veintidosavo día del mes siendo este un inus, último día de la semana. Por lo que en el segundo amanecer desde aquella mañana pasarían a encontrarse en el mes de Frehanan.

Aquello le traía sin cuidado a la mayoría de enanos de aquella región, por no decir a la mayoría de enanos en general. Los enanos contabilizaban las estaciones muy a groso modo. Bajo la seguridad de sus montañas, poco importaba si llovía, nevaba o hacía sol. Era así al menos para los enanos que vivían en las ciudadelas, pues para los que vivían en las llanuras y cultivaban la tierra, el tiempo y los fenómenos atmosféricos eran sin duda una de los pilares entorno a los que giraba sui vida.

Para Tarkhan era un orgullo que aquel calendario semanal estuviera instaurado alrededor de toda Gea. Los días de la semana se establecieron en Anza y respondían a los nombres de los ocho hijos del rey anzano Laonacos I y eran los siguientes: Annis, Bitris, Citput, Dorn, Elis, Fineh, Garoul e Inus. Era motivo de orgullo, pero tampoco lo sacaba demasiado a relucir, pues como bien sabía Tarkhan, poco le importaba todo aquella al enano medio.

Los rayos de sol se colaban por los respiraderos de las estancias donde Tarkhan se alojaba casi desde su llegada a Karak-Belgarosh. Había tenido suerte con aquello, pues para un humano era bastante necesario la exposición al sol por breve que ésta fuera. Y en su caso era muy breve, pues aquella luminaria que se colaba por el respiradero, tan solo se mantenía en sus aposentos por un tiempo cercano a los cinco minutos en invierno y quizás a los ocho en verano.

Aquel pequeño momento de exposición al sol del que podía gozar en aquella ciudadela no lo había descubierto él. De hecho, tampoco era el primer humano que había llegado al krakado de Belgarosh, ni tampoco el primer anzano. De hecho, casi desde la construcción de aquella residencia bajo la montaña, los anzanos estaban presentes en la vida social de la misma.

Las sábanas del cómodo lecho que el Kark Belgarosh había mandado construir para el embajador, todavía estaban mojadas por la enérgica actividad que tuvo lugar sobre ellas durante la noche anterior. Tarkhan cayó rendido tras haber derrochado toda su pasión y al haber sucumbido al agotamiento y a la llamada del mundo onírico.

Aquel rayo provocó que los ojos del anzano se abrieran de par en par. Como cada mañana tenía mucho que hacer. Debía marchar a la embajada y ponerse a repasar sus notas y profundizar en su campo de estudio. La vida en aquella ciudadela le sonreía, sin embargo, tenía objetivos más elevados que vivir una buena vida cargada de lujos y de escaso trabajo.

Tras bostezar y estirarse aun sobre su lecho, su mano izquierda detectó algo. Algo que por supuesto no debía estar allí. Se trataba de una maraña de pelo duro y rizado. Lentamente giró la cabeza y confirmó sus peores sospechas. Junto a él, en su lecho se hallaba todavía su amante. Esa no era buena noticia, pues aquella relación no iba a ser aprobada de ninguna manera por el padre de la interesada.

Que una relación no fuera bien vista por parte de la familia de uno de los dos enamorados, podía ser un buen problema. No obstante, ese problema se incrementaba cuando el padre de esa persona constituía en sí mismo la máxima autoridad en la región donde se encontraban. Ese era el caso, pues en el lecho de Tarkhan se encontraba la única hija del Karak Belgarosh y por ende, la heredara del trono bajo la montaña.

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28/01/2019, 15:58
Rovanan

Rovanan abrió un ojo y sonrió al ver al Gato Anzano. Se dio media vuelta recostándose de nuevo y tapándose la cabeza. Tarkahn todavía estaba paralizado ante lo que acababa de descubrir. ¿Por que diantre no se había marchado como las otras veces? ¡Le iba a meter en un buen lío! ¿Y qué pretendía, seguir durmiendo hasta que la guardia del rey entrara allí a registrar sus estancias? 

De pronto las mantas saltaron por los aires. Rovanan miró a Tarkhan con sus grandes ojos abiertos como platos. Se notaba el terror en su mirada. Si su padre se enteraba de su romance la empalaría en la plaza de Torreón y sería pasto de las alimañas hasta que su cadáver se desintegrara tras el paso de los años. O igual no, pero lo que si era cierto es que se enfadaría notablemente.

¡Pero que haces aquí! - Le recriminó realmente furiosa.

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28/01/2019, 21:47
Tarkhan

El Gato Sonriente no sonreía. El corazón le martilleaba a toda velocidad en el pecho mientras trataba de pensar con rapidez. Corrió hacia la mesa más cercana y abrió su libro de conjuros intentando, irónicamente, encontrar una solución a su problema por arte de magia. 

Has hecho una completa estupidez, Tarkhan —pensó el anzano para sus adentros—, has podido estropear todo lo que te ha costado tanto conseguir por darte un revolcón con una enana.

El embajador de Anza no respondió a la recriminación de thogain. No era sólo del todo absurda: era ella quien debía haber salido de sus aposentos para volver a palacio, sino que, además, Tarkhan era eminentemente práctico. No servía de nada ponerse a gritarse el uno al otro, aparte de para echar más leña al fuego. En el fondo tampoco le echaba la culpa a Rovanan; era perfectamente consciente de que podía haberle avisado él mismo, de no haberse quedado dormido él también. Se juró que no volvería a acostarse nunca más con Rovanan y trató de esforzarse en buscar una solución al atolladero. Su única posibilidad era que la hija fuera tan astuta como la madre, y eso era mucho decir.

—Hoy es el día de celebración de la fiesta en honor a vuestros dioses —le recordó con voz tranquila, reprimiendo sus deseos de lanzar un conjuro de despertar sobre la thogain. Los enanos nunca se tomaban a bien que uno les lanzara conjuros sin avisarlos, aunque fueran beneficiosos—. Se supone que deberías estar con el kark comprobando que los preparativos están en orden. 

Levantó un momento la vista del grimorio.

—A estas horas ya deben saber, por tanto, que has pasado la noche fuera de palacio. ¿Qué les vas a decir?

- Tiradas (1)
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29/01/2019, 15:06
Rovanan

¡Tienes razón! - Dijo la enana al percatarse de que la que no pintaba nada allí era ella y no al revés. - ¡Mi padre me va a matar! - Dijo terriblemente preocupada. - ¡Pero lo que realmente me preocupa es lo que haga mi madre! - Resopló.

Acto seguido se puso en pie y comenzó a vestirse de forma apresurada. No tenía ni la más remota idea de lo que le iba a decir al Kark y a la Thogsi, pero lo que si estaba claro es que estaba en un buen lío. Como bien había dicho Tarkhan, ese día se celebraba la llamada "Festividad de los Tres Grandes" y ella debía de estar presente en la plaza de los Dioses desde hacía no menos de una hora. 

¿Qué le cuento al Krak? - Le preguntó desesperada a Tarkhan. - No voy a poder engalanarme como es debido... - Observó. - Ir hasta palacio y vestirme como tocaría me llevaría no menos de una hora y media. En cambio si voy directamente desde aquí hasta la plaza igual... - Se abrochó el último botón de la camisa. - Deben de estar buscándome... - Gruñó a la vez que aporreaba fuertemente el armario del anzano.

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30/01/2019, 12:41
Tarkhan

Tarkhan no era el hombre más honrado, pero era tremendamente práctico y sabía cuando compensaba ser un tipo honrado. Todos los planes que se le ocurrían estaban cogidos con hilos, cuando no abiertamente descabellados. No iban a engañar a la thogsi Tordwa con un plan improvisado, y las consecuencias de ser descubiertos iban a ser mucho peores.

El Ganto Sonriente cerró el grimorio con un suspiro. Miró a Rovanan a los ojos.

—Mi opinión es que, si algún día quieres gobernar estas tierras con justicia, tienes que decir la verdad.

El anzano dejó que la gravedad de la palabra cayera como una losa y retumbara en la habitación antes de ofrecerle una alternativa.

—O al menos, no mientas. Admite que has pasado la noche fuera de palacio, pero sé esquiva con los detalles. Admite que te has equivocado, pide perdón y promete... —dijo y se detuvo un momento para asegurarse de que imprimía suficiente asertividad a su tono de voz—, que nunca va a volver a suceder.

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30/01/2019, 19:08
Rovanan

Rovanan se quedó unos instantes petrificada mirando a Tarkhan. Alzó una ceja mientras ponía sus brazos en jarra y entonces se señaló con su acusador dedo índice. Aquello no presagiaba nada bueno. La idea del anzano de decir la verdad hasta donde fuera imprescindible, parecía correcta. Así como la había argumentado parecía hasta lógica, pero algo había fallado. Algo que iba a descubrir en cuanto su amante esporádica abriera la boca.

Tú... - Le señaló de nuevo. - ¿Me estás diciendo a mí, que después de lo de esta noche, me vas a privar a mi de ello? - Dio un par de pasos hasta donde se encontraba el anzano y le golpeó con su dedo en el pecho. - Estás muy equivocado, Tarkhan... - Le dijo mirándole a los ojos. - Soy la futura Kark de este krakado y una Kark obtiene lo que quiere... - Chasqueó la lengua de forma repetitiva mientras meneaba la cabeza de lado a lado. - No, creas que te librarás de mi después de verter tu semilla dentro de mi en un par de ocasiones... - Le agarró de la pechera. - No, Tarkhan. Así no se trata a una thogain y menos al Kark de Karak-Belgarosh. - Esbozó una sonrisa. - ¿Me has comprendido? - Le dijo. - Y ahora, siguiendo tu valioso consejo... - Sonrió de nuevo de forma maliciosa. - Iré a ver a mi padre y a mi madre... - Remarcó la palabra "madre". - ...y les contaré la verdad. - Entonces tiró del cuello de la camisa y le dio un beso en la mejilla. - Adiós, mi rollito de primavera. Espero verte en la celebración... - Y dicho eso se marchó camino de la plaza de los Dioses.

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30/01/2019, 21:26
Tarkhan

—Yo no he dicho eso... —dijo con voz meliflua, llamando la atención de Rovanan cuando se encontraba prácticamente en el umbral de la puerta.

Tarkhan escogía con mucho cuidado sus palabras, tanto que a veces los enanos pensaban que traducía mentalmente lo que iba a decir a continuación desde su idioma natal. Una vez, había vencido en un debate a una de las contertulias más habilidosas de la universidad arcana de O porque ésta no había encontrado ningún punto en el que atacar sus argumentos. Su rival había cometido un error después de una agotadora media hora de debate en la que ella intentaba atacar su propia versión de lo que Tarkhan había dicho y él señalaba su error de interpretación una y otra vez. 

—...ni quiero eso, dorzadar1.

El Gato Sonriente se sorprendió a si mismo diciendo estas palabras, y aún más sintiéndolas. Era cierto que no había sido lo más práctico para sus intereses, pero había descubierto que aquello de intercambiar fluidos corporales provocaba cariño. La promesa que se había hecho hacía un momento iba a tener la misma validez, al fin y al cabo, que cuando se había prometido no volver a beber después de una resaca de mil onis.

—Lo que he dicho es que prometas que no va a volver a suceder —aclaró Tarkhan, avanzando unos pasos hacia ella—. Estas visitas son demasiado peligrosas. Lo que ha acaecido hoy lo demuestra, y se va a volver más peligroso. No me extrañaría que tu madre te pusiera bajo vigilancia y tienes que demostrarle que se equivoca en sus recelos. Ella no aprobará lo nuestro. Ningún enano del kark aprobará lo nuestro.

El anzano rara vez daba puntada sin hilo. Era obvio que sus padres no iban a aprobar que se revolcara con un amarillo. Pero había ido más allá: había dejado implícito que sabía que ningún enano de bien iba a permitirle sentarse a su lado en el trono Karak-Belgarosh. De lo contrario su reinado sería el más efímero de la historia de los enanos.

Tenía que mantener su romance en secreto, y buscarse un respetado enano con el que casarse, si quería seguir disfrutando de sus muy refinadas artes amatorias.

—No somos dos adolescentes —dijo depositando una mano en la mejilla—. Encontraremos el modo.

Notas de juego

1: amante, en enano. Literalmente significa: "aquel con el que encuentro el camino en la oscuridad".

Tarkhan elige 10 en la tirada de Persuasión, para un total de 19.

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01/02/2019, 16:27
Rovanan

- Tienes razón en eso Tarkhan… - Observó la enana. – Nadie aprobaría una relación entre una enana como yo y un humano. Soy la heredera al trono de esta ciudadela al fin y al cabo. – Sonrió. – Al menos hasta que llegue en enano varón que se crea con derecho a reclamarlo. – Besó a Tarkhan en la mejilla tras ponerse de puntillas. – Debo marcharme. Espero verte en la celebración. Al fin y al cabo eres el embajador de Anza. ¿No es así?

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01/02/2019, 16:35
Narrador

Rovanan se marchó sin decir nada más y sin mirar atrás. Simplemente descendió las escaleras de la torre donde Tarkhan había instalado su embajada y su hogar y para la sorpresa de los guardias que custodiaban la entrada de la misma. Takrhan fue consciente desde el primer momento en que vio a dos de sus mejores guardias, mirarse entre sí con incredulidad ante lo que acababan de ver, que ocultar la verdad iba a ser muy difícil. Hithai y Thaitsai no abrirían la boca, pero no estaba tan seguro de si finalmente Rovanan lo haría o no.

Las palabras de la enana podían ser claras y sinceras, aunque según se mirase podían sonar enigmáticas a partes iguales. ¿Qué pretendía hacer ahora Rovanan? ¿Iba a destapar todo el pastel? Tarkahn no podía estar seguro, pero tampoco era algo que el pudiera controlar ahora. ¿O sí podía? Fuera como fuera tenía que pensar rápido o esperar a que la suerte le acompañara. Aunque a diferencia de otras personas, él no solía creer en la suerte, sino en el destino. El suyo en concreto.

Pocos segundos después de que los pasos de Rovanan se perdieran en las calles del barrio anzano, los dos guardias que custodiaban la entrada de los aposentos del embajador, se pusieron a su disposición. Sabían que era un día importante en Karak-Belgarosh y el hombre para el que estaban a su servicio, debía visitar la plaza de los Dioses, donde toda o casi toda la población de la ciudadela se iba a congregar en pocas horas.

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01/02/2019, 16:43
Hithai

- Díganos señor... - Dijo el leal Hithai. - ¿Está listo ya para marchar hacia la zona de los templos? - Le preguntó. 

Hithau sabía al igual que Thaitsai y que el propio Tarkhan, que el embajador, al igual que Rovanan se habían retrasado. Al Kark le gustaba la puntualidad y aunque para un enano ser puntual era llegar tarde, si no partía de inmediato, llegaría tarde hasta en términos enanos y eso no era bueno.

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01/02/2019, 16:46
Thaitsai

Le escoltaremos nosotros dos, mi señor. - Añadió Thaitsai. - Dejaremos la torre a cargo de Cunkho, como habíamos quedado. 

Thaitsai era el más antiguo de sus allegados. Era el único de los hombres que partió años atrás desde el Gran Reino de Anza y que aun vivía o no se había vuelto de regreso a Arthanis. Tarkhan le apreciaba, pues era leal y se dejaría matar por él. No obstante, no era demasiado avispado, aunque si era un bue guerrero. Lo que tenía claro era que podía confiar en él y también en Hithai, que era el hijo de Thaitsai. 

Hithai sabía que si traicionaba a Tarkhan, no haría falta que el Gato Sonriente de Anza le diera su merecido, pues su propio padre no tendría piedad de él con el castigo, que no sería otro que la muerte. Aunque, al fin y al cabo, tampoco les había dado a ninguno de los dos, demasiados motivos como para traicionarle y sin duda alguna su pequeño secreto quedaría en eso, en un secreto. O puede que no... pero eso no lo podía controlar el bueno de Tarkhan, al menos a priori.

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01/02/2019, 22:07
Tarkhan

Tarkhan miró a uno y a otro. 

No estoy listo —replicó. Estaba en pijama, por el amor del cielo —. Traed a las criadas de forma inmediata para lavarme y vestirme. Hithai... asegúrate de comunicar a todo el que haya visto a la thogain que su discreción será generosamente recompensada por el embajador.

Era como cuando en el orfanato encargaban al niño más rebelde que se ocupara de mantener el orden en el aula. Así, al menos, se controlaba a sí mismo.

—Thaitsai, necesito tu consejo. Acompañadme por favor.

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03/02/2019, 07:12
Hithai

- A sus órdenes excelencia... - Dijo Hithai realizando un saludo militar. - Puede contar con el silencio de todo aquel que pueda hablar más de la cuenta.

Dicho esto de marchó rápido con tal de llevar a cabo el cometido que le había sido asignado. Aquel joven anzano había recibido adiestramiento militar. De haber permanecido en el gran reino, sin duda ya se habría enfrentado en diferentes guerras ya fuera contra otros humanos, vovits al noroeste o jasones al sur o contra hombres lagarto en las montañas al este y en las murallas. Pero estando en aquella fortaleza no había tenido oportunidad de matar.

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03/02/2019, 07:23
Thaitsai

- Por supuesto, excelencia... - Respondió inmediatamente a la petición del embajador.

En cuanto el hijo de Thsisai se marchó, ambos anzanos se introdujeron en los aposentos de Tarkhan. Inmediatamente el embajador empezó a seleccionar la vestimenta que iba a lucir durante la celebración.

- No quisiera ser entrometido y es usted libre de hacer y deshacer a su antojo, pero... - Hizo una pausa para tomar aire. - ¡Qué demonios haces! ¡Y no es una pregunta!

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03/02/2019, 22:09
Tarkhan

Ahora sí: Tarkhan sonrió como un gato acorralando a un ratón.

—Si no es una pregunta, espero entiendas, amigo mío, por qué no te respondo —respondió Tarkhan con lógica impecable—. Respóndeme tú a mi a esta pregunta: ¿qué ha acaecido, recientemente, en nuestra querida comunidad que pueda haber retrasado al embajador de Anza en esta buena mañana?

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04/02/2019, 07:30
Thaitsai

Thaitsai asintió con una sonrisa ante la lógica irrefutable del embajador anzano. La pregunta de Tarkhan sin embargo, le borró aquella sonrisa de ojos casi cerrados. Parecía haberle descolocado de forma brutal. Sin embargo no era tonto y supo muy pronto lo que debía responder.

- Verá su excelencia... - Comenzó muy correcto. - Lleva ya algún tiempo aquí, realizando su función como embajador. Se le ve siempre muy ajetreado, pero sinceramente... - Se acercó al oído de Tarkhan y continuó hablando en un tono más bajo. - Entre tú y yo viejo amigo... Todavía no se en que consiste la figura de embajador. - Se alejó mostrando de nuevo un gesto guasón. - Por suerte el Kark lo sabe todavía menos... - Meneó la cabeza. - Dile cualquier cosa. Belgarosh se la creerá. Improvisa como tú sabes...

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06/02/2019, 09:29
Tarkhan

Thaitsai era un hombre leal. También era un poco lento de pensamiento. Esa era la razón por la que Tarkhan lo tenía de guardaespaldas y hombre de confianza. 

Sonrió.

—No es Belgarosh quien me preocupa, viejo amigo, sino la Thogsi Tordwa. Poco importa quien luzca la corona, Thaitsai, es ella quien gobierna.

Se pellizcó sus bigotes en un gesto meditabundo.

—Enviad una paloma mensajera a O contándole que estoy muy satisfecho con los avances de Yoon-shun —decidió al fin—, y que pronto estará capacitada para lanzar hechizos de la segunda esfera. Asegúrate de que algún guardia enano vea que echas la paloma a volar. Por cierto, ¿dónde está Yoon?

Lo había sido fácil para Tarkhan llegar donde había llegado. Cuando se graduó con honores en la escuela de O fundó la Beca Tarkhan para financiar los estudios del estudiante con más capacidad y menos pudientes. Yoon-shun, Rayo de Luna, había sido la primera y única beneficiaria hasta la fecha. Cuando Tarkhan partió a los Reinos enanos, Yoon le rogó acompañarle en sus viajes y desde entonces es el Gato Sonriente el que se encarga de su formación.

Te agrego el nuevo PNJ a la lista de caras conocidas. 

Yoon-shun es un guiño a la aprendiza de mi pj en Kordram Torgrim.

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06/02/2019, 12:11
Thaitsai

Sí... - Thaitsai era un hombre que sonreía poco a diferencia de su amo. Pero en esa ocasión sonrió. No es que conociera mucho a la Thogsi, pero... ¿Quién no sabía en Karak-Belgarosh cómo se las gastaba esa mujer? - Deberéis andaros con mucho cuidado si alguna vez se oficializa lo de la thogain... - Arqueó un tanto la comisura de los labios. Él también sabía bromear. 

Tarkan enseguida cambió de tema. Su inesperada preocupación por el paradero de su aprendiz, fue sin duda una estrategia para salir de aquel tema pantanoso que podía acabar por enterrarle en lodo. 

Se encontraba en el patio antes de la marcha precipitada de la thogain. - Explicó el guardia de confianza del embajador. - Mandaré esa misiva. - Se dio media vuelta con intención de marcharse para cumplir aquella orden y entonces volvió a encarar a Tarkhan. - ¿Qué vais a hacer ahora, mi señor?  Le preguntó.

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06/02/2019, 12:31
Tarkhan

—Vestirme tan pronto como las sirvientas me traigan el traje de gala —respondió Tarkhan. A diferencia de otras personalidades de Anza, de cuna más elevada, el Gato Sonriente se negaba en rotundo a que lo vistieran —. Después, acudir a las celebraciones e intentar no emborracharme demasiado. Creo que podría necesitar mi ingenio.