Partida Rol por web

A pesar de querer mantenerse apartada por si acaso, el morbo movía sus pies al saber que había elfos implicados. Elfos, elfos, elfos.- Parecía una fangirl esperando a que un famoso ídolo de masas saliera por la puerta trasera, alzándose levemente sobre sus talones para intentar ver tras la cabeza de su grupo, buscando esos maravillosos elfos que tanta curiosidad le daban. Y ahí estaban, luchando al unísono como si de una coreografía se tratase y cautivando por completo la atención de la sacerdotisa, quien no dejaba de mirar la gracia de sus movimientos o la coordinación que presentaban. Hasta le apenó un poco que hubieran acabado tan rápido con los ogros, ¿no iban a seguir? A punto estaba de pedir un bis cuando uno alzó su voz, devolviendo sus pies al suelo y sonrojándola al saber que durante un rato había estado demasiado distraída con banalidades.

Carraspeó la garganta mientras acortaba la distancia que los separaba con Brumm y el resto, llevando siempre consigo su pack: la superviviente lapa.

Mi nombre es Nótt, sacerdotisa de Selune.- Empezaba a ver que su discurso se repetía pero tampoco sabía muy bien cómo abordar la conversación. A veces decir su ideología servía para que supieran que no iban con malas intenciones. En cualquier caso realizó un saludo cordial al bajar levemente la cabeza, mostrando respeto por aquellas fantásticas criaturas.- Venimos en misión de ayudar a Lady Velorsa Nandar en Piedra Nocturna.- Sacó de su vestido el salvaconducto que le habían dado el primer día en la posada, esperando que sirviera como prueba de sus palabras.- Por desgracia parte de sus gentes fueron capturadas y llevadas a esas cuevas.- Miró hacia las cuevas que habían dado la espalda, sin saber muy bien en qué parte se habrían perdido Karag o Artorias. Si los matan, un problema menos.- Salimos para escoltar a una de las supervivientes.- Ladeó el rostro para mostrar a la mujer que iba con ella, sonriéndole para tranquilizarla.- Escuchamos el ruido de vuestra batalla y queríamos ayudaros.- Buscó entre el resto de los elfos algún tipo de malestar en sus rostros. Aunque hubieran estado sincronizados una batalla contra ogros no era precisamente fácil.- Puedo sanar a vuestros heridos si queréis.

Prefirió seguir calladito... a veces los "orejones" se ofendían al oir el marcado acento de los enanos.... y había que ser prudente... estos tipos, tan altaneros, tan... clasistas, que no deseaban mezclarse con el resto de "chusma" que isan Faerun... no le agradaban, sinceramente....

... De modo que dejó que la prudencia hablase por él, en forma de Erlian y Nótt

"Prudente"... él... a sus años... quién lo diría... ¿estaría sentando la cabeza? ¿Qué sería lo siguiente? ¿buscar una moza y hacer enanitos? ... se le erizaba el pelo del pescuezo por el miedo que esto últomo le provocaba... -No, aún no estaba maduro para eso... aún tenía que tentar más veces a la muerte, con la Ayuda de Tempus-

Reshi llegó dando traspiés. Su ropa fina no era adecuada para las carreras a campo traviesa y se notaba en su aspecto súbitamente desarreglado. Unas hojas en el pelo, zarzas agarradas a la altura del muslo izquierdo, una rama endeble todavía enganchada en sus cuernos...

Reshi se frenó e inspiró ondo al ver a los elfos.

—Reshi...huff Cassalanter. Huff De los Cassalanter de Water-huff-deep— dijo con todo el aire señorial que le permitía el desastre estético que era y la respiración entrecortada que llevaba.

Tendría que seguir buscando. La verdad es que no conocía enanas. Su conocimiento sobre diferentes seres era algo escueto y pobre teniendo en cuenta que se pasó una buena parte de su juventud viviendo como un auténtico salvaje. Pero bueno, aun esperaba poder perpetuar “su especie” como dictan los cánones de todo ser viviente. Tampoco sabía que la vida enana era mucho más amplia que la de los humanos, por lo que pensaba que no duraría mucho más.

-¿Qué te pareshe volve y limpia el lugar?- le dijo a Artorias de costado, mientras contaba la cantidad de goblins que había, disposición y armas. La verdad es que probablemente se olvidara de esos pobres diablos al poco tiempo, si algo no amenazaba su vida directamente o le había “ofendido” de alguna manera (como querer matarle o matar a alguien conocido) Karag le dejaba estar

Al salir fuera de esa hedionda caverna, con mierda de Goblin en las botas, en enano empezó a arriar a las personas para que se quedaran centrados y no se esparcieran hacia todos lados como mierda fresca al ser aplastada. No olvidaba que sus botas habían quedado manchadas con esa inmundicia…

-Agh, con rashon les traparon…- gruñó ante tal desorden y falta de sentido de la supervivencia. ¿Es que nadie pensaba que podían atacarles en cualquier momento? Seguramente no sobrevivirían ni un día en el bosque o en cualquiera de los muchos lugares salvajes en los que se internó el bárbaro. Entonces vio a lo lejos al grupo… siendo apuntados por elfos-. Agh…

Gruñó otra vez, pero no podían hacer mucho sin dejar atrás a todos esos seres ruidosos. Así que le hizo una señal a Artorias, para que él se ocultara mientras Karag continuaba arriando gente. Con suerte se centraban en ellos. Podía reconocer a un animal cuando iba a atacar y esos elfos no lo iban a hacer, pero mejor estar preparado.

Los elfos se relajan y bajan las armas a la señal de su superior tras que este haya escuchado el discurso del Bardo, que parece haberle convencido. En el momento que Edirian menciona la palabra "Salvoconducto", Nott se acuerda de aquel papiro que les entregaron en Aguasprofundas y se lo enseña al Capitán que dirige una mirada de complicidad a Nótt, quizá por su afinamiento a la madre Luna y éste le devuelve el saludo con la cabeza y una disimulada sonrisa se dibuja en los labios del elfo que tras mirar a la sacerdotisa de arriba a abajo se acerca a ella hasta quedarse muy cerca y toma de sus manos el pergamino – Gracias sacerdotisa – Le dice el capitán con una voz dulce que no ha tenido con el resto del grupo. Tras estudiar el salvoconducto atentamente , se lo devuelve a Nótt cerrándole sus manos entorno a las suyas y el pergamino y se dirige a todos vosotros, las miradas no son ni de lejos tan cálidas como la que le ha dedicado a Nótt en todo momento, especialmente hacia Brummbar y Reshi.

– Todo ser que pisa estos bosques es considerado enemigo de los elfos, sin embargo haremos honor a nuestro pacto de no agresión a todos aquellos relacionados con Piedra Nocturna y aunque no os brindaremos ayuda alguna os permitiremos el paso hacia el camino de vuelta a Piedra Nocturna a vosotros y a los aldeanos que por lo que veo están esperandoos allí al fondo – os dice señalando a vuestras espaldas donde podéis ver a Artorias, Karag y el resto de los aldeanos agrupados y atentos a su alrededor, como si esperaran a que pasara algo. – Reltheril, da el aviso a las tropas de que esta gente se les permite el paso por el bosque, que no se les haga nada mientras sean respetuosos con el bosque. – El elfo asiente a su capitán y empieza a dar instrucciones a todas las tropas de vuestro salvoconducto e indicaciones varias para prepararse para la vuelta, No parece que vayan a entrar a las cuevas a por los goblins. El capitán se dirige una vez más a Nótt dedicándole una mirada sugerente y se va con los suyos, que están examinando los ogros y parece que no tardarán en partir.

Aquellos fue demasiado extraño para la sacerdotisa.

Durante una milésima de segundo creyó que aquel elfo iba a coger el salvoconducto para tirárselo a la cara o atacarla, incluso estaba preparada para darle una patada en la entrepierna como último recurso si tenía que salir corriendo en dirección contraria sabiendo que le darían caza antes de girarse, pero lejos de la realidad no hubo una actitud ofensiva, sino más bien algo más… íntimo.

Puede que fuera la extrema cercanía, el tener por un elfo a tan poca distancia que creía poder verle los poros de la nariz o las continuas miradas que le lanzaba, pero Nótt no pudo evitar sentir una profunda timidez camuflada en el sonrosado de sus mejillas o la caída de párpados, incapaz de moverse del sitio intimidada por el elfo.

Pensó en la belleza de su raza, en el porte que tenía y en sus manos tersas, sorprendiéndose de que una raza que le habían comentado eran más bien fríos se mostrara tan cariñoso con ella. Lo de ser un sobón debe venir en los genes. Ahora entiendo muchas cosas.- Cuando por fin se separó tuvo la inercia de separarse un paso para colocarse a una línea trasera del bardo, como si quisiera volver a pasar por ese bochornoso momento o que esas muestras tan cercanas se la dieran a él. Ella ya había tenido su dosis, la misma que la devolvía a ese estado de tímida inocencia al recordarlo.

Intentó distraerse fijándose en las dos últimas incorporaciones del grupo, las que parecían estar expectantes de aquella bochornosa escena con el resto de supervivientes.

Aunque sabía que posiblemente no los escucharían, ni sabían qué estaba pasando, en su cabeza se los imaginó como dos marujas dándole codazos en el costado para picarla y dibujar el nombre de ambos en un árbol con una daga. Aquella escena tan subrealista creada únicamente por la imaginación de la sacerdotisa le puso de los nervios, pasando de esa tímida vergüenza a un clandestino enfado que ni ella misma entendía.

No haremos nada.- Porque no vas a hacer nada. Nada de nada. Sonó más borde de lo que quería, girándose rápidamente hacia la mujer que había ido con ella y apoyando las manos en su espalda para empujarla lejos de allí, una clara excusa para alejarse del elfo, del semielfo, y de su vergüenza para acercarse al grupo de supervivientes mientras carraspeaba la garganta, intentando volver a esa apacible serenidad que buscaba.

Reshi observa la escena enarcando una ceja. Primero, porque no tenía idea de qué había pasado con el salvoconducto que, hasta donde él sabía, debía estar entre los restos de Sharamy. Un alivio descubrir que no era así. Y segundo, porque el capitán parecía capaz de cambiar de emociones como de ropa. La sangre del troll no había coagulado todavía, pero el elfo ya había tenido tiempo de mostrar sospecha, desdén y...¿Atracción?.
El mago también se hallaba sorprendido, porque siempre había supuesto que, no importara el rincón del mundo, su título le merecería un mínimo de deferencia. Era preocupante ver que no, sobre todo estando aún tan cerca de casa.

No atinó a decir nada, en parte porque temía romper algún otro tratado diplomático, y en parte porque todavía le costaba recuperar el aliento. Se despidió de los elfos solamente con una leve inclinación de cabeza, y retornó con sus compañeros y los aldeanos.

El bosque era de los elfos, y ellos marcaban allí las leyes, eso lo tenía claro Brummbar... no le gustaban estos tipos, tan cerrados en sí mismos y reacios a contactos con otras gentes, otras culturas, otros Dioses... Pero en fín... lo importante era que podrían sacar a esas gentes de allí, y atravesar el bosque en relativa tranquilidad, pues... no dudaba de que los ojos de los orejones les estarían vigilando, y por ende, a otras criaturas que pudiesen intentar interceptarlos...

Con un gentil gesto de inclinación de cabeza -cabezón, sí, pero educado, también- retrocedió un par de pasos, y se dió la vuelta en busca de los refugiados; quedaba un camino largo hasta ponerles a salvo, y mejor ponerse en marcha rapidito...

... No le gustaban los bosques, en especial, los llenos de elfos...

Nótt se había adelantado, con la mujer que rescataron anteriormente; se movía como con prisas... "será tímida", pensó... nada que fuese extraño en una mujer consagrada a la Fé.

- Que la bendición de los Seldarine sea con vosotros, gracias capitán - hace una breve reverencia el bardo, aunque su voz y gesto están ligeramente más... ¿Secos de pronto? ¿Molestos? 

"Por los Nueve Infiernos, ¿qué me pasa?" se dice mientras se aleja hacia el gentío, observando de reojo al elfo y a la sacerdotisa. "Quítate eso de la cabeza, Ed, maldito idiota" gruñe en silencio. Sacude brevemente la cabeza, ensaya una sonrisa distraída y mira al enano que camina a su lado.

- Bueno, amigo mío, al final la prudencia tuvo su fruto - sonríe, con un deje victorioso. En general ha salido todo bastante bien, sin tener que enfangar sus manos en sangre innecesaria y rescatando a todos los aldeanos, ¿no es así?

Andando rápido para lo que sería de esperar en un enano, Brumm alcanzó a Nótt, mientras que la mujer rescatada se había adelantado unos pasos, ansiosa por llegar a reunirse con el resto de aldeanos... comprensible.

Al llegar a la altura de la Clérigo, Brumm gruñó, aún temiendo que los orejas puntiagudas pudiesen escuchar sus palabras...

-..Y que haya gente que piense que los elfos son afables y dignos representantes del lado del Bien... No son más que unos ególatras aislacionistas... ¿Como estás? Aún estoy preocupado por como estabas cuando viniste a por nosotros, en el bosque.

Aprovechando que todos parecían volver con el resto del grupo y que todavía tenía cientos de dudas de índole espiritual, personal y material, se acercó a Brummbar disimuladamente olvidando aquél momentáneo contacto con el elfo y, al parecer, fue algo mutuo.

Su mirada inconscientemente voló por el resto de miembros y la superviviente que no se despegaba de ella, intentando que se adelantara un poco como si fuera un niño que acababa de llegar a un parque y su padre le mandaba a jugar con sus amigos.

Se giró para preguntarle al enano antes de comprobar que se había adelantado no sólo en la conversación sino con el tema, frenando un poco su ritmo para distanciarse más de sus compañeros. Estaba claro que quería hablar, pero no que otros escucharan sus palabras.

Sé que puede resultarte extraño pero me gustaría preguntarte… ¿Por qué ingresaste en la orden de Tempus? ¿Sentiste que estaba a tu lado? – Sabía que podía ser una duda demasiado personal, intentando disculparse con una leve sonrisa mientras negaba un par de veces.- Lo siento, no respondas si no quieres.

Sonrió, olvidando a los elfos... la pregunta le traía recuerdos que eran importantes para él...

-No,... yo no era especial, no le sentía entonces; más bien... tuve una rebelación, ni siquiera un milagro... Simplemente, asistí a una proeza de alguien que creía en él..., hasta la muerte... Cada Dios es distinto, al igual que todos lo somos, y se manifiestan de formas distintas; eligen a sus seguidores siguiendo unos criterios propios... En algunos casos,... es desde que se es aún una criatura; en otros, es a un adulto que se abre a Él...

Sus ojos miraron al cielo; como si buscasen a su Señor...

-Fué en una escaramuza... yo, en aquel entonces, trabajaba en el negocio familiar... cerveza. Íbamos enanos y humanos en una caravana a llevar nuestro producto a unas comunidades muy aisladas en las montañas, cuando una enorme banda de orcos nos atacó. Nos superaban en número, y en poco tiempo, ví como algunos, que antes fanfaarroneaban de su valor, lo perdían, y casi diría que se dejaban matar, presas del desánimo....

Lo veía como si sucediese ante sus ojos en ese momento...

-Un humano, un anciano entrado en años, sacó no se de donde un martillo... un martillo enorme... había hablado con él unas noches antes, en el campamento, alrededor del fuego... contaba historias de Dioses y Héroes, pero solo pensábamos que eran para amenizar la noche... Bien.. el anciano sacó de debajo de la camisa un medallón dorado, y dejó que colgase sobre su pecho, a la vista de todos; un medallón sagrado de Tempus, que le identificaba como un clérigo. El martillo... es como si se hiciese enorme, y con un grito a su Dios, con el arma en alto, retó a la horda.... a toda la horda.... Todos los orcos fueron a por él, y todos fallecían a sus pies, bien por los golpes del anciano, bien por un poder que no entendí hasta ese momento....

...Los orcos terminaron retirándose, con fortísimas bajas, y no fué hasta que el último de ellos se hubo retirado, que el anciano no dejó su puesto... solo para que se le doblasen las piernas, y cayese muerto musitando una sola palabra con su último aliento: "Tempus..."

El enano seguía sonriendo mientras hablaba... solo una vista aguda adivinaría cierta humedad en sus ojos...

-Ese día me convertí; no esperaba nada, no pedía nada. Simplemente, ofrecí mi vida a un ideal... a no permitir que el brazo del guerrero cediese al miedo, a proteger al débil, a honrar a aquellos que habían caído con honor... y finalmente, mi Señor, no se por qué, fijó su mirada en mí, y me concedió su Don... invocar su nombre en la batalla, honrarle luchando con fiereza y sin miedo, defender al indefenso y no permitir que la cobardía y el deshonor campen por el mundo... Otros clérigos consiguen el favor de sus Dioses por medio de la oración; otros, tienen el Don; otros... lo adquirimos cantando su nombre en medio de la batalla, mientras obramos según sus preceptos.

Suspiró... era difícil explicarlo... él no era nadie especial... podía hasta ser necio en ocasiones...pero... Nótt...

-Ahora, dime, jovencita... en tu caso... tu...  ¿has sentido desde pronto la mirada de la Diosa sobre tí?... ¿es así? una especie de... manto cálido alrededor... no me atrevería a decir protector sino... una especie de compañía... Hay gente que, de algún modo, siempre ha tenido una especial afinidad con un Dios o Diosa... es como si... te tuviese algo reservado

Calló reflexivo... las relaciones de los simples humanos con los Dioses con complejas, es difícil entenderlos...

-En todo caso, se que algo te aflije...

Le gustó conocer aquella historia, atendiendo a cada giro argumental con el mismo interés de un joven escuchando una batallita de un veterano. Su familia siempre le había contado que los comienzos de cada vida delimitaban los comportamientos de las personas y ahora podía verlo, terminando con una sonrisa cuando Brumm terminó, sintiendo incluso cierta envidia sana.

Gracias por contármelo Brummbär, sin duda Tempus tiene suerte de que un hombre tan valeroso siga sus pasos.- Entre clérigos siempre había cierta hermandad a pesar de adorar a deidades distintas, una complicidad que no sentían entre otros. Tal vez por eso buscaba el consuelo o las respuestas de él, esperando que pudiera dárselas a no encontrarlas.

Ahora, dime, jovencita... en tu caso... tu...  ¿has sentido desde pronto la mirada de la Diosa sobre tí?... ¿es así? una especie de... manto cálido alrededor... no me atrevería a decir protector sino... una especie de compañía... Hay gente que, de algún modo, siempre ha tenido una especial afinidad con un Dios o Diosa... es como si... te tuviese algo reservado

… No lo sé.- Su sonrisa se borró mientras que, por primera vez, respondía de forma totalmente sincera. Hacía tiempo que había detenido sus pasos y su mirada estaba perdida en algún punto de la hierba que pisaba, uniendo sus manos en el regazo completamente confundida, negando con la cabeza varias veces al temer más la respuesta que la pregunta.

Yo no tuve ninguna revelación, tampoco sentí que me buscara. Simplemente… simplemente nací allí.- Decirlo en voz alta era mucho más extraño de lo que creía, sorprendiéndose a sí misma de sus comienzos.- No conocí a mis padres. Con pocos meses de vida me dejaron en un canasto frente a las puertas de la Casa de la Luna, así que los clérigos prácticamente se convirtieron en mi familia.- Sonrió con tristeza recordando aquellos tiempos, ahora tan lejanos y que nunca volverían.- Aprendí de ellos las enseñanzas de Selune, su filosofía, y en cierta manera sentía que era como una madre para mí.- Alzó la mirada hacia el cielo, buscando como cada noche su manto.- A día de hoy sigo hablando con ella todas las noches. Hay veces que siento su presencia a mi lado, pero otras simplemente desaparece.- La sacerdotisa sentía un nudo en la garganta, ese miedo a creer que su diosa se esfumaría sin poder hacer nada. Cerró los ojos al notarse húmedos los ojos, demostrando que era el centro de sus problemas.

Sé que no me escogió como a otros y es algo que he intentado suplir cumpliendo todo lo que me pedía pero siento… siento que me pone a prueba continuamente y no entiendo qué quiere de mí.- Negó con la cabeza mientras una lágrima escapaba, descendiendo por su mejilla. Rápidamente se la secó al pasar una de sus manos por el rostro, no queriendo mostrar esa debilidad que en su interior notaba.- A veces me habla de seguido, la siento a mi lado, responde a mis llamadas… otras simplemente desaparece largas horas, se enfada y me lo hace ver… me lo muestra.- Se llevó su mano inconscientemente a su brazo, el mismo que le había estado quemando el día anterior.- Realmente no entiendo qué quiere o siquiera si puedo dárselo. Me estoy volviendo loca.- Sonrió más por nervios que por felicidad, escapándose más lágrimas de sus ojos.

Me condujo hasta Edirian y ahora…- No continuó la frase, pasando a otra cosa.- Soñé con ella cuando abandonamos Aguasprofundas. Sentí que estaba enfadada conmigo y no sé por qué Brummbär, desde entonces me lo pregunto. Intenté llamarla, hablar con ella y me agarró, no quería que volviera a nombrarla más.- Mostró su frase ahora intacto. Si anteriormente se fijaron en ellas, los días anteriores tenía una marca de unas manos.- Pensé que me había desviado del camino e intenté enmendar los errores que hubiera podido cometer enfocándome en salvar a los supervivientes de Aguasprofundas, tal vez así me perdonaba.- Se obligó a parar notando que cada vez hablaba más rápido. Se estaba dejando llevar demasiado por el dolor, la confusión y el propio enfado que tenía ella misma, necesitando unos segundos para recuperar ligeramente la calma.- Estabas con nosotros cuando Ed, Sharamy y yo fuimos al campanario. Le hirieron, intenté curarle y mi magia…- Su magia cambió, todos lo sintieron en ese momento, pero fue la joven sacerdotisa la que más miedo tuvo en esa habitación al no saber qué estaba pasando.- Pensé que su enfado se transformó en odio y eso provocó alguna reacción en mi magia, es la única solución que le encontré.

Después con Xolkin, intenté no intervenir.- Se mordió el labio inferior mientras acunaba sus brazos en el pecho. Estaban siendo demasiadas cosas incluso para ella.- Después de sentirla tan lejos, de creer que me había abandonado volví a notarla a mi lado. Me decía que Xolkin os haría daño, que acabaría con vosotros… que tenía que protegeros. ¡Y eso hice! – Esta vez primaba el enfado por lo sucedido, descargando todo lo que llevaba dentro y la atormentaba.- Creía que había enmendado mis errores y todo había vuelto a la normalidad pero vosotros… vosotros me mirasteis como si fuera un monstruo.- Ed sobre todo. Sollozó a final de frase sintiendo que se estaba dejando llevar por sus sentimientos, pero la soledad que habitaba en su corazón cada vez era más palpable.- Quise solucionar las cosas con vosotros, con Edirian.- Respiró hondo, llegando al último problema dentro de toda la vorágine de confusión que tenía.- Usé con él un vínculo protector, él no lo sabe y todavía está activo. Pensé que si le protegía tal vez dejara de verme de esa manera, así que decidí ir con ellos a la cueva.- Claramente una elección pésima teniendo en cuenta que era la única que no tenía ningún tipo de visión dentro de la oscuridad.- Sentí con más fuerza a Selune a mi lado, me imaginaba que estaba conmigo protegiéndome en la oscuridad. De alguna forma estaba… tranquila.

Entonces Edirian me pidió que fuera a buscaros, alejarme de las cuevas y romper el vínculo.- Miró hacia la dirección del bardo, andando varios pasos frente a ellos.- Le pedí a Selune que ampliara mi magia para poder alejarme lo suficiente como para buscaros sin que se rompiera ese vínculo, y sentí que aceptó…- Lentamente se giró hacia Brummbär, quien pudo ver en sus cristalinas iris el miedo de una niña al creer que había perdido lo más preciado de su vida.- Intentó matarme.- Parecía que había comprendido algo o más bien citar todos los hechos en voz alta le ayudó a comprender, sintiendo una fuerte presión sobre sus hombros.

A cada paso que daba era como si me estuviera matando y realmente sentí… sentí que quería matarme.- Necesitaba parar antes de desmoronarse, buscando una roca cercana en la que poder sentarse mientras ocultaba su rostro entre sus manos y su cuerpo temblaba débilmente, completamente superada por la situación.- No entiendo nada Brummbär.

La muchacha... simplemente, se derrumbó: había abierto su corazón, y, ahora que Brummbar había visto lo que había dentro de él... sintió compasión, empatía hacia ese tipo de sufrimiento que explicaba muchas cosas de las que habían pasado.

Se agachó ante ella, rodilla en tierra, de modo que ... diablos, ni por estas conseguía mantener la mirada a la misma altura que un humano... pero estar en pié ante ella, sentada, sería descortés en ese momento, además, que era la posición que él sentía que era necesario para lo que iba a contarle...

-Sí que lo debes estar pasándolo mal... los Clérigos, sigamos al Dios que sigamos, somos distintos al resto de las gentes... Poca gente puede entender lo que realmente sentimos cuando entramos en comunión con nuestros Señores... y lo que sentimos cuando ese vínculo deja de ser tan fuerte, o cambia. La gente, habitualmente, va a los templos, ora, aporta ofrendas, y pide ayuda cuando la necesita; la mayoría de la gente solo recurre a los Dioses cuando lo necesita... Nosotros vivimos con un vínculo con lo divino que va más allá. Es más intenso, tanto para lo bueno, como para lo malo...

Suspiró, encontrar las palabras era complicado, pues estos conceptos abstractos, en parte eran fruto de la propia experiencia, ya que los Textos y Enseñanzas, a veces se quedaban cortos, o no recogían todo cuanto deberían abarcar...

-Verás, nuestras almas son como pequeñas joyas... cosas valiosas, y los Dioses, de un modo u otro, las aman; eso sí... el concepto de amor varía de unos dioses a otros; incluso los hay, que sienten avaricia hacia ellas, y las desean, y tiran de ellas para que la luz que las ilumne, no sea las de otra deidad, sino la suya propia. Es una especie de batalla entre Dioses, que se manifiesta en forma de conflictos en cada uno de nosotros. Hay Dioses afines que, entre ellos, no tienen conflictos, pero hay otros que solo piensan en atesorar cuantas más almas puedan...

Lo mismo se estaba desviando.... tenía que reconducir el hilo...

-Hablemos de tu caso, de tu alma... tu esencia... Por lo que me dices, te has criado al amparo de Selune, y has conseguido contactar fuertemente con ella; te ha guiado, pero por otra parte, a partir de cierto momento, parece que ha... perdona que sea sincero... entrado en cólera hacia tí, y te ha castigado... sientes incluso que desea matarte... Nunca he oido de un Dios que desee matar a uno de sus fieles seguidores, si realmente han sido fieles a sus preceptos. Si estás completamente segura de que no le has fallado jamás, de que no has roto ninguna de sus normas.. no debería pasarte esto, no deberías estar sufriendo, sino viviendo dichosa bajo su manto. Quiza... sea algo de lo que dije antes... quizá se haya inmiscuído otra deidad, y tu alma sea un pequeño campo de batalla entre Selune, y otro Ser Superior...

Según hablaba y temía que este fuese el caso... más se daba cuenta de que quizás necesitse una ayuida más experta que la de un Clérigo de Batalla... pese a ello se le ocurría una posibilidad...

-Tal vez.... Shar, la hermana de Selune... como parte de la eterna guerra que libran entre ambas, esté tirando de tí... incluso... Demonios, haría falta un Alto Sacerdote de Selune, que pudiese interrogar directamente no solo la voluntad de la Diosa, sino... sentir sus motivaciones...

Era descorazonador y se sentía impotente... Nótt necesitaba claramente ayuda, y él,... no podía ofrecérsela...

-Nunca he sabido de un caso como el tuyo... sí de otros que han perdido la fé, han roto juramentos o renegado, y han sido abandonados por sus Dioses, o incluso, castigados directamente si la ofensa a Ellos fué grave, pero si no has hecho nada que pudiese desencadenar esta reacción... es que hay algo más. Probablemente deberías hablar con un superior de tu Orden, como dije....

.. se ahorró la última parte... en la que quería añadir ..."pero con un protector cerca" ... pues podría darse el caso... pero no, esto no pasaba con Selune, era imposible... matar no iba con su credo, para nada....

-Muchacha, por lo pronto, simplemente reza, no intentes contactar... solo cántale alabanzas, sin pedirle siquiera que te dirija la palabra; no recurras a su Poder si no es estrictamente necesario; espera una señal clara por su parte, una de cuya proveniencia no puedas dudar, antes de intentar obtener alguna respuesta Suya...

... por los Dioses,... ojalá no haya sido repudiada por su Señora..., pensó, pues en un clérigo como ella, podría tener malas consecuencias...

Siempre he hecho todo lo que me ha pedido Selune: He seguido cada enseñanza que me han inculcado, he intentado ayudar con todo lo que estuviera en mi mano...- Respondió ante la pregunta de si la había fallado, algo que ni siquiera ella misma sabía al poder haber sido involuntario.- Intento cumplir su voluntad lo mejor que puedo, pero a veces siento que no es suficiente.- Esa impotencia de no llegar a los requisitos mismos, de aceptar incluso la muerte si era eso lo que realmente su diosa madre quería era lo que la atormentaba.

Pero Brummbar siguió hablando y en mitad de la conversación salió un nombre, “Shar”.

¿Qué? – Ya no sólo era creer que habías fallado a tu madre, sino que tu alma era un balón que se pasaban varias deidades en un macabro juego del que era víctima.- No, eso es imposible.- Negó rápidamente sin querer aceptar esa opción. Si lo hacía… ¿con quién había hablado todas estas veces? ¿A quién le rezaba? ¿Quién guiaba sus pasos?… ¿quién sentía ahora mismo a su lado? Eso llegaba a asustarla más que pensar que su diosa podía tener algún tipo de recelo hacia ella.- Siempre he seguido a Selune. Es imposible que… no, no lo acepto.

Se levantó notando que le faltaba el aire, caminando un par de pasos en círculo sin alejarse. Aquella posibilidad tan remota la atormentaba y confundía a niveles insospechados, pero darlo por hecho echaría abajo todo lo que había seguido, todo lo que creía. Selune, ¿realmente eres tú? Ahora más que nunca necesitaba sentir a su diosa madre al lado, que le dijera que todo estaba bien. Necesitaba hablar con ella.- Me está poniendo a prueba, debe ser eso. Tal vez sólo quiera asegurarse de que realmente soy fiel a ella o tenga un plan.- Uno que no logro comprender todavía.- Sí, debe ser eso.- Buscaba ahora de forma obligada cualquier otra excusa con tal de descartar que no fuera Selune, sobre todo al tener una fuerte dependencia con la diosa lunar.

Estaba agobiándose, posiblemente sufriendo un ligero ataque de ansiedad mientras miraba a un lado a otro, claramente buscándola.

Una vez al año los seguidores de Selune solemos hacer un ritual, “El misterio de la noche”. Es el momento donde más cerca estamos de ella, una forma de agradecerle directamente todo lo que hace por nosotros.- Alzó la mirada al cielo, ¿cuánto quedaría para que se hiciera por la noche? – Había pensado hacerlo esta noche, cuando la luna esté en el punto más alto. Tal vez así pueda decirme qué necesita realmente de mí, cara a cara. Porque sé que es ella.- Había apartado por completo todo pensamiento relacionado con Shar, negando cualquier posibilidad siquiera de que estuviera cerca de la sacerdotisa.- ¿Querrías estar conmigo esta noche?

Asintió lentamente con la cabeza, en un gesto que también podría considerarse una reverencia

-Será un honor...

Pese al mútuo respeto que se profesaban los seguidores de los distintos Dioses, no era común ser invitado a una ceremonia especial, y por lo que decía Nótt, esta era una de esas ocasiones muy especiales.

-... y te ayudaré en cuanto  necesites. Gracias por confiar en mí.

Se levantó lentamente, como si los años pesasen... que así era, por cierto. Y recitó hacia sus adentros una oración a su Dios:

Tempus, escuchame...., dame sabiduría para ser la piedra en que se apoye quien lo necesita, dame fortaleza para que quien en mí se apoye sea fuerte; dame valor para que mi protegido, a su vez, lo sea. Y escúchame clamar tu Nombre si, llegado el caso, es menester entrar en batalla desigual en favor de quien lo necesita...

... Pues intuía que el alma de Nótt era ahora un campo de batalla... ella deseaba la luz pura de la luna, seguir a Selune... y parecía que otra fuerza, oscura, tiraba en la dirección opuesta, intentando robar un alma pura a Aquella a quien su poseedora deseaba encomendarla... Mal asunto, cuando los humanos se ven metidos en guerras entre Dioses...

... Pero imperceptiblemente, encogió los hombros... ¿una lucha de Dioses por un Alma?... Por Tempus!, que sabía del lado de quién debía estar...

-Vamos, Nòtt, vayamos con los aldeanos... Están atemorizados y necesitan ver gente segura de sí misma, que les guíen a casa...-Sonrió- Te presiento como a un joven soldado en la primera línea de una batalla, esperando una carga de caballería... Te diré lo que le diría en tal caso...: No temas, tus hermanos de armas están a tu lado. No luchas sola. Valor, y mira adelante.

No, no era bueno con los símiles, pero la idea, sencilla, era buena por ello, por sencilla. Añadió en voz baja...

-Pero procura, de momento, no invocar el Poder Divino... esperemos a ver qué te revela tu Señora...

Le hizo un gesto cortés, para dejarla pasar en dirección a los aldeanos... Debía estar más atento que nunca, a posibles influencias perniciosas sobre la joven... influencias sutiles y negativas...

La charla, por ahora, había terminado.

Había sido una montaña rusa de emociones, de sincerarse a un hermano sobre sus miedos, sus problemas, buscando una solución a lo que ella no lograba encontrar aunque sólo encontrara respuestas más confusas. Aunque Nótt no lo dijera algo dentro de ella cambió, esa confianza ciega que tenía en su diosa ahora se tambaleaba por momentos en una fina cuerda que no sabía quién sujetaba.

Haré lo que dices, no usaré mi magia a no ser que sea necesario.- Y eso haría. Ya había intentado reservar su magia cuando sintió que algo fallaba al curar a Edirian, aunque la situación de Xolkin la obligó a actuar. Al menos, ahora, contaba con alguien que entendería su silencio a la hora de cooperar en esos asuntos.- Gracias, Brummbär.- Y sonrió, esta vez de corazón, una breve tranquilidad después de un mar de tormenta antes de mirar hacia los supervivientes.

No había tiempo de pensar en otras cosas, sólo en el bienestar de esa gente que ya había sufrido más que suficiente. Nótt ya encontraría la solución a sus problemas, los cuales no sabía que acababan de empezar.

Siguió los pasos de la joven. Sus palabras le dejaban preocupado, como no podía ser de otro modo... Habitualmente, los clérigos eran gente muy estable en todos los sentidos de la vida: su Fé y la compañía de sus respectivos Señores, les guiaban y eran una luz para aquellos que anduviesen perdidos... Ahora parecía que era Nótt quien buscaba esa luz.

Con todo... lo que más le preocupaba es que hubiese sentido que su Diosa había deseado matarla. Eso... un castigo divino, era algo fuera de lo común. Tales casos solo son conocidos por unos pocos, quizá por mostrar una faceta de los Dioses que no convenga ser conocida... En todo caso, por su parte, no podría tener atisbo de duda, pues ahora él era la luz que podía servir de referencia a Nótt. Lo de que se siguiese a una u otra Deidad, casi era lo de menos... era un alma que podía perderse en una oscuridad insondable.

... Y el, que creía que solo tendría que preocuparse por unos Gigantes de las Nubes arrojando piedras desde los cielos... sonrió socarrón al pensarlo, pues.. se le ponía delante un problema que podía tener peores consecuencias

¿Estar metido en medio de una lucha entre dos Diosas?.... ¡Por Tempus, que no fuese así!

Los elfos y vosotros separáis vuestros caminos y os volvéis a juntar junto al resto de los aldeanos que hallan esperando junto con Karag y Artorias que han permanecido a la espera de los acontecimientos junto con los aldeanos, para no dejarlos desprotegidos. La mujer que estaba con Nótt, al ver el grupo corre con ellos y se lanza a los brazos de lo que parece ser un sacerdote de Lathander*

Ante vosotros se hallan al menos una treintena de personas, la mayoría son familias humanas, pero hay tambien algun Tiflin, una familia de Medianos que andan curioseando por todas partes, y un Enano, que enseguida que os ve se adelanta a los demás y os hace una profunda reverencia.

– Soy Morak Urgray, dueño y regenge de la posada de Piedra Nocturna y hablo en nombre de todos los habitantes. Núnca podremos pagar esta deuda de vida y de honor para con vosotros Lord Veltalar nos ha puesto ligeramente al corriente de la situación y de que veniis en nombre de Lady Nandar, por los dioses espero que se halle sana y salva... – el enano parece verdaderamente aliviado al respirar aire fresco, el aire que solo se respira en libertad y lejos de una cueva de goblins y ogros – Confío en que los elfos nos permitan el paso hasta nuestro hogar..., hasta donde sé deberíais tener un salvoconducto, no es asi?, sea como sea, hay mucho por contar y por hablar durante el camino de vuelta...

Los Aldeanos os miran esperanzados y están atentos a vuestras instrucciones para organizarles en el camino de vuelta a Piedra Nocturna.