Partida Rol por web

De repente Lunnaris pisando algo activa una trampa, pude oír el sonido de un mecanismo y como un virote salía disparado, sin mayor problema lo esquive, pero el proyectil ocultaba el segundo que había sido disparado por mi espalda, pero lo intuí y pude esquivarlo pero quedando expuesto a un tercer virote que no había visto, este impacto contra mí, sin poder esquivarlo a tiempo.
 

Mientras observo las paredes noto un ligero temblor. Giro mi cabeza hacia el pilar y a penas me da tiempo a agacharme para evitar un virote en llamas que se dirigía hacia mi. Sin estar a salvo todavía, ruedo por los suelos de modo que esquivo un segundo virote, poniéndome fácilmente a salvo del tercero que ha pasado lo suficientemente lejos como para que no me preocupe demasiado.

Cuando me giro a comprobar cómo les ha ido a mis compañeros lo primero que puedo ver que Aerandir no ha tenido tanta suerte. Me acerco a él a toda prisa para comprobar su situación.

Mientras camino hacia Aerandir noto que hay algo que me molesta por dentro. Cuando recuerdo la escena, noto que cuando me he tirado al suelo para esquivar el segundo virote había algo que no iba bien... Creo que he puesto demasiado ímpetu en el lanzamiento y he acabado lastimándome.

Lunnaris una vez más hace gala de su impecable destreza. Gracias al aviso de sus compañeros puede ver como tres proyectiles ígneos se dirige hacia ellos. Desgraciadamente no es lo suficientemente ágil como para evitar que sus compañeros sufran algo de daño, pero sí al menos como para salir completamente ilesa de la situación.

La muchacha élfica sale corriendo hacia sus compañeros y con una amplia sonrisa les dice: ¿Puedo hacer algo por vosotros o estais bien? ¿Seguimos adelante o mejor lo dejamos?

Debemos estar atentos a cualquier otra posible trampa. Digo mientras me toco la herida que había sufrido, luego comencé a mirar de nuevo fijándome en algo que pudiera sobresalir como para ser algo que active una trampa. Avanzaba despacio hacia el pilar y atento a lo que pasara.
 

Cuando Lunnaris pregunta si estamos bien, me inspecciono a mi mismo.
-Creo... Que si encontramos otra de estas trampas ya no lo cuento... Pero tampoco es que haya nada que pueda hacer al respecto ya. Continuemos con esto, a ver qué nos depara, pero a partir de ahora si no os importa voy a ir con infinito cuidado...- digo, remarcando esa palabra para dejar ver que no pienso jugármela y que si es necesario tendré que ir más despacio que ellos.

Aerandir continuó hasta el pilar, ahora, sin trampas de por medio, pudo alcanzar el punto más alto donde pudo palpar una pequeña joya de color rojo. No era un objeto muy grande y era fácil pensar que sería parte del mecanismo que haría funcionar a la estatua central.

Con desconfianza avanzo hasta el pilar, aun con la herida molestando, tomo el camino de subida, escalando el pilar, teniendo cuidado de lo que pueda pasar, a cada paso temía que otro virote saliera disparado y donde estaba no podría hacer mucho. Pero por suerte conseguí llegar arriba, palpe en busca de lo que parecía brillar y note algo lo tome. Era una preciosa joya "Posiblemente haya dos más en los otros pasillos" Me dije y procedí a descender con cuidado. Viendo si algo sucedía, no tenía todas conmigo.

Encontré una joya, posiblemente la que encaja en la estatua de antes. Dije mientras descendía a mis compañeros. Si no pasaba nada más tocaba volver sobre nuestros pasos para tomar el siguiente camino. Si eso podríamos probar el camino de centro ¿Que os parece? Pregunte para saber dónde dirigirnos antes de llegar donde aparecían los tres pasillos.

Cuando vi la piedra que había cogido Aerandir la lógica no me dejó más opción que pensar que habían otras dos como esas y que teníamos que colocarlas en la estatua. Por un momento pensé que lo que estábamos haciendo era seguir el juego a quien quiera que hubiera montado todo esto, pero entonces probablemente no se habría molestado en poner trampas en lo que sería el camino a las "llaves" del mecanismo, sino que directamente habría puesto una trampa mortal al principio.

-Por algún lado tendremos que continuar, ¿no? Venga, vamos- digo con un tono más o menos de broma, como para tratar de restar importancia al hecho de que probablemente nos estemos dirigiendo a otra trampa mortal.

Lunnaris vio todo aquello como un juego, tres individuos, tres caminos, tres joyas. Seguramente haya tres trampas. Así que Lunnaris permaneció todo el rato con los ojos bien abiertos y atenta. Estaba claro que habría dos joyas más, y que seguramente terminarías por arriesgar sus vidas.

Además, tampoco llegaba a comprender para qué querían activar aquel mecanismo. Y si apuraba un poco, tampoco sabía si aquel lugar que había encontrado, tendría que tener relación con todo lo que les habría sucedido. La respuesta más segura era sí. Pero la duda y la desconfianza, como siempre, volvía a anidar en el corazón de la elfa.