Álvaro se apostó al lado de Van Eyck que intentaba razonar con aquel fanático.
Cierto. Apuntó Álvaro con su normal locuacidad al tiempo que apoyaba la mano en el pomo de la espada. Lo cierto es que más parecía ladrón de tumbas que investigador de nada.
Motivo: Elocuencia - Gasto suerte
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 94 (Fracaso)
Y mi suerte desaparece espectacularmente :(. No sé si salimos vivos de esta.
- Sentimos haberle asustado, haciéndonos parecer unos profanadores. Pero fuimos al cementerio con la intención de encontrar al culpable, y esperando que la muchacha huida de casa no se hubiera escondido allí. Por cierto, ¿ha sido encontrada ya? - intenta cambiar de tema.
- Que no miren el zurrón, que no miren el zurrón, que no miren el zurrón - piensa sin embargo, bastante asustada.
Motivo: Elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 30-
Resultado: 32 (Fracaso)
¡Ouch! ¡Por qué poco!
Estan aquí, que oportunos...- piensa sin perder detalle de la situación.
- Don, utilice usted la lógica, entiendo que Pater, al encontrar a estos en Camposanto tema por lo peor. Pero, ¿De Verdad cree su Merced que si algo han de temer mis compañeros se presentarian a las puertas de su CASA?.- intenta desesperadamente una llamada al Orden. Acabamos de tener unas palabras en su casa donde he jurado hacer todo lo posible para encontrar a su hija, si yo le deseara algún mal a Dorotea...¿Qué me hubiera empujado venir a verle?.
Mira la cara de Silvia y algo no le gusta de la situación.
Motivo: Psicología
Tirada: 1d100
Resultado: 85
Nada que no hay manera...
Don Sacristán -habló de nuevo el sacerdote-, ¿acaso cree en las vilezas de estos hombres? No les castigaría yo, que les ofrecería rezar más de cien plegarias de rodillas ahora mismo, pero en su mano está no dejar que entren cualesquiera en esta aldea, que ya sabe que aquí tenemos "cuerda para rato".
Pudísteis ver cómo el páter se giraba hacia vosotros y mostraba una sonrisa pícara y diabólica.
¡HOMBRES! -gritó don Sacristán. En esos momentos salieron de la casa del mismo una partida de hombres, concretamente contásteis siete. Vestían de forma similar al grupo que buscaba a la hija del De la Osa. Acto seguido os rodearon. No sacaron sus espadas, pero tenían en sus manos asida el astil de las mismas.
Padre, ¿acaso no ve perdón con la ayuda de Dios donde yo si lo veo? Puede que hayan "maleado" de alguna forma el camposanto, como decís, y tal vez incluso tengan algo que ver con lo de las jóvenes... ¡Ay, Dorotea! -suspiraba-, pero el Padre es bondadoso y concede segundas citas.
Después se giró a vosotros.
Si tan sólo hacíais un buen acto yendo tras aquel que nos agravia, no os importará que os registremos, ¿verdad? -la voz sombría del bajonoble no resguardaba elección: más bien era una órden para sus soldados. Acto seguido, tres de ellos desenvainaron y otros cuatro se acercaron a vosotros tranquilamente para efectuar la premisa de uno en uno, de forma individual.
Antes de que algo ocurriera, el Padre Grifaldo anunció que se marchaba. Lo hacía bastante nervioso, pero satisfecho por algo. Se introdujo en una de las casa (probablemente la suya, la casa parroquial, que estaba cerca del lugar).
Si os resistís podéis hacer una tirada de INIciativa: 1d10+AGI.
Alejandro. Haz un tirada de Suerte.
Álvaro observa al páter mientras se marcha. En su fuero interno sabe que quien les espiaba en el camposanto era él. O eso imaginaba. De ahí a convertirle en el perpetrador de los asesinatos no iba un pelo.
Só tengo las mías armas y el mí honor.
Álvaro extiende los brazos para dejarse registrar.
Al ver reaccionar a Álvaro no tuvo por más que encogerse de hombros y rendirse a la evidencia: no tenían alternativa.
Claro , ningún problema mi Señor- dijo abriendo su zurrón dejando al descubierto varios bultos que constituían sus posesiones más preciadas - en verdad os aseguro que sólo pretendemos ayudar, aunque nuestros métodos no sean los más ortodoxos quizás- dijo preparando psicológicamente al Señor para lo que iban a encontrar con toda seguridad.
Silvia abre los ojos, mostrando su sorpresa ante la petición.
- No entiendo a qué viene esto. Pero en fin - dice descolgándose la mochilla del hombro. - Aquí tengo sobre todo ropa, y cosas necesarias en un viaje, y en el zurrón algún ungüento, vendas, poca cosa. Encima sólo tengo un par de dagas. - intenta dar conversación.
- Mejor que se centren en mi (esperemos que con buenas maneras) que en el bolso de Van Eyck. Aunque no creo que vayan a pasar nada por alto...
- Don Sacristán, ¿de verdad cree usted esto oportuno?; sino encuentra nada, que será lo más seguro, no piensa que esta ralentizando la búsqueda de su hija... Piénselo se lo ruego, piénselo.- Alejandro a la desesperada intenta distraer a los allí presentes, no sabe porqué pero ve el temor en los ojos de sus compañeros.
Lo sé Alejandro... -dijo el De la Osa apesadumbrado-, pero ante tan fiero agravio como dice el Páter que habéis hecho en el camposanto, creo que ésto también justo es.
En esos momentos os registraron uno a uno cada soldado. Os miraron bien en los zurrones y el interior de vuestras prendas, dejando que el frío rozara por momentos vuestros huesos... Uno de los soldados tomó el libro que habíais sacado de la tumba, lo miró y se lo entregó inmediatamente a don De la Osa.
"Ave Satani" -el señor mumuró el título en alto- ¿qué es esto? Luego lo abrió y contempló el interior. ¿Es un diario vuestro?
Seguía ojeándolo y ojeándolo, y la cara de sorpresa de don Sacristán no trascendió de ahí. Creo qu es latín de Roma, seguro que el padre Grifaldo puede leerlo. Si mi hija estuviera aquí también lo haría, ella versa incluso en estos términos ¿No habréis sacado ésto de alguna tumba, no?
Don de La Osa preguntaba aquello porque el pequeño sudario de tela que traía el librillo parecía envuelto como en tierrecilla aún, y sospechó de que lo podíais haber robado. En esos momentos se acordó de las palabras de Alejandro. Pues id en marcha, buscad a mi hija si sois fieros cristianos de bueno corazón -os dijo levantando las cejas. ¡Soldados! Marchad en patrullas por los cultivos y mirad bien tras cada árbol, ¡Mi hija! ¡Dorotea!
El bajonoble se quedó con el libro, guardándolo en el interior de su casa. Luego desapareció de vuestra vista mientras sus soldado se agrupaban y desaparecían tras algunas casas.
Bien. Habéis aguantado el tipo (ya creía que alguno haría una locura). Por cierto, la tirada, Alejandro, puedes hacerla cuando quieras (no es obligatoria).
Por cierto, sería falso decir que la huida de ese pueblo sería algo ilícito, por todo aquello que os puedana acusar. No obstante una muchacha sigue perdida. Si decidís seguir buscando lo de siempre, decidid un lugar y si vais todos juntos.
Sudando a chorros por la tensión acumulada, al ver que se ha salvado de la quema y que seguramente aquel noble no sabía qué contenía el libro en realidad o a qué hacía referencia el título (pues ni el propio Berg sabía qué contenía el libro aunque por el título se podía hacer una idea), Berg respiró de nuevo y se agachó con la cabeza hacia abajo para respirar mejor.
Aún no podía creer que se hubieran librado de la quema... una vez se hubo repuesto mínimamente sonrió a sus compañeros y ya erguido dijo
- Señores, ha faltado muy poco. Siento haberos metido en este lío pero era necesario coger ese libro. Hay algo en todo esto que no me gusta nada, ese libro versaba sobre brujería, estoy seguro. No obstante ahora no lo tenemos y no podemos hacer nada para recuperarlo al menos de momento por lo que propongo ir a buscar a Dorotea a la casa en ruinas que vimos antes.
Dijo con gesto seguro.
Ya sea por presentimiento o por haberse visto envuelto en más de una ocasión en circunstancias parecidas, sabía que se habían librado de un final tortuoso, aunque sólo lo habían atrasado...
- Si el libro contiene lo que me estas indicando, amigo, no debemos perder tiempo de partir a escondernos y observar desde la distancia lo que aquí acontece. Por que decirme: ¿Qué creéis que le dirá el Párroco a Don sacristán cuando le pregunte sobre el libro?; nos apresaran y nos sacrificarán como al ganado; y más aun cuando encuentren el cuerpo sin vida de Dorotea, que no dudéis que falta poco para ello.- miró a su compañeros con toda su verdad en las manos.
Si no proponéis nada más en breve os pongo rumbo a la casa en ruinas, como propone Berg.
Negando con la cabeza
- Huir no es la solución Alejandro, estoy convencido de que ese párroco de alguna manera está mezclado con todo esto, algo oculta, ¿no os habéis fijado que tenía demasiado interés en que nos prendiesen? parece que aquí molestamos, somos incómodos para alguien... y no pienso irme. No, de ninguna de las maneras, yo voy a seguir investigando y con un poco de suerte, la muchacha esté viva.
Álvaro dijo pocas palabras pero contundentes.
Se puedo al páter espiazo
Hizo una pequeña pausa como pensando.
N'algo está metío
Escuchó a Van Eyck razonar que no se iría.
Yo non fujo.
Parece que Berg lideraba el grupo, lo cierto es que era así desde el principio, incluso antes de llegar a esta localidad, como quien lleva la flauta y los demás caminan tras de sí. Pronto pusieron rumbo más hacia el norte, partiendo nuevamente casi desde el centro del pueblo. Callejearon por un lado y enseguida tomaron la ruta hacia la casa abandonada, la cual estaba más o menos a la misma distancia que el cementerio por el otro lado.
Al igual que antes, unos aullidos de lobo, en plena noche, os impacientaron. No obstante, esta vez los aullidos eran muy sonoros... ¡Muy cercanos! ¡¡TAN CERCANOS QUE BIEN PODRÍAIS VER A TAL EMISOR DE SER DE DÍA!! Y el miedo comenzó a invadiros, o al menos podría decirse que la duda.
Sin más dilación llegásteis a un cruce de caminos: la vereda seguía hacia delante, pero también a izquierdas y derechas. Y era precisamente junto al camino, justo al lado de tal cruce, donde se "alzaba" (que más bien casí se caía), una cabaña de un estado muy pobre, ruinoso y hediondo. Parecía como si ni siquiera los rayos de la luna o del sol por las mañanas se atreviesen a entrar, no por temor a encontrar fauces o cualquier ente de esos que suele cruzarse a los viajeros, sino más bien por la vileza de cristales rotos, maderas desprendidas y tejas caídas hacia dentro y fuera que tuviera dicha ruina.
La puerta estaba cerrada.
Bueno, mañana marcho a la Villa y Corte, asi que intento darle un empujón a esto ;)
Hace una reverencia a Alejandro y Álvaro
- Es toda vuestra - refiriéndose a la cerradura de la puerta.
No es que Berg tuviera miedo a una casa abandonada y cerrada a cal y canto, sino que había algo en el ambiente que casi era palpable, que hacía que tuviese erizado el vello de la nuca y un nudo en la garganta.
En muchas ocasiones, un sexto sentido que sin duda tenía, le había salvado de situaciones desagradables y cosas peores. No tenían alternativa, pero no estaba dispuesto a ignorar esa sensación.
Silvia carraspea, justo antes de que alguien fuerce la cerradura.
- Pero... creéis que Dorotea estará dentro? No habrá podido entrar, ¿no? Pensad que es una niña, no creo que haya aprendido a abrir cerraduras... tal vez deberíamos buscar en otro lugar.
En realidad, a estas alturas, Silvia no tiene claro nada sobre la niña, el pueblo o el cura. Sólo que salir pronto de allí es, cada vez, mejor opción. Y que cada palo aguante su vela.
Pué haber sido llevada dice Álvaro a Silvia mientras examina la cerradura. Nese caso estará oculta y cerrada
Sin atreverse a poner en palabras sus cuitas internas Álvaro pensaba que harían bien en vigilar al páter, quien, en su opinión era el culpable de todo o tenía muchísimo que ver.
El soldado forcejeó una y otra vez con el candado frustrado.
Isto no l'abro. El'otro mucha suerte fue.
Motivo: Abrir cerradura
Tirada: 1d100
Dificultad: 25-
Resultado: 89 (Fracaso)