Partida Rol por web

Rusty frunció el ceño. otra incorporación al equipo, esto se está desmadrando. Observó a la chica y escupió al suelo.  No se fiaba de la gente desconocida y encima dos en el equipo que no conocía de nada. entonces el nuevo hablaba y escuchó algo que lo sacó de su ensoñación: Demos entrada a los Escorpiones. Les das las granjas, tú les facilitas las semillas, les proponemos exterminar a las Ratas, o dejarlas sin rabo ni dientes, y que se queden parte del negocio de las drogas a repartir contigo.

- ¡Eh tú, que estás diciendo! - Rusty torció un labio y endureció su rostro - Los Escorpiones se quedan fuera de esto o yo me apeo y voy por mi cuenta, ¿queda claro? No se me da bien discutir así que no pienso hablar del tema y no pienso someterlo a votación nenaza.

El hombretón escuchó y se alivió al escuchar las opiniones de Oscar y Andriel. Si debía continuar solo lo haría sin dilación.

- entonces queda claro lo de los Escorpiones Rojos, esos maricones de picha floja quedan al margen nos bastamos solitos - clavó su mirada en lo de Isaias.

De pronto ya teníamos el nombre del tipo que los traicionó, así, de la nada, de lo profundo del cerebro del capullo de Eagle. Debí haberlo imaginado, Óscar siempre olvidaba las cosas y necesitaba ingerir alcohol para que su memoria se reactivase. Lo miré con cara de perplejidad.

Escuché al resto, y me giré un momento en dirección a Westh. Me saludó desde su mesa sacándome la lengua como una adolescente descarada para luego pasársela por los labios, más descarada todavía. Zorra. Le devolví la sonrisa. Regresé a los negocios.

Los Escorpiones quedaban descartados, no eran golosinas por aquí. Y muy poco los tragaba el descerebrado de Rusty que se empeñaba en dejar claro que yo no le gustaba. He conocido tipos así, y a la mayoría los he enterrado. Sus maneras no iban a alterarme ni a desviarme de mis objetivos. Le aguanté la mirada. Ya he terminado mi vaso, no pensaba beber más, sin embargo me llené otro del líquido ambarino.

-Por ti y tus amigos los Escorpiones Rojos, tipo duro. –si yo soportaba sus gilipolleces , que él se jodiera con las mías. La otra mano la tenía a un costado, oculta, aferrando el cuchillo. Sería lamentable derramar sangre ante nuestra anfitriona, pero si las malas pulgas de ese tipo le hacían saltar, antes de que me tocase ya le habría cortado la garganta. Apuré de un trago el whisky. Después di mi opinión al resto.

-Por mí de acuerdo, queda fuera cualquier banda. Dejo el paseo por las cloacas para vosotros, Moxxy ha hablado que conoce otra entrada. Podemos formar dos grupos si reunimos a suficiente gente. Gente que sepa mantener la boca cerrada.

El mayor riesgo era que la información se filtrase. Peor incluso que las hostias que nos iban a dar

Os miro mientras hablais y discutis vuestras ideas y pensamientos. Lo unico que me queda claro es que habeis decidido ir a lo grande y eso me gusta. No me gustan los lindos mininos, ni los necesito, pero perros de ataque, jodidos cabrones dispuestos a romper cualquier regla... ohhh eso me hacen mojarme, esos hacen que merezca la pena cada jodido dia en este lugar. Un brillo lascivo asoma a mis ojos, que no a mi sonrisa mientras os escucho... unicamente mi sonrisa se congela ante la mencion de un problema. Miro a Ligeia y despues a Oscar. - Teneis lios con Li Han... - Entonces me rio, me rio con ganas mostrando los dientes mientras rio. - Esto cada vez se pone mas interesante... ese bastardo es duro, no es como la mayoria de los cabrones de por aqui. Esta motivado, mucho, si os cruzais con él mas os vale andaros con cuidado. Llaman a su pequeño grupo los Little Dogs... y aunque el nombre no parezca peligroso... ellos lo son.

Asiento ante las palabras que dejan fuera a los Escorpiones antes de dar mi opinion. - Habeis elegido el contrato y yo acepto vuestros servicio. - Miro a Isaias. - No voy a meter a nadie mas en esto. Es mas, iran tres de mis hombres con vosotros para coger los camiones de la droga, por lo demas es cosa vuestra. No quiero que me relacionen directamente con todo este embrollo o sino Parody acabara en otra guerra como la de hace cinco años*. - Se sienta de nuevo bien tras las carcajadas de antes. - La discreccion es lo mas importante, si primero vais a por los de las cloacas estara bien... puedo buscar a alguien que os ayude a llegar al otro lado de ese jodido laberinto de tuneles, asi no tendreis que salir en modo comando de guerra y que toda la ciudad se entere de que haceis. Buscad aliados o compradlos me da igual. Cuando esteis listos para empezar la verdadera fiesta, volved y empezaremos con los preparativos. - Hace un gesto a uno de sus guardias y despues os mira. - Os estare esperando, mi hombre os acompañara y os dara algo de equipo que podais necesitar... - No lo digo, no hace falta... pero joderme a mi y a Hannibal en la misma ciudad... os llevara irremediablemente a la tumba.

Os levantais y acompañais a su guardia, os muestra otra puerta. Le acompañais a traves de la misma mientras ois ruido de gente cargando algo, una escalera os espera y os lleva de nuevo a lo que seria el piso del bar sino estuvierais en lo que debe ser la trastienda del mismo. Las cajas estan por todas partes, el tipo da un par de giros hasta que llegais a unas mesas donde acaban de descargar un moton de chalecos y armaduras, de diferentes tipos, asi como bastantes cargadores. - La jefa quiere que os surtais bien antes de ir a por esos cabrones, no habra mas de esto. Asi que no la jodais ni os metais en mas problemas de los necesarios hasta que no cumplais lo dicho.

Hay armaduras de todo tipo, tanto balisticas como de placas o mixtas.

Estaba hecho. Lo haríamos, nosotros solos, con los apoyos o colegas que pudiéramos encontrar y quisieran participar. Los Escorpiones suponían un riesgo para el futuro de ella, pero nos hubiesen ido muy bien. De acuerdo. Cruzo una última mirada con Moxxy, leo lo escrito en ella, y le devuelvo el mismo mensaje, sin perder la sonrisa. La tía parece fiable, sin embargo no sería la primera vez que intentaban rajarme el cuello por la espalda.

Al largarnos le susurré a Óscar:

-Traeré a mi gente. Tipos duros y discretos. Paso de ir por las cloacas, eso lo dejo a las ratas. Me gustaría que vinieses conmigo por otra ruta alternativa.

West me miró desde su mesa. Sus ojos mostraban curiosidad. Interés, inquietud. Ya no bromeaban. Le guiñé un ojo. Seguí al tipo, vigilando de reojo al capullo de Rusty, con la mano cerca de mi cuchillo. Luego, en la trastienda, elegí una armadura mixta, pedí tres cargadores para cada una de mis armas, y sustraje un par más, nunca se sabe. Me agencié una mochila que andaba por allí y la cargué con todos los trastos. *

Tras recoger mi armadura, me giré a Isaías:

- Voy a darme una vuelta por ahí a ver que puedo conseguir… Nos vemos en Moxxys más tarde.

Estaba a punto de salir del garito cuando Isaías se me acercó... Aquel cabroncete me odiaba a partes iguales pero no podía vivir sin mi. Sabía que muchas veces odiaba mi forma de actuar...pero era algo que venía en el lote.

- OK. Pero primero tengo que hacer unos recados... Nos vemos en un par de horas donde siempre!!! - le dije con otro susurro...

Llegas al Moxxy no tardas demasiado, sobretodo porque el bazaar no queda lejos del garito. El camino aun asi se te hace mas largo mientras no dejas de pensar en esa mujer y sobretodo en que tipo de compañera enviara, sea la que sea seguro que tardara al menos un rato en llegar. Pasas los controles y entras en el garito, en una de las mesas puedes ver a Andriel con el hombreton de antes, pero decides que no es cuestion de buscar bronca con ella tan pronto... ademas la ves sutilmente diferente a lo que tu entiendes por su comportamiento basico. Pasan al menos un par de horas cuando decides salir fuera a ver si la condenada ayuda llega de una vez.

Y ahi estas cuando ves llegar a una tia diferente de lejos, sus maneras y sus pelos llaman la atencion incluso en un lugar como Moxxy. Ves como un par de paletos se le acercan y como uno de ellos pierde las pelotas de una patada sin que medie palabra de por medio, el otro parece pensarselo mejor y se larga mientras esta pasa de largo.

Tras todo el embrollo en el "Three Corners", te pones en camino... no tienes ni idea de si al final Shawn se apuntara o no, tras el ultimo trabajo que le han ofrecido la cosa no esta para ir diviendose y jodiendo ambos trabajos. Atraviesas las calles, la mierda tipica de la zonas mas alejadas va dando paso a una ciudad... algo mas decente, eso quiere decir, escombros, putas y cabrones de medio pelo por todos lados pero al menos es mas facil verlos venir. Los de seguridad te detienen, te miran y tras un breve cabeceo te dejan pasar, no es que hayas estado mucho por esta zona de la ciudad, pero sin duda los guardias parecen de los buenos... y aunque no han llegado a ponerte las manos encima, te has dado cuenta de que se han dado cuenta de tus pertenencias. Uno de ellos habla. - Las calles son una cosa pero no montes jaleo en el Moxxy, al menos no con armas. Date de ostias si quieres pero nada de balas... o flechas. - Tras eso vuelve a su trabajo y tu entras en el territorio de la Gran Mama Zorra.

Avanzas unos cien metros cuando un par de capullos se te acercan, ni siquiera miras, ni hablas, tu pierna sale disparada antes de que el tipo termine de hablar y notas claramente como sus pelotas impactan contra tu bota antes de que el capulllo caiga al suelo entre lloriqueos. Su amigo desaparece y tras mirar hacia el garito que prside el lugar, ves a un hombre muy parecido a la descripcion que te dio tu zorra dominatriz preferida, con un pañuelo en la cabeza parece haber seguido con atencion tu agradable interaccion con la fauna local.

Rusty avanza sin dudar a traves de los diferentes controles, los guardias le miran pero le dejan pasar sin ningun problema. El letrero de Moxxy se hace mas grande a cada paso mientras recuerda las palabras de Sera. El lugar esta exactamente como lo dejo cuando se fue, el tipo flacucho y casi albino de la entrada del Moxxy le deja pasar saltandose la cola. Sin ceremonias, ni cabeceos, lo miras y aun con su fisico te das cuenta de que es como tu o lo ha sido en algun momento, un psicopata del Yermo... uno duro de cojones. Abres la puerta y estas a punto de pasar cuando una mujer de pelo azul se te cuela por el lateral sin que llegues casi a darte cuenta hasta que casi te estampas con ella, te mira de refilon y avanza... la loca, si la loca de antes parece que tambien ha terminado sus asuntos fueran los que fuesen.

Entras tras ella, sumergiendote de nuevo en ese ambiente capaz de alterar todos tus sentidos en un segundo, el local como antes sigue lleno de gente. Desde tu altura miras alrededor en busca de alguien conocido y te das cuenta de que Ligeia esta haciendo lo mismo. No conseguis encontrar a ninguno de vuestros compañeros hasta que de pronto, veis a Andriel que esta sentada en una mesa con un buen maromo... avanzais hacia ella apartando a quien se pone en vuestro camino.

Abres la puerta de golpe mientras terminas de ponerte la chaqueta y la cierras sobre tu torso. Cada experiencia en esa casa es una locura llena de todo tipo de emociones y actos pero al menos has conseguido dos cosas, su ayuda... y algo mas personal y aunque no quieras eso te hace mostrar durante un instante una leve sonrisa en el rostro... una que desaparece rapidamente debido a un comentario de tu alado compañero. Las calles estan como siempre, pero en este barrio saben quien eres y tambien de donde vienes, asi que nadie se interpone en tu camino... ya has dejado bastantes veces clara tu manera de ver la vida, con ese bate tuyo lleno de pinchos. Eso hace el trayecto hasta el Moxxy bastante tranquilo, incluso los capullos de siempre te miran de lejos pero no se acercan, puedes oirles murmurar pero poco mas.

El tipo de la entrada, el albino te da un repaso, sonries de una manera depredadora cuando te fijas en que la silueta del que abre la puerta te es conocida. El escaso segundo que usa para abrir la puerta es suficiente apra que te cueles delante de el echandole una mirada de reojo. El sonido y los olores de este lugar vuelven con fuerza a ti mientras te adelantas a Rusty y oteas en busca de alguien... y alli esta, Andriel sentada en una mesa con sitio de sobra. Te encaminas hacia alli sin mirar atras.

Estas terminando de hablar con Dante cuando oyes sus ultimas palabras, te das cuenta de que te ha tomado completamente en serio. Estas a punto de levantarte para ir a buscar a todos esos inutiles que se han ido a saber donde a buscar ayuda, cuando ves llegar a dos de ellos, por lo que recuerdas eran los que parecian mas a favor de ir a las alcantarillas... ya sabes muy bien como funciona esto, no sois amigos, ni siquiera compañeros... solo un grupo de asesinos psicopatas que por ahora estais metido en un pozo lleno de mierda hasta el borde... la unica parte buena es que lo estais compartiendo, asi que con suerte no tocais a tanta.

Ambos se acercan hasta la mesa y hacen intencion de sentarse para poder charlas. Dante te mira a la espera de entender porque coño estos dos se estan sentado en la que hasta ahora era su mesa... que comparta contigo no quiere decir que sea amigo de todos.

*- ¿Ya? ¿Te has quedado a gusto? Lia, te he dicho mil veces que al chochito cremallera.

Yo que sonreía mientras me ponía la chaqueta, me quedo mirando a Poe, que está tranquilamente apoyando en el mi brazo, abriendo la carne de mi brazo con sus afiladas uñas.

- Joder, cállate ya ¿Es que no me puedes dejar tranquila, pajarraco?

*- No puedo, Lia, te estás equivocando ¿Para qué has vuelto? ¿Y tu sirena?

- Muerta, Poe, muerta.

Aprieto la mandíbula mientras escucho algunos murmullos de los muertos de hambre de siempre y llego al Moxxy. Me cuelgo el bate al hombro, el tipo de la entrada me repasa pero me deja pasar mientras yo sonrío, como siempre, a mi manera grotesca y monstruosa, no me veo, pero puedo ver el reflejo de lo que parezco en sus ojos.

Me paro en medio del lugar, hasta encontrar a Andriel, que está sentada en una mesa, asó que llego y me siento en silencio.

Caminé un tanto ofuscado… Era la segunda vez en un día que veía hasta allí y las dos había salido caliente y excitado. No podía ni pensar como sería estar una noche con ella, pero de momento era algo que no podía permitirme. Debía de mantenerme concentrado y evitar distracciones en mi mente.

Paseé tranquilamente pensando en el tipo de compañero que me mandaría. Era una mujer, pero por alguna razón todas las que conocía eran de las que gastaban una mala leche que para que. Aún así siempre sería bien recibida. Solo faltaba ver que traía Isaias. Entré de nuevo en Moxxys introduciéndome en aquella vorágine de sonidos que incluso aturdían. Mi querida Andriel seguía de cháchara con el gigantón, pero a pesar de que algo en su cara y en sus gestos parecía haber cambiado, decidí que no era plan de hablar con ella vistas las reacciones que solía tener… Igual se la habían follado y estaba más suave!!! Pensé para mis adentros, aunque dudaba que aquello pudiese suavizar a esa mujer.

Me tomé algo y me senté esperando ver a mi nueva amiga o a Isaias…pero ni uno ni otro parecían tener demasiada prisa. Así que al final decidí, aburrido, salir un rato afuera. Allí nada había cambiado. El sonido de la música sonaba amortiguado y ya está… Nada parecía cambiar en aquel antro.

Una chica extraña de pelo largo y con un arco apareció por un lado. Caminaba despacio, pero sin temor. Un par de tipos duros la rodearon. Aquello podía ser interesante. ¿Sería aquella mi nueva “amiga”? Observé como con un rápido movimiento dejaba a uno fuera de juego de una potente patada en los huevos. Sonreí. Me gustaba su forma de actuar…con los otros. El compañero del que yacía en el suelo gimiendo como un gato, decidió que no quería acabar como su compañero, así que giró sobre sus talones y salió corriendo.

La mirada de la mujer se fijó en mi. No parecía amenazadora, más bien era análisis, como si se cerciorase de algo en mi cara. Decidí que no perdía nada por preguntar, aunque decidí ir con las manos a la vista para que no malinterpretara nada. Una vez a una distancia prudencial dije:

- ¿Por casualidad te manda Samantha?

Si había algo que le desagradaba de la ciudad era esa falsa ilusión de seguridad que algunos agarraban al caminar desde las zonas más alejadas al centro. Era cierto, menos cosas pasaban. Pero no era porque fuese un lugar más seguro, o porque la mierda de aquí oliera menos mal que en los límites de la ciudad, sino porque aquí podías ver a los buitres rondarte antes de caer en picada por un trozo de tu cadáver andante. Que al final eso eran todos, muertos vivientes con un poco de tiempo para divertirse aún.

Asiente a la advertencia de los guardias sin mayor alegato. Era difícil ocultar una ballesta, claro que sí, asi que no intentaría hacerlo. Sin embargo, tampoco les diría que se portaría bien. No sabía si aquello era siquiera posible. Dentro de todo, tenía un carácter bien marcado y difícil de soportar para aquellos que buscaban algo de paz en sus vidas, así que si salía de ese lugar sin una anécdota que contarle a Shawn, sería un evento único en la vida. Por otra parte, incluso si la tenía, quizás no se la contara. No luego de que el muy bruto regara el departamento con sesos y ella lo tuviese que ayudar a limpiar.

Así va, en sus propios pensamientos, cuando su pierna responde automáticamente al detector de imbéciles calientes incorporado a su cabeza. Una sola patada y el pobre quejica ya está en el suelo, llorando. Pasa por sobre él, pisando con fuerza ahí, sí, ahí, antes de llegar al otro lado, dónde ve al hombre de “pañuelo zarrapastroso” que parece estar observándola. No era la mejor impresión que podía causar, pero bah, había tenido un día de mierda. Si no le gustaba ya sabía lo que podía hacer.

Eso depende. ¿Samantha es una rubia de gatillo feliz con obsesión por el control y complejo de dominatrix? – pregunta con una sonrisa. Antes de siquiera esperar respuesta, continúa, extendiéndole la mano – Tú debes ser “Oscar, el de pañuelo zarrapastroso en la cabeza”. Un gusto. Yo soy Teela. La “rata ladina”, como me llama con tanto cariño.

- El mismo!!! – sonreí estrechándole la mano ante la presentación que había hecho. - Así que “el de pañuelo zarrapastroso en la cabeza”. Pensaba que le había causado mejor impresión!! – comenté ante lo que decía… Luego añadí - ¿“Rata ladina”? No quisiera saber de donde viene eso… - dije intentando poner una cara seria aunque la realidad era que me habñia caído bien.

Una vez hechas las presentaciones añadí:

- Si te parece entramos a esperar a un amigo. Isaias. Te encantará!! Tiene un humor…especial. Hemos quedado aquí para ver el siguiente paso que damos. ¿Algún mensaje de Samantha?

La conversación, y sobre todo lo que no se había dicho, dejó muy claras las posturas tanto de Dante como la mía. Allí había algo mas que un acuerdo tácito entre dos partes y parecía que ninguna tenía intención de romperlo dado que era mucho mas lo que se ganaba colaborando que dejando al otro tirado.

Sonreí cuando todo quedó zanjado mas mi sonrisa se vio abruptamente cortada por la irrupción en el antro de Rusty y la nueva, Ligeia si no recordaba mal, haciendo que volviera a retraerme en mi carcasa de seriedad; las sonrisas y las buenas maneras estaban destinadas a quien podías llamar amigo en aquel maldito mundo, y eso no era decir poco, con lo que con aquellos dos, por el momento y hasta que me demostraran lo contrario, solo habría formalismos... al menos con el grandullón ya sabía de que pie cojeaba, solo me faltaba ver si Ligeia era alguien con quien podría seguir tratando en el futuro o solo sería una nueva muesca en mi andar por aquella ciudad como tantos otros

Tranquilo Dante, supongo que son quienes nos van a acompañar a darle una buena patada en los huevos al Carnicero -dije pasando la botella, ya mas vacía que llena, hacia donde se había sentado la chica y a donde Rusty podría darle un trago si quería - Dante estos son Rusty y Ligeia. Chicos, este es Dante, nos va acompañar para echarnos un cable en todo este asunto... vamos a limpiar las alcantarillas para tener una buena ruta de avance, discreta y directa, pero no podemos perder el norte. El objetivo final son las granjas- dije tomando la palabra para meternos en el tema

¿Habéis averiguado algo más?¿Sabemos por que zona exacta se suele mover esa escoria?- ahora que ya nos habíamos decidido era momento de actuar... empezaba a tener la lengua cansada de tanta cháchara

Bueno, esto era refrescante. El tal Oscar parecía bastante animado, lo suficiente para que no fuera doloroso acompañarlos donde Samantha había mandado. Su sonrisa se amplió un poco más, aliviada, mientras la mención de un "humor especial" le recordaba a Shawn. Quién sabía si vendría o no. Esperaba que luego de esa negociación fallida optara por apuntarse. 

Bueno, para ser sinceras, me agrada la gente con humor especial. Así que seguro que sí, que me encantará. - responde de buen humor - Con respecto al mensaje... pues no, nada que recuerde. Aunque puede ser que la mina de movimiento tomara demasiado de mi atención y borrara mi memoria. - responde entrando a esperar al que faltaba.