Partida Rol por web

Notas que tiene la ropa ensangrentada y desgarrada en varios lugares...

Me logro recomponer y aunque sea sentarme en la arena tras unos leves gemidos de dolor. Noto a Rachel que me había salvado y me parecio justo agradecerle pero al mirar mejor noto que ya esta esta lastimada y con sangre.

-Gracias pero... ¿Te encuentras bien?-

No podia señalar, en realidad si podia pero me doleria y deseaba evitar esa sensacion.

me mire las ropas y como si volviese a recordar algo que ya había dejado atrás, mire la sangre en mi ropa. No, no tenia nada, pese a lo aparatoso de la imagen.

Sopese que quizás el tampoco y tambien recordé aun mas, cosas que preferiría no hacer pero que hay estaban, el club del pecado, aquel profesor de filosofia y si... Tambien mi intento o mi llevada a cabo muerte...

Igualmente decidí preguntar

- estas bien? Te duele algo?.... Que es lo que paso? Lo recuerdas?

Tal vez algo parecido a mi... Recordé mi libro y dejando un instante solo fue a recogerlo, después iríamos al convento, si es que aun existía ..

-Si estoy bien solo que el mar me dio una buena paliza...-

Dije mientras me tomaba la frente y trataba de recomponer todas las sensaciones del cuerpo y tranquilizar la mente para que pudiese trabajar bien.

-Recuerdo... recuerdo haber muerto, un tipo en un club bastante pretencioso, al Dr Freud y ahora que aparezco en esta playa...-

La chica se fue a buscar algo mientras yo seguia aun acomodando idea y recordando paso por paso lo que me fue sucediendo hasta llegar aqui, me estaba molestando el cambio de dimension.
La chica volvio con un libro y la observe.

-Lo siento, Soy Miguel O`hara, ¿tu tambien eres como uno de ellos que saben mas que yo sobre lo que esta sucediendo?-

Le mire aferrando el libro a mi pecho. Así que tambien había muerto...empece a entender que ya no había vuelta atrás, que cuando decidí hacer lo que hice finalmente produjo mi muerte y que dios no me había dado ninguna oportunidad... Y lo mas inquietante era que en este nuevo estado no estaba sola, había mas personas igual que yo y me intrigaba saber hasta que punto aun seguía en el mundo, tal y como lo conocí...

- Yo tambien estuve con el Dr. Freud y tambien en un club con alguien que me ofreció algo que yo no quise aceptar tu tambien le conociste? Sabes? Creo que definitivamente estamos muertos, ahora nos queda saber si estamos aquí como angeles de nuestro señor o como esclavos de nuestros actos y en el limbo...

Mire hacia el horizonte

- creo que debemos seguir buscando hasta entender esto. Vienes al convento conmigo?

No me atreví a preguntarle de que había muerto o como , preferí no tener que hacerlo yo después

- Por favor! Freud yo? No se quien será ese, pero no es el gran Nietzche!

Rachel parpadea y en ese milisegundo cree percibir una voz. ¿O tal vez una imágen? Era algo confuso. No sabía cómo, o sí realmente había ocurrido.

Notas claramente una turbación en la cara de Rachel, como si buscase o escuchase algo a su alrededor.

-No me importa si estoy muerto o no, por primera vez algo es verdad "Cogito ergo sum"-

Digo lo ultimo en latin, mas que fuese un angel o un demonio algo era evidente aun existo, muerto o no aun pienso y si pienso existo "Cogito ergo sum".

-Pienso luego existo... Al final el alma si es inmortal pero la mente tambien, interesante teoria-

Me dije a mi mismo olvidandome un poco del dolor y logrando alegrarme de descubrir una verdad filosofica, tendria que recapacitar las meditaciones de Descartes para llegar a una conclucion mejor.
Me pare sobre la arena un poco adolorido y medio rengo.

-Rachel... ¿Que es lo que buscas? He notado que hay algo que te llama la atencion.-

No... Yo estuve con nietche

Dije como ida por un instante, corrigiendome a mi misma. Sentía como si mi mente fuera controlada... Y el me hablaba de inmortalidad de la mente? Una mente controlada?

Pareces muy feliz de haber descubierto que aun vives... Siento que no deberíamos , que hemos sido malvados contra nuestra propia naturaleza, deberíamos haber desaparecido y no continuar aquí... Me preguntas que busco? Tal vez respuestas, tal vez paz de una vez...

Me gire debía buscar las respuestas donde intuía

- voy a mi convento. Puedes venir o seguir vanagloriandote de ser un monstruo

¿Malvados, monstruos?, no creo que seamos ninguna de esas dos cosas, aunque no estoy seguro de que somos... - dijo Miguel mientras su voz se apagaba.

Tratando de sobreponerse a sus dolores, se incorporó lentamente.

Supongo que te acompañaré. Aquí estoy perdido y la verdad, tampoco parece que haya mejor sitio donde ir.

Escuche sus dudas ya de espaldas y no me gire solo arrugue los labios. Tan difícil era matar la vanidad aun muertos? Baje la mirada, yo no era un buen ejemplo tampoco.

Me gire una vez mas

Pues vamos, en realidad tengo prisa . Quiero saber... Sea lo que sea...

Le tendí la mano débilmente, se veía el dolor aun en sus ojos y aunque estaba harta y sabia que no debía fiarme de nadie, mi antiguo espíritu de piedad no habia desaparecido, no le dejaría desamparado nunca.

Agradecido, tomé la mano que se me ofrecía. Desde que había comenzado esta pesadilla, era la única ¿persona? que había tenido un gesto amable con él.

Aún con paso vacilante, se dispuso a seguirla a la dirección que había señalado, pero mientras su cuerpo se movía despacio, su cerebro no cesaba de darle vueltas a todo.

Dime, ¿qué esperas encontrar allí?, ¿respuestas, paz? - inquirí, recordándole sus evasivas a mi pregunta, pero tratando de no sonar demasiado sarcástico - Si estamos muertos, no parece probable que tu convento nos haya acompañado.

Es cierto master, puse que iría a ver al profesor, he pensado en porque canje de idea y es porque había un convento cerca y porque apareció Miguel, veras desde hace un tiempo no tengo ordenador que se fastidio y escribo desde el móvil, a veces me limita. Lo que quieras , o vamos al convento o cambio a ver al profesor.

Agarre la mano del chico y tire de el con toda la fuerza que una monja psicóloga puede tener, al tiempo que yo tambien lo sentí en mis huesos.

- no lo se... Solo busco una solución a todo esto y aunque me cueste mis hermanas y mi casa siempre fueron mi refugio en vida... Se que esta aquí, lo noto, lo se...

Al igual que sabia que tambien estaba otra persona mas. Casi pierdo el equilibrio al cargar con el peso levantado del chico, y jadeando por el esfuerzo me recompuse algo intimidada por su cercanía

- y tu? No hay ningún lugar que necesites visitar , aunque... Aunque estemos muertos?

Yo...  - La mirada de Miguel se dirige a su dedo anular de la mano derecha. Allí está su alianza matrimonial, parece que aún muerto le acompaña - Si por supuesto.

Quiero volver a mi escritorio, a seguir ayudando a mis pacientes, quiero volver a casa junto a mi esposa y sobre todo quiero ver nacer a mi hijo - mientras su tono de voz se iba elevando cada vez más.

Por un momento se quedó callado, como asustado de expresar en voz alta todos sus anhelos más íntimos a una desconocida. Al cabo de un instante, volvía a hablar en un tono mucho más moderado y pausado.

¿Pero de qué sirve eso ahora? Estamos muertos, en un sitio extraño y lo último que querría es que mi familia viniese a parar aquí.