Partida Rol por web

Depravación

Segunda Parte: renacer en el mausoleo de los muertos

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23/03/2012, 05:25
Director

Despiertan luego de que  todo se oscurecieran. Ya no estan en el bar, es más ya no estan cerca del bar.

 Abren los ojos  y sienten que les arden los ojos. No pueden creer que encuentran en un cementerio.  Anakin  no puedes ver pero sí sientes un olor a muerte enorme, es como sí te rodeara.

Estan al rededor de unas tumbas abiertas. Al lado hay palas y tierra acumulada. Todos estan amarrados de pies y brazos. Estan de pie aunque sienten que no tienen  fuerza para estar así. 

Miran alrededor, además de ustedes cinco hay otras personas en esa misma situación y detrás de ustedes estan los hombres y mujeres del sindicato del bar, todos se rien como sí estuvieran en una fiesta, y ustedes sienten temor. Legitimo terror.

 

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23/03/2012, 05:38
Agustin Touriño

Un hombre resalta del resto.  María Fernanda y  Anakin lo conocen. Para horror de todos tiene una capa donde se ven claramente varios rostros humanos como sí hubiera usado, piel humana para hacerla.

El hombre se para al frente de ustedes, y sienten miedo... mucho, miedo.

Hoy han sido honrados con la verdad, han sido escogidos para ser realmente libres, hoy realmente nacieran.

Todos sienten un miedo  único, pero no pueden moverse.

Notas de juego

Espero posteen todos.

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23/03/2012, 05:45
Anakin

Desperté, mareado, sintiendo mi cabeza y mi pulso latir tan fuerte como cualquiera de esas veces en las que me habian acorralado. Mis siempre habían estado bajo ese velo de inmensidad negra, pero el estar atado de pies y manos solo dejaba en claro que esto no era normal.

Sentía una regresión frenética a mi niñez; el abuso de los otros niños, la soledad; "maldita sea!". Me estaba desesperando. Por mas que quisiese soltarme no podía. Era algo que no lograba y ya no tenía fuerzas para seguir intentándolo. ¿Que hacer? No me funcionaba quedarme quieto; por primera vez en muchos años que no podía intentar ninguna acción lógica. Era dificil estar controlado, lo único a mi favor es que mis labios se sellaban cuando se sentía el miedo en mi piel.

El olor a muerte... ese olor a tierra recien removida; a piel y huesos... Estábamos en un cementerio... No lo puedo creer, no quiero controlarme... me estoy volviendo loco pero ya mi cuerpo no tiene fuerzas y simplemente me rindo exhausto. No quisiera dejar de forcejear, pero mi cuerpo me lo pide y mi mente logra pensar un poco con claridad "Solo descansa... ya veras que podras soltarte luego..."

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23/03/2012, 12:26
Alejandro Hernández

Alejandro cuando despertó no podía creerse lo que veian sus ojos. En algún momento pensaba, se despertaria de aquella pesadilla. Todo era demasiado irreal. Ni siquiera se explicaba su comportamiento en el bar. Se preguntaba que razón le había llevado a querer traicionar a Daniela a la que sinceramente amaba. Ahora estaba allí y ese era el castigo merecido por sus actos.

Por su parte no iba a dejarse hacer lo que quisieran hacerle esos individuos. Lucharia hasta el final aunque el cuerpo no le respondiese, aunque solo fuese por lo horrorizado que se sentía. A el para quien la palabra es un don no se le ocurría por una vez que decir y lo dicho por Agustín le desconcertaba más aun si cabe

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24/03/2012, 13:46
Fernanda Zanetti

Fernanda despertó y conoció el horror. Primero, el sitio. Le costó reconocerse en un cementerio; la última vez que había estado en uno fue en el entierro de su padre. Desde entonces no había vuelto ni el 1 de noviembre ni en los aniversarios. Aquello le daba muy mal rollo y no le gustaba sentirse cerca de la muerte. La muerte era lo opuesto a lo que ella quería.

Lo siguiente fue la oscuridad. Aquello estaba muy oscuro y lleno de gente que no conocía. No sabía quiénes eran ni por qué sonreían.

Y por último, Agustín.

Fernanda no pudo evitar soltar un grito de terror al ver al supuesto diseñador de moda portando lo que parecía una capa macabra hecha de rostros humanos. Aquello no podía ser verdad pero lo era. El olor, el frío, el miedo. Todo era demasiado real. No había manera de despertar. Y esas tumbas... Dios, los iban a matar...

-¡Agustín! -lloró Fernanda arrodillándose frente a él-. Por favor, por favor, no nos hagas daño. No me mates... Agustín, por favor... ¡Por Dios! Haré lo que quieras, te lo juro. Lo que todos queráis. Por favor...

Los iban a matar y a enterrar allí mismo. Todos sus sueños hechos polvo. Todo, todo... ¿Por qué no estaba su padre allí para protegerla?

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24/03/2012, 14:38
Natalia Testarossa

¿Qué había pasado?

Natalia abrió los ojos, y la azotea del edificio se había transformado en un cementerio. La oscuridad se había rodeado de muerte, y el olor a la tierra recién removida le hizo fijar la atención en los nichos abiertos en el suelo que esperaban los ataúdes. La rabia volvió, la rabia con la que había corrido a ese hombre por las calles oscuras, con la que lo había perseguido hasta los confines mismos de la altura de Buenos Aires. Entonces, descubrió que no podía moverse. Que estaba atada de pies y manos, como lo había estado en otras épocas, pero no estaba de rodillas sino que estaba de pie. Pero estaba atada. Y al hombre, a ese hombre, no lo veía por ninguna parte.

¿Cómo había llegado a eso?

Recordaba la voz, y luego la oscuridad. Pero ahora, la oscuridad se plagaba de rostros a los que llegaba a reconocer. Natalia tuvo un instante de sangre fría para mirar a su alrededor y reconocer al sindicalista, al músico, al gato*, y al tipo que estaba sentado solo. Y también estaban los supuestos sindicalistas, riéndose como si todo eso fuera un espectáculo que valiera la pena. Natalia entrecerró los ojos. No le había fallado la intuición, ¿por qué había terminado ahí de todas formas? Y se reían, como se había reído aquel hombre al que había perseguido esa noche, como se habían reído otros tantos, en la anticipación a la tortura. El disfrute del dolor ajeno.

Los hijos de puta se ríen. Se ríen. 

¿Ese hombre tenía una capa hecha de piel humana?

Natalia se sintió genuinamente sorprendida por un momento. Creía que había visto casi toda la bajeza humana, pero aquello era un nuevo nivel. El tipo que la portaba había empezado a hablar, cortando con el silencio del cementerio, pero Natalia en lo único que pensaba era en los rostros que componían esa prenda. ¿Pero qué clase de hijo de puta podía hacer eso? ¿Qué tipo de enfermo era? La rabia volvía, mezclándose con la adrenalina. ¿Los iban a enterrar vivos? ¿Así les gustaba torturar a esos enfermos? Que lo hicieran.

Cuando la otra mina se arrodilló y empezó a llorar por su vida, Natalia estalló.

¿¡Qué hacés arrodillada, tarada?! ¿¡Qué le querés ofrecer, una mamada?! ¿¡No te das cuenta que nos van a matar igual?!

No lo podía creer. Los iban a matar, nadie decía nada, y sólo se escuchaba la voz de esa mina.

¿¡Qué clase de hijo de puta se hace una capa con caras?! - siguió Natalia, mirando al que había hablado - ¿¡Vos creés que enterrándonos vivos vamos a alcanzar alguna libertad?! ¿¡Pero quién te creés que sos, enfermo?! ¡¡Todos se creen dueños de la verdad, y no existe ninguna verdad!! ¡¡Dejate de joder!! ¿¡Qué mierda es todo esto?!

Notas de juego

*Gato: Prostituta. Usualmente, de las que pretenden ser finas y caras, exclusivas, pero no lo son.

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24/03/2012, 15:33
Anakin

Escucho varias voces, reconociendo dos de ellas. Mi mente se hace agil y esas voces son reconocidas "Agustin? Fernanda??" Bajé la cabeza en un intento por tratar de aclarar todos mis pensamientos. Ellos estaban aquí, pero él habla de libertad y ella llora. "¿Que estaran viendo? ¿Que está sucediendo?".

Por un momento, tal vez por primera vez en toda mi vida, deseé tener el don de la vista para ver que sucedía, sin embargo algo estaba mal. Los matones no hablan así, no sé que sucede, pero esta no es una situación ordinaria. Buscaba al comienzo alivio en mis pensamientos, pero con los segundos que pasaban algo me decía que esto no era una simple situación de matarnos; era algo mas complicado.

Al escuchar aquella voz femenina nueva bastante agresiva intenté concentrarme. Habian muchas voces alrededor, por ahora no era bueno que sucediera algo mas. "¿Aceptaba mi destino?" si hubiese tenido destino habría luchado por él; gran parte de mi vida lo hice, ¿por que no ahora?. Estaba en desventaja, eso no podía negarlo, sin embargo algo me obligaba a seguir callado...

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25/03/2012, 18:27
Dean Cythraul

A medida que fue razonando donde estaba lo veía todo cada vez mas negro, un cementerio, los nichos y ellos atados... Ese tipo con una capa hecha de caras. Dean quiso pensar que la oscuridad y el miedo le estaban haciendo una mala pasada, no era posible alguien tan macabro que se hiciese una capa como esa.

Y por Dios que esa era la vez que mas miedo tenia de toda su vida, estaba a un paso de la muerte y la voz de ese tipo, era comos si el meró hecho de escucharle le erizara hasta los pelos de la nuca.

Pero el hombre se consideraba un valiente, pues valiente no es el que no tiene miedo, si no el que lo enfrenta. Miro a su alrededor, de los que estaban atados, la mayoría aguardaba en silencio como corderos en el matadero, recordaba a esa mujer preciosa del bar... Ahora su belleza queda eclipsada, suplicaba por su vida ¿quien en su sano juicio no lo haría? Y esa otra mujer, sorprendéntemente plantaba cara a la situación. Tenia razón, si igualmente los iban a matar, no tenia sentido callar. Se retorció con rabia tratando de soltar sus muñecas.

-¡Malditos bastardos! No se de lo que hablan, ni me interesa lo mas mínimo. ¡Son todos basura! ¡Cobardes! -Escupió al suelo.- ¿Van a matarnos como a animales? Aquí hay dos mujeres y un ciego, ¿Ni siquiera van a darnos la opción de defendernos? Si queréis darnos la libertad soltadme, y os reto a que me volváis a atar ahora que estoy lúcido.

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27/03/2012, 06:11
Agustin Touriño

 A pesar de los gritos y los signos de angustia, ninguno de los hombres os  pone cuidado, en realidad parece que eso más les alentara a continuar.   Los que gritan  reciben golpes en el cuello y espalda que los hacen sentir más débiles. Golpes al estilo de “cállate perra” y otro tipo de calificativos.

 

El hombre los mira interesado y sin siquiera  mirar a la mujer que llora sigue hablando.

 

Ustedes no estaban vivos, sólo son crisálidas de lo que será realmente su existencia. Sonríe. Hoy los más fuertes saldrán del cascaron.

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27/03/2012, 06:13
Ann Cythraul

Y en ese momento ante todos  se presenta una mujer que no habían visto pero que para  Dean es muy conocida.

 

No griten, no podrán evitar lo inevitable.

Y se acerca a  Dean

Soy una buena madre, y como buena madre, te he conseguido el mejor de los padres.

Su voz es seria y es lo último que todos escuchan antes de que  a cada uno se le acerque una persona por detrás y les murmure algo al oído. Los que aún son conscientes pueden ver en una esquina como unos hombres muerden en el cuello a otro par,  y de repente se dan cuenta que su turno esta a un segundo de distancia.

 

En ese instante  cada uno de ustedes siente que alguien que ya había visto  o oído antes se le acerca.


 

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27/03/2012, 06:14
Emilio Touri

Te dije que eras especial. Te dice de tono muy agradable. No temas, no seré un mal padre para ti, eres afortunado, el resto son unos mediocres, pero tú, tú eres especial, tienes ojos en la oscuridad y es por eso que te he escogido.

En ese momento sientes que ese frio que te había abrazado lo vuelve hacer y ahora una sensación muy agradable te invade como un calor corporal y casi sensual que te envuelve, sientes  un placer tal que no puedes hablar, pero mientras sientes ese placer hay una sensación ambivalente de perdida...

Caes al suelo luego de que te suelta, e inmediatamente sientes un dulce olor al frente tuyo, sabes que es sangre, pero no puedes evitar la necesidad de beber...

Por el momento, el trauma del cementerio parece poco importante.

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27/03/2012, 06:14
Mario (Garralimpia)

La mujer se te acerca, luego de decir que ha encontrado a tu padre, y tu la miras a los ojos asustado, se supone que las madres cuidan a sus hijos, no los pone en esa situación, y de repente este señor de barba con el que ya habías hablado se te acerca.

Todo por la hermosa Ann, todo por ella y “nuestro” hijo.

Ese nuestro te sabe como vinagre, pero antes de que logres  decir algo sientes algo peculiar. El hombre te muerde en el cuello mientras tu madre observa.

Un morboso y raro momento.

Una sensación muy agradable te invade como un calor corporal y casi sensual que te envuelve, sientes  un placer tal que no puedes hablar, pero mientras sientes ese placer hay una sensación ambivalente de perdida...

Tu madre te mira mientras tú sientes una confusión enorme.

Caes al suelo luego de que te suelta, e inmediatamente vez como  el hombre  te muestra su mano, de sus dedos salen garras horribles, y con las mismas se corta el brazo, el olor a sangre te impacta, como sí fuera el líquido más codiciado, lo único que deseas en ese momento, y aunque parezca raro es beber...

Por el momento, el trauma del cementerio parece poco importante. Beber lo es.

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27/03/2012, 06:15
Josefina Lamatta

La mujer que ya conoces se te acerca coqueta, y casi de manera erótica  te muerde  el cuello mientras te toca la entrepierna. Estas confundido y sofocado, una cantidad de pensamientos cruza por tu mente, pero cuando ella te muerde, lo primero que piensas es en tu esposa, y luego la olvidas, el placer que experimentas es enorme, sientes todo aumentado, y de repente el acto sexual de esta mujer que toca tu entrepierna te excitó, pero luego todo para, y  la excitación para y de repente ese placer se torna extraño mientras sientes que la vida se te va, tienes un dolor en el pecho como sí supieras que nada será igual de ahora en adelante.

De repente todo para y  te sientes desfallecer caes arrodillado en el suelo, mientras la mujer se corta la muñeca y te muestra su sangre.

Bebe, ahora eres mío..

No puedes evitar la sensación de seguir sus órdenes, necesitas beber esa sangre, lo requieres, aunque sea estúpido y raro, lo necesitas.

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27/03/2012, 06:16
Agustin Touriño

 Mientras vez como a tus compañeros los muerden sientes pavor, y este se hace mas fuerte cuando vez a ese hombre que habla de volver a nacer, se para al frente tuyo y te hace parar a la fuerza.

Oh mi querida Fernanda, no temas, quiero mostrarte la  verdadera belleza, quiero enseñarte como hacer belleza, y quiero que cambies tu postura de princesa hueca y aprendas a demostrar tu inteligencia.  Te sonríe. Te he estado vigilando, se que eres más de lo que demuestras...

Y en ese momento recuerdas de manera fulminante la llamada de teléfono que te advertía que te querían matar, y hubieras deseado haberte quedado en casa... ahora ibas a morir.

Es entonces que él se te acerca y de manera muy intrusiva  te obliga a que te acerques a él. Notas sus colmillos por un segundo y luego un dolor al ser mordida.

De repente el dolor se convierte en placer, y  sientes que mientras te es placentero se te va la vida, algo te dice que ya nada será igual, ese placer casi sexual tiene un trasfondo de despedida, una lágrima se  escurre por tu rostro.

Te suelta de manera impositiva y notas que se ha cortado. Te acerca su muñeca sangrante hacia ti, y tú en ese momento sólo deseas beber de esa sangre, aunque sea muy asqueroso, aunque sea algo que nunca pensaste hacer. Sólo deseas beber.

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27/03/2012, 06:17
Mateo Cabrera

Mientras observas con terror que el resto es mordido, vez ese hombre extraño que se te apareció en el último minuto acercarse a tu espalda y murmurarte.

 

Dijiste que sacrificarías cualquier cosa, y por tu sacrificio te permitiré la venganza que deseas, y no sólo de ese desgraciado,  habrá más como él que recibirá su castigo...

Naciste para ser libre, y ahora te regalaré eso.

 

Notas su presencia, un hombre joven,   guapo y con presencia rebelde es quien te habla.

El hombre  se te acerca de manera suave y te muerde el cuello mientras sientes que algo se te clava como hipodérmica. Tu primera reacción es de susto, pues eso no te lo esperabas, pero de repente un placer enorme te invade, y  mientras esa sensación te invade sientes que pierdes algo, es una sensación de vacío. Por un momento piensas en tu padre y en tu novio, pero ese recuerdo se borra cuando el hombre te suelta.

Caes al suelo agotada, y sientes que se te para el corazón y en ese momento el hombre te muestra su muñeca llena de sangre.

De manera extraña sientes que necesitas beber de esa sangre, lo requieres de manera profunda, aunque sea asqueroso, necesitas beber.

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27/03/2012, 06:30
Anakin

Sentí miedo, pero no de las amenazas; las cuales notaba algo diferente a lo que notaban quienes gritaban a mi alrededor. No me creo especial, no mas de lo que me permite mi condición; pero estos solo se avocan a creerse omnipotentes... deberian callarse...

Escuché la voz de un hombre en mi oido, esa voz familiar, el tipo del sombrero. Todos podian ver las cosas, yo estaba ciego y aún así estaba mas calmado que ellos. Se sentía en el aire, en sus palabras, en los gritos de los salvajes alrededor. Me dijo algo al oido; algo que me heló la sangre por un segundo. Hubiese querido decir palabra pero estaba congelado totalmente.

Bajé la cabeza al sentir ese placer. Era una sensación que me llenaba, pero que a la vez dejaba escapar un "no se qué" que se evaporaba en mi piel. Caí rendido ante el éxtasis orgásmico del frío envuelto en calor. Mis ojos se abrieron cuando mi cabeza se alzó, dejando mi rostro de cara al firmamento. Respiré una última vez, como un suspiro, para luego sentir un olor diferente, de hierro, de colores carmesí; ese olor lo conocía, ese sabor lo probé muchas veces en mis labios detras de cada golpe dado a mi cuerpo. Era sangre, es sangre. Me acerqué a beberla, no pude evitarlo... Todo lo demas habia dejado de importar...

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27/03/2012, 12:18
Fernanda Zanetti

Fernanda soltó un quejido cuando Agustín la mordió en el cuello. Intentó escaparse, pero los dedos de él eran de hierro. Los colmillos. Su boca contra su piel.

Sabía que la estaba matando y no podía comprender por qué era placentero. El terror hizo que abriese los ojos; aún rendida por el placer, la repugnancia la superaba. Aquello estaba mal, muy mal. Era una mezcla de muerte y vida horrorosa, terrible. Era una violación humillante. La falta de sangre empezaba a nublarle la vista y a darle nauseas, que se incrementaron cuando Agustín la forzó a beber su sangre. El sabor le dio arcadas, pero no podía dejar de beber. Pese al asco y al miedo, aquella sangre era una delicia. Podría pasarse bebiendo el resto de su vida. Aterrada o no, aquello era todo lo que deseaba hacer.

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27/03/2012, 12:22
Alejandro Hernández

La sensación de debilidad es como el relajo después del acto, pero poco a poco se vuelve más profundo y conforme la sangre abandona su cuerpo roza la perdida de consciencia. Todo lo percibe confuso ahora y en esa oscuridad de la mente lo único que percibe como claro es la sangre de Josefina. En su debilidad lucha por obtener la sangre como lo haría por la supervivencia siendo consciente de algún modo, de que eso le ata a la vida, aunque sea una nueva vida.

Arrodillado como esta se inclina hacia la mujer y bebe con ansia.

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27/03/2012, 16:21
Dean Cythraul

Después de manifestar sus opiniones, sintió como un mazazo en la espalda le hizo hincarse de rodillas, aunque lo volvieron a levantar de nuevo. Una nueva tanda de protestas iba a surgir de sus labios, cuando su madre hablo y la mezcla de sentimientos se acumuló en su pecho casi asfixiándole.

Primero pensaba que estaba muerta y cuando hubo indicios de que estaba viva lo dejo todo para encontrarla y todo ¿para que? ¿para terminar así? No entendía ni una palabra de lo que se decía, solo tenia claro que estaban a punto de morir todos, después de tantos años cazando Dean casi podía olfatear la muerte.

Tenia mucho que decir, y no sabia por donde empezar, hasta que de pronto ya fue demasiado tarde. Sintió como los colmillos se hundían en su piel y como los problemas abandonaban su cuerpo, estaba perdiendo su vida y no parecía importarle. Como un autómata se dejó consumir y bebió de la sangre de aquel extraño. No tenia otra opción.

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31/03/2012, 18:02
Natalia Testarossa

Las palabras quedaron clavadas en dientes apretados. Los golpes no la habrían hecho callar, como tuvieron la oportunidad de hacerlo en su momento. Ni cuando una de las mujeres habló de ser madre de uno de ellos. Pero, ¿cómo podía ser...? ¡Si esa mujer tenía casi la edad de su supuesto hijo! Lo que sí logró su cometido fue lo que sucedió después. La forma en la que repentinamente comenzaban a ser mordidos quienes estaban a su alrededor. Los ojos de Natalia eran dos círculos verdes abiertos hasta el límite de su carne. ¿Acaso eran caníbales? ¿Pero qué clase de enfermos eran esos?

¿Libertad? Mejor morir de pie que vivir de rodillas. Esa es la libertad, no esta.

Y de pronto, la aguja en el cuello. No era la primera vez. Casi espera la electricidad que no llega. Lo que no espera en absoluto es lo que viene después. El placer, arreciando como una Sudestada, violenta e impertinente, imparable, inundando las tierras bajas de la capital argentina hasta sumergirlas. Algo sólo comparable con los dos o tres segundos siguientes a recuperar el aire luego de la asfixia, después del ahogamiento. No, en realidad es más. Es algo que no conoce, es algo indescriptible. Algo que la desarma, que la despoja, que la quiebra. Le arranca todo. Le arranca la lucha, la defensa, le despoja de la fuerza, de la resistencia, de la consciencia. Todo se va.

Ahora yace tirada sobre el suelo, los ojos abiertos mirando hacia el cielo. Esa sensación sí la conoce. No es la primera vez que siente que el corazón se le detiene, desprovisto de la fuerza para seguir latiendo. El cansancio en cada vena y cada nervio, y la certeza de que la muerte queda a un parpadeo de distancia. Los recuerdos estallan. Gotas y disparos, furia y gritos, movimientos, adrenalina, y oscuridad. El cielo está estrellado pero Natalia sólo ve oscuridad, y frío. No siente nada. No siente ni necesidad de arrepentirse.

Una muñeca ensangrentada se interpone en el camino de sus ojos. La huele, un olor que le trae recuerdos, aunque no puede invocar cuáles. Será el cansancio. Natalia se diluye, se apaga, mientras su cuerpo reacciona solo. Va hacia la sangre como un río va hacia el mar, abre los labios para hacer lo único que siente en ese momento. Ansias. Sed. No sabe lo que hace, no siente otra cosa. Sólo bebe, mientras deja de respirar.