Partida Rol por web

Renzo ya estaba acomodado en el volante como había mostrado antes en sus acciones y mientras John revisaba el coche no se movió del asiento. Cuando terminó de revisar su compañero Renzo le habló para no perder más tiempo de camino al hospital.
—Sube al coopiloto John que te dejé la puerta abierta por tu estado de embriaguez, no voy a dejar que una persona que ha tomado dos vasos de absenta con la enorme graduación de alcohol que lleva conduzca si encima no sabe conducir mejor que yo. Es por eso que se que en el otro coche había una bomba, porque Jimmy no pensaba conducir al aceptar beber tu absenta.

Acomodo el cuerpo de Jimmy en la parte posterior:

-Lo siento, pero a como está la situación no termino de fiar de ti, Renzo. Necesito respuestas, y las necesito ahora... o por lo menos durante el camino.

Mediodía del día siguiente... En el mismo Hospital St. Mary Ann

Como prometió Boldini, Nicola fue traída por 'Mondadientes', otro de los chicos de Panepinto... Curiosamente uno de los que falló en el intento de atentado contra Carlo Marchetti. Sin embargo no venía solo, lo acompañaban otros tres hombres, dos de ellos desconocidos, el último se trataba de Sal. Todos les saludaron efusivamente y con respeto en turnos mediante los cuales dos saludaban mientras que la otra pareja se apostaba al exterior.

Había un aire de nerviosismo en el ambiente pero ante cualquier pregunta que Marco o Marcelo formulasen, todos lo negaban. De hecho la respuesta más habitual era la petición de que se centrasen en la recuperación, la paz era una realidad y aquello se debía en gran parte a la acción de aquellos dos hombres cuyas heridas de guerra confirmaban que no había sido una cosa fácil. Seguramente lo sucedido les posicionaría favorablemente en las quinielas para los próximos ascensos a Capo, cuando se abriese el cajón claro estaba...

Enseguida dos de aquellos cuatro hombres se apostaron a ambos lados de la puerta mientras que los otros dos anunciaron que bajarían abajo a fumarse un pitillo. Todo apuntaba a que estaban siendo escoltados o peor aún, vigilados. Ninguna de las dos opciones era demasiado halagüeña.

Afortunadamente enseguida hizo acto de aparición 'Brincos' su traje se encontraba manchado de restos de tierra, en su pelo además de más descuidado contaba también con manchas de tierra. Su mirada era de suma gravedad y llevaba encima una mala hostia de cuidado, sin embargo no lo pagó con los dos hospitalizados. Al contrario, a ellos les trató con sumo respeto y tras tomar asiento les explicó todo: John Doe había tomado partido, y no lo había hecho bien. Afortunadamente no se había pasado de rosca, tal vez por error o porque no era su plan original no mató a Jimmy. Era a él a quién le habían ordenado ejecutarlo, se suponía que le haría una corbata siciliana¹ a Renzo mientras se producía un cambio de coche... Pero en su lugar se decantó por ir contra Jimmy con una técnica más propia de donnas: veneno. Tanto Renzo como el bastardo al que antes apodaban familiarmente como 'Walker' estaban desaparecidos.

¿Qué pasó con ellos supongo que querréis saber? ¿O cómo fue el mandato de Don Lucio Marchetti? Lo siento, os lo contaría pero eso no es público y ya sabéis... La Omertá.

-FIN-

En ese momento, en el mismo lugar...

El coche finalmente se puso en marcha con sus dos ocupantes: John y Renzo dejando tras de sí la diana de la familia Panepinto dibujada en sus espaldas. Allá donde fueran sabrían que en algún momento podrían ser localizados y exterminados. Las opciones que se abrían ante ellos eran múltiples y no era fácil escoger la más idónea: una vendetta contra los Panepinto; intentar reclutar a los que le acompañaron en la ejecución de Carlo Marchetti; o simplemente violar la ley más sagrada de todas, la ley del silencio, la Omertá y ponerse en manos de las fuerzas de seguridad.

Por lo pronto, debían cambiar de vehículo cuanto antes, siendo aquel el de Jimmy 'Brincos' seguramente estaría fichado y cuanto más tiempo permanecieran en aquel vehículo, más fácil tenían que les encontraran.

¿Qué pasó con ellos supongo que querréis saber? ¿Lograron salirse con la suya o Don Gaspare logró localizarles donde quiera que estuviesen? Lo siento, os lo contaría pero eso no es público y ya sabéis... Bueno, yo respeto la Omertá.

-FIN-

No le sorprendía lo de Renzo. Cuando uno juega con fuego se acaba quemando y ese sin duda había sido el caso del señor Ferri. Desde el principio había tratado de ser el centro de atención. Sus continuas salidas de tono y sus extrañas ideas le habían condenado. Sin duda era el final que había estado pidiendo a gritos. A Marcelo no le afectó demasiado la pérdida. Si bien fue cierto que tampoco se alegró. Lo hubiera hecho en otras circunstancias, pues era sabido por todos los que les conocían, que no se soportaban, pero le debía la vida. Ahora ya no podría devolverle el favor.

Lo que si le sorprendía era lo de John. No le veía como un elemento discordante con la política de don Panepinto. Es cierto que tenía sus peculiaridades, pero cada uno de ellos tenía las propias. Era cierto que quizás Marco y el mismo encarnaran el prototipo de hombre perfecto al servicio de la “famiglia”, pero Doe no desentonaba demasiado. Era quizás más débil, más volátil y sus nervios no eran de acero como los de Rossi o el propio Limone, pero no esperaba que fuera un “traditore”.

De todo lo que había pasado, la conclusión era lógica. Si Brincos había considerado que estaban mejor muertos, pues bien estaba. No había otra opción posible. Sin duda la muerte de Renzo había sido un mandato del propio don Gaspare y cuando “Walker” eligió apostar por el caballo perdedor, eligió su suerte junto a él. ¿Echaría de menos a John Doe? Sinceramente no, aunque si sentía cierta lástima por él.

Lo que realmente le preocupaba era el interés que tenía el Don en “protegerlos”. Pues, estaban siendo vigilados o escoltados y eso a Marcelo le parecía raro. ¿Por qué dedicar tantos esfuerzos por dos simples peones dentro de la organización del Don? Algo extraño estaba sucediendo y eso a Marcelo no le gustaba porqué le hacía pensar. A Marcelo no le pagaban por pensar y por eso en parte había escogido esa forma de vida.

Sí, pensar no era el fuerte de Marcelo. Lo suyo era actuar a base de impulsos. Eso y obedecer órdenes. Si esas órdenes implicaban desatar el caos más que mejor, pues en eso si se podía decir que tenía master. Se había graduado con honores en la última misión y si el Don le dejaba tiempo para gastar el dinero que abultaba su bolsillo, entre medias intentaría ir a por el doctorado en cualquiera de las encomiendas futuras que Don Gaspaere Panepinto tuviera destinadas para él.

Marcelo cerró los ojos. Ya había pensado demasiado por hoy. Necesitaba descansar, es más, quería descansar. Si el Don tenía algo previsto para él y para Marco, poco podrían hacer para protegerse de sus matones. Menos en las condiciones en las que se encontraban tras el incidente con los Marchetti. Por lo tanto, si no podía hacer nada para cambiar el futuro. ¿De qué tenía que preocuparse?

-FIN-