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Puerta de Plata:

Es la capital del condado del mismo nombre, vasallo de uno de los mayores Grandes Ducados del continente. Recibe su nombre porque la mayoría de las minas de plata importantes están en ésta región y envían su producción para ser fundida y forjada en lingotes a la ciudad.

Toda la región es bastante montañosa y la propia ciudad está ubicada en una colina rodeada por un río muy caudaloso con su propio puerto fluvial, por el baja la producción de la ciudad y suben los suministros hacia y desde el principal puerto marítimo del ducado, Puerto del Duque.

Puerta de Plata es una ciudad en tres niveles, el más elevado, situado en la cima redondeada es el distrito noble. De amplias avenidas empedradas, rodeadas por jardines y con un sistema de acueductos y canalizaciones subterráneos tanto para el agua potable como para las aguas residuales.

Aunque sólo tiene unos veinte o treinta edificios ocupa tanto como cualquiera de los otros dos distritos, entre los edificios principales destacan la gran catedral, con su campana de plata; el castillo del conde, una alta estructura de más de cien metros de altura en sus cuatro torres y de ciento cincuenta en la torre central, aunque la base, de planta cuadrada, sólo tiene cincuenta de lado. El resto de edificios, que incluyen un teatro, el ayuntamiento, la casa del gobernador, un centro hostelero de lujo y un club privado, a parte de las mansiones familiares de todo el que es alguien en la ciudad, son palacetes de mármol, que compiten entre ellos en esplendor y lujo todos con jardines privados y sus propias murallas de piedra o reja de hierro. El distrito está rodeado de murallas de veinte metros de alto y otros tantos de profundidad que albergan el significativo ejército del conde, formado por soldados profesionales de infantería, caballeros y ballesteros que patrullan la muralla continuamente. La única puerta de acceso, donde muere el camino principal que sube en zig-zag desde la puerta del río por toda la colina, está custodiada por caballeros y se cierra por la noche

El segundo nivel ocupa la mayor parte de la falda de la montaña del lado del río, contiene posadas, restaurantes, tabernas, comercios de todo tipo, talleres de artesanados que no sean malolientes, desagradables ni ruidosos, así como edificios residenciales para las familias propietarias de los mismo y muchos de sus trabajadores. Tiene canalizaciones para aguas residuales que llevan a un gran acueducto subterráneo, algunos parques y la mayor parte de los edificios públicos de la ciudad. Se conforma en una serie de terrazas junto al gran camino que sube hasta el distrito noble desde la principal puerta de la ciudad, formando una escalera que cruza la colina de lado a lado subiendo en una serie de Zs anidadas. Este distrito está rodeado de una alta empalizada con puestos de vigilancia con ballesteros cada cierta distancia, la cual le separa de los barrios bajos y evita que el tránsito de mendigos y vagabundos pueda alcanzar las zonas más ricas.

La base de la colina, es un auténtico lodazal. Sólo el camino principal se mantiene despejado y patrullado, libre para que los carros suban y bajen a abastecer las partes más pudientes de la ciudad. Desde las primeras filas de edificios, posadas, tabernas y burdeles sobre todo, que está bastante ordenada, se extiende un laberinto de construcciones a cual más decrépita y destartalada, en varias alturas muchas de ellas que incluyen todo tipo de alojamientos, tanto públicos como privados de mala muerte, tienduchas y tenderetes donde conseguir suministros básicos y todo tipo de talleres de oficios desagradables por la naturaleza, materiales o ruido (como podrían ser mataderos, curtidurías o herrerías). El distrito no tiene defensas artificiales, aunque se encuentra entre la empalizada en sector intermedio y un pronunciado meandro del río. Sí que está fortificado el puerto, tanto hacia los muelles como su entrada, una fortaleza que sirve además como puerta de entrada a la ciudad y puente sobre río hasta el camino principal que llega desde el resto del condado y por el que llegan todos los bienes de la región, tanto alimento como, sobre todo, plata.

El camino en sí es bastante peligroso, con abundantes salteadores atentos a cualquier envío de las minas que no tenga seguridad suficiente, aunque tampoco desprecian al puntual viajero indefenso. Cerca de la ciudad se extienden establos, granjas y posadas y tabernas baratas pero de mejor calidad que las que se pueden encontrar en el estercolero que es la ciudad baja.

Puerto del Duque

La segunda ciudad más grande del Ducado, principal puerto del mismo, sede de la Armada Ducal y principal puerto comercial, es por tanto una ciudad rica, pero también llena de pobreza porque atrae a muchísima gente desesperada por una vida mejor a la llamada de los cantos de sirena del desarrollo económico.

Su barrio rico está en las afueras, río arriba en general fuera de las murallas, el mismo castillo está en la muralla que rodea la ciudad a casi quinientos metros de la costa. Las primeras líneas de costa están ocupadas por almacenes, posadas, tabernas, comercios y, en general, dedicadas al mar; con la excepción de los alrededores del fuerte marítimo que tiene residencias militares, palacetes de mandos militares, arsenales e industrias relacionadas.

Como consecuencia los barrios obreros, pobres y artesanales quedan entre medias, con la excepción de la amplia avenida que lleva del Castillo al Mercado principal, frente al muelle mayor; esa avenida tiene los mejores hoteles, los edificios oficiales importantes y los palacios de las familias más destacadas.

La ciudad es amplia en la costa, más de cuatro kilómetros. Pero sus murallas que llegan de lado a lado de la costa y aislando el mismo río, pues corren a su lado dejándole fuera, sólo tienen medio de radio, formando un óvalo achatado. La murallas son muy altas, más de veinte metros y cuentan con sendos fortines en ambos puntos de la costa, uno de ellos en el margen izquierdo del río.

Por lo demás la ciudad desde la puerta del castillo se extiende como arrabal, río arriba y sólo en la margen izquierda durante kilómetros, pero apenas tiene una anchura media de un centenar de metros con tres o cuatro edificios de fondo, muchas veces menos pues son palacetes y mansiones que no tienen nada más allá.

El margen derecho, dado que es un acantilado de más de cien metros de alto, está desierto, salvo por un fuerte mal mantenido en la desembocadura, hasta cinco kilómetros río arriba que empiezan las tierras de labor.