Como si leyese los pensamientos de su señor, sólo con ver como dirigía su mirada hacia los bloques de piedra a Rodrigo también le iluminó la Virgen en su infinita misericordia y concibió un plan.
Decidido, se acercó a uno de los grandes bloques de piedra y lo levantó a pulso. Tambaleante, sudando a chorros y haciendo eses fue cargado con el bloque hasta el lugar donde se encontraba la trampilla y simplemente , tras hacer un gesto al resto para que se apartase, dejó caer el bloque.
Si tengo que tirar algo me lo dices.
El volumen de piedra hizo silbar al aire mientras que la gravedad, previa ayuda del juglar, hacía su trabajo. Antes de que os diérais cuenta... ¡BOOM!, la falsa losa, cuyo recubrimiento parecía totalmente real pero que en realidad era madera al ver sus astillas, dejaba ver una pequeña asa por la parte de abajo, con lo que se deducía que el mecanismo era bien simple: empujar por abajo hacia arriba, pero, desgraciadamente, no a la inversa...
El sumidero ahora visible era evidente. Justo en él se vislumbraba una especie de escala pequeña para auparse:
Con una ancha sonrisa lanza un grito de triunfo - ¡ Toma ! - mientras levanta los brazos y palmea el hombro de Ricardo.
- Mi Señor Marcial. ¿ Bajamos ?
Ricardo se agachó junto a la trampilla y observó el sumidero.
-Es pro...probable que aq... aquí encontremos algo - indicó mientras desenfundaba su cuchillo - Yo baj... bajaré delante, mi señor.
Sin más dilación Ricardo se dispuso a descender escaleras abajo.
Motivo: Otear el hueco
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 71 (Fracaso)
El noble asintió ante el ofrecimiento de su cazador. Lo único que encontró, como alguien diría tiempo despues, fue "oscuridad, y nada más". Aquel hueco y aquella escalera descendían y descendían y sobre ella lo hacía Ricardo, mientras su ahora señor le azuzaba con muestras de ánimo y prudencia. El joven notó, instantes después, como la piedra del suelo rozaba sus pies: había llegado abajo. La altura serían unos cinco o seis metros del suelo a la abertura oculta de la iglesia... El resto discernía la ahora débilmente situada silueta casi tenue del pastor, colocada metros abajo, sumida en la más completa oscuridad a sus ojos. Ricardo no percíbía tampoco nada, salvo...
No voy a suponer nada. De momento ha bajado Ricardo. Saludos.
Miguel se maldijo por que la condenada trampilla cediese. Aún así intentó una última evasiva:
-Mi señor, si lo tenéis a bien, me quedaré en la puerta de la trampilla, vigilando, no vaya ser el demonio que nos la cierren desde que estemos dentro.
Ahora sabemos, Miguel -respondió el conde ante la propuesta del pastor-, porqué aparecían cerradas las puertas: ¡lo que fuera o quien fuera mataba a esos hombres y huía sin duda por esta ratonera! ¡Vayamos! Haz entrar a mi caballo en la ermita y cierra los portones, ¡iremos adentro!
Miguel: Puedes tirar Elocuencia (o Comunicación) para intentar convencer al noble de lo que propones. Una vez realizada la tirada, puedes usar puntos de suerte para restárselos a la misma y conseguir un éxito (ambas cosas son voluntarias: tirada y utilizar puntos de suerte).
Así que no era más que una treta...
- Voy bajando mi Señor, a ver dónde nos conduce el túnel. - Empieza a descender a través del túnel mientras va comentando - el túnel es la clave, lo más probable es que aquello que haya en la salida esté relacionado y nos dé pistas de qué o quién cometió los crímenes.-
Al darse cuenta de la creciente oscuridad del túnel comenta:
- Esto está más oscuro que los cojones de un grillo!
Pero sire, y si alguien nos ha visto, o el propio pastor está incluido en la treta, o si hay mas puertas escondidas y nos encierran bajo tiera...enterrados vivos, es la peor muerte.
Dice Miguel intentando una vez mas convencer al noble.
Motivo: no quiero ir mama
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 14 (Exito)
sin usar suerte
y ahora que tiré, jamas en mi vida hubiera pensado que lo pasaría.
Abajo, empapándose de aquel espantoso olor, Ricardo se temía lo peor. Tenía que encender alguna luz y comprobarlo, pero sabía que lo que iba a ver sería una escena digna del propio infierno.
Sacó una antorcha de su zurrón y se dispuso a prenderla.
¿Tengo que tirar algo para encenderla? Tengo en el equipo todo lo necesario.
El pastor hizo dudar a don Marcial. Ciertamente, en todos aquellos lances en el pueblo siempre había sido el más cauto del grupo, siempre vigilando y cuidando su caballo. Esto lo tuvo en mente el noble. Sin más dilación, mientras miraba a Miguel con una cara de impresión por su sabio consejo, instó a los otros dos aque continuaran.
¡Tú, juglar! -le dijo al Zamorano-, no quisiera olvidarme de esta apestosa grieta que emana tanto hedor, pues no se lo que contiene ni lo que puede haber ahi si no es la antecámara del infierno... Si no sois tan cobarde como para echaros atrás tras destrozar la tapadera con ese bloque, entrad ahi con Ricardo y avanzad hasta que vuestras tripen os denieguen el placer de acampar en vuestro cuerpo...
Marcial hizo un descanso para coger aire.
Miguel y yo iremos a la taberna -dijo haciendo un gesto de afirmación al pastor- y averiguaremos lo que pasa en esta villa, ¡por las barbas de mi Santo Padre!, Y si hace falta, si hace falta... -En esos momentos blandió su espadón e hizo silbar el viento con el movimiento de la hoja yendo y viniendo- traeremos de inmediato a esos apestosos ebrios de la tasca y los meteremos ahi dentro con sus hocicos por delante. ¡Ata en corto mi montura, pastor!
Y sin despedirse, dejó el mandato al juglar y salió por la puerta, dispuesto a andar con Miguel detrás, asiendo las riendas...
No Ricardo, no hace falta tirar nada.
PD. : Miguel, Gauss y los dados son así :D
Se detiene un momento y escucha a su señor, cuando ha terminado de hablar desanda el poco trecho del túnel que había andado previamente y asomando un poco la cabeza contesta - Se hará como decís, Señor. Vamos Ricardo, cuando antes empecemos antes acabaremos.
Miguel y Don Marcial marcharon de camino a la taberna. Ricardo y Rodrigo a ese pasadizo oculto.
Miguel: postea ahora para ti solo.
Ricardo y Rodrigo: lo mismo para vosotros dos.
Os dejo ahora interpretar un poco.
Miguel se sintió aliviado y satisfecho por su labia, pero poco tiempo le duró al oír que iban a enfrentarse al pueblo. Pero al menos, iba contra hombres, algo conocido, no contra un tunel a oscuras, del cual nadie sabe nada, y llegado el caso, podía salir por patas, cosa que en aquella pocilga qe eran los restos de la Iglesia...hubiese sido complicado.
Con el refrán de "menos da una piedra" metido en la cabeza, Migel asió las riendas del caballo de su señor, y se dispuso a seguir los pasos de este.
- Mi señor, que pué ser lo que esté pasando por estos lares... que opinión gastáis?
PD: mierda hablo solo, esto parece cthulhu, estoy perdiendo cordura xD. Ya no haya algún bichejo marino en esa fosa...
Mientras avanza pesadamente por el túnel, todavía a oscuras , de mal humor comenta a su compañero - ¿ Sabes? , cuando me enrolé en este grupo pensé que sería diferente, que Marcial no era el típico, ya sabes, el típico Hideputa estirado. Pero veo que no, al final los de baja alcurnia acabamos siempre en lo mismo, entre la mierda. - Parece caer en la cuenta de algo - Ahora que lo pienso, no hemos tenido ocasión de hablar mucho, bueno la verdad es que eres un hombre muy callado, ¿no has salido mucho de tu pueblo verdad?
Sin perder más tiempo Ricardo enciende la antorcha.
-T...todos los no... nobles son iguales - comentó secamente Ricardo, justo antes de iluminar el camino ante ellos.
Ciertamente, querido, no sabría decirte... -respondió. Desde luego, ¿quién osa darse al placer de la bebida y permitirse el lujo de comer con gula con ese sacrilegio ahí en medio? ¿con una ermita derruída aún con esas muertes acaecidas en su interior? Vayamos, veamos y averigüemos...
En esos momentos se encontraron a uno de los tipos borrachos, que aún había, en la puerta de la taberna. Estaba ahi postrado, casi tumbado, como dormido por los efectos del alcohol. Al estar apoyado en el portón no podía pasarse dentro de no retirarlo.
En esos momentos, a la luz de la antorcha encendida y como si de de un fuego enarbolado se tratase, vuestro corazón se elevó de vuestro pecho, y casi... ¡POR UN PRECISO INSTANTE!... ¡casi se sale por vuestra boca! Vuestros ojos contemplaron algo que jamás habían visto, y ni siquiera oido; una situación terrorífica, horrorosa, aberrante y desconocida. Ahora comprendíais el hedor que de allí se desprendía; el fuego de la antorcha iluminaba lo que nadie creería si lo contárais:
¡CALAVERAS!
¡¡CIENTOS DE CALAVERAS!!
¡PAREDES EMPEDRADAS CON HUESOS!
¡¡TUMULOS SALIENTES DE CADÁVERES DANDO FORMA A ESE LÚGUBRE PASADIZO!!
Pero, antes de que vuestras voces pudieran pronunciar una sola sílaba, escuchásteis algo que os acabó helando el corazón. El juglar tragaba saliva y al cazador le temblaba la mano de la antorcha... Lamentos... Escuchábais unos lamentos procedentes de lo más profundo de aquella grieta, de aquel pasillo.
(Play)
Sin embargo, con la entereza que os caracterizaba (pues incluso habíais visto una criatura horrenda allá arriba), parecía que continuábais con los preceptos del amo y avanzásteis poco a poco. En esos momentos, una gran calavera incrustada en la pared de la forma más horrenda se topaba delante de vosotros y os hacía decidir: izquierda o derecha.
Ricardo, quítate la antorcha que tenías de los objetos.
Ahí tenéis un mozo por el que empezar, lo pillamos, lo llevamos a un aparte, y estando el tipo solo y tan borracho como va, me juego un ben queso de Castilla - el pastor apreciaba mucho el sabor de ese queso- a que desembucha.
El pastor se queda un rato recordando...
No se si recordáis la escena de la taberna, la gente tenía miedo de hablar y unos se cubría a otros, eso no ha de pasar si está uno solo.