Partida Rol por web

¡Argh!, ¡¡Muere, bestia! -pensé mientras mi espada saboreaba la batalla.

Turno de Ricardo

Casi por acto reflejo Ricardo desenvainó su cuchillo y se lanzó contra la criatura, fallando en su primer impacto debido a la ansiedad del momento. Con rapidez se rehízo, tomó aire y lanzó otra estocada, esta vez alcanzando a la criatura. 

El ente respondió con su garrote. Ciertamente no era tan grande como describió el Pastor Miguel en la taberna...

Resolución acto 1:

Ricardo manejaba aquel cuchillo como si fuera un estoque o una espada ropera; tan bien lo hacía que consiguió clavar aquel pequeño filo en la carne del ente de un sólo ojo, o al menos eso pareció. Y tal cosa pareció (y no fue real del todo) porque aquel ser consiguió esquivar dicho lance, haciendo casi tropezar al cazador... Daño--> Ninguno.

Entre tanto, don Marcial, aprovechando que el enemigo inmediato se movía desechando el cuchillazo de Ricardo, contrajo toda la fuerza que pudo en su brazo, luego sus manos y finalmente en un giro de espada brutal, un mandoble digno de ser contado. Daño--> 8+2: 10. El ente tiene protección por pelaje=2: el daño total es 8 puntos.

Acto seguido, como si de una actuación se tratase, el juglar Rodrigo, no menos guerrero por su condición, le asestó dos tajazos al ente justo después de que Marcial le hiciera tambalearse por su golpe.. BOOM!! BOOM!! Pierna izquierda y brazo izquierdo respectivamente

Daño1-->6+4: 10. Por ser en brazo daño=5. Por pelaje: 5-2: 3 puntos de daño.

Daño2-->6+5: 11. Por ser en pierna daño=5. Por pelaje: 5-2: 3 puntos de daño. Daño total 3+3: 6 puntos.

Total de daños conjuntos: 14 puntos.

Acto 2 TIRAD INICIATIVAS

Iniciativa ronda 2:

• Ricardo
• Rodrigo
• Ente
• Don Marcial

Declarad en ese orden acciones

Subístes las escaleras a toda prisa, ahora con tu espada en la mano*. Las escaleras estaban directamente excavadas en la roca, pues parte de la casa (y ese segundo piso) eran parte de la montaña del emplazamiento. Las escaleras giraban a la izquierda llegando a una puerta que estaba abierta y daba a una estancia bastante iluminada.

Una vez dentro encontraste varias cosas: justo enfrente de la puerta había una pequeña chimenea que seguramente tendría alguna hendidura o abertura natural por donde correría el aire del exterior, pues sino estaría muy viciado allí arriba. Había también varios muebles (un par de sillas, un armario y un sillón junto a este, al fondo de la habitación). Eso si, te sorprendió observar en medio de la gran sala un gran escritorio muy bien tallado y rematado con un asiento con grandes ornamentaciones. Todo ello se apoyaba en una gran piel de león a modo de alfombra, cuya cabeza y pelaje, así como uñas y cola permanecían casi intactas.

Al fondo se encontraba una gran cama, pues era en realidad un dormitorio. Al parecer y seguramente sería la habitación personal de don Francisco de Aldana y Adebillos, el señor de Monegros.´

Pero todo esto no fue lo que más te sorprendió. Un gran reguero de sangre había manchado toda la sala, incluyendo paredes y la propia piel del animal disecado... y... sobre todo... ¡¡Había dos tipos yaciendo muertos en el suelo!! Ninguno de ellos era Fabio Arilla.

Miguel se acongojó...más cadáveres, seguro que eran de aquellos misteriosos jinetes. Ahora una duda afloraba en la cabeza del pastor, acaso aquellos hombres sabían que Arilla se traía algo macabro como lo que ha visto abajo y fueron a darle muerte no saliendo exitosos, o acaso habían sido aquellos dos jinetes los portadores de tal Mal y Arilla era una simple víctima. Sea lo que fuere, Miguel no quería investigar mucho más, y menos solo y en sus condiciones, así que decidió hacer un último gesto antes de retirarse.

-Señor Arilla!!! Hemos venido a rescatarle, sus hijos ya se encuentran a salvo, por favor, salga de donde esté y sígame!

El entre el reguero de sangre que hay entre los cuerpos, vislumbras... ¡pisadas! ¡Sí! Alguien ha pisado dicho charco (sin quiererlo o darse cuenta probablemente). Los más sorprendente es que esas pisadas... conducen hacia una pared de la habitación, concretamente al lado de la cama allí puesta, y se perdían allí, misteriosamente.

Claro que... ¿habría alguien capaz de traspasar una pared así como así?

Miguel, maldiciendo el momento en el que su curiosidad pudo con su sentido común, se acercó a la pared, y empezó a empujar, luego intentar localizar algún ladrillo suelo, alguna palanca en la cama...cualquier cosa que moviese aquella pared, pues era obvio que se tenía que mover.

Ente Ataque y defensa.

Don Marcial Ataque y Ataque.

Ahora si: al ataquerrr! Turno de Ricardo.

Tirada de otear con un bonus del 30%. Sabías que allí había algo.

Decidido a acabar con la criatura, tras su anterior error, Ricardo se lanzó con valentía contra aquel monstruo.

Esta vez no te me escaparás - pensó.