Partida Rol por web

Largo ha sido tu viaje hasta aquí.
En boca de mucha gente has oído rumores de que hay recientemente una gran fuerza y presencia demoníaca envolviendo la hasta hace poco normal ciudad de Rhapsie, a la cual has decidido ir e investigar.

Lo más reciente que has dejado atrás es un pequeño y simpático pueblo de las afueras de la ciudad y una iglesia vieja y abandonada en el sendero del bosque por el cual te encuentras.

Supuestamente, tras el tramo de ese pequeño bosque se halla la ciudad de Rhapsie, mas se te ha ido haciendo de noche conforme ibas caminando y el cansancio te está haciendo mella. Además, no sería bueno seguir viajando con el manto de la oscuridad como compañera.

Justo cuando el manto nocturno empieza a extenderse en el cielo, te parece ver algo en mitad del sendero más adelante.

En mi mente se aglopan recuerdos de mi Israel natal, cuando en el entrenamiento militar me hacían ver más allá de lo evidente. "En el desierto, como en cualquier parte, un escondite de tus ojos, es tu muerte".

Tras estas palabras, que también escuche la fatal noche que perdi mi ojo derecho, despierto al ser que vive en Aggamotto.

Me focalizo y trato de detectar al ser que perturba mi camino.

Al acercarte ves mejor la figura que obstaculiza tu camino.
Es una mujer, recostada en un árbol de un lateral de la senda.
Tu ojo te permite ver en primera instancia una imágen angelical, resplandeciente, sobrenaturalmente bella. Nunca has visto a un ser de tal belleza, tan angelical como tú. Una tenue aura de luz blanca parece incluso acariciarsu fina y delicada piel, y sus blancas y emplumadas alas son de lo más puras.

Esa es la imágen de la verdadera forma y naturaleza de la persona que realmente ves, la que vería cualquiera, la que ves con tu ojo normal.

La mujer se gira hacia ti al ver que la observas.
Buenas noches. - Te saluda. - Es peligroso andar sólo porel bosque en plena noche, ¿Sabe?

Miro a la hermosa jòven que me observa. Recostada como esta en un àrbol, parece una nífa: hermosa y pura como la naturaleza.
Mi cuerpo se estremece ante esta visiòn de blancura y luz. Por un lado, la humana que parece un ángel, y el ángel que realmente es, por el otro.

Los bosques nunca son peligrosos, señorita, pues son obra de la naturaleza para la protecciòn de todos los seres, y no su destrucciòn.
Los bosques si son respetados, siempre protegen a los viajeros.
Y para mì, hijo de los viajes, la noche es una manta que me cubre del calor del día, así como el sol es mi protector y sanador del frío de la noche.

La mujer amplía su bella sonrisa.
- ¿Ah sí? Quizá tenga razón, hijo de los viajes. En parte. Pues a veces hasta los lugares que parecen más seguros y hermosos esconden tinieblas. - Te dice, sin alzar su melodiosa voz. - O, a veces por desgracia las tinieblas los invaden.

Tras guardar silencio un instante, se acerca un poco hacia ti.
- Mi nombre es Sophía Van Cassandre, Encantada. - Dice mientras te ofrece la mano.

Sophia, mi nombre es Ewan Godenchtein -beso su mano- encantado.

Te dirijes hacia algun lugar, o simplemente estas esperándome?

Te dirige una sonrisa simpática, y algo pícara.
- Encantada Ewan. Y sí, te estaba buscando. - Responde. - Te diriges hacia Rhapsie, ¿Verdad? Yo vivo allí, y también me...

Detiene sus palabras un momento, y mira de reojo y con mala cara a la oscura espesura del bosque. Entonces, da un golpe en el suelo con su bastón y el mismo se ilumina con una blanca luz propia, como si de una gran lámpara se tratara.

Tras ver su reacción mi ojo me avisa del peligro y al mismo tiempo que ella me pongo que pose de batalla sacando mi katana.
Espalda con espalda, el uno como el otro nos protegemos.
Su espalda es suave como la seda, y la exitación del combate se combina con otra que no quiero nombrar...

Oyes a arbustos moverse demasiado para como sopla el suave viento nocturno de esa noche. Y también consigues ver algo que se mueve entre ellos, con la tenue luz del bastón de Sophía las sombras siguen marcando demasiado la espesura del bosque.

Como le decía, Ewan. - Dice mientras vuelve un momento una hermosa y a la vez siniestra mirada hacia ti. - Donde hay luz, siempre hay sombras.

Con mi espada afuera y mi mirada fija. Concentro mi voluntad en mi ojo derecho.

Ojo de Aggamotto, déjame ver más allá de lo evidente!

Cubro a mi compañera, y me preparo para la batalla por venir.

En ese momento, no hace falta que escudriñéis más en la oscuridad.
De las sombras de los arbustos, salen, como bomitados por ellos, 4 figuras cuadrúpedas que se colocan 2 y 2 en el sendero rodeándoos. 2 frente a ti, y otros 2 frente a Sophía.
La luz blanca y tenue de su bastón consigue sacar su apariencia de las sombras.

Sus mandíbulas rezuman babas y emiten un gruñido agudo bastante irritante.

Turno 1
Subturno1
Dem1
Dem4
Dem3
Dem2
Ewan
Sophía
Subturno2
Dem1
Dem4
Dem3
Dem2
Ewan
Subturno3
Ewan

Turnos Normales
Subturno 1 y 2
Dem1
Dem4
Dem3
Dem2
Ewan
Sophía
Subturno3
Ewan
Sophía

Los cuatro demonios os observan, con sus ojos blancos inyectados en furia y sus mandíbulas rebosantes de babas, esperando a que vosotros hagáis el primer movimiento.

Veo a los demonios acercarse y me preocupo por la mujer que ahora cuida mis espaldas, si cualquiera de los demonios se propusiera pasar, seríamos blanco fácil, por lo que debo proteger el centro.

Desde mi posición ataco al demonio 1.

Por la Justicia!

El demonio esquiva el filo de tu katana con un rápido movimiento.
Entonces, al esquivarte te contrataca alzando su garra para propinarte un zarpazo, mas consigues apartar la pierna en el momento justo para esquivarlo.
Mientras tanto, el otro demonio (Dem2) también imita a su feroz compañero e intenta propinarte otro zarpazo, mas también consigues esquivarlo.

Tanto los otros dos demonios que se nfrentan a Shopía, como ésta, no hacen ningún ataque de momento.

Observo a los dos demonios frente a mi... Ahora estan quietos como una jauría mirando a su presa...
Usando mi gran velocidad ataco con una estocada al Demonio 1, pero esto es solo una jugarreta que le propino al 2, tras este movimiento, ataco de costado, cómodo por la posición, al demonio 2.

Malditos!

Comienzo Turno 2

Uno de los extraños demonios perro/rata que están haciéndote frente intenta atacarte con sus mandíbulas, las cuales hincan sus dientes en tu pierna derecha. Mientras tanto el otro, al ver que su compañero ha hincado el diente en tu pierna, intenta darte un zarpazo, pero no consigue acercarse lo suficiente.

Mientras tanto, oyes los gruñidos y ladridos agudos e irritantes de los otros dos demonios que luchan a tu espalda contra Sophía, la cual no dice nada. No parece que los demonios la hayan tocado aún, pues ésta se mantiene en silencio.

Perro de mierda!

Mientras aguanto el dolor por el terrible mordisco, estaco al maldito en la cabeza para un golpe mortal.